Cazarabet conversa con... Mariano F. Urresti, autor de “La espada del diablo” (Almuzara)
Mariano Fernández Urresti nos hace llegar una
historia de suspense, un especie de thriller casi policíaco cuando no existían
los policías, pero sí los asesinatos, los misterios y los suspenses…sobretodo todo
ello ligado por leyendas
El libro lo edita Almuzara.
La sinopsis del libro:
William de Yorkshire es un caballero templario
con una extraordinaria capacidad de deducción; un don que le ha llevado a
resolver misteriosos sucesos a lo largo de su trayectoria en la Orden, tanto en
Europa como en Tierra Santa. Una virtud que le abrió las puertas de una
enigmática hermandad dentro del Temple que custodia su verdadero tesoro.
Jacques de Autier ha
sido educado dentro del credo cátaro y, a través de su mirada, el lector
asistirá a la caída de Montségur y tendrá acceso a
los secretos que se ocultaban en la inexpugnable fortaleza occitana.
Las vidas de ambos se entrelazarán cuando
William intente resolver los asesinatos de varios abades de los siete
monasterios construidos sobre el tajo que la espada del arcángel san Miguel
asestó a la tierra durante su enfrentamiento contra el diablo. Siete templos
dispuestos en una rigurosa línea recta a lo largo de miles de kilómetros desde
Irlanda hasta Tierra Santa. Siete enclaves sagrados que, por supuesto, existen.
Dios y el Diablo se disputan el alma de cada
hombre. Pero ni siquiera un templario acostumbrado a convivir con la muerte
podía sospechar que el desenlace de esa partida fuera a depender de él.
La búsqueda del Arca de la Alianza o del Santo
Grial empalidecen ante el reto que William de Yorkshire ha de afrontar. Esa
aventura no es únicamente la más terrible de su vida; es también la más
importante para todos nosotros, por su trascendencia para la Humanidad.
Los secretos templarios, el tesoro cátaro, la
espada del diablo… El juego ha comenzado, ¿te atreves a participar?
El autor, Mariano Fernández Urresti:
Licenciado en Historia. Nacido en Santander,
ha sido asesor del Consejo de RTVE en Cantabria. Es autor de veintidós libros
sobre enigmas históricos, entre los que destacan Los Templarios y la palabra
perdida, La vida secreta de Jesús de Nazaret, Colón el Almirante sin rostro,
Las claves perdidas del Camino de Santiago o Felipe II y el secreto de El
Escorial. Es coautor de libros como Gótica o Las claves del Código Da Vinci. Ha
ganado el III Premio Finis Terrae
de Ensayo Histórico con su obra La España expulsada, en la que profundizaba
sobre la huella del Islam y de la Sefarad judía en la
España medieval. Entre otras, ha publicado las novelas Las violetas del Círculo
Sherlock, La tumba de Verne y Agatha escribía con
sangre (esta novela fue una de las cinco seleccionadas por el Festival
Internacional de Cine de Sitges 2017 para poder ser llevada a la gran
pantalla). Recientemente, ha visto la luz su Crónica negra del Grial y
¿Apocalipsis? Con Almuzara ha publicado Los fantasmas de Bécquer, Los
templarios y el secreto de las catedrales y El enigma Dickens con el que obtuvo
el Premio Jaén de Narrativa. Página web: www.marianofernandezurresti.com
www.facebook.com/mariano.fernandezurres
Cazarabet
conversa con Mariano Fernández Urresti:
-Amigo,
¿qué te ha llevado a escribir esta novela?;¿qué es lo
que te la inspira?
- “La espada del diablo” es, en gran medida,
el resultado de casi toda mi vida, porque algunos de los escenarios, como el
Monte Carmelo o el Bosque de Oriente, los visité hace muchos años. Pero de un
modo más concreto, ha significado tres años de trabajo entre el proceso de
documentación y redacción. La inspiración de la novela llegó por varias vías:
mi primera visita a Mont Saint Michel para escribir
“Los fantasmas de Bécquer”, que fue cuando comencé a interesarme por la leyenda
de la llamada Línea Sacra de San Miguel, y, especialmente mi interés por los
enigmas templarios y la herejía cátara.
-Mariano la
historia y los misterios históricos son un hilo conductor y un denominador
común del que tiras para escribir tus novelas… ¿por qué la historia y qué
grietas de misterio sueles buscar en ellas..?
-Yo soy Licenciado en Historia, pero me
seducen igualmente los misterios. En las novelas se permite al autor licencias
que imposibles en un ensayo, de modo que puedo aventurar teorías sobre sucesos
que forman parte de la trastienda de la Historia; ángulos oscuros de personajes
como Dickens, Bécquer, Verne… Siempre parto de
sucesos que realmente ocurrieron.
-El ser
historiador te genera mucha ansiedad porque me da que ingiere que seas como más
exigente con los hechos y todo lo que rodea el o los escenarios, los personajes
y la trama….¿es así?
-Sí, es cierto. Intento que la documentación
sea exhaustiva, que las descripciones se ajusten en todo lo que pueda a la
realidad y que el contexto en el que se plantea la aventura sea creíble. Se
trata de ficción sostenida por hechos reales.
-La novela
histórica es una manera, una forma que está ahí como a manera de instrumento
para introducirnos en ciertos episodios de la historia y hacer que desde ahí,
de manera directa o indirecta aprendamos o hagamos por aprender…? Solamente se despierte
la curiosidad ya es mucho, ¿verdad?
-Me siento premiado suficientemente con que
mis libros se lean y sirvan para que el lector conozca la biografía oculta de
algunos personajes o le inciten a visitar los escenarios donde se desarrollan
las tramas.
-Como
historiador, amigo, ¿qué encuentras en la novela…en esta especie de instrumento
para entretener y contar o hacer divulgación de la historia?
- Como antes indiqué, he escrito también
numerosos ensayos, pero la novela carece de los corsés obligatorios de un libro
de no ficción. Para aventurarte por los rincones no explicados o por las
leyendas, la novela es un instrumento mucho más útil.
-Quizás para ti
como historiador no sea muy afanoso, pero los procesos de documentación suelen
ser tan trabajosos como compensatorios, una vez “visto y encontrado” el
resultado final, ¿no?;¿qué nos puedes decir?
-Para escribir mis novelas leo en primer lugar
bastantes libros de especialistas, de personas que saben mucho más que yo. Saco
infinidad de notas con las que relleno enormes cuadernos, estructuro después
toda esa información y, siempre que me es posible, visito los escenarios donde
tendrá lugar la trama para completar la documentación.
-¿Y cómo ha sido la metodología de
trabajo?
-Básicamente, el proceso es el que he descrito
con anterioridad. Obviamente, todas las lecturas tienen un origen, y es la idea
sobre la cual pretendo escribir. No leo al azar, sino que busco la bibliografía
precisa para mi propósito.
-¿Aquí la trama
está por encima de todo…incluso de los escenarios que tienen tanta fuerza y del
personaje, William de Yorkshire?---aunque la fuerza del personaje casi hace
equilibrar esa balanza del protagonismo, ¿no?-
-William es un homenaje a uno de mis
personajes de ficción más queridos, como explico al final de la novela. Pero
también es alguien a quien “vi” de algún modo una tarde de invierno mientras
visitaba en soledad la catedral de Chartres.
Naturalmente, no se me apareció un caballero templario en el Pórtico de los
Iniciados, sino que se produjo una casualidad, si es que se puede denominar
así, aquella tarde que me permitió “conocerle” casi dos años antes de comenzar
a escribir la novela.
-La capacidad de
deducción del protagonista me recuerda—no me gustan las comparaciones---pero no
lo puedo evitar…bien, lo que te decía, me recuerda al protagonista de El nombre
de la rosa de Umberto Eco… no sé, tú me dirás….
-Más diría que Guillermo de Baskerville recuerda al mismo personaje a quien recuerda
William de Yorkshire. Todo se explica al final de “La espada del diablo”.
-Templarios,
cátaros…formas y maneras muy, muy diferentes de concebir el credo cristiano,
pero la historia les hace coincidir…
-No son los únicos que interpretaron el
cristianismo de forma diferente. En un momento de la novela, otro personaje llamado
Sherrin dice: “Arrianos, bogomilos,
donatistas, docetinos, ebionitas, cátaros, mesalinos, maniqueos, monofisistas,
montanistas, espirituales, valdenses, nestorianos, priscilianistas, paulicianos, luciferinos, fraticellis…,
todos se habían disputado durante cientos de años la túnica de un hombre a
quien nadie conocía en realidad y a quien, posiblemente, ellos mismos hubieran
crucificado si les llevaba la contraria...”.
-Estos siete
templos en los que transcurren esas tragedias, ¿por qué los escogiste o te
escogen ellos?;¿son la espina dorsal que marcan el
tempo y la acción de la trama?
-Son siete lugares sagrados reales, y su
disposición en línea recta a lo largo de miles de kilómetros también lo es. La
leyenda habla de la lucha del arcángel San Miguel con el Diablo y que, con su
espada, dibujó esa línea imaginaria. Es un relato con tanta fuerza y cargado de
poesía, que me pareció precioso para una novela donde todo gira, en el fondo,
alrededor de la lucha entre el Bien y el Mal, entre la Luz y la Oscuridad, tal
y como pregonaban los cátaros y los gnósticos, cuyas ideas influyeron en el
Temple.
-Por cierto
amigo, ya que te tenemos aquí y estamos conversando…-¿Qué es para ti la
narración en este caso llevado a la novela histórica?
-Lo único que te puedo decir es que trato de
relatar en mis libros las historias que a mí mismo me gustaría leer, y que
elijo los temas que me apasionan, porque de otro modo resulta difícil
entregarse durante tantos meses a estudiar y leer.
-Amigo,
¿qué pretendías al sumergirnos en este ejercicio narrativo…?
-Podría decirte que únicamente pretendo
entretener, proporcionar una visión de la historia desde un ángulo diferente…,
pero la novela tiene algunos otros mensajes que cada cual podrá entender a su
modo.
-Se nota que te
lo has pasado muy bien escribiendo, creando e imaginando esta historia, ¿no?;
también “se nota” que lees y que sobretodo has leído mucho y que esas lecturas
te van sugiriendo giros narrativos dentro de ciertos escenarios históricos y
narrativos…
-Si no se lee, es difícil escribir. Y si no
disfrutas, el resultado de lo que has escrito se resiente.
-¿Algunas de tus
creaciones te llevan a otras…algunos giros narrativos, personajes y/o
escenarios te llevan a pensar en otros para construir nuevas narraciones?
-Sí, en realidad, he ido construyendo un
diminuto universo entrelazado en diferentes novelas y que ha tenido como nexo
común un personaje llamado Miguel Capellán que apareció por vez primera en “La
tumba de Verne” y después en “Los fantasmas de
Bécquer” y en “El enigma Dickens”. Únicamente está ausente en “Las violetas del
Círculo Sherlock” y en “Agatha escribía con sangre”, pero también estas dos
novelas están unidas a las anteriores por abordar ángulos oscuros de personajes
literarios o vinculados a la Literatura.
-Mariano, ¿nos
puedes decir en qué andas trabajando ahora…nos puedes dar alguna pista?-¿Cómo
ha sido trabajar con Almuzara?
-Estoy trabajando en otra novela que hará
viajar a los lectores aún más lejos en el tiempo. Es un viejo proyecto personal
y al que tengo un enorme cariño, pero que se ha visto pospuesto por diferentes
razones. Ahora, le ha llegado el turno. Ojalá, cuando se publique, sea del
agrado de los lectores.
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