Cazarabet conversa con... José Serafín Aldecoa Calvo, autor de “Minas y mineros de Escucha 1900-1968” (Asociación Cultural para la
Conservación del Patrimonio Minero de Escucha)
José Serafín Aldecoa centra su
atención ante los hombres y mujeres del carbón en la localidad de Escucha.
Edita el libro la Asociación Cultural para
la Conservación del Patrimonio Minero de Escucha.
La sinopsis del libro:
La
primera reunión documentada de la minería de Escucha nos lleva a 1683
cuando en una probanza practicada en Montalbán al testigo Jaime Latorre,
labrador y vecino de Escucha, este declara que Asensio Xorcas,
también de Escucha, fallece por enterramiento sacando azabache en una partido
del Barranco Malo, donde había cuevas abiertas de muy antiguo. Precisamente en
1757, Gerónimo Aznar y varios vecinos más de Escucha apelan a Montalbán sobre
pertenencia y derecho de dichas minas---Pleitos civiles del Archivo Histórico
Provincial de Zaragoza---.Desde esta fecha a 1968, con la construcción de la
Central Térmica de Escucha, el investigador e historiador José Serafín Aldecoa
Calvo nos lleva a un recorrido para la recuperación del pasado histórico de de
Escucha, cuya actividad más reciente ha estado ligado al carbón.
José Serafín Aldecoa una pluma
imprescindible que se sumerge en
escenarios que han marcado el compás histórico de Teruel…
Con nosotros, el autor ya ha
conversado varias veces:
En torno a la prensa: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/prensateruel.htm
Y en esta compilación de “turolenses
reseñables”: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/aldecoaturolenses.htm
Aldecoa se ha acercado a la minería y
en concreto al movimiento sindical en torno a este sector:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/sindicatosmineros.htm
Cazarabet conversa con José Serafín Aldecoa
Calvo:
-
Amigo Serafín, ¿qué te hace fijarte en las minas y mineros de Escucha?
-El libro sobre la minería
y los mineros de Escucha nació por encargo. Miembros de la modélica y ejemplar
Asociación Cultural para la Conservación del Patrimonio Minero de Escucha
(ACCPAME), entre ellos uno de sus representantes más destacados Agustín Sanz Vituri, conocieron mi libro sobre los sindicatos mineros de
la provincia de Teruel (1928-1938), publicado por Comuniter, y tenían interés
en recuperar el pasado minero de Escucha, así que me pidieron que si podía
realizar un estudio monográfico de su localidad que pudiera proyectarse en una
revista que pensaba repartirse entre los socios, pero dada la amplitud del
trabajo hubo que buscar a una publicación de mayor extensión y envergadura que
dio lugar al libro Minas y mineros de
Escucha (1900-1968)
Quiero decir también en
este sentido que siempre me ha gustado colaborar en diversas actividades
(conferencias, debates, publicaciones...) programadas por las asociaciones
culturales de diferentes localidades de la provincia de Teruel (Lechago, Cella, Caminreal, Bronchales...) porque yo vengo de ese mundo y sé lo que
cuesta sacar adelante un programa de actividades, por lo que cuando me lo pidió
ACCPME me volqué en el proyecto de forma desinteresada.
Por otra
parte, en numerosas publicaciones sobre las Cuencas Mineras (CC.MM.) de Teruel
siempre se habla de la importancia de Montalbán con su Sindicato Obrero Minero
de UGT de ámbito comarcal, de Utrillas y la empresa Minas y Ferrocarriles de
Utrillas (MFU), de la producción del lignito turolense, del movimiento
obrero... mientras que se ha obviado y
olvidado Escucha cuando su patrimonio minero e industrial ha sido tan
importante o más que el de los anteriores municipios al igual sus luchas
obreras. Es por ello que he querido dedicar esta monografía a esta localidad
muchas veces olvidada y camuflada bajo las "faldas" de los otros
municipios. Un ejemplo claro: en el momento en que se inauguró la central
térmica durante el Franquismo se le puso de nombre de "Utrillas"
cuando sus instalaciones se encontraban dentro del término municipal de
Escucha. Un agravio en toda la regla.
-Este libro guarda
muchísima vinculación sobre el libro de los mineros y los sindicatos que
escribiste hace un tiempo y que te editó Comuniter…
-Sí, entonces se hablaba
fundamental y específicamente sobre los sindicatos de clase (ugetistas y
anarcosindicalistas) así como de los católicos de la Comarca de las Cuencas
Mineras pero también de Libros y de Ojos Negros/Sierra Menera por lo que el
tema era más amplio, complejo y entroncaba más con el contenido de mi inacabada
tesis doctoral sobre el movimiento obrero durante la II República y la
conflictividad laboral. Ambas publicaciones
comparten un apartado que es el dedicado al movimiento ugetista y
socialista de los mineros de Escucha puesto que junto a los de Montalbán,
Utrillas y Palomar de Arroyos se integraban en el Sindicato Obrero Minero de
Montalbán (SOMM), de ámbito comarcal en un principio, pero posteriormente cada
sindicato de cada localidad adquiriría autonomía propia.
Otro elemento
diferenciador entre ambas publicaciones es la cronología ya que el contenido de
aquel concluía en 1938 con la llegada de las tropas franquistas a las Cuencas
Mineras y el de Escucha acaba treinta años más tarde con el inicio de la
Térmica en 1968.
-
En los primeros conflictos en torno a la mina entre los mineros y sus patronos
surgen las semillas o los cimientos que son hoy, ya, problemas inabordables que
han acabado con la minería como actividad…--al margen de otras consideraciones-
-Empleando terminología
actual, habría que hablar de "precariedad en el empleo" de los
mineros con jornales -no salarios- escasísimos y condiciones laborales
inestables ya que, por lo general, no se firmaba un contrato de trabajo escrito
donde se reflejasen en sus cláusulas la jornada laboral, el descanso dominical,
el despido, vacaciones...
Las
condiciones de contratación se fijaban, la mayoría de las veces, de forma
verbal, dependiendo del libre albedrío del patrono que podía modificarlas a su
antojo. Ello suponía que la industria minera fuese una fuente de importantes
ganancias, esto es, era un gran negocio funcionando con esquemas empresariales
de un capitalismo salvaje y sin control de ningún tipo. Este sistema de
producción de principios del siglo XX se mantuvo hasta hace unas décadas en las
que la aplicación de unas normas laborales modernas hizo que los empresarios no
obtuviesen los mismos beneficios y que las minas fuesen menos rentables dando
al traste la mayoría de ellas, entre otras razones, por la importación de
carbones más baratos de otros países lejanos como el caso de Sudáfrica que
resultaban más rentables que el carbón de CCMM pese a la enorme distancia de su
producción.
- ¿Cómo ha sido, en este libro,
el proceso de documentación e investigación en torno a la actividad minera de
Escucha?. Háblanos un poco de las dificultades, si las
ha habido, y de la estructura de este trabajo de investigación….(veo que sigue un poco la que ya mostrabas)
-Primer problema sobre las
dificultades encontradas: la inexistencia de documentación primaria municipal,
notarial, eclesiástica... ya que la llegada de la Columna anarquista de
Carod-Ferrer a Escucha a principios de agosto de 1936 supuso, como ocurrió en
otros lugares, la quema y destrucción de todos aquellos "papeles" que
formaban parte de la Administración histórica de la localidad.
De MFU, la
empresa que dirigía Santiago Baselga que en los años
treinta del siglo pasado era la mayor propietaria de minas de Escucha, se
conserva un cuidado y ordenado archivo en Utrillas que he manejado durante mis
investigaciones. El problema con el que nos me topé es que no existe una documentación diferenciada entre las minas de
las localidades (Escucha, Utrillas, Palomar de Arroyos...) donde MFU tenía
minas por lo que el aprovechamiento del contenido del archivo desde el punto de
vista investigador ha sido limitado. Otro de los archivos privados que hemos
manejado ha sido el del empresario de Escucha Amado Martín Aznar (Minera Martín
Aznar S.A.) y de cuya documentación nos ha servido especialmente la que nos
facilitó uno de sus familiares, Joaquín Martín, que la conserva con mimo.
Dentro del
Archivo Histórico provincial de Teruel también hemos podido bucear y encontrar
informaciones relativas a cuestiones de diferentes momentos pero especialmente
del Franquismo como la represión ejercida sobre los mineros y sus
organizaciones sindicales, presencia, actividades y movimientos del maquis en
la provincia, el somatén de Escucha...
Aparte de
diversas webs de contenido fiable (archivo Fundación Pablo Iglesias, sobre
todo), finalmente citaremos, entre otras fuentes, la prensa histórica de la provincia de
Teruel, de la que existe una buena colección digitalizada, desde el Boletín Minero y Comercial de Gascón y Guimbao de principios del siglo XX hasta el periódico ¡Adelante!, órgano del PSOE y de la UGT turolenses de los años
treinta del siglo pasado y con menos aprovechamiento del Boletín de la UGT y El
Socialista, estos de ámbito nacional.
En cuanto a
la estructura del contenido del libro, se ha seguido el desarrollo cronológico
histórico: desde el inicio de las explotación industrial de las minas de
lignito con la fiebre minera de finales del siglo XIX y principios del XX por
su rendimiento económico, hasta el Franquismo con la construcción de la central
térmica de Escucha a finales de la década de los sesenta, pero con especial
hincapié en la II República y Guerra Civil.
-
Punto y aparte, seguramente, merece o fue en la historia de la
minería de Escucha la construcción de la Central Térmica de Escucha, ¿no?, ¿qué
nos puedes comentar?
-Sí, la construcción de la
Térmica, recordemos que al principio su nombre era "Utrillas", marca
un punto y aparte en el desarrollo industrial y económico de Escucha por el
dinero invertido, la cantidad de consumo de carbón y la cantidad de
trabajadores que se van a emplear en su construcción aparte de los empleados
fijos posteriormente.
El ciclo
económico desarrollista, que ya se había iniciado en décadas anteriores,
culminará en Escucha en la segunda mitad
de los años sesenta con el inicio de la construcción de la Central Térmica para
la producción de energía eléctrica mediante el empleo del carbón. El proyecto
ya era de principios de los años 60 del siglo pasado pues en 1964 ya se daba la
noticia de que FECSA, Eléctricas Reunidas de Zaragoza, Unión Eléctrica
Madrileña y Energía e Industrias Aragonesas iban a montar una central
termoeléctrica de 160 MW en Escucha o Montalbán. En 1970, por fin, se abre la
central térmica de Escucha que había empezado a construirse en 1967 por un
número de alrededor de 20 empresas nacionales y con un coste de unos 3.200
millones de las antiguas pesetas y en ello intervinieron 1.300 obreros mientras
que a la altura de 1972 el número de trabajadores era de 136.
La estructura
de la Central Térmica respondía a la funcionalidad que tenía empleándose
materiales como el vidrio, cemento y metal, sobre todo. El conjunto industrial
estaba integrado por el gran edificio propio de
la Central, la cinta transportadora que lo comunicaba con el parque de carbón,
la chimenea que expulsaba los gases, el parque de trasformación eléctrica, los
edificios de oficinas y los barracones que utilizaron los obreros que
construyeron la Central.
-
¿En qué cambió la vida social y económica de esta localidad con la llegada de
la térmica?
-En realidad el cambio de
la vida social en Escucha se inicia a partir de finales de los años
cuarenta del siglo XX que es cuando se
produce una gran demanda de lignito y se inicia un periodo de desarrollismo en
Escucha muy anterior y mucho mayor que en otras zonas de Teruel con el
consiguiente aumento demográfico que hará que en 1952, tras la petición
realizada por Ayuntamiento, se decrete por parte del Gobierno la construcción
de un centro escolar de nueva planta de cinco unidades. Posteriormente, ya en
los años sesenta, se levantaría una pista polideportiva en dicho colegio aparte
de otras obras de interés municipal que abordó el Ayuntamiento.
Un año más
tarde, a finales de abril de 1953, el Instituto Nacional de la Vivienda sacaba
a subasta-concurso un proyecto 46 viviendas protegidas con sus corrales
correspondientes para trabajadores de las minas. Llamamos la atención sobre lo
que significaba la elevación de ese número de viviendas en una localidad con
poco más de 1.000 habitantes. Pese a ello, el alcalde Benjamín Lahoz a finales
de los años sesenta hablaba de la necesidad de construcción de más viviendas
para alojar a los trabajadores.
En la
primeras décadas el crecimiento demográfico de Escucha fue muy débil con unos
porcentajes muy bajos, ahora bien, el momento de mayor crecimiento de Escucha
se produce durante la década 1940-50 cuando la localidad pasa de 567 habitantes
a 1.037, esto es, casi se duplican los efectivos demográficos (82´89%).
Este
importante incremento se verá reforzado en las décadas sucesivas por la
construcción de la Térmica y, sobre todo del Pozo Pilar llegando a 1980 con un
censo que alcanzará hasta 1.593 personas, casi el triple que 1940.
Por estas
mismas fechas de los años sesenta, se
pavimentan las calles, se eleva un nuevo edificio que servirá como Ayuntamiento
de Escucha con todas sus dependencias. No es de extrañar, pues, que el ministro
franquista Fraga Iribarne ordenase construir uno de los primeros teleclubes de
Teruel y de España en Escucha, tomado como modelo, y que lo inaugurase
personalmente en 1968. El otro tele-club importante se
había levantado en Ojos Negros por lo que da la sensación de que el régimen
franquista intentaba congraciarse con los municipios que habían tenido
actividad minera y trabajadores reivindicadores en épocas anteriores.
-
Aunque el cambio es más allá de Escucha…
-No solo Escucha, en realidad todas
las CC.MM. van a iniciar un proceso de mayor producción industrial y desarrollo
económico y social al final de la década de los 40 como puede ser el caso de
Utrillas, localidad minera vecina y rival, donde también se construirá un nuevo
grupo escolar y se levantarán también varias decenas de viviendas protegidas.
Este crecimiento de los años 40
y 50 lo explicaba Vicente Albero, antiguo trabajador minero de Utrillas y autor
de un par de libros interesantes sobre la minería en las CCMM (Memorial del extinguido ferrocarril de
Utrillas-Zaragoza y Minas y mineros
de Teruel): Una vez realizadas las obras de reparación de toda la línea del
ferrocarril Utrillas-Zaragoza (especialmente del viaducto de Lahoz) después de
la Guerra Civil, entre 1940 y 1955 "no se disponía de material [carbón]
suficiente para cubrir las necesidades, las peticiones de vagones de carbón son
abrumadoras, que por riguroso turno se conceden a los usuarios. Nos encontramos
con la apertura de minas de particulares sin transporte por carretera, la
construcción del Nuevo Belchite... Unido a esto la empresa MFU tiene una gran
petición de lignitos en toda la zona, Cataluña y Levante, para usos
industriales y domésticos, demandas que alcanzan la cotas más elevadas que
jamás se conociera en la explotación de sus minas..."
Se había iniciado
una nueva fase en la producción de carbón y desarrollo económico no solo en
Escucha sino también en todas las CCMM
que proseguiría en las décadas siguientes.
-
Si bien, el proyecto de la térmica tuvo éxito al poder llevarse a cabo…en el
otro lado podría estar el fallido proyecto en torno a un Alto Horno, ¿es así?;¿por qué no se pudo llevar a cabo?
-Una de las fórmulas
existentes para conseguir que el carbón fuera lo más rentable posible era su
consumo doméstico o su trasformación en bocamina porque de esta manera no se
empleaban medios de arrastre, ni de tracción animal ni mecánicos para su
transporte con lo que se abarataban costes. El consumo, dada la escasa
población de Escucha y de las CCMM, no podía ser nunca rentable por lo que se puso en marcha una la
experiencia empresarial dirigida a la transformación industrial en bocamina del
carbón mediante la construcción de un alto horno.
Desconocíamos
la presencia de empresas extranjeras en las CC.MM. antes de 1900 y mucho menos
en Escucha, pero en 1898 se habría instalado la "Mediterranean and Midland Railway
Company (abreviadamente, MMRG), una compañía de
capital inglés, que, al parecer, pretendía construir el ferrocarril hasta Vinaroz en Castellón.
A principios
del año 1900 Gascón y Guimbao
da noticia de que en Escucha "ya está a medio construir un horno alto
capaz para 50 toneladas" en el que el lignito de la zona debería servir
para fundir el mineral de hierro tan abundante en la provincia como en las
minas de Sierra Menera (Ojos Negros). No obstante, se planteaba también fundir
hierro de las minas de carbón de Escucha aprovechando la limonita que había en
ellas y los minerales manganesíferos que habían localizado en La Zoma y en Cañizar del Olivar.
Más adelante
aclaraba más esta información diciendo que la "MMRG tiene en arriendo con
opción de compra un pequeño grupo de buenas minas en Escucha, dos minas
aisladas al "señor Peguero" de 292 pertenencias de las 342, una de 15
y otra de ocho Has. en Utrillas y finalmente otra de 30 en Palomar, cuando
concluya el horno alto que tiene comenzado en Escucha que se construía con
ladrillos fabricados “in situ” y con arcilla refractaria también existente en
Escucha.
Con esta
construcción, la sociedad inglesa pretendía fundir allí mismo el mineral de
hierro del mismo término de Escucha y
otros más ricos de las CC.MM. Se planteaba que si el horno alto de
Escucha llegaba a funcionar en buenas condiciones, todos los criaderos de la
Comarca adquirirían un gran valor y "las orillas del Jiloca, lugar
intermedio, más bajo, llano y con agua abundante, a donde podían afluir con
igual facilidad los hierros de un lado y los carbones de otro, se poblarían de
fundiciones y fábricas diversas".
No obstante,
esta especie de cuento de la lechera concluyó cuando el horno alto estaba
bastante avanzado y fue preciso derribarlo por haberse falseado la cimentación
en una de las esquinas. Posteriormente, se inició la reconstrucción aunque la
obra volvió a sufrir otro parón. Decía Gascón que para llevar a cabo todos este
programa en Escucha, la "Mediterranean"
"Necesitará aumentar considerablemente las pertenencias de que disponer,
lo cual es posible que no pueda ser dentro de un tiempo. Parece que para todo
ello, la MMRG trata de fundirse en otra Sociedad de mayores medios y suponemos
que en el cumplimiento de este propósito influirán no poco las variaciones que
pueda experimentar el mercado monetario inglés".
Desconocemos
si se cumplieron los propósitos de la empresa inglesa, pero creemos que no, que
sus proyectos para Escucha, para dar salida a sus carbones y los de otras
localidades se vinieron abajo y el deseado horno alto en construcción no se
concluyó.
-Escucha
recibió mucha mano de obra que venía en busca de trabajo en torno a la minería…
¿de dónde procedían la mayoría de estos mineros?; ¿qué perfil tiene el minero
en Escucha?
-El
primer cambio que se produce en Escucha con la explotación del carbón de forma
sistemática se produjo en la primera década del siglo XX es que pasa de ser un
pueblo eminentemente agrario, a ser un municipio de impronta industrial. Sus
habitantes, los campesinos, dedicados a unas actividades agrarias poco
productivas las compaginarán con su
trabajo en la mina. Son los "campesinos-mineros" que citaba el sociólogo francés Jacques Valdour que viajó por Aragón y por otras zonas mineras por
España y entre ellas la de comarca de Escucha y Utrillas en la cual estuvo
algún tiempo trabajando en las minas en las primeras décadas del siglo XX, Se puede establecer, pues, una
primera categoría profesional de trabajadores que algunos autores como el ya
citado Valdour, acuñó como “campesinos-mineros”,
“cultivadores-mineros” o también denominados obreros “mixtos”, al referirse a
los trabajadores de las minas de las CC.MM y también en Escucha donde los
vecinos, con pocas tierras de secano y de regadío, compaginarían el trabajo en
el campo con el de la mina, con lo cual conseguirían una mejora considerable de
su situación económica.
Así lo refería el escritor
francés: “Estos campesinos aragoneses son cultivadores que durante la mayor
parte del año trabajan en la mina y vuelven al campo cuando las tareas
agrícolas, especialmente la cosecha y la vendimia, reclaman muchos brazos…”
Hemos visto estadísticas de otras zonas de la provincia de Teruel (Sierra
Menera) y se observa cómo entre los años 1923 y 1926 el número de trabajadores
en los meses del verano era mucho menor
que en el resto del año, llegando a casos como el de 1926 en que los mineros
eran casi la mitad en julio que en enero. La cosecha estival de cereales hacía
que muchos trabajadores dejasen la mina temporalmente para dedicarse a la
siega, trilla... y otras tareas relacionadas con el campo.
También en la prensa
socialista, en este caso el que escribía era Daniel Villa, el líder obrero de
la zona, hablaba del trabajo en el campo en la zona minera: “Siempre ha
existido la costumbre de que al llegar a la época de recolección, los mineros
que cultivan algún pedazo de tierra cuando salen del trabajo le han pedido
permiso al gerente para no asistir a la mina mientras la recolección
dure…". Esta era una práctica habitual que permitía deliberadamente la
empresa porque, a cambio, obtenía otras prestaciones y ventajas de los de los
campesinos-mineros.
Así pues, los “nuevos”
obreros de Escucha y de otros pueblos de la zona no eran otros que campesinos,
generalmente con pocas tierras de cultivo, que compaginaban los trabajos del
campo con los de la mina. Se producía así una simbiosis entre las faenas
realizadas en la tierra y en la mina por parte de unos trabajadores del campo
“reconvertidos” para la industria y, por supuesto, con ninguna experiencia en
sindicación pues hasta entonces no habían militado en ninguna sociedad obrera.
Otro grupo numeroso de trabajadores
procedentes de la comarca, de pueblos vecinos como Valdeconejos,
Campos, Cirugeda, Segura de Baños, Miravete, Maicas o Cortes de
Aragón, se desplazaban a bocamina andando por los montes y caminos diaria o
semanalmente pero, claro, estos no estaban censados en Escucha y solían tener
jornadas más largas por el tiempo empleado en el desplazamiento hasta las
minas.
Con el paso del tiempo,
muchos mineros abandonaron lentamente los trabajos en el campo y en la
ganadería para dedicarse exclusivamente a las faenas de la mina pues no
olvidemos que la rentabilidad de las tierras era escasa y además la mina
ofrecía una liquidez monetaria inmediata.
La llegada de
multitud de trabajadores en los años sesenta de fuera realmente coyuntural, en
un principio, porque el momento en el que acuden centenares de ellos (1.300 en
algunas informaciones) coincide cronológicamente con la construcción de la
Térmica y el Pozo Pilar que son alojados, como ocurría en otras ocasiones, en
barracones y lugares provisionales con comedores, lugares de recreo... Una vez
construidas ambas instalaciones, estos cientos de trabajadores eventuales
desaparecen y quedan ya solo los que van a trabajar fijos (136 en los años 70,
según algunos datos).
En esos
momentos se había producido el cierre de ENCASO (Empresa Nacional de Calvo Sotelo), una
empresa del INI para la fabricación combustibles sintéticos, prioridad de las
autoridades franquistas. Las actividades de
destilería de ENCASO quedaron suprimidas en 1966 y parte de sus trabajadores
fueron recolocados en Escucha junto a vecinos de los pueblos próximos de las
CCMM.
-
El “boom minero” en Escucha, ¿cuándo y cómo se da?
-Durante los años veinte
del siglo pasado asistimos a un constante incremento en la producción de lignito
pero creemos que el boom de la producción de carbón en Escucha se produjo con
la construcción del Pozo Pilar. El carbón consumido por la Térmica procedía de
las CC.MM., de Mequinenza, de importación y especialmente de Escucha a través
de la construcción del Pozo Pilar. Por ello, a finales de 1972 el alcalde de
ese momento, Benjamín Lahoz Conesa, manifestaba su
esperanza en la construcción del Pozo Pilar por parte de la empresa Obras
Subterráneas SA que se iba a convertir en la mina más importante de la
provincia, empleada para alimentar a la Central Térmica de Escucha que en esas
fechas estaba ya a pleno rendimiento.
El mencionado
pozo presentaba 5 metros de diámetro y tenía una capacidad de extracción de
7.500 toneladas al día. Fue el último gran pozo vertical de las CC.MM.
turolenses, comenzado a perforar en 1970. Entró en servicio en 1976 con una
profundidad de 368 metros y dos plantas a 180 y 300 metros para la explotación
de los carbones de las capas 4ª y 6ª, cuyo destino era la Central. El pozo, con
el paso de los años, no cumplió las enormes expectativas que se habían
depositado en él por su menor producción.
-
El trabajo del minero, ¿cómo se organiza?, ¿era muy especializado?-Háblanos un
poco de la siniestralidad…
-Evidentemente el trabajo se
organiza bajo un sistema laboral conocido como “taylorismo” que se basa en la
aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al
estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción
industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de obra, máquinas
y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la organización
racional del trabajo en sus secuencias y procesos más un sistema de motivación
mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la
actividad industrial
La mayoría de
los trabajadores empleados en las minas eran los llamados peones que realizaban
todo tipo de tareas como cargar y descargar las vagonetas, transportar el
mineral para depositarlo en otros contenedores... Entre ellos citaremos los
muleros o caballistas que guiaban los mulos/caballos en las diferentes
maniobras de las canteras o de los yacimientos, especialmente para el arrastre
de las vagonetas de mineral además de encargarse del cuidado de los animales y
de la limpieza de las cuadras. Hay que subrayar que los mulos realizaban una
gran labor de arrastre en las minas por lo que eran muy apreciados.
Pero existían
puestos muy especializados como los barreneros o barrenadores que asumían mucha
responsabilidad pues eran los encargados de preparar y disparar los barrenos
(dinamita) colocados adecuadamente en un agujero en el suelo lo que producía
accidentes con una mayor frecuencia de la deseada.
Podemos
hablar también de los entibadores, trabajadores muy apreciados y especializados
por cuanto que colocaban las vigas o maderos en las galerías evitando el riesgo
de que se hundieran. Se necesitaba habilitada y experiencia para evitar
derrumbes y hundimientos.
Los peones
picadores, eran los que extraían de forma manual, con el pico y la pala al
principio, el mineral en las galerías. Era el trabajo más sacrificado, duro e
insano. Su número disminuyó con el paso del tiempo a finales de la década de
los años veinte del siglo pasado con la mecanización progresiva.
Finalmente
estaban los pinches, muchachos de 12
a 16 años (incluso de menor edad) a quienes se empleaba
para los recados en las minas, especialmente para cargar y transportar el
botijo con agua de una parte a otra de la del yacimiento. Con el tiempo estos
niños solían pasar a realizar otros trabajos directamente en la mina como
adultos con lo que se convertían ya en empleados fijos de la empresa durante
años
Por encima de
todos ellos, en una situación superior, estaban los listeros encargados de
"pasar lista", esto es, controlar la asistencia al trabajo de cada
día junto a los capataces o encargados, personas de plena confianza del patrono que tenían la
función de vigilar, controlar y distribuir el trabajo.
En cuanto a la
accidentalidad, las minas se cobraban el mineral con accidentes graves y
mortales. Bien podría decirse que en las minas no había lugar o trabajo en el
cual poder confiar. El minero igual se accidentaba con el tractor, en el nivel,
en la explotación, en cualquier galería, siendo la causa los hundimientos del
terreno, la falta de oxígeno, los barrenos, las máquinas, etc. Demasiadas
tumbas hay en los cementerios en las poblaciones mineras de mineros muertos de
accidentes, de enfermedad y cansancio.
No existía el maldito grisú pero el
pozo de ventilación era fundamental para la entrada de oxígeno a las galerías
por tanto, para que no se acumulase el dióxido de carbono y no se produjesen
víctimas mortales. Ya lo decía Vicente Albero: "El pozo de ventilación
estaba construido desde la galería más lejana del interior de la mina al
exterior (...) y en la mayoría de casos era montado un gran
aspirador-ventilador movido por motor que constantemente era necesario estar en
funcionamiento para hacer llegar a todos los tajos el correspondiente oxígeno
que permitía el hacer vida dentro de la mina, y por otro lado, no dejaba que se
formasen gases raros que perjudicaban a los trabajadores".
Los accidentes eran excesivos con
heridos y muertos, entre otras razones porque los empresarios no invertían en
seguridad y en modernización de las instalaciones, ni tampoco hacían caso de la
policía minera regulada desde principios del siglo XX por el Instituto de
Reformas Sociales.
- ¿Cómo se organiza la sociedad
en torno a la minería en Escucha?; ¿altera mucho la minería las relaciones
socio-culturales?-¿Y cómo se ve alterada la economía, me refiero a la economía
local, la microeconomía?
-La iniciación de las
explotaciones mineras en Escucha supuso, en general, la inyección de dinero
contante y sonante en la economía de las familias que hasta entonces vivían de
una agricultura cuyos rendimientos eran muy limitados y de los que el campesino
apenas percibían ingresos en metálico. Hay que subrayar que en los censos de
principios del siglo XX (1904,1906...) de Escucha hay una mayoría de vecinos
que aparecen como jornaleros e ínfimos propietarios en el momento en que
todavía no se había puesto en marcha la explotación industrial a gran escala
del carbón.
Sin embargo con la llegada de
MFU, con la explotación sistemática de los lignitos de las minas, junto otras
empresa también privadas como la Minera Martín Aznar SA o Minas Cristina SA de
los García Argüelles, los mineros de Escucha van a disponer de jornales
diarios y, por tanto, de una mayor
liquidez monetaria que permitirá un mayor gasto por habitante que llevará a la
apertura y ampliación de nuevos negocios y de servicios existentes en la
localidad.
No obstante, esta
mayor disponibilidad de dinero elevó el nivel de vida de la gente pero hacía
que, por lo general, los precios de los productos básicos, las subsistencias
que se decía entonces, tendieran al alza, especialmente si no había un
economato que ofreciera productos a precios rebajados. Al contrario que Sierra
Menera, es verdad que no hemos encontrado un economato en las primeras décadas
del siglo XX en Escucha.
-
Los devaneos políticos llegan también al sector minero: ¿cómo y de
qué manera se vinculan los mineros en los cambios más significativos como
pueden ser: la Dictadura de Primo de Rivera, la llegada de la II República, los
intentos de Revoluciones…?
-Tras la Dictadura de Primo de Rivera, en las elecciones
municipales del 12 de abril de 1931, existía poca movilización sindical y
política de izquierdas en Escucha y los sectores derechistas se impusieron
entre otras razones porque se aplicó el célebre artículo nº 29 de la Ley
electoral de 1907 y, por tanto, no hubo elecciones. Estas fuerzas vinculadas a
sectores empresariales de las minas consiguieron formar un Consistorio
continuista con el periodo dictatorial anterior
Ahora bien, una de las
características de la situación política de Escucha y de estos municipios
mineros es que el Sindicato Minero local de UGT y la Agrupación Socialista
correspondiente con el paso del tiempo controlaron toda la vida política de
izquierdas de cada localidad durante la II República, de tal manera que apenas
figuran organizaciones políticas republicanas (por ejemplo no aparece Izquierda
Republicana, ni la Unión Republicana) ni tampoco derechistas. Un ejemplo: todos
los componentes del Ayuntamiento del Frente Popular (coalición de IR-PSOE) de 1936 pertenecían a
UGT y al PSOE.
Es verdad también
que muchos mineros solamente se asociaban al sindicato y en mucha menor medida,
a las agrupaciones socialistas que solían tener baja filiación por varias
razones: pago doble cuota, el sindicato servía por sí solo para defender los
intereses laborales de los mineros, no todos ugetistas sentían los
"colores" socialistas...
Sin embargo, a
finales de 1933-principios de 1934 empieza a crecer con fuerza, especialmente
entre la juventud, el anarcosindicalismo a través de encuentros, reuniones, las
famosas giras... Es entonces cuando la CNT y el movimiento libertario empieza a
atraer a militantes jóvenes e incluso a otros que hasta entonces pertenecían a
UGT y que hartos de las tácticas negociadoras tibias de este sindicato,
decidieron pasarse a la CNT. No es de extrañar que en Escucha en 1936, justo
antes de la guerra, exista ya un grupo perteneciente a Juventudes Libertarias.
- Punto y aparte merece el
alzamiento militar del 36 que terminó con la Guerra Civil… ¿cómo se ve
trastocada la sociedad de Escucha que ya giraba muy en torno de la minería?
-En realidad desde un primer
momento no hay mucha alteración de la vida cotidiana de Escucha hasta el 6 de
agosto que llega la columna Carod-Ferrer, entre otras razones porque el
Ayuntamiento estaba integrado por elementos del UGT-PSOE y se hizo con el
control del poder. Sí que se detienen a varios vecinos derechistas
(propietarios, comerciantes...), incluido el empresario García Argüelles de las
Minas Cristina SA, odiado por los vecinos. Es juzgado por un tribunal popular pero no es condenado a muerte ya
que se le encarcela. Se respeta su vida y la de estos vecinos. No hay
derramamiento de sangre. El otro empresario Martín Aznar huye por miedo a
represalias y volverá con el Franquismo.
Al parecer se debió de
formar un primer Comité de Escucha integrado por miembros de UGT y de CNT que se
hizo con el poder y empezó a administrar las minas y en él veríamos una mayor
presencia ugetista que cenetista. Uno de los integrantes fue Juan Latorre
Martín que era militante de UGT, anteriormente presidente de las Juventudes
Socialistas Unificadas y miembro del primer "Comité de Escucha".
Pero la
llegada de la Columna de Carod-Ferrer
el 5 de agosto de 1936 a Escucha supuso que ese día se produjera la mayor
destrucción del patrimonio artístico y documental de la localidad por la quema
de la documentación existente en el Ayuntamiento, juzgado, iglesia parroquial y
ermita de San Bartolomé a demás de varias viviendas de vecinos de derechas que
permanecían encarcelados.
Se formó un nuevo Comité pero en este
caso la mayoría la ostentó la CNT-FAI. Su actuación fue bastante moderada
porque, aunque se produjeron incautaciones y saqueos, afortunadamente se
respetó la vida de las personas y no hubo prácticamente víctimas mortales. Este
Comité será sustituido por un Consejo municipal, patrocinado por el Consejo de Aragón
(también de mayoría cenetista y de la FAI), que
perdurara hasta la llegada de las tropas franquistas en el mes de marzo
de 1938 que hará que la población salga evacuada y se quemen bienes
(principalmente casas) de los mayores propietarios e industriales.
-
Los tiempos represivos debieron ser, además de significativos… muy, muy duros
para este sector de trabajadores que ha estado muy vinculado con las
izquierdas….y con el apoyo, en aquellos tiempos, con la Segunda República?
-Fueron tremendos porque muchos
mineros, la mayoría de ellos
afiliados a los sindicatos de UGT y CNT,
perdidos y sin recursos económicos tras el conflicto armado,
decidieron regresar a Escucha donde pensaban rehacer sus vidas.
El control de la población fue
total en Escucha a partir del final de la guerra pues se crean una serie de
organismos franquistas cuya función principal fue la controlar a aquellos
mineros sindicalistas que iban regresando a su pueblo siendo denunciados y
detenidos. Hablamos de algunos de los vecinos afiliados a Falange que
denuncian, pero sobre todo de un Somatén numeroso o de la Junta de Seguimiento
de la Libertad Vigilada, por no hablar de la guardia civil.
Estos vecinos que
regresan van a sufrir la represión con las consiguientes penas: alrededor de una decena, principalmente
miembros de la CNT, fusilados; más de 35 vecinos encarcelados dispersados por
diferentes penales del país, una docena de afectados por Tribunal de
Responsabilidades Políticas, varias familias completas exiliadas (Francia,
Argentina...) por miedo... Esta relación solamente es una aproximación, el
número de represaliados fue mucho mayor. E incluso a mediados de los años 40,
algunos vecinos de Escucha (alrededor de 10) que habían pagado ya con la
cárcel, por miedo a represalias de las autoridades franquistas, huyen del
pueblo y se unen a la guerrilla del maquis de la comarca.
- ¿Quedan muy tocada por la
guerra y la represión la población minera de Escucha? ¿Cómo fue la continuidad
de la actividad minera en los tiempos de la Guerra Civil y en la inmediata
posguerra?
-En general, sí que queda
tocada la población de Escucha. Por varias razones. Primero porque antes de la
entrada de las tropas franquistas en Escucha a principios de marzo de 1938,
como había ocurrido en otros pueblos, se produjo una evacuación de la población
hacia Alcañiz, primero, y luego hacia Barcelona lo que dará lugar a una
dispersión de familias por diferentes lugares. Tenemos noticias de que algunas
regresaron a Escucha una vez finalizada la guerra, pero otras, no.
A ello hay
que sumar que muchos mineros se unieron al ejército popular de la República,
incluida la Columna Carod-Rovira, combatiendo en diferentes frentes de la
guerra con lo que se dispersaron por
diferentes lugares de la geografía española y no volvieron a Escucha por temor
a las represalias políticas.
Así, el
crecimiento demográfico en la década 1930-40 es muy bajo (47 personas), apenas
un poco más del 9% del censo de
población.
En cuanto a
la actividad en las minas de Escucha durante la guerra sufre, como las del
resto de las CCMM, una paralización en la producción aunque hay que decir que
existían ya stocks elevados de carbón en bocamina desde principios de 1936.
Posteriormente pasan a ser regidas por un Comité UGT-CNT que se constituyó
"ad hoc".
Finalmente,
tras la disolución del Consejo de Aragón (agosto de 1937) se procedió a la
intervención de las minas por parte del Gobierno republicano según decreto de
dicho mes: “Vista la instancia suscrita
por Juan Antonio Escalera Herrero, presidente del Consejo Municipal y Nicolás Azuara Marco, consejero
de la Junta administrativa de las minas pidiendo la intervención de las
mismas”. Ambos eran nuevos dirigentes del Sindicato Minero de Escucha de UGT y
seguramente también de la Agrupación Socialista. A partir de entonces, quien
debía realizar tal función de control directo en las minas de Escucha y de
otras de las CCMM era Francisco García Manfredi,
ingeniero de minas de la Delegación de Minas de Aragón en Caspe, que era
nombrado por el Ejecutivo de Ignacio Mantecón “delegado interventor” con el fin
de que “se destaque permanentemente en las mismas”. Este funcionario también
estaba obligado a “emitir un informe en el plazo de ocho días, que abarque los
aspectos, técnico, económico y administrativo de las explotaciones y de las
sociedades administradoras de las mismas”. Unos días más tarde se confirmaba en
su puesto a García Manfredi pero “con carácter
interino en tanto se organicen de un modo definitivo los servicios de
intervención de la industria minera”.
De esta
forma, las minas de Escucha junto a otras las de la Comarca (Utrillas, Palomar,
Gargallo...) pasaban a ser gestionadas por el Estado republicano y de aquel
Comité de minas controlado por el sindicato de la CNT, se pasaba a que un
funcionario estatal valorase la situación de los cotos mineros y organizase su
explotación con la mayor productividad posible.
- El sector de la minería siempre ha sido reconocido por su
movilización y la instrumentalización de las huelgas…¿habías rasgos diferentes
aquí que en otros lugares?.Por ejemplo, ¿cómo se
vivió, por ejemplo desde aquí, la Revolución de Asturias de Octubre
del 34 en torno a la minería y a las condiciones laborables y demás que se
soportaban?
-Desde la creación de los
primeros sindicatos mineros en las CCMM existió una vinculación directa con los
de Asturias y con el más poderoso de ellos, el SOMA-UGT (Sindicato Obrero
Minero de Asturias) de Manuel Llaneza de tal manera que un destacado miembro de
dicha sindical, Daniel Villa García, había venido a Teruel a finales de los
años veinte del siglo pasado ex-profeso para poner en marcha los sindicatos
mineros de Sierra Menera (Ojos Negros) y de las CC.MM (Palomar de Arroyos,
Montalbán, Utrillas y Escucha).
El sindicato
de Escucha y los de las otros pueblos de la Comarca, también de UGT,
mantuvieron una huelga en 1933 en apoyo y como solidaridad con el SOMA pero las
demandas entre los sindicatos de ambos territorios se encontraban muy lejanas
ya que el SOMA llevaba en Asturias funcionando desde 1910 y había conseguido ya
numerosos avances laborales y sociales relativos a la jornada laboral,
vacaciones, contrato de trabajo... Véase este ejemplo: mientras que los
sindicatos de las CCMM peleaban por tener unos jornales justos y dignos, los
del SOMA ya hablaban de pensiones de orfandad y residencias para los hijos de
los fallecidos en la mina.
En general se
puede decir que los jornales que se cobraban en las zonas mineras turolenses
eran muy inferiores a los de Asturias. Desde sectores anarcosindicalistas de la
Comarcal de Utrillas, se afirmaba que “éramos explotados
porque las condiciones de trabajo eran peores que en ninguna otra cuenca minera
de España y los sueldos inferiores. Los mineros asturianos ganaban diariamente
de dos a tres pesetas más en cada categoría".
En general,
el verano de 1934 fue un periodo de agitación en la provincia de Teruel no solo
en las zonas agrícolas como la del Jiloca con la huelga general de campesinos,
sino también en las zonas mineras donde se notaba cierta tensión entre los
trabajadores. Desde las organizaciones obreras de las minas se denunciaba una
represión injustificada que se
proyectaba en el registro de las sedes de sindicatos y de domicilios
particulares de militantes socialistas en Teruel y en algunas localidades de la
provincia por parte de la policía así como la clausura de alguna casa del
pueblo pese a no haber encontrado ningún tipo de armas en ellas.
Parece ser
que el día 6 de octubre de 1934 se declaró una huelga sin aviso previo de
ninguna clase (creemos que en todas CCMM) y abandonaron servicios tan
indispensables como el de conservación y desagüe todos los obreros que MFU
tenía empleados en las minas de la empresa. El encargado acusaba a continuación
a los mineros de haber roto el contrato de trabajo y las bases existentes
fijadas por el Jurado Mixto y que le remitiría a este organismo “tanto el
número exacto de personal en huelga como una relación nominal de dichos obreros
a efectos de posteriores reclamaciones que pueden presentar ante esa
organización oficial”. Un escrito con el mismo contenido que el anterior era
remitido por el gerente al Gobierno civil de la provincia. Ahora bien, añadía
al final del oficio: “Para asegurar la libertad de trabajo así como en
evitación de cualquier perturbación del orden, ruego a V.E. ordene el envío de
alguna fuerza...”, esto es, requería, como era habitual, la presencia de la
Guardia Civil para evitar posibles conflictos.
Realmente no
le hacía mucha falta porque estamos ante una huelga de escasa duración y no
violenta ya que tres días más tarde, el mismo gerente, cuya firma aparece
ilegible en la documentación, enviaba un nuevo oficio, similar al citado
anteriormente, al Gobierno de Teruel en el que manifestaba lo siguiente: “hoy
en el día de la fecha se ha reanudado el trabajo en las minas que explota esta
Sociedad en la Cuenca de Utrillas, habiéndose presentado todo el personal”.
Concluía una huelga breve de forma pacífica y sin ningún tipo de altercados
contrariamente a lo que pensaban los patronos y a lo que estaba ocurriendo en
otras partes de España como Asturias o Barcelona.
Ahora bien,
una de las primeras consecuencias inmediatas de la participación, aunque fuera
de forma pacífica, en la huelga llamada "revolucionaria" de
octubre fue el cierre de los centros
sindicales y políticos (CNT, UGT y PSOE) de la provincia de Teruel, incluido el
de Escucha, hasta principios del año 1936, prohibiéndose cualquier actividad en
sus locales. Ello supuso que desapareciera la normalidad en el funcionamiento
cotidiano de las organizaciones obreras que fueron obligadas a actuar de forma
clandestina en lugares improvisados evitando en todo momento no ser vistos ni
detectados por las autoridades.
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