La Librería de El Sueño Igualitario

Pepe-Sedano-portada-de-El-infierno-y-su-puerta.jpgCazarabet conversa con...   Pepe Sedano Moreno, autor de “El infierno y sus puertas. Mis conversaciones con el deportado Amadeo Sinca y Dante Alighieri” (Círculo Rojo)
 

 

 

 

 

 

Editorial Círculo Rojo edita este libro, con excelente factura, de Pepe Sedano Moreno que alberga las conversaciones con deportado Amadeo Sinca y Dante Alighieri.

En el libro nuestros ojos lectores visitarán infiernos como el de Mauthausen, Treblinka, Ravensbrück, Sachsenhausen

El autor se ha rodeado de las mejores plumas para dar a conocer este libro: firme, directo e impactante.

Desde el prólogo lo hace María Torres Celada; la introducción la realiza Carlos Hernández de Miguel y el epílogo del libro lo lleva a cabo José Leonardoi Ruíz Sánchez.

Es un libro, una novela, valiente y cargada de “tretas narrativas” bien originales.

Lo que nos dice la sinopsis del libro:

“Dante Alighieri, Amadeo Sinca y Pepe Sedano nos conducen al INFIERNO y SUS PUERTAS de la mano de sus respectivas experiencias. Si bien la atemporalidad de cada personaje parece separarlos en el tiempo y el espacio, su nexo de unión es tal que rápidamente el lector podrá comprobar las peculiaridades, similitudes y eslabones que cristalizan en esta historia a tres bandas: La Divina Comedia de Dante, los recuerdos de Amadeo Sinca, deportado al campo de concentración de Mauthausen durante la segunda guerra mundial y la sensibilidad con estos temas de Pepe Sedano que lleva media vida investigando y salvando del olvido a víctimas del horror de Mauthausen.
Un libro, escrito por Amadeo Sinca, en 1946 bajo el título de Lo que Dante no pudo imaginar, sobre la deportación española a Mauthausen, puso a Pepe Sedano tras la pista de su autor a principios de los años 80 y, a partir de ahí, una prolongada correspondencia epistolar comenzó a fluir entre ellos. Comenzaba así la idea de rendir memoria a la figura del principal protagonista de esta historia, superviviente del mismísimo infierno. Y llegó el momento de abrir aquellas puertas: Mauthausen, Treblinka, Ravensbrück, Sachsenhausen
Para ello el autor estructura una larga conversación entre Dante, Amadeo y él mismo, entrando en sincronía para que cada cual aporte su opinión sobre EL INFIERNO y SUS PUERTAS. A través de la lectura de esta obra conoceremos las vivencias reales de lo que supusieron aquellos campos donde el nazismo recluyó a cientos de miles de presos políticos, prisioneros de guerra y judíos buscando la preeminencia de la raza aria. Nos trasladaremos por momentos a aquel sufrimiento diario, aquella sinrazón, aquel infierno que hasta el mismísimo Dante no pudo imaginar en su inmortal obra, una de las cumbres de la literatura universal.” (Francisco Jesús Martín Milán, autor de Madre anoche en las trincheras).
“¡Se le ha ido la cabeza!… El entusiasmo con que me respondió y la claridad con la que me explicó el proyecto hicieron que, muy pronto, comprendiera que no estaba ante una locura sino ante una excéntrica genialidad…” (Carlos Hernández de Miguel, autor de Los últimos españoles de Mauthausen y Deportado 4443).
“No debemos creer que estemos libres de que se repitan acontecimientos del pasado como los narrados (…). No existe vacuna para evitarlos ni puede que se inven te jamás (…), pero sí que es cierto que trabajos como el de Pepe Sedano, forman parte de los antídotos (…), puede que asi se contribuya a procurar evitarlos” (José Leonardo Ruiz Sánchez, Universidad de Sevilla)”

El autor, Pepe Sedano Moreno; Es un investigador y escritor de la deportación española a los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial (esta considerado un “pionero” del fenómeno “deportación” porque  se puso a investigar cuando había muy poca gente que lo hacía; los primeros libros que consultaba incluso le llegaban desde territorio francés)en general, y de los almerienses en particular. Terminó sus estudios de Magisterio en 1977, pero no ha ejercido . Miembro fundador, en 1997, del Centro Virgitano de Estudios Históricos. Simultanea su trabajo diario en el Ayuntamiento de Berja..Almería—con la investigación sobre la deportación  española—que empezó en 1981--. Sus primeras investigaciones vinieron a raíz de tener conocimiento, en 1981,  de que vecinos de Berja habían muerto en el campo de concentración de Mauthausen, en territorio austríaco.

Le escribe el prólogo, María Torres Celada. Autora del blog Búscame en el cicle de la vida.- http://www.buscameenelciclodelavida.com/2017/10/el-infierno-y-sus-puertas-mauthausen.html

El periodista e investigador Carlos Hernández de Miguel, autor de varios libros sobre el Holocausto y de la gestión de la web: .- http://deportados.es/ ; merece la pena una visita.

Nosotros hemos mantenido varias entrevistas a raíz de varios de sus libros sobre el Holocausto:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/deportado4443.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ultimos.htm

José Leonardo Ruíz Sánchez, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=49302

Además, el libro aporta al final unas anotaciones para que podamos distinguir y acercarnos a los diferentes y diferenciados archivos sobre instituciones nacionales e internacionales; también archivos hemerográficos; vídeos on-line y una esmerada Bibliografía.

 

 

Cazarabet conversa con Pepe Sedano Moreno:

unnamed.jpg-Amigo, aunque los que estemos leyendo el libro ya adivinemos el por qué tú te pusiste a escribir, EL INFIERNO Y SUS PUERTAS… ¿Nos encantaría que les explicases al resto de nuestros lectores qué es lo que te motivó a ello; que es tanto como preguntarte el porqué de dedicarte a la investigación de los españoles y españolas a los campos de concentración nazis? Háblanos de ese detonante…

En realidad todo empezó muy pronto para mí. Descubrí muy joven, con 10 años, la Segunda Guerra Mundial a través del diario ABC (comenzaron a publicar, en fascículos esta Guerra y, para un niño con esa edad, ver fotografías de hazañas bélicas y, además, en color, era estupendo. Así es que le dije a un tío mío, que era barbero y recibía dicho periódico que me guardase esos fascículos. Así lo hizo y aún los conservo desde hace más de 50 años). En 1981 descubrí que 5 paisanos míos habían muerto en Mauthausen y… a raíz de esta noticia es cuando “se me fue la cabeza”. Tenía que investigar sobre estos cinco (que luego aparecieron más pero, afortunadamente, sobrevivieron) virgitanos en particular pero, para ello, había que asomarse a todos los españoles en general y buscar a los almerienses en particular y, dentro de éstos, a los de Berja.

-Un detonante que ha persistido en ti como un eco que te mantiene investigando  y que luego nos trasladas, mediante tus escritos…

-Como he comentado anteriormente, siempre me fascinó la II Guerra Mundial. De hecho, cuando estaba estudiando bachiller, cuando llegó el momento de estudiar esta guerra, fueron mis compañeros de clase – teníamos 14 años- los que le dijeron a la profesora de Historia que la clase la diera Pepe Sedano… y así fue. Sobre esta guerra se había escrito, a principios de los 80 algo, pero apenas se tocó el tema campos de concentración nazis; mucho menos el fenómeno “deportación” y apenas nada de la deportación española (solo el testimonio de Montserrat Roig en su libro “Els catalans en les camps nazis”). Por otro lado, si España no había participado en esta guerra… ¿Cómo iba a haber españoles en los campos de concentración nazis?

Pero la realidad era otra. Se había hablado, hasta la saciedad, de la gloriosa 250 División alemana en  el  frente ruso, luchando contra los bolcheviques, contra el comunismo, en la defensa de Leningrado (hoy San Petersburgo), junto a los lagos Ladoga, Hilmen, Onega, en Baby Yar… pero no era otra División alemana más. Era la tan citada “División Azul”, la División española comandada por el general Muñoz Grandes que luchó contra los rusos –formaban parte de los aliados contra Alemania-, en aquella zona junto al mar Báltico.

Era como una obligación escribir sobre los almerienses que se hubiesen distinguido por algo en esta guerra en general, y sobre los de Berja en particular. Y en ello estoy.

-Además, amigo, de trasladarnos, como en directo esas conversaciones tan  importantes y valiosas en la historiografía…cosa que no habrá sido nada fácil, dado que te metes y haces que otros recuerden su paso por “el verdadero Infierno en la tierra”.

-A lo largo de estos años de investigación me fui generando un “corpus documental”, de testimonios de deportados/as que, en aquel momento, estaban vivos y me escribieron contándome sus experiencias en cada uno de los infiernos donde estuvieron recluidos. Algunos en el mismo campo pero, eran experiencias diferentes tal y como cada uno de ellos las vivieron dentro de cada campo.

Toda esa información llegó un momento que me superó y se quedó dentro de más de una carpeta, junto con mis miedos, mis limitaciones, mis “qué dirán”, junto a los problemas laborales, familiares… Hasta que ha llegado el momento de abrirlas y, a estas alturas de mi vida, ya me da igual los miedos, los límites, los “qué dirán” (siempre he dicho que a mí –y lo siento- no me gusta leer a García Márquez –y es un Premio Nobel-. Eso mismo pueden decir de lo que yo escribo).

Redactar las páginas de este libro yo pensaba que iba a ser más difícil de lo que realmente ha sido. Las palabras iban saliendo, los personajes hacían lo propio contestando a cada una de las interrogantes que uno, u otro, planteaban a lo largo de cada una de sus páginas. Cada uno de los deportados que en su día me remitieron por escrito sus testimonios fueron desfilando y, claro, el que los leía era el que aún permanecía en este mundo, o sea, yo.

maxresdefault.jpg--Y claro cuando hablamos o reflexionamos en o con el infierno nos viene a la memoria, enseguida, La Divina Comedia y el particular Infierno, abierto en tantas dimensiones, como era el de Dante Alighieri…pero ¿qué fue lo que te llevó a unos personajes tan reales como recogidos por tú mismo a ponerlos en conversación con el “particular universo” de Dante?

-Simplemente el título de un libro. Pero no un libro cualquiera. Fue el primer libro que se publicó, al menos en castellano, sobre la deportación en general y sobre la española en particular. Su autor fue un español de Barcelona que fue oficial durante la guerra de España (1936-1939), que tuvo que huir de España, como tantos. Que fue a parar a un campo de refugiados francés, que se alistó en la 103ª CTE (Compañía de Trabajadores Extranjeros) para reforzar la Linea Maginot, que fue hecho prisioneros por los alemanes cuando invadieron Francia y terminó con sus huesos –después de pasar por diferentes stalags (campo de prisioneros de Alemania) fue a parar a Mauthausen y, a pesar de todo lo que allí pasó dentro de sus muros, sobrevivió. Estoy hablando de Amadeo Sinca Vendrell, uno de los protagonistas de este libro. Y fue él quien publicó, en 1946, el  libro del que estamos hablando y no se le ocurrió titularlo de otra manera: “Lo que Dante no pudo imaginar”

-¿Por qué?

-Dante Alighieri, salvando las distancias temporales, le dice a  Amadeo Sinca, a lo largo de las páginas de mi libro, en una distendida “conversación” que por qué tuvo que tomar su nombre para titular su libro, con la cantidad de nombres que hay en el mundo. Amadeo Sinca le contesta que el Infierno al que se refiere Dante en su libro de “La Divina Comedia” se quedó muy corto comparado con el “infierno” donde ha estado él, es decir, en Mauthausen.

-La Divina Comedia, impacta y personalmente, a veces, crea como cierta ansiedad pensando de lo que, en realidad, podamos ser capaces….sin pensar que la realidad supera siempre la ficción. ¿No crees?; ¿es así como lo reflexionas?

-Efectivamente. La realidad siempre ha superado a la ficción y lo seguirá haciendo. El Infierno de Dante era un infierno donde, dependiendo de la clase de pecado que cometiese el pecador, - el florentino había dividido su Infierno en círculos concéntricos para cada una de las clases de pecados que se cometiesen- así iba a parar en uno de ellos. Contra más leve era el pecado, más arriba estabas en esa especie de cono invertido que había dibujado Dante para su Infierno.

El Infierno de Amadeo era un infierno más palpable, más sufrido en las carnes de quienes se encontraban en “él”; era, a veces, inimaginable

-Confrontar ambos mundos llenos de angustias, sufrimientos… ¿Qué piensas que aporta al estudioso o estudiosa del Holocausto?

-Este libro se ha escrito, expresamente, para dar a conocer los testimonios que, desde hacía más de 35 años, estaban guardados en una carpeta de aquellos deportados que, en su día, tuvieron a bien enviarme contándome su historia dentro del “infierno” que les tocó sufrir. No ha habido ninguna otra intención, ni aparato crítico, ni hacer un estudio exhaustivo del fenómeno “deportación”. Simple y llanamente dar a conocer esos testimonios.

En ese sentido lo que se aporta a aquel que se acerque al Holocausto es una manera muy simple de darle a conocer que, con sus notables diferencias (cada campo se levantó, expresamente, para cumplir una función), prácticamente todas las historias son muy parecidas. El sistema concentracionario funcionó como un reloj y de ello se encargó la Sección IV-4b de las SS, dirigida magistralmente por Adolf Eichmann. Se moría en todos los campos; unos directamente (para eso se redactó el Protocolo de Wansee), otros por el trabajo. Había que producir para el Reich y de eso se encargaron los “hombres de negro”, a costa de lo que fuese.

Dos Infiernos: el de Amadeo fue real porque sobrevivió y pudo contarnos sus sufrimientos y cómo fue el día a día dentro de Mauthausen. El de Dante… no ha salido, aún, nadie de él para contarnos dónde está y cómo se está, como lo hizo Amadeo en su día.

-Este no es otro libro del Holocausto, tiene sus particularidades muy definidas. Cuéntanos.

-No es otro libro del Holocausto y sí lo es, por cuanto quienes nos cuentan sus experiencias sí lo sufrieron, y soportaron hasta más allá de donde pueda llegar nuestra imaginación. No he querido escribir este libro como se ha hecho, hasta ahora, con todos aquellos que se han publicado sobre la misma materia. Sobre todo los de los propios deportados que, antes de morir, han querido contarnos sus experiencias hasta llegar al “infierno” que, a cada uno de los que sobrevivieron, les tocó vivir: hacer una guerra y perderla, huir a un país extraño, sufrir las inclemencias de un campo de refugiados, apuntarse a una Compañía de Trabajadores Extranjera, ser prisionero de guerra en un stalag alemán, entrar por la puerta de un campo de concentración nazi a miles de kilómetros de tu casa, morir en él o sobrevivir. Eso ya lo han contado así, tanto los propios supervivientes (léase a Mariano Constante, entre otros) en decenas de títulos, como historiadores, tanto nacionales como extranjeros.

Y Dante me dio la solución. Salvando las distancias temporales, tanto entre Dante, como entre Amadeo –ambos muertos en el momento de redactar las páginas de este libro- y este autor que, por ahora, todavía sobrevive por estos lares, surge una “conversación” a tres bandas. Es cierto que he podido poner en boca de ellos algunos pensamientos que, posiblemente, nunca hubieran dicho. Les pido perdón si fuese el caso. No obstante, como digo en la introducción de este libro, tanto uno como el otro me lo hubieran hecho saber de alguna manera. Hasta ahora no me han dicho nada.

Dante fue la solución por cuanto que esta conversación comienza “peleándose” el florentino con Amadeo al decirle que si es que no existían otros nombres en el mundo para titular su libro –el de Amadeo, que se titula “Lo que Dante no pudo imaginar”, refiriéndose al Infierno del libro de Dante, “La Divina Comedia”-. A partir de ahí fue un toma y daca entre ambos hasta que, en un momento determinado, este autor entra, igualmente, en la conversación porque estaba interesado en el tema de la “deportación”. Soy yo el que les cuenta (más que contar es leerles), los testimonios de los deportados que aparecen en este libro: Amadeo Sinca (deportado a Mauthausen), Joan Mestres (deportado a Sachsenhausen), Joaquín García (supuesto deportado a Treblinka) y Mercedes Núñez (deportada a Ravensbrück).

Habrán leído que digo, en el caso de Joaquín García, “supuesto deportado a Treblinka”. Así lo entiende la Amical de Mauthausen en Barcelona pero, no me han entregado ningún documento que lo demuestre. Yo tampoco lo he encontrado. Es cierto que la ausencia de documentación hace pensar que, ese supuesto caso de deportado, realmente es una invención del mismo –no sería la primera- y él mismo se ha creído su propia mentira. Es Dante, al igual que Amadeo, los que sugieren que se trata de una impostura.

Una fuga de Treblinka, antes que la famosa donde escaparon alrededor de 1.000 deportados (que casi todos fueron hechos prisioneros otra vez ), con otro español, apodado “El Maño”, y atravesar más de 2.500 km haciéndose pasar por un ciego y su lazarillo (Joaquín hablaba algo de alemán ya que antes de la guerra había estado, durante la República de Weimar, por aquellas tierras por temas comerciales), hasta conseguir llegar a Francia, de donde había partido… la verdad es que no se sostiene pero… a mí siempre me quedará la duda.

¿Quién me asegura que no hay un documento dentro de una carpeta, en el archivo de algún pueblo perdido en la Francia profunda? Tanto la prensa catalana a principios de los ochenta, como su propio pueblo de nacimiento (Sumacárcel, donde le hicieron “Hijo predilecto”), incluso la televisión catalana, contaron su hazaña en páginas y páginas… y el propio Joaquín me hizo llegar, tanto las fotocopias de las mismas como su propio testimonio dando veracidad a lo que allí se podía leer.

Berja-pepe-Sedano-presentacion-de-su-libro-El-infierno-y-sus-puertas.jpg-Cuando usted se puso a investigar sobre el Holocausto, casi no lo hacía nadie; amigo coméntanos, ¿cómo fueron aquellos comienzos en la investigación sobre exiliados y exiliadas españoles que terminaron en campos de concentración?

-Me enteré más tarde que Montserrat Roig –historiadora catalana que la parca se la llevó prematuramente- también hacía lo propio y su investigación fue plasmada en un libro titulado “Els catalans als camps nazis”. En mi caso no sabía a dónde dirigirme y lo hice al Ministerio de Asuntos Exteriores español indicándoles lo que yo quería hacer. Desde ahí me sugirieron que me dirigiera a las embajadas de los países donde yo quería solicitar información. Así lo hice.

Las diferentes embajadas a donde pedí información, sobre instituciones de sus respectivos países, comenzaron a enviarme direcciones de diferentes archivos, academias y universidades de cada uno de ellos. Yo les dirigí la misma carta a cada uno de ellos y empezaron a llegarme cartas en polaco, en danés, en alemán, en francés, en inglés… A base de diccionario, de amigos que hablaban uno u otro idioma y, claro, en polaco y danés… tuve que dirigirme a una agencia de traductores en Madrid que, previo pago, te indicaban en castellano qué se había escrito en la misma. Todos coincidían en la información que debía dirigirme a una institución, dependiente de la Cruz Roja Internacional, en Arolsen (Alemania).

Allí dirigí mi carta pero… me negaron la información ya que ni era un deportado, ni familiar, ni heredero de uno de ellos, ni poderdante… mi gozo en un pozo. Solamente el Ministerio del Interior de Austria, previo pago de 300 chelines austríacos de 1982 (cerca de 3000 pesetas), podía enviarme un rollo de microfilm de los libros de registro de entrada de deportados al campo de Mauthausen. Me faltó tiempo para hacer ese ingreso, y en un talón cruzado a un banco de Viena esos chelines llegaron a un banco vienés. Al poco tiempo llegaba a casa un rollo de película de cerca de 30 m. lleno de microfilms de esos libros –que aún conservo-.

Esos microfilms fueron revelados por un fotógrafo amigo mío (no quiso cobrarme su trabajo, que fue mucho, pero… como es natural, el papel y los reactivo hubo que pagarlos). El total de la factura ascendió a 40.000 pesetas de aquél tiempo: 1982, pero el resultado fueron 622 fotografías, tamaño medio folio A4, donde se recogen los asientos de más de 60.000 personas, de 27 nacionalidades diferentes, escritos por el amanuense de turno.

De allí salieron los primeros españoles que yo leía deportados a ese campo maldito (le llamaron “el campo de los españoles” y no es porque hubiese mayor número de prisioneros que de otras nacionalidades, fue porque fueron los únicos que colgaron una pancarta en la puerta del campo el día de su liberación, saludando a las tropas aliadas). De ahí leí los primeros nombres de deportados almerienses y, claro está, de los de Berja que fueron mi acicate para iniciar aquella investigación.

La Amical de Mauthausen me había dado direcciones de deportados, tanto en España como en Francia y a ellos también dirigí mis misivas. Unas fueron contestadas, otras no. En las páginas de mi libro aparecen algunos. Fue muy importante para mi ir a Francia – en septiembre de 1981-, a entrevistar a un paisano mío que había sobrevivido a Dachau (fue deportado a ese campo en el famoso convoy llamado “el tren fantasma”, tardó cerca de tres meses en llegar, desde Vernet, en el sur de Francia a Munich, donde está Dachau).

A partir de aquella visita (le grabamos dos cintas cassettes contando su experiencia en ese campo alemán), comenzó a enviarme bibliografía en castellano, publicada en Francia, sobre la deportación en general. Uno de los libros que me envió fue el causante de mi libro: “Lo que Dante no pudo imaginar”. En las páginas interiores venía la dirección del autor, en Toulouse. Le escribí y… estuvimos cerca de cuatro años manteniendo una correspondencia epistolar que aparece reflejada en mi libro… Bueno, a grandes rasgos ese fue, más o menos, el comienzo de esta aventura bibliográfica.

Jose-Sedano-escritor-de-Berja.jpg-Los testimonios directos que aquí  “se citan” ya por sí solos , le dan un valor al libro, excelente, pero es que, aparte de La Divina Comedia, te rodeas de primeras autoridades en este campo:  María Torres Celadas, Carlos Hernández de Miguel y José Leonardo Ruíz Sánchez…

-Un día me encontré en Facebook que un blog bajo el nombre de “Búscame en el ciclo de la vida”, hablaba sobre Mercedes Núñez Targa, una mujer que, aunque catalana, estuvo afincada mucho tiempo en Vigo (Pontevedra), donde murió a finales de los años 80. Yo tenía, y tengo, una extensa carta de esa señora que me había escrito en 1982, y así se lo hice constar. A partir de ese momento se interesó por la carta, se publicó en un boletín de noticias de una Asociación, se publicó en su blog y, a través de este, fue publicado en inglés en otro blog de una bloguera hindú; a través de mi se entregó escaneada a una institución académica dependiente de la Universidad de Leicester (en el Reino Unido), igualmente ha sido transcrita en un libro que se ha publicado bajo el título de “El valor de la memoria. De la cárcel de Ventas al campo de Ravensbrück”, con la autoría de Mercedes Núñez Targa y prólogo de Elvira Lindo, por Renacimiento. Sevilla. 2016. Detrás de ese blog estaba María Torres Celada. Ese fue el comienzo de una gran amistad. De hecho, si no pasa nada, el próximo día 2 de marzo de 2018, viernes, a las 20:00 h., en el Club del “Faro de Vigo”, presentaré mi libro con María Torres Celada a mi lado.

Carlos Hernández de Miguel levantó su teléfono, en Pontevedra, un domingo alrededor de las ocho de la tarde, creo que en enero o febrero de 2012 o, quizá, 2013, y marcó el número del mío. Mi nombre se lo había dado google, y mi número de teléfono, me dijo, había sido más sencillo aún. Lo cierto es que preguntó por José Sedano Moreno. Sí, soy yo, le contesté. Me explicó que era sobrino de un deportado a Mauthausen: Antonio Hernández, murciano, que había sobrevivido, que ya había muerto pero que él quería escribir un libro sobre su tío y sobre la deportación en general, que si podía yo darle la información que sobre su tío yo tuviera. Como es natural, acudí a los microfilms y, por el número de matrícula que él me había dado, efectivamente, allí aparecía. Se lo escaneé y selo envié. No tenía nada más de él. Aparecía, claro en el Libro Memorial, de Benito Bermejo y Sandra Checa, publicado por el Ministerio de Cultura. En 2015 Carlos Hernández de Miguel había escrito uno de los mejores libros que se han publicado sobre el “infierno” de Mauthausen: Los últimos españoles de Mauthausen.

En febrero de 2017, el día 8 concretamente, estuvimos cenando en Vigo María Torres Celada y Carlos Hernández de Miguel, ambos con sus respectivos cónyuges, este autor y un amigo que me había acompañado desde Almería. Había ido a conocerlos personalmente y a “hablarles de mi libro” –parafraseando a Francisco Umbral-. Les expliqué cómo quería escribir mi libro y parece que les convencí aunque a Carlos le pareciera, al principio, una “locura”… terminó diciendo que era una “excéntrica genialidad”. Para mí es más que suficiente, viniendo de donde viene. Ojalá también se siente a mi lado el día de la presentación de mi libro en Vigo.

José Leonardo Ruiz Sánchez, aunque nacido en Pizarra (Málaga), llegó a Berja (Almería) con muy pocos meses. Se ha hecho mayor en Berja, aquí estuvo viviendo y por aquí vuelve en vacaciones para estar unos días con su madre. Tuve la suerte de conocerlo hace muchos años. Hace más de 20 fuimos, entre otros, miembros fundadores del Centro Virgitano de Estudios Históricos, Organismo tutelado por el Ayuntamiento de Berja (Almería). Él era el editor literario de la Revista Farua, que edita el CVEH. Desde hace unos años es el Catedrático Titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla. La Iglesia de Sevilla, entre otras, y la Masonería, son los temas principales de sus investigaciones contando con múltiples títulos sobre dichos asuntos, unos en solitario, otros con diversos autores. Es, así mismo, Secretario del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, Cátedra “Beato Marcelo Spínola” que publica el Anuario de Historia de la Iglesia Andaluza.

Presumo de la amistad de los tres. 

Y así fue cómo se gestó este libro que, en principio, fue un artículo que escribí para el blog de María Torres, con 50 folios, bajo el título de Mis conversaciones desde el Infierno con el deportado Amadeo Sinca y con Dante Alighieri. Cuando le dije que tenía más testimonios, además del de Amadeo, me dijo: “no te publico ni una página. Vas a publicar tú pero un libro con todos los testimonios”… así empiezan las cosas.

 

 

 

Pepe-Sedano-portada-de-El-infierno-y-su-puerta.jpg26387
El infierno y sus puertas. Mis conversaciones con el deportado Amadeo Sinca y Dante Alighieri. Pepe Sedano Moreno   
286 páginas         15 x 21 cms.
20 euros1
Círculo Rojo



“Dante Alighieri, Amadeo Sinca y Pepe Sedano nos conducen al INFIERNO y SUS PUERTAS de la mano de sus respectivas experiencias. Si bien la atemporalidad de cada personaje parece separarlos en el tiempo y el espacio, su nexo de unión es tal que rápidamente el lector podrá comprobar las peculiaridades, similitudes y eslabones que cristalizan en esta historia a tres bandas: La Divina Comedia de Dante, los recuerdos de Amadeo Sinca, deportado al campo de concentración de Mauthausen durante la segunda guerra mundial y la sensibilidad con estos temas de Pepe Sedano que lleva media vida investigando y salvando del olvido a víctimas del horror de Mauthausen.

Un libro, escrito por Amadeo Sinca, en 1946 bajo el título de Lo que Dante no pudo imaginar, sobre la deportación española a Mauthausen, puso a Pepe Sedano tras la pista de su autor a principios de los años 80 y, a partir de ahí, una prolongada correspondencia epistolar comenzó a fluir entre ellos. Comenzaba así la idea de rendir memoria a la figura del principal protagonista de esta historia, superviviente del mismísimo infierno. Y llegó el momento de abrir aquellas puertas: Mauthausen, Treblinka, Ravensbrück, Sachsenhausen

Para ello el autor estructura una larga conversación entre Dante, Amadeo y él mismo, entrando en sincronía para que cada cual aporte su opinión sobre EL INFIERNO y SUS PUERTAS. A través de la lectura de esta obra conoceremos las vivencias reales de lo que supusieron aquellos campos donde el nazismo recluyó a cientos de miles de presos políticos, prisioneros de guerra y judíos buscando la preeminencia de la raza aria. Nos trasladaremos por momentos a aquel sufrimiento diario, aquella sinrazón, aquel infierno que hasta el mismísimo Dante no pudo imaginar en su inmortal obra, una de las cumbres de la literatura universal.” (Francisco Jesús Martín Milán, autor de Madre anoche en las trincheras).

“¡Se le ha ido la cabeza!… El entusiasmo con que me respondió y la claridad con la que me explicó el proyecto hicieron que, muy pronto, comprendiera que no estaba ante una locura sino ante una excéntrica genialidad…” (Carlos Hernández de Miguel, autor de Los últimos españoles de Mauthausen y Deportado 4443).
“No debemos creer que estemos libres de que se repitan acontecimientos del pasado como los narrados (…). No existe vacuna para evitarlos ni puede que se invente jamás (…), pero sí que es cierto que trabajos como el de Pepe Sedano, forman parte de los antídotos (…), puede que así se contribuya a procurar evitarlos” (José Leonardo Ruiz Sánchez, Universidad de Sevilla)”

 

 

 

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