La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Gil Toll, autor de “Heraldo
de Madrid. Tinta catalana para la II República Española” (Renacimiento)
¡VIVA EL
PERIODISMO LIBRE!
Un
documental desde la dirección de Gil Toll que llega ,
de manera sencilla en su concepción y amena , al espectador y que se acerca,
rindiendo un sentido homenaje, al Heraldo de Madrid y a su “filosofía”
periodística que englobaba el compromiso, por ejemplo con los valores de la II
República.
Su director
Gil Toll, también ha escrito para Editorial
Renacimiento, Heraldo de Madrid.
Lo que nos
dice o podemos ver en el documental:
Estrenamos
un documental producido por Fundación Periodismo Plural que recupera la
historia del Heraldo de Madrid, diario líder de la prensa republicana. ¡Viva el
periodismo libre! describe la lucha por la libertad de expresión y el fuerte
compromiso de los nuevos medios digitales que se unieron en la edición de un
ejemplar único de homenaje al rotativo. Ignacio Escolar, Jesús Maraña, Magda
Bandera, Miguel Ángel Aguilar y Pere Rusiñol, entre
otros, dan su punto de vista sobre los nuevos medios de comunicación que están
marcando el futuro de la prensa en España. El documental también cuenta con los
testimonios de los familiares de los editores del Heraldo de Madrid y de los
periodistas que allí trabajaron. Un feliz encuentro de pasado y presente para
reivindicar la libertad del periodismo.
Por
supuesto, nos acercamos al libro y a la
publicación de El Heraldo de Madrid:
Heraldo de Madrid fue el líder de la prensa republicana en España hasta
el fin de la guerra civil. Sin embargo, el conocimiento que se tenía hasta
ahora de su historia era más que sucinto. La incautación del periódico, el
exilio de sus propietarios y muchos de sus periodistas, así como la cárcel que
sufrieron otros, iniciaron una época oscura que se prolonga hasta nuestros
días.
Este libro proyecta un poderoso haz de luz sobre
los veinte años anteriores a su fin y lo que emerge es el fresco de un gran
protagonista de la información y la cultura españolas desde su versión más
liberal y abierta al mundo. Ese fue el sello que imprimió Manuel Fontdevila como director, capaz de llevar su osadía
periodística mucho más allá de la letra impresa y convertirse en un popular
personaje del Madrid republicano. A sus órdenes, Manuel Chaves Nogales ejerció
de jefe de una redacción en la que se formaron también nombres conocidos como
César González Ruano o Manuel del Arco. Otros que pasarían al olvido en el
exilio, como Juan G. Olmedilla o Carlos Sampelayo. Colombine, la primera
mujer periodista, fue habitual en sus páginas, al igual que Valle-Inclán o
García Lorca.
Heraldo de Madrid consiguió una enorme
popularidad llegando a tirar 500.000 ejemplares a finales de 1935. Su liderazgo
se basó en la estabilidad de la propiedad de los hermanos Busquets, industriales
catalanes que apostaron por la construcción de un país plural, moderno y
democrático mediante la influencia social de la prensa. Su historia merece ser
conocida o, como afirma Miguel Ángel Aguilar en el prólogo, esta era una
biografía necesaria
Lo que nos
dice Renacimiento sobre este extraordinario libro:
Heraldo de
Madrid fue el líder de la prensa republicana en España hasta el fin de la
guerra civil. Sin embargo, el conocimiento que se tenía hasta ahora de su
historia era más que sucinto. La incautación del periódico, el exilio de sus
propietarios y muchos de sus periodistas, así como la cárcel que sufrieron
otros, iniciaron una época oscura que se prolonga hasta nuestros días.
Este libro proyecta un poderoso haz de luz sobre los veinte años anteriores a
su fin y lo que emerge es el fresco de un gran protagonista de la información y
la cultura españolas desde su versión más liberal y abierta al mundo. Ese fue
el sello que imprimió Manuel Fontdevila como
director, capaz de llevar su osadía periodística mucho más allá de la letra
impresa y convertirse en un popular personaje del Madrid republicano. A sus
órdenes, Manuel Chaves Nogales ejerció de jefe de una redacción en la que se
formaron también nombres conocidos como César González Ruano o Manuel del Arco.
Otros que pasarían al olvido en el exilio, como Juan G. Olmedilla
o Carlos Sampelayo. Colombine,
la primera mujer periodista, fue habitual en sus páginas, al igual que
Valle-Inclán o García Lorca.
Heraldo de Madrid consiguió una enorme popularidad llegando a tirar 500.000
ejemplares a finales de 1935. Su liderazgo se basó en la estabilidad de la
propiedad de los hermanos Busquets, industriales catalanes que apostaron por la
construcción de un país plural, moderno y democrático mediante la influencia social de la
prensa. Su historia merece ser conocida o, como afirma Miguel Ángel Aguilar en
el prólogo, esta era una biografía necesaria.
Conversamos
con Gil Toll más allá de Heraldo de Madrid, lo
hacemos, también, alrededor del “oficio de periodista” y es, como siempre, todo
un placer…
Algunos
enlaces que te irán bien:
https://es.wikipedia.org/wiki/Heraldo_de_Madrid
Lo puedes
consultar en la Hemeroteca Digital:
http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0000384902
El Heraldo
de Madrid, todavía late que late:
Cazarabet conversa con Gil Toll:
-Gil, ¿por qué has tenido la
necesidad, como periodista y comunicador, de acercarte, casi a modo de
homenaje, a este mítico periódico, El Heraldo de Madrid?
-Bueno, en el origen de la
historia está mi relación familiar. Los hermanos Busquets, editores del
periódico, eran tíos bisabuelos míos. A partir de un familiar que vivía en
Andorra conecté con el tema y vi que había una historia no explicada. La
cercanía familiar me permitió acceder a documentos y memoria oral. Al haber
fallecido los principales protagonistas hace años me sentí libre para construir
un relato en el que no se esconden aspectos incómodos. La memoria profesional
resultó apasionante por la importancia que tuvo este periódico en su época. Se
trataba del diario de referencia del republicanismo y fue líder absoluto en
tirada durante los años de la II República.
-Uno de los referentes, me refiero al periódico, por excelencia de la
defensa de los valores de la República, tanto en tiempos previos a la misma,
como cuando se ganó la República, como en la defensa de la misma, después del
alzamiento militar, ¿no?-¿Cómo influye en todo esto esta especie de fascinación
que sientes desde la vertiente de ”periodista que
indaga en la historia”?
-Pues precisamente este trabajo
fue la génesis de mi fascinación, como tú dices, pues me encontré con que el
papel de motor de la causa republicana desarrollado por el periódico no estaba
recogido en ningún estudio. Sí lo estaba en el discurso franquista sobre la
historia. Es curioso como en la película Raza se incluye un montaje de portadas
de ABC y Heraldo de Madrid como portavoces de las dos Españas. Ricardo de la
Cierva también lanzaba acusaciones de beligerancia interesada al periódico por
su relación con la Standard Oil a través de sus
propietarios, que habrían sido perjudicados en la nacionalización del sector al
formarse el monopolio de la CAMPSA en 1927. Dediqué bastantes esfuerzos a este
tema y creo que queda demostrado que la vocación republicana de los editores y
de los directivos arranca de mucho antes de la fecha indicada. Todo esto lo
encuentro apasionante.
-Escribiendo este libro: ¿de qué te has dado cuenta como periodista y de
qué cómo periodista que “rebusca” en la propia historia del periodismo?
-Conocemos relativamente poco de aquellos hombres y, también alguna mujer que
estuvo detrás de la publicación. ¿Cómo eran y qué se planteaban en su día a
día? Creo que nos pusieron el listón muy alto como personas y como
profesionales…
-Creo que en el libro se dan
bastantes informaciones sobre la vida profesional de los periodistas del
Heraldo. Era una redacción muy viva, en la que no se perdía el tiempo. Chaves
Nogales fue jefe de redacción hasta 1930 y les decía a sus redactores: “no me
escriban mariposuelas, quiero información”. La prensa
vivió en los años de la República su edad dorada por la circulación
impresionante de las cabeceras. Heraldo de Madrid llegó a tirar 500.000
ejemplares en un país con la mitad de la población y una tasa de analfabetismo
enorme. En todo caso, esta buena situación no llegaba directamente a los
periodistas, que tenían salarios modestos.
-Amor por la comunicación, por la
crónica, por “el mimo” de la misma y por ofrecer lo mejor y de la mejor manera
al lector… ¿se perdió esto en la prensa y entre los periodistas para recobrarse,
ahora, todo a partir de una crisis que ha sacudido el sector, sobre todo en
prensa escrita…?
-Tras la guerra vino el periodismo
maniatado de la dictadura y se perdió la “vibración” de la que hablaban los
colegas republicanos. Con la democracia hemos recuperado el periodismo, pero
ahora vemos cómo los grandes medios han perdido su libertad con la crisis
económica y han caído en manos de la banca, que impone una agenda favorable a
las élites. Los nuevos medios digitales independientes suponen una vuelta a los
orígenes y creo que veremos como eldairio.es InfoLibre
y otros se convierten en medios de referencia en los próximos años.
-El periodismo entró en una dinámica, en los últimos años, (me refiero
antes del estallido de la crisis de la prensa y después de la crisis -estafa
financiera) de números. Me explico, ser quien más ejemplares vendiese sin mirar
cómo y de qué manera se publica, agrandar el número anunciantes, tener más
lectores que el vecino; “jugar a accionistas y ser accionista” ….dependiendo
del Ibex 35 de manera muy, muy peligrosa…¿Cómo lo ves?
-Jugaron sobre todo a la expansión
multimedia e internacional. El caso más emblemático es el de El País, que se
extendió por radio y televisión en España y América Latina. Para ello llegó a
acumular 5.000 millones de euros de deuda. Fue el mismo caso de empresas
inmobiliarias que crecían con deuda barata comprando otras empresas del mismo u
otro sector. Una auténtica locura de la que ahora pagamos las consecuencias.
-El Heraldo de Madrid impregnaba toda una aureola, muy especial, de
hacer las cosas y de cómo hacerlas, de ser cronista, periodista y comunicador
muy particular….quizás nos pongamos muy románticos, pero es lo que hay. Este
oficio este trabajo tiene mucho de esto….si uno o una no es idealista más vale
que se dé media vuelta…
-Es que eran años de grandes
desafíos ideológicos en toda Europa, con la emergencia de los fascismos y la
pujanza de la Unión Soviética. La agenda social estaba al rojo vivo por la crisis
económica, había descomposición política por los errores de Alfonso XIII y la
dictadura de Primo. En este contexto, la República parecía el modelo a seguir y
los periodistas estaban en esta crema mojándose a favor en el caso de la gente
del Heraldo. Aunque hay que decir que, como en todas las redacciones, había
gente de todas las ideologías. El jefe de cultura del Heraldo, Miguel Pérez
Ferrero, se refugió en la embajada francesa al empezar la guerra, se exilió y
luego trabajó como jefe de cultura de ABC.
-Un “heraldo” es un mensajero,
alguien que daba una noticia…y es o debería ser como
intocable, pero no siempre lo es porque, por activa o por pasiva, se les puede
poner entre la espada y la pared, simple y llanamente con un contrato en la
empresa por hacer su trabajo. Triste, pero real y cierto…
-Sí, los periodistas siempre hemos
tenido mucha debilidad ante el poder del propio empresario y ante los poderes
externos, que presionan de distintas formas. Ante ello cabe la protección del
director del medio, que es quien debe defender a su gente. Todavía es una
profesión joven, comparada con la medicina por ejemplo, y tenemos que construir
una conciencia del derecho a la información del que son beneficiarios los
ciudadanos. Una mayor complicidad de la sociedad nos haría más fuertes ante los
poderes fácticos, por eso son muy interesantes las experiencias de los nuevos
medios vinculando a los lectores de forma muy directa.
-La solución está supongo en saber crecer y en cómo se crece, depender lo
menos posible de anunciantes; nada de ciertos anunciantes y encomendarse al
lector…-La información es libre, pero todos debemos saber que para acceder a
ciertos contenidos hay que pagar una suscripción…que sepamos que si queremos
cierta información, casi de inmediato, habrá que pagar porque si no habrá lo
que habrá…
-Sí, la construcción de esta
alianza va para largo, pero es un camino muy estimulante. También tiene sentido
como estrategia ante la fragmentación que vivimos por causa del desarrollo
tecnológico. Es bueno que se democratice la producción, un diario digital tiene
unos costes muy menores a los de uno en papel, pero surgen muchos y los
lectores también saltan de un medio a otro con herramientas tecnológicas. Así
que la fidelización es muy importante.
-Hay que ayudar a los “nuevos heraldos” para poder disponer de una
información libre, veraz, contrastada…hay que intentar poner (de vez en cuando,
cuándo podamos y cómo podamos) de nuestro “grano de arena”… ¿qué piensas?
-Creo que hay que hacerlo cada día
y empezando por los propios profesionales. Hace años que decidí pagar por la
información a pesar de tener periódicos gratis en mi empresa. Pagar por libros
a pesar de que me llegan muchos gratis. Pagar por ir al cine a pesar de la
oferta televisiva. Si nos gustan estos productos culturales debemos ser
consecuentes y pagar.
-Los nombres, las firmas que
hicieron EL HERALDO DE MADRID y que crecieron con él, sufriendo también de
presiones y demás…dieron toda una lección. ¿Qué les diferenciaba de los
periodistas inmersos en el remolino de la crisis y de los que han conseguido
asomar la cabeza, sobreviviendo o reinventándose…?
-En aquellos años los editores del Heraldo decidieron dejar libertad a los
periodistas que lo hacían, aunque sí interfirieron en el proceso de la CAMPSA
que antes comentaba. Tenían mucha confianza y sintonía con Manuel Fontdevila, el director del periódico durante casi 10 años.
Fue un líder profesional fuerte, como ahora lo son Escolar, Maraña, Aguilar y
algunos otros. Es importante reconocer a estas figuras, son nuestro patrimonio
profesional.
-¿Qué fue primero, amigo, la realización del documental o el libro… o ,más
o menos, cuando estabas con el libro ya ibas pensando en que había material,
más que suficiente, para el documental?
-No, la pieza básica es el libro,
mejor diría la investigación que se transforma en libro, pero que también tuvo
una expresión digital en el blog Germans Busquets,
que me sirvió para mantener el contacto con mucha gente que aportó información.
Tras la publicación, algunos profesionales se acercaron y tuvieron la
iniciativa de editar un número extraordinario del Heraldo de Madrid
coincidiendo con el 75 aniversario del fin de la guerra. En ese momento vi que
había una oportunidad para hacer un documental que hablara de la historia y
reflexionara sobre el presente de los medios.
-El proceso de documentación para el libro y del documental debió de ser
más que apasionante e interesante ¿qué nos puedes explicar?; y dar con los
descendientes que dejaron atrás los propietarios, redactores y gente vinculada
a este periódico debió de levantarte la emoción. Cuéntanos.
-Sí, ha sido emotivo encontrar a
estas personas en España, Colombia, México, Argentina o Suiza. La tecnología ha
sido fundamental, hacer este libro antes de internet habría sido imposible.
Tuve la gran suerte de empezar a investigar cuando el archivo de la guerra
civil en Salamanca ya tenía bien descrita parte de su documentación en internet
y ahí conseguí un millar de documentos de la empresa incautados por los
franquistas en 1939. Otro gran éxito fue la puesta en línea de la colección del
periódico en septiembre de 2009 por parte de la Hemeroteca Nacional. Me
encontré con estos hechos y me decidieron a trabajar de forma más entusiasta en
el proyecto.
-Conociéndote como te conocemos me da en que ya estás pensando o, incluso,
con “las manos en la masa” de otro proyecto… ¿nos puedes dar alguna pista?
-Sí, claro, acabo de publicar El Diluvio con las memorias del director de este periódico que se exilió en Cuba tras la guerra civil y sigo trabajando en este tema de cara a un par de congresos de historia en los que voy a participar en los próximos meses. Y también mantengo el digital de periodismo e historia www.heraldodemadrid.net donde espero vuestra visita y vuestras aportaciones.
14296
Heraldo de Madrid. Tinta catalana para la II
República española.
Gil Toll. Prólogo de Miguel Ángel Aguilar
492 páginas 15 x 21 cms.
24,00 euros
Renacimiento
Heraldo de Madrid fue el líder
de la prensa republicana en España hasta el fin de la guerra civil. Sin
embargo, el conocimiento que se tenía hasta ahora de su historia era más que
sucinto. La incautación del periódico, el exilio de sus propietarios y muchos
de sus periodistas, así como la cárcel que sufrieron otros, iniciaron una época
oscura que se prolonga hasta nuestros días.
Este libro proyecta un poderoso haz de luz sobre los veinte años
anteriores a su fin y lo que emerge es el fresco de un gran protagonista de la
información y la cultura españolas desde su versión más liberal y abierta al
mundo. Ese fue el sello que imprimió Manuel Fontdevila
como director, capaz de llevar su osadía periodística mucho más allá de la
letra impresa y convertirse en un popular personaje del Madrid republicano. A
sus órdenes, Manuel Chaves Nogales ejerció de jefe de una redacción en la que
se formaron también nombres conocidos como César González Ruano o Manuel del
Arco. Otros que pasarían al olvido en el exilio, como Juan G. Olmedilla o Carlos Sampelayo. Colombine, la primera mujer periodista, fue habitual en sus
páginas, al igual que Valle-Inclán o García Lorca.
Heraldo de Madrid consiguió una enorme popularidad llegando a tirar 500.000
ejemplares a finales de 1935. Su liderazgo se basó en la estabilidad de la
propiedad de los hermanos Busquets, industriales catalanes que apostaron por la
construcción de un país plural, moderno y democrático mediante la influencia
social de la prensa. Su historia merece ser conocida o, como afirma Miguel
Ángel Aguilar en el prólogo, esta era una biografía necesaria.
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