La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Andrés
Herrera-Feligreras, Chiao-In
Chen, Jesús Sayols,
Montserrat Crespín Perales y Carles Brasó Broggi, autores de “España
y China 1937-2017. 80 aniversario del Internacionalismo antifascista” (Comares)
El libro se acerca al 80 aniversario del
Internacionalismo Antifascista.
El libro se encuentra dentro de la Editorial Renacimiento,
enmarcado, para ser más precisos, dentro de la colección de Comares de Asia
Oriental en su número IX.
Suscriben el libro Andrés Herrera Feligreras, Chiao-In-Chen, Jesús Sayols, Montserrat
Crespín Perales y Carles Brasó Broggi.
El libro cuenta con el prólogo de Manuel Ollé y el epílogo de Jaume Claret.
Esta colección que regenta Renacimiento y que
“mira” hacia Asia Oriental se ha acercado, además a otros temas, siempre
acompañados de buenas y contundentes plumas: Estudios de literatura China Moderna
desde la pluma de Javier Martín Ríos; China 1911. El fin de la era imperial con
VVAA; José Antonio Cantón Álvarez escribió sobre La rebelión de Taiping; también bastantes firmas están detrás del libro
Estatuas malditas, rocas olvidadas. Historia de la montaña Feilaifeng;
Chiara Olivieeri trata
sobre China y el Islam y Zhang Yifan escribe Prosas selectas de Dai
Wanghut. Escritos sobre Europa y Hong Kong; El
proyecto Instituto Confucio y su radiografía en España es un libro de esta
colección escrito por Francisco de Asís Collado Martín.
La sinopsis de este libro:
Las páginas de este volumen
van más allá del simple seguimiento de las huellas del internacionalismo
antifascista y de las guerras civiles en España y China. No se trata como un
episodio más de la dinámica ideológico-militar de las grandes potencias. Lejos
de una interpretación contingente, los diferentes autores otorgan entidad
propia a aquellos hechos. Las respectivas crisis ofrecen determinadas
características propias y algunas continuidades que justifican sobradamente un
estudio mucho más pormenorizado. A diferencia de análisis previos que habían
fomentado una lectura subordinada y teleológica, los diferentes trabajos aquí
agrupados se aproximan a aquellos años sin preconcepciones y, sin olvidar el
inexcusable contexto, nos permiten un conocimiento de mayor profundidad,
detalle y utilidad.
Todo ello nos devuelve al debate inicial sobre
la centralidad y la marginalidad en el relato histórico, pues trabajos como el
presente nos permitan cuestionar el orden determinado desde la Academia más
tradicional. En este sentido, quizás aquello sancionado por la historiografía
clásica no se corresponda con lo nuclear, ni todo lo que no encaje o difiera
deba ser considerado secundario. Al contrario, y evitando repetir errores
previos limitándonos a sustituir una cosa por la otra, la historia de esos
países, sociedades y culturas en los márgenes del tablero pueden revelarse como
más sugerentes y fructíferos. No por menos explorados, que en algunos casos también,
sino porque dichos casos resultan más extrapolables a terceros y, sobre todo,
mucho más útiles para una mejor comprensión de nuestro
pasado.
En este sentido, tanto el estudio de caso
concreto de las guerras civiles china y española, en sus especificidades y
continuidades, como el análisis del impacto de fenómenos globales como las
grandes ideologías omnicomprensivas e internacionalistas se nos aparecen como
un revulsivo necesario ante el exceso de apriorismos. Sólo cuando hacemos
evolucionar las preguntas podemos aspirar a respuestas diferentes y a facilitar
un avance en el conocimiento.
Enlaces que te pueden ayudar:
Los nacionalistas y sus
líderes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo_chino
https://es.wikipedia.org/wiki/Kuomintang
La última Dinastía China, los
Qing:
https://es.wikipedia.org/wiki/Dinast%C3%ADa_Qing
El Partido Comunista Chino:
https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Comunista_de_China
Fascismo Chino:
Los Brigadistas Chinos en la
Guerra de España:
Un médico canadiense,
convencido hasta la médula en sus ideas, que estuvo en la Guerra de España y en
la Segunda Chino-Japonesa: https://es.wikipedia.org/wiki/Norman_Bethune
Cazarabet
conversa con los autores del libro, Andrés Herrera-Feligreras, Chiao-In Chen, Jesús Sayols, Montserrat
Crespín Perales, Carles Brasó Broggi,
y también con Javier Martín, director
de la colección “Renacimiento de Asia
Oriental”:
-Amigos, ¿desde dónde sale este libro
que pone la mirada en España y China 1937-2017.80 Aniversario del
Internacionalismo Antifascista?
-[Montserrat
Crespín]: El germen del
libro surge en el seno del grupo de investigación ALTER -Crisis, identidad y
representación (Universitat Oberta de Catalunya), en
particular, recuerdo, en un seminario a mediados del año 2013, en el que dos de
los autores, Carles Brasó y yo misma, vimos una
confluencia temática a explorar juntos. En su caso, una conexión entre el
interés de estudiar y conocer el contexto ideológico de los años 1930, el
comunismo en España y la relación con el comunismo en China, con la fuerza de
la lucha internacional contra el fascismo, y los hechos históricos que marcan
una eventualidad previa sustancialmente importante, tanto en el marco
tensionado del internacionalismo como base del comunismo en España y China,
como en la impronta del internacionalismo en figuras como los llamados “médicos
españoles”, aspecto que trata Brasó en su capítulo.
La idea que los dos tuvimos entonces de profundizar en esta cuestión sumando la
perspectiva filosófico política y la histórica, se pospuso por circunstancias
diversas de carácter personal y profesional, retomando la cuestión a finales
del 2016, cuando compartimos esa idea y proyecto con otro de los autores,
Andrés Herrera-Feligreras. Herrera-Feligreras, interesado en nuestra idea originaria, propuso
planificar el seminario que finalmente realizamos en julio del año pasado en el
Instituto Confucio de Barcelona, al que se sumaron Chiao-In
Chen y Jesús Sayols con sus
aportaciones. Después del seminario, con gran éxito de asistencia, convenimos
en dar forma de libro a nuestros estudios porque entendimos que era fundamental
objetivar las investigaciones para abrir la posibilidad de que los lectores
interesados pudieran conocer la riqueza del período de conexión entre dos
países, China y España, que se siguen pensando, erradamente, en demasía,
distantes.
-Influencia inquebrantable la que tiene en
España, también en China la Revolución Rusa del 17 que apuntaló a todos los
partidos comunistas, influenció a otros. ¿Cómo, lo veis? Y mandó a las
trincheras a no pocos con aquellos de que “que vienen los rojos”, ¿es así?
-[Andrés Herrera-Feligreras] Sin duda, la Revolución Rusa de 1917 fue el
acontecimiento clave del siglo XX y el acontecimiento que rompió amarras con el
largo siglo XIX. Su influencia en España, quizás, es conocida. El octubre
soviético supuso un impulso al movimiento obrero en un país donde todavía el
Antiguo Régimen tenía hondas raíces. Se puede trazar una línea que va desde la
Crisis de 1917 hasta el estallido de la Guerra Civil Española en 1936 que pasa
necesariamente por el Trienio Bolchevique (1918-1921), la Dictadura de Primo de
Rivera (1923-1930) y la II República (1931-1936). En ese periodo siempre se
observa una potente dialéctica entre las fuerzas progresistas y conservadoras.
La existencia de un Estado socialista -aunque lejano y precario- era entendido como una grave amenaza para los sectores que
históricamente detentaban el poder en España y no dudaron en apoyar el fascismo
para mantenerlo.
En el caso de China, no debe olvidarse que
vivió su propio Octubre en 1911 y que el KMT es, en su origen, un partido
revolucionario; en su escoramiento a la derecha tiene
mucho que ver la pronta muerte de Sun Yat-sen y
la eliminación física de significativos
líderes del ala izquierda como Liao Zhongkai; Liao fue el principal
arquitecto de la alianza entre comunistas y nacionalistas; precisamente en esta
alianza los comunistas chinos pronto pasaron de ser un actor secundario al
elemento más dinámico del Frente Unido. Esto, sin duda, despertó temores en el
ala conservadora del KMT liderada por Hu Hanmin que empezó a mover sus hilos y apoyó a Chiang Kai-shek durante la
matanza de Shanghai en 1927. La Guerra Civil China se
había iniciado.
-¿El
fascismo en China era una manera, otra manera, de luchar contra la invasión del
Japón? Respecto al fascismo chino: ¿qué características presentaba?; ¿diferenciaciones
respecto a los demás fascismos? Perdonad, no domino mucho la geopolítica ni la
sociopolítica del lugar, pero de entrada los nacionalistas chinos y los
comunistas chinos se unieron contra el Japón…eso yo lo conocía, pero desconocía
mucho más el papel de los fascistas chinos, respecto a la invasión del Japón.
¿Nos lo podéis explicar?
-[Chiao-In Chen] Es una pregunta muy buena y compleja.
Será muy difícil para mí responder y resumir todo en un pequeño párrafo, pero
intentaré explicar unas ideas centrales. Primero de todo, deberíamos romper
esta definición estereotipo eurocentrista sobre el
fascismo que toma como referencia exclusiva los regímenes de Mussolini y
Hitler. Lo que podemos reconocer como fascismo fue consecuencia del desarrollo
de la tradición nacionalista revolucionaria europea de los años 30 del siglo
XX. A partir de grandes “ejemplos” como los casos de la Alemania Nazi e Italia
Fascista, se expandió este fenómeno de radicalización nacionalista
revolucionaria por todo el mundo. Partiendo de esta base, cuando estudiamos el
surgimiento del fascismo en muchos otros países de la época, deberíamos tomar
en consideración de que cada país tenía una situación diferenciada (historia,
cultura, tradiciones, etc.). Hay que tener en cuenta que, durante los años 20 y
30, muchos países a nivel mundial eran colonias de imperios occidentales (u
orientales -Japón-), los cuales también sufrían grandes crisis políticas o
económicas debido a sus conexiones con la metrópoli. Estas conexiones e
influencias entre colonia-metrópoli, influenciaron, entre otros aspectos, la
formación de un discurso fascista en cada caso concreto. En el caso que nos
ocupa, me gustaría defender una definición de un fascismo que nace bajo esas
circunstancias y que podríamos definir como “fascismo defensivo” o “fascismo
periférico” (ambos defienden un proyecto revolucionario nacionalista bajo los
conceptos de antiimperialismo y anticomunismo). El caso chino es uno de ellos:
la Sociedad Lixingshe
(Camisas Azules), liderada por Chiang Kai-shek, pretendió presentar un proyecto político fascista
basado en un nacionalismo militarizado revolucionario y “modernizado” que tenía
como objetivo primordial, entre otros, la regeneración de la gran tradición e
historia china.
Tras la Incidencia de Mukden de 1931 (invasión
japonesa), la cual provocó la dimisión temporal del mismísimo Chiang Kai-shek, los ideólogos de
los Camisas Azules estructuraron un nuevo discurso: “eliminar a los comunistas
antes de luchar contra Japón, establecerse en el interior antes de defender el
exterior”. Siguiendo esta nueva política tras volver Chiang
Kai-shek a la presidencia, este redirigió sus tropas
militares (asesoradas por un consejero militar alemán nazi) hacia la zona donde
se concentraban los comunistas chinos. A partir de ahí se iniciaron diversas
campañas y expendiciones militares contra los comunistas. Como consecuencia de
ello tendría lugar la épica historia de la Larga Marcha en 1934 y 1935. Otro
punto de inflexión fue la Incidencia de Xian en
diciembre de 1936: dos de los antiguos Señores de la Guerra afines a la
creación una alianza unitaria para luchar contra Japón, Zhang Xueliang y Yang Hucheng, forzaron
a Chiang Kai-shek a firmar
un pacto con los comunistas para luchar contra Japón. A partir de aquí las
actividades de los Camisas Azules siguieron un perfil bajo dentro del régimen
nacionalista. Podría continuar más…
-¿Y las
relaciones de estos tres grandes grupos políticos tan diferenciados, cómo eran?
-[Andrés Herrera-Feligreras] Complicadas. De entrada, hay que considerar
que Chiang tuvo que ser secuestrado (Incidente de Xian, 1936) por sus oficiales y obligado a llegar a un
acuerdo con el PCCh. Y, aun así, guardaba sus mejores
tropas, las mejor equipadas y más disciplinadas para luchar contra los comunistas
algo que provocaba constantes desencuentros con Joseph Warren Stilwell, el general encargado de la ayuda enviada por EEUU
para combatir a los japoneses. En realidad, la cooperación entre el PCCh y el KMT tan solo puede llamarse así hasta la caída de
Wuhan (octubre de 1938), después fue una agonía hasta la ruptura en 1941. Sin
querer alargarme demasiado, porque seguro que Chiao-in
tiene que decir en este punto, apuntar que en este periodo la realidad de China
es muy diversa, existen varios gobiernos chinos que colaboran con Japón, pero
no todos los colaboracionistas son iguales. Algunos son de corte tradicional y
fuertemente conservador, otros sin embargo son antiguos dirigentes comunistas o
disidentes del KMT que colaboran desde la convicción de la invencibilidad de
Japón.
-[Chiao-In Chen] La historia de KMT y PCCh
es muy peculiar por circunstancia extraordinaria que se aliaron y se rompieron
varias veces. La primera cooperación fue 1923-24, este pacto fue dirigido bajo
el orden de la Comintern y el fundador del KMT Sun
Yat-sen. Podemos observa que el régimen soviético nunca se tomó en serio la
posibilidad de una revolución proletaria en China, es más, las autoridades
soviéticas vieron en China la posibilidad de una revolución
democrático-burguesa y antiimperialista, lo cual podía proporcionarles un
fuerte aliado frente a Japón y la Gran Bretaña. En otra banda, el interés
principal para Sun Yat-sen era la organización
estructural del partido, teniendo especial interés en la organización de un
ejército de partido con el que iniciar una expedición militar para unificar
China. La ruptura de esta alianza fue el 12 de abril de 1927, una masacre sangrienta
de persecución violenta contra los miembros del PCCh
y sindicalistas en Shanghai. La segunda alianza para
luchar contra Japón inició en julio de 1937, y la paz superficial que mantenía
entre ambas duró hasta 1945, pero en realidad esta alianza frágil en enero de
1941 ya empezaba a tener conflictos militares bajo el contexto de la Guerra
Chino-japonesa. La ruptura era inevitable, la Segunda Guerra Civil China estalló
en 1946 y finalizó en 1949, hizo aflorar la realidad de dos proyectos
ideológicos antagónicos que habían pactado en aras de la realpolitik.
-Mientras
tanto por ahí deambulaba la figura del que fue el último emperador de la
dinastía Qing—Manchú--, el emperador Puyi. ¿Qué papel jugó en toda esta partida de ajedrez?,
porque con lo del Manchuria al ser una Dinastía Manchú…
-[Carles Brasó]: Aisin-Gioro Puyi, el
último emperador de la dinastía Qing fue destronado
con seis años en 1912, pero su vida palaciega siguió en la ciudad prohibida,
ajeno a los cambios que se sucedían fuera. Durante la época de los señores de
la guerra (1916-28), hubo algún intento frustrado de reponerle, pero
finalmente, fue expulsado de la Ciudad Prohibida en 1924. Vivió una temporada
en Tianjin, en la zona de las concesiones internacionales y concretamente en la
concesión japonesa que le brindó protección. Japón llevaba décadas ambicionando
las regiones manchúes del noreste de China y, con este objetivo, había tejido
alianzas con la destronada aristocracia manchú. En 1931, el ejército nipón
ocupó aquellos territorios y declaró la creación de un estado nuevo: Manzhouguo (o Manchukuo). Puyi fue llamado a ocupar un puesto clave, primero como
dirigente civil y, a partir de 1934, como emperador del nuevo estado.
Lógicamente, su participación en este gobierno títere convirtió a Puyi en enemigo tanto del gobierno nacionalista como de las
fuerzas comunistas acuarteladas en Yan’an. Puyi fue un gobernante títere de los japoneses hasta la
liberación de Manchuria en 1945. Sin embargo, el gobierno de Mao quiso que
convertir a Puyi en un ejemplo de reeducación y, tras
una década de prisión, salió en libertad y vivió en Beijing como jardinero y,
posteriormente, como archivero. De este modo, pudo escribir sus memorias que se
convirtieron en un texto importante para el maoísmo dado que demostraba que
incluso un emperador manchú y colaboracionista de Japón podía ser reeducado.
-Siempre ha
habido gentes, corrientes que han tenido “el don” de traslación de un lugar a
otro, ¿se produjo eso en China entre fascistas que pasaron a ser comunistas,
por ejemplo?
-[Andrés Herrera-Feligreras] Encontramos itinerarios biográficos muy
interesantes en este periodo. Yo voy a mencionar dos casos que hicieron el
itinerario contrario. Es decir, transitaron de la izquierda a la derecha. En primer lugar, el de Wang Jingwei (汪精衛). Tras el asesinato de Liao
en 1925 fue el máximo dirigente del ala izquierda del KMT y tras la matanza de Shanghai en 1927 lideró la oposición a Chiang
dentro de su propio partido. Desde estas credenciales, Wang fue evolucionando
hasta ser uno de los más firmes partidarios de la colaboración entre China y la
Alemania nazi y, por esa
vereda, llegó a encabezar, desde 1937, un gobierno colaboracionista con los
japoneses en Nankín. En segundo lugar, Cai Xiaogan
(蔡孝乾) un taiwanés que cumple todo el cursus honorum, se
inicia en Taiwán en los movimientos cívicos que pedían más autogobierno frente
a Japón, luego se afilia al Partido Comunista Taiwanés, en 1928 pasa a formar
parte del PCCh en la República Soviética China de
Jiangxi, es el único taiwanés que participa en la Larga Marcha etc.; a finales
de 1949 es enviado a Taiwán para organizar el Partido y es detenido. Cai traicionará a sus camaradas -lo que supuso 1800
detenciones y la destrucción de la estructura clandestina del PCCh en Taiwán- acabando sus días como un alto oficial de
inteligencia del KMT.
-[Chiao-In Chen] Me gustaría aprovechar la ocasión
para aportar algún dato novedoso sobre algunos miembros de los Camisas Azules. Liang Ganqiao (梁干乔, 1903-1946), fue un estudiante de las
primeras promociones de la Academia Huangpu en 1924.
Durante su estancia de formación en la Unión Soviética fue trotskista, y
posteriormente represaliado en Siberia. En mayo de 1931 hizo un giro total y
manifestó su posición contraria al marxismo, llegando a afirmar que el
comunismo no era adecuado para China. Esa senda le llevó a convertirse en los
miembros centrales en el proceso de fundación de los Camisas Azules. Otro caso
que podemos observar es el de Ceng Kuoqing (曾扩情), que, por circunstancias de la
Guerra Civil China, tuvo que elegir entre uno de los bandos. Esta figura se
convertiría en uno de los miembros de los Camisas Azules, aunque su mayor
servicio fue la gestión del Ejército nacionalista. Sin embargo, Ceng siendo un cuadro militar de confianza de Chiang Kai-shek, también tuvo
buena relación con Zhang Xueliang. Hubo una anécdota
sobre Ceng cuando la noticia del secuestro de Chiang Kai-shek en Xian impactó todo el país. Cuando la tensión y la
incertidumbre estaba en su máximo nivel, Ceng se
aproximó a la emisora de radio de la capital Nanjing y proclamó un famoso
discurso para calmar a la población, dijo:Zhang
Xueliang y Yang Hucheng no
tenían mala intención con Chiang Kai-shek.
Cuando el Comité Central (del Partido nacionalista KMT) se comprometa a
paralizar la Guerra Civil y aliarse con los comunistas para luchar contra
Japón, el Generalíssimo Chiang
podrá volver sano y salvo. No os preocupéis. Esta acción de Ceng
nunca fue perdonada por parte Chiang Kai-shek, aunque Ceng seguiría al
servicio de la causa nacionalista luchando en primera línea contra los
comunistas durante la segunda fase de la Guerra Civil china. Durante el
invierno de 1949, cuando las tropas nacionalistas se retiraron a Taiwán, Ceng eligió quedarse y se rindió antes de las tropas
comunistas.
-China
vivió varios conflictos internos muy, muy crudos y todos dejaron a la sociedad,
a sus sociedades marcadas y España, en otro plano, pero también serán en otros
contextos, pero los conflictos entre miembros o ciudadanos de un mismo Estado,
dejan huellas y heridas que terminan mucho en cerrarse. ¿Cómo lo veis?
-[Jesús Sayols]: Los conflictos entre miembros o ciudadanos de
un mismo Estado siempre dejan huellas y heridas. En China, la rivalidad entre
el bando del Guomindang y el bando comunista estuvo presente en mayor o menor
medida desde la segunda década del siglo XX, aunque el gran conflicto armado
entre ambos no estallara hasta después de la invasión japonesa (1945), sin que
ello signifique pormenorizar las contiendas durante todo el periodo. Sin
embargo, ninguno de los dos bandos consiguió erigirse como abanderado exclusivo
del Estado, pues ninguno de ellos pudo garantizar el dominio de todo el
territorio durante el periodo de pugna entre ambos. En España, por otro lado,
la situación fue otra: hubo una rebelión por parte de uno de los bandos, el
fascista, contra el otro, el republicano, que sí representaba este último al
poder establecido de manera democrática. Es más, en el caso español, el bando
perdedor de la guerra desapareció del mapa, ya sea por exilio de sus
integrantes o por su asesinato por parte del bando vencedor. En el caso de
China, el bando perdedor del conflicto tuvo la oportunidad de establecer un
nuevo estado tras su exilio en Taiwán. Pienso que es extremadamente importante
hacer esta distinción y tener en cuenta que los perdedores del conflicto en
España fueron víctimas de una rebelión antidemocrática contra el Estado. Pongo
solo dos ejemplos: en España, a Federico García Lorca, poeta y artista,
asesinado por el bando fascista y del cual todavía ni siquiera se ha recuperado
su cuerpo; en China, Du Heng, escritor, uno de los
integrantes del famoso grupo de la revista Les
contemporains, quien fuera camarada en sus
inicios de muchos de los integrantes del bando comunista, exiliado
voluntariamente con el Guomindang a Taiwán, donde pasó el resto de sus días
plácidamente. Sí, las huellas y las heridas tardan mucho en cerrarse.
-Además, en los dos escenarios convergen el
fascismo, el comunismo y el nacionalismo, con sus diferenciaciones y
convergencias, ¿qué nos podéis comentar?…
-[Montserrat
Crespín]: Como intento
justificar en mi aportación a la obra, para comprender lo que sucede en el
terrible siglo XX, se deben conocer y reseguir todos los pespuntes de la
historia. Y, en este sentido, no se puede pasar por alto lo que sucede en el
período del 1937-1939, y el hecho de que en España y en China se fragua el
prólogo al crudo conflicto mundial a partir de 1939. Por otro lado, los
movimientos antifascistas organizados en los dos países ven con claridad la
simetría entre la lucha revolucionaria española y la resistencia china a Japón,
algo que se muestra con evidencias si se analizan los diversos textos del
diario de las Brigadas Internacionales, The Volunteer for Liberty.
Organ of the International Brigades (El
Voluntario por la Libertad. Órgano de las Brigadas Internacionales) que
empieza a publicarse en 1937. En estos textos, muy desconocidos a nivel de
investigación historiográfica desde la historia de las ideas, se encuentra un
hilo fuerte que sirve para la reconstrucción empírico-conceptual del historial
del internacionalismo en las relaciones entre China y España. Los artículos
ponen sobre la mesa, además, la otra vereda expedita para criticar cómo, en
nuestro contexto reciente, se ha resignificado la
importancia de esa lucha fraternal entre dos pueblos para proyectarse, hoy, en
equilibrio falaz, el fascismo y el comunismo como totalitarismos y emborronar
la, todavía por hacer, evaluación del problema que plantean los nacionalismos.
A nivel filosófico-político, la remembranza de la década de los años 1930-1940
debería servir como palanca para desmontar el contexto culturalista y fragmentador de las luchas comunes que, sin parecer
quererlo, no hacen sino crear espacio y dar aire al conservadurismo y su
interesada querencia por las identidades nacionales y culturales que tiene
fuerza para obstaculizar cualquier cosmopolitismo y que recibe la ayuda de una
izquierda desnatada y su postmodernismo que se entretiene en relativismos y
coadyuva en la presente y grave coyuntura.
-La lucha
Antifascista, al menos en la Guerra de España, tuvo a miembros en las Brigadas
Internacionales, pero lo que está claro es que la lucha antifascista no
terminaba ni aquí ni allí en esto…
-[Montserrat
Crespín]: Justamente. Las
Brigadas Internacionales son apenas un ápice del internacionalismo antifascista
y sus luchas. El problema es que, en el conocimiento histórico del episodio de
las guerras en los dos países, lo que queda es el romanticismo deslavazado en
torno a las figuras conocidas o iconográficas, y pocas veces se va al fondo de
la cuestión, rico en matices y que requiere un estudio serio y detallista. El
fondo de la cuestión pasa, primero, por desmontar mitos o superficialidades,
como la apelación simplificada y esquemática de que los pueblos chino y español
eran autómatas al servicio del centro de poder soviético o la divisa de un
entendimiento igualmente esclerótico de los antifascismos, en el seno o fuera
del estalinismo. La oscuridad de muchos capítulos de esa lucha antifascista
-que, por ejemplo, Almudena Grandes está sacando a la luz con sus novelas como
“episodios de una guerra interminable” y que están descubriendo al lector a
través de la literatura aspectos convenientemente silenciados por la historia
plana del pasado reciente- ha servido para aguar la crudeza y abrir el camino a
malentendidos peligrosos. Sin ir más lejos, ese entendimiento equivocado del
pasado contribuye al renacer en Europa del aislacionismo, del fascismo
travestido en mil formas de impostada “liberalidad” o la nueva faz de las
democracias totalitarias, como las denominara J. L. Talmon.
De hecho, necesitamos trabajar más para desmontar los discursos que, poniendo
por parejos los fascismos europeos y el ultranacionalismo japonés con el
comunismo soviético, han contribuido a la parálisis de alternativas efectivas y
concretas de carácter político, social y económico. Se trata de desperezarnos
intelectualmente y en la práctica, para empezar, viendo en cada uno cómo hemos
naturalizado el proceso de retransformar los hechos
que marcan el antifascismo a partir de los años 1930 en su negativo
significante. En el nivel de honestidad requerido para contemplar y hacer una
sustancial tarea historiográfica que nos aporte un sentido presente, quizás se
trata, para empezar de, como decía Marx, reconocer que el propio educador
necesita ser educado.
-Habladnos, por favor, de esa cooperación
sanitaria que tuvo, por ejemplo, si no recuerdo mal, por ejemplo, al Dr Bethume cono denominador común
en los dos conflictos….
-[Carles Brasó]: Norman Bethune es el
caso más conocido de los puentes de colaboración sanitaria que existieron entre
España a China entre 1938 y 1939. Durante la Guerra Civil en España, centenares
de voluntarios médicos procedentes de todo el mundo viajaron a nuestro país
para colaborar con las fuerzas republicanas, formando parte de un movimiento
internacional antifascista. Este movimiento, con una mayoría comunista pero integrado por diversas fuerzas de la izquierda
internacional, percibió que España y China eran dos partes de un mismo
conflicto internacional, un conflicto que enfrentaba el fascismo y el
antifascismo. Bajo esta lógica, cuando la guerra en España se dio por perdida,
varios médicos que habían trabajado en la Guerra Civil decidieron viajar a
China para continuar con su labor médica, en el contexto de la guerra de China
contra Japón (1937-45). Organizaciones internacionales que antes habían enviado
medicinas y dinero hacia España dirigieron su ayuda hacia China. Norman Bethune es el médico más famoso y ha recibido atención
académica, pero no estuvo solo. Unos 25 médicos con experiencia previa en
España viajaron a China y trabajaron en varios frentes, tanto en la zona
comunista como en la zona dominada por los nacionalistas. En China sus
historias han alcanzado cierto renombre y se les conoce como “médicos
españoles” aunque, en realidad, ninguno de ellos era español. En España, en
cambio, su periplo es prácticamente desconocido.
-¿Nos podéis
comentar cómo está yendo la Colección, esta, de Comares que mira tanto a Asia
Oriental? ¿y en qué está trabajando actualmente la
misma—nos referimos a si ya hay proyectados nuevas incorporaciones?
-[Javier Martín]: La colección Renacimiento de Asia
oriental, en la editorial Comares, comenzó su andadura en el año 2013 y desde
entonces se ha mantenido una media de publicación de dos monografías por año.
La idea surgió con el objetivo de crear una plataforma para dar salida a
investigaciones sobre Asia Oriental ante el creciente interés de esta
disciplina académica, tanto para investigadores que ya llevan un tiempo
trabajando en este campo como para los nuevos investigadores que están
surgiendo de la universidad en los últimos años. Hasta el momento, el
protagonismo de la colección lo está teniendo China, quizás por el auge de los
estudios sinológicos en nuestras universidades y el actual interés por este
país, y fruto de ello lo encontramos en una serie de libros que hemos
publicado, especialmente en temáticas enfocadas en la historia y la literatura.
Pero el objetivo de la colección es ir publicando libros en torno a otros
países de Asia Oriental y estamos estudiando la posibilidad de que estudios
sobre Japón comiencen a formar parte de la colección. Por supuesto, también
estamos abiertos a propuestas que aborden temas de otros países de Asia
Oriental y el objetivo es que poco a poco lo logremos.
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España y China
1937-2017. 80 aniversario del Internacionalismo
antifascista. Andrés
Herrera-Feligreras, Chiao-In
Chen, Jesús Sayols,
Montserrat Crespín Perales, Carles Brasó Broggi. Prólogo de Manel Ollé, Epílogo de Jaume Claret
145 páginas 17 x 24 cms.
12.00 euros
Comares
Las páginas de este volumen van
más allá del simple seguimiento de las huellas del internacionalismo
antifascista y de las guerras civiles en España y China. No se trata como un
episodio más de la dinámica ideológico-militar de las grandes potencias. Lejos
de una interpretación contingente, los diferentes autores otorgan entidad
propia a aquellos hechos. Las respectivas crisis ofrecen determinadas características
propias y algunas continuidades que justifican sobradamente un estudio mucho
más pormenorizado. A diferencia de análisis previos que habían fomentado una
lectura subordinada y teleológica, los diferentes trabajos aquí agrupados se
aproximan a aquellos años sin preconcepciones y, sin olvidar el inexcusable
contexto, nos permiten un conocimiento de mayor profundidad, detalle y
utilidad.
Todo ello nos devuelve al debate inicial sobre la centralidad y la marginalidad
en el relato histórico, pues trabajos como el presente nos permitan cuestionar
el orden determinado desde la Academia más tradicional. En este sentido, quizás
aquello sancionado por la historiografía clásica no se corresponda con lo
nuclear, ni todo lo que no encaje o difiera deba ser considerado secundario. Al
contrario, y evitando repetir errores previos limitándonos a sustituir una cosa
por la otra, la historia de esos países, sociedades y culturas en los márgenes
del tablero pueden revelarse como más sugerentes y fructíferos. No por menos
explorados, que en algunos casos también, sino porque dichos casos resultan más
extrapolables a terceros y, sobre todo, mucho más útiles
para una mejor comprensión de nuestro pasado.
En este sentido, tanto el estudio de caso concreto de las guerras civiles china
y española, en sus especificidades y continuidades, como el análisis del
impacto de fenómenos globales como las grandes ideologías omnicomprensivas e
internacionalistas se nos aparecen como un revulsivo necesario ante el exceso
de apriorismos. Sólo cuando hacemos evolucionar las preguntas podemos aspirar a
respuestas diferentes y a facilitar un avance en el conocimiento.
PRÓLOGO: Trayectos sino-hispanos de ida y vuelta
Por Manel Ollé
PRIMERA PARTE: EL CONTEXTO
La Revolución de Octubre, España y China
Por Andrés Herrera-Feligreras
La revolución fascista china: una alternativa de defensa del país antes del
estallido de la segunda guerra chino-japonesa
Por Chiao-In Chen
La Generación del 27 como modelo literario de la resistencia antifascista en
China
Por Jesús Sayols
SEGUNDA PARTE: EL FRENTE
Espectros resignificados. China, España y el
movimiento internacional contra el fascismo (1937-1939)
Por Montserrat Crespín Perales
La cooperación sanitaria internacional en España y China, 1936-1945. El caso de
los “médicos
españoles”
Por Carles Brasó Broggi
EPÍLOGO: En los márgenes del tablero
Por Jaume Claret
BIBLIOGRAFÍA
GLOSARIO DE TÉRMINOS
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