Cazarabet conversa con... Victoria Aragón, autora de “Ecofeminismo
y decrecimiento” (La Catarata)
Victoria Aragón nos ayuda a ver, porque está
ahí más que nunca, en cómo el feminismo incide en el ecologismo y en el
decrecimiento.
Pretende o afirma, el libro, desde la pluma de
Victoria Aragón que: “El Ecofeminismo y decrecimiento permean su propuesta
frente a la crisis global: ambos constituyen el antídoto que se opone al
binomio patriarcado/capitalismo”.
El libro lo edita en La Catarata en la colección
Mayor en la materia de ecología y feminismo
El prólogo corre a cargo de Carlos Taibo.
Las mujeres ya es hora de que sepamos cuánto y
cómo de positivo aportamos al ecologismo y al decrecimiento que es algo más que
urgente para el planeta, su salud y el bienestar de todos los seres que lo
habitamos.
La sinopsis del libro:
Tras décadas de ensoñación crecentista,
es hora de despertar y reconocer que no somos más felices aumentando el PIB,
agotando los recursos del planeta ni consumiendo todo tipo de enseres y
servicios que no necesitamos. Es necesario reflexionar, frenar, deslegitimar
las necesidades construidas y concretar las indispensables ante la certeza —o
sospecha fundamentada— de que nos dirigimos hacia un precipicio de profundidad
desconocida. Victoria Aragón subraya que la solución pasa por el fin del
crecimiento y su modelo de consumo relacionado con la felicidad, desde un
planteamiento de defensa de la igualdad social y la transformación del sistema
económico. Ecofeminismo y decrecimiento permean su propuesta frente a la crisis
global: ambos constituyen el antídoto que se opone al binomio
patriarcado/capitalismo. No se trata de un retorno a formas de vida arcaicas
caracterizadas por privaciones y penurias, sino de construir otra forma de
bienestar alejada de la sociedad esquizofrénica de consumo y explotación, de
romper con convicciones erróneas sobre el progreso material y la potencialidad
de las mujeres. De recuperar la vida comunitaria, las prácticas solidarias, los
cuidados, la comunicación y la relación con el entorno natural y social. La
sencillez implica aceptar la posibilidad de una buena vida sin excesos. Hasta
puede que nos sorprenda lo felices que podemos llegar a ser en un mundo menos
cargado de complejidad.
La autora, Victoria Aragón: Victoria Aragón
(Tarancón, Cuenca, 1968) Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la
UNED y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Murcia. Desde 2010
hasta 2020 ha sido profesora asociada en el Departamento de Sociología de esta
última institución, donde ha impartido diferentes asignaturas de grado y
máster. Actualmente da clases en la Universidad de Granada. Sus líneas de
trabajo se han centrado en temas relacionados con agua, sostenibilidad, género
y opinión pública. Dentro de estas líneas ha participado en varios proyectos de
investigación a nivel nacional e internacional, y cuenta con distintas
publicaciones relacionadas.
Cazarabet conversa con Victoria Aragón:
-Amiga, ¿qué te llevó a escribir este
libro; cuál es la razón? ¿Y tus propósitos, cuáles
son?-Ensayo, éste, de investigación que es todo un referente tanto más en su
parte humana , humanística versus eco feminista, ¿qué nos puedes decir?
-El deseo de divulgar información sobre la
crisis global y las posibles opciones que, como sociedad, tenemos frente a un
problema que hace tiempo que dejó de ser una pataleta de unos cuantos toca
narices. Ya nadie pone en duda que esto no es una exageración de anti sistemas
para imponer sus ideas. El último informe del IPCC es demoledor.
-¿Tienen como más sensibilidad la mujer
por la ecología, cuidar de la madre tierra, de saber aprovechar lo que tenemos
y retenemos para después saber reivindicar y defenderlo más y mejor?.- -¿Hay
una mirada especial de la mujer en torno al activismo por el medio ambiental?
¿Hay como más sensibilidad o más concienciación para con la salud ambiental?
-En mi opinión así es. No se trata de nada
esencialista, la mujer no es naturalmente más sensible, pero debido al rol que
ocupa está más cerca de padecer y ver los riesgos que la salud del planeta
tiene sobre las personas de su entorno, sobre la comunidad. Esto se hace
evidente en países del sur, donde encuentran cada vez más dificultades en
conseguir las necesidades básicas para sus familias.
En cuanto al activismo, ciertamente hay una
alta representación de las mujeres en los asuntos ambientales, pero también de
ayuda a personas en situación de vulnerabilidad.
-¿Qué es ser mujer ecologista, hoy y
ahora en este tiempo....?-¿La mujer es como un "poco avanzada" a todo
aquello que está por venir, por ejemplo hasta con los problemas
medioambientales...?.--Creo que el paso por la vida se debe rellenar de
"dejar huella" ante problemáticas, cuestiones, diferentes visiones de
las cosas... ¿Hay que esforzarse por dejar un lugar, por dejar una postura, un
trabajo...?
Hay que esforzarse por mirar al otro, a la
otra, con una mirada empática. El individualismo y la competitividad no son en
absoluto racionales. La afectividad y la solidaridad acarrea mejores logros.
-¿Crees que es una lectura que se lee
diferente desde la perspectiva feminista?-¿A quién crees que va destinado este
libro; quiénes deberían ser, a tu entender, lectoras o lectores fijos...?
-La perspectiva feminista permea el libro.
Para empezar, soy feminista, no veo otro modo de acercarme a cualquier asunto
que no sea desde el feminismo. No veo la manera de acercarme a nada sin
contemplar la asimetría de poderes presente en la idea de la dualidad hombre/mujer,
y en la distinta forma de interiorizar el entorno del día a día. Pero no es un
libro destinado a quien se define como feminista (aún cuesta que se entienda lo
que significa), lo que aquí se trata nos afecta a todas y todos.
El feminismo quiere la igualdad, pero
visibilizando la aportación de las mujeres, sus capacidades no son de segundo
orden.
-¿La Revolución científica que empieza
en el XVII es la puerta por la que empiezan a entrar todos los males que pueden
llegar o han amenazado, ya, a la naturaleza y el impacto ambiental? -Y tras el
impacto ambiental, está el impacto socio-económico, ¿no?
-Claro, no es solo un asunto ambiental en el
sentido de sequías, inundaciones o pérdida de biodiversidad… dependemos de los
recursos y de la salud del planeta para desarrollar nuestro modo de vida.
Afecta a nuestra actividad laboral, nuestra forma de relacionarnos y ocupar
espacios, a la salud, a los conflictos, al consumo.
-La herencia del período –el andrógeno--en el
que el hombre, solamente por el hecho de ser hombre, se sentía por encima de la
mujer y "de todo lo que hay en la naturaleza" con sus actitudes en la
caza, pesca, revestidas de actividades deportivas... ¿qué ha dejado este
período en la sociedad porque hemos hablado solamente de la puntita del iceberg
y por nombrar algo...?
-El androceno nos ha
dejado riesgos en distintos campos. Aumento de la desigualdad, precariedad,
insolidaridad, conflictos, y mucha incertidumbre. Nos ha colocado en un punto
crítico
Con relación a las mujeres, ha dejado una sociedad
castrada para elevar a la mitad de la población, y de entre ellos a una
minoría. Ha invisibilizado todo el trabajo realizado por las mujeres para que
los hombres pudieran ocuparse de lo público, de la economía en mayúsculas,
ocultando que es imposible llevar a cabo esa tarea sin los cuidados y el
trabajo esclavo de hombres y mujeres.
-A ello, le acompañaba con la querencia a que
eso, el poder del período andrógeno, pasase de padres a hijos, como un legado
igual que las aficiones a las fiestas y tradiciones que, a menudo, han puesto a
un animal, las más de las veces al toro y las vaquillas en un brete... ¿qué nos
puedes decir?
-La idea de dominar es perversa. Y ya que
hablas de herencia, comento en el libro que la herencia es una de las maldades
que nos alejan del afecto por el resto. Respecto a los toros, vaquillas,
perros, etc.., me parece increíble que se sigan usando a los animales para
demostrar masculinidad malentendida: fuerza, virilidad, sometimiento.
-Todos estos comportamientos, anclados y con
aporte de la educación anclaron a muchas generaciones, las anclaron y las
volvieron como no pensantes—aunque ellas seguían pensando--...todo eso hizo que
el impacto ambiental fuese más aberrante, ¿no?
-La educación ha sido cómplice en el
sostenimiento de un sistema que se asienta sobre el dominio y la asimetría de
poderes. Pero educar en igualdad no evita males si la educación está sesgada.
No creo que podamos salvar nada si eliminamos la educación tradicionalmente
transmitida a las mujeres. Me explico, en el libro comento que el individuo
patriarcal no siempre es un hombre, hay mujeres que ocupan cargos de poder,
pero de nada sirve si tienen actitudes machirulas, lo
que necesitamos es que las enseñanzas de nuestras madres y abuelas estén
presentes.
-Claro la mayoría de los chavales estaban como
narcotizados: en tiempo de caza a cazar y todo lo que se pueda y más de los que
se pueda; en tiempo de fiesta embolamos al toro y hacemos correr a vaquillas y
toros bajo un sol aberrante, luego ya nos lo comeremos; luego si vamos de
excursión o a andar y ya recogerán las basuras que para eso les
pagan...nosotras veíamos y callábamos o protestábamos para que nos hiciesen
callar —("que la naturaleza lo puede todo”) -- ... ¿cómo lo ves?
-Si lo piensas bien, ellos han sido
profundamente reprimidos. Como sostengo en el texto este sistema no beneficia a
ninguna de las partes. Recuerdo que de niña iba con mis hermanos y sus amigos y
las prácticas de liderazgo eran terribles, yo me sentía aliviada de ser mujer y
no tener que competir.
Lo que comentas sobre recoger, dejar las cosas
para que otras personas también puedan disfrutar del espacio, es sin duda un
acto empático. El problema es cuando nosotras también usamos esos argumentos de
que se apañe el siguiente, las actitudes individualistas, egoístas no mejoran
nada, al contrario. Como te decía, lo terrible es que la balanza de la educación
no está nivelada.
-También, quizás como no teníamos querencia o
no os invitaban a celebrar de ciertos aquelarres pues pudimos crear una mayor
conciencia desde lo ecológico a lo social, pasando por esa conciencia de
"ser mujer", desde una mirada diferente... ¿lo ves así?; ¿qué nos
puedes matizar?
-Te refieres, supongo a que estábamos menos
embrutecidas. Sin duda nuestra mirada es diferente, nuestra educación ha sido y
es distinta. Asumimos roles y riesgos diferentes y usamos otras herramientas
para solucionar las cosas.
-La educación aquí, como en todo, es
fundamental, ¿verdad?, pero la educación ha sido también dominada por el
hombre...hasta no hace mucho las escuelas, los institutos las palabras más
altas las tenían ellos y no ellas, yo soy de 1974 y todavía lo recuerdo...
-Incluso hoy en día nos cuesta más hacernos
oír, estamos menos acostumbradas a coger el micrófono, y los ataques siguen en
la línea de puta, guarra…
Dentro del sistema educativo, los libros de
texto, el currículum, los cuentos infantiles, el lenguaje que se utiliza, el
uso de los espacios, la atención dispensada a niños y niñas…son transmisores de
sexismo porque sobrevaloran lo masculino e ignoran o menosprecian lo femenino.
Cada vez damos pasos hacia modelos más igualitarios, pero aún estamos
trabajando muchos sesgos heredados
-Amiga, ¿por qué el patriarcado
"casa" tan bien con el capitalismo y esa afición por el crecimiento?
-Porque el capitalismo necesita mano de obra
barata para continuar con su modelo crecentista. Para
que las personas puedan ser mercantilizadas, alguien debe hacerse cargo del
mantenimiento y crianza de los hijos e hijas, y el sistema capitalista de corte
neoliberal no está interesado en que el Estado intervenga en esta operación, ni
en ninguna otra. La mejor opción es que las mujeres sigan ocupándose de estas
tareas infravaloradas, ya sean las abuelas, las madres o las mujeres
inmigrantes.
-Y nos damos cuenta de que, si queremos seguir
viviendo en el planeta, deberemos seguir viviendo, pero con el decrecimiento como
uno de los principales instrumentos o el principal, ¿qué nos puedes decir? La
mujer tiene más claro que, más que nunca, es necesario el decrecimiento, ¿por
qué?
-Bueno, esto es complejo. La idea de
decrecimiento le incomoda a casi todo el mundo, hombres y mujeres. Hemos sido
educadas para consumir. Hace falta todo un trabajazo
para desvincular consumo y felicidad. Tener coches, casas, mil cosas que no
sirven para nada se ha convertido en una señal de estatus, de bienestar. Hoy
mismo, en la universidad, he compartido ascensor con dos estudiantes mujeres
que iban a la primera planta.
¿Por qué afirmas que el cambio será o vendrá
desde el feminismo o no será ni vendrá?
-Porque no es posible el cambio si no ponemos
en valor las capacidades y valores que provienen de las mujeres. Un cambio de
las dimensiones de las que hablo requiere mucha empatía, afectos y cuidados.
Vamos a disponer de menos, tenemos que ser capaces de pensar en todas las
personas y distribuir. Es necesario que nos involucremos todas las personas con
todos sus potenciales.
-Solo hay que ver quien hace las guerras y
quién tiene que escapar de ellas y los porqués detrás de ellas...las energías,
las tierras malas, los combustibles fósiles... -Y lo que nos espera con el
cambio climático, la sequía, los efectos del "efecto invernadero"
-Desde luego tenemos que acabar con la
dependencia. Tenemos que pensar en decrecer, reivindicar el menos, pero también
lo local.
Lo de los conflictos es devastador para las
mujeres, quienes, en ocasiones, ven difícil escapar porque se hacen cargo de
las personas dependientes. Ciertamente, la guerra es una demostración testosterónica, que ensalza la agresividad y la humillación
del contrincante como la manera de solucionar problemas.
-Las ideologías, ¿qué papel pueden llegar a
jugar aquí o cuál sería su papel?, menos parloteo, menos populismo y más
acción...
-En el libro hablo de las ideologías separadas
del sistema electoral. Mientras que los sistemas políticos tengan que someterse
a la presión de los poderes no hay solución.
Participación, formación e información de la
ciudadanía, educación para la igualdad y el respeto.
-Desde las comunidades que están tan
enraizadas, como son las comunidades indígenas, entienden más y mejor las
problemáticas que rodean la salud ambiental, sus problemáticas y sus
necesidades...-Debemos aprender mucho de ellos, pero ¿lo hacemos bien y adecuadamente?;
¿qué debemos poner más de nosotros para que el mensaje de concienciación llegue
más a todos y a todas...?
-Para empezar, hay que poder informar, lo que
no siempre es fácil. Los medios de comunicación con grandes audiencias están al
servicio de multinacionales que no tienen interés en que dejemos de ser
individuos dóciles y consumistas. Nos han vendido la moto del desarrollo
sostenible y de la omnipotencia de la ciencia y la tecnología para sacarnos de
cualquier problema.
Vivimos como zombis, cada cual, en sus redes y
su mundo irreal, no esperamos que nadie nos salve, no hay fe en que nadie nos
vaya a ayudar. Estamos acostumbradas a consumir y callar.
Sinceramente no sé cómo. En cuanto traspasas
el umbral que te hace peligroso te caen encima desvirtuando o ninguneando todo
lo que haces o dices, si bien, cada vez somos más y estamos en distintos
espacios que nos acercan a la gente
Por otra parte, es cuestión de tiempo, nos
está viniendo una detrás de otra.
-Mucho tenemos que aprender desde el llamado
"Primer Mundo" de los "otros mundos", y mucho del
"Tercer Mundo"...y más desde la sensibilidad de la mujer, ¿verdad? Lo
digo porque en los eco feminismos veo mucho, también, de defensa—más o menos
directa—de "lo indígena", de la mujer arraigada al campo y a la
tierra...con mucha más raíz que el hombre, seamos de dónde seamos...
-Sin duda, el eco feminismo le debe mucho al
aprendizaje que hemos recibido de esas mujeres. Los primeros debates, en los
años ochenta y noventa, en torno a la sostenibilidad planteaban la
imposibilidad de hacer frente a la crisis ambiental sin la plena incorporación
de las mujeres. La principal propuesta del eco feminismo del Sur se debe a las
reflexiones de Vandana Shiva que apuesta por reconocer los saberes de las
mujeres rurales pobres y va contra los intereses comerciales que hegemonizan el
conocimiento y contra la globalización como responsable del deterioro de la
calidad de vida de las mujeres del Sur.
-Así somos todas, quizás unas más que otras,
como indígenas de la tierra que nos vio nacer y a la que vemos en su día a día…
y eso nos da como una fuerza especial por estar tan en contacto con la
"madre tierra" y "la madre naturaleza" ,¿lo
ves así? y ¿qué te darán las mujeres de la tierra o las de ciudad que están
concienciadas que no podrán hacer otras gentes?
Bueno, como te comentaba creo que no hay
esencialismos, que hay mujeres y hombres con aptitudes y actitudes eco
feministas que tienen mucho que aportar, si bien es cierto que las mujeres han
sido orientadas hacia una mayor integración con el entorno. Todos y todas
sumamos.
-¿Qué luchas dirías que han
"activado" más a la mujer con su feminismo muy particular de ver las
cosas y enfrentar las cosas?-¿De qué manera es mejor acercarse para conocer los
movimientos que desde la mujer han luchado contra esos abusos vengan estos de
donde vengan?
-Las primeras luchas fueron para alcanzar
derechos de los que estaban excluidas, como las sufragistas, por ejemplo, pero
las mujeres han sido muy activas en movimientos de clase, por la paz, por otras
especies y por supuesto, por la naturaleza.
La manera de acercarse es desde el
reconocimiento de las desigualdades y abusos, allí se encuentran.
-La mujer que viene del entorno rural, la que
además trabaja la tierra y lo hace de forma o con prácticas ecologistas, ¿es la
"punta de lanza" del nuevo orden mundial en torno a una mejor y más equitativa
productividad de todos y para todos?
-No cabe duda de que la producción de
alimentos cercanos, de carácter más local, va a ser importante, y de que las
prácticas no pueden seguir obedeciendo a criterios de eficiencia económica sino
ecológica y a satisfacer las necesidades comunitarias.
- Las mujeres se han involucrado siempre en
muchas actividades, otra cosa es que estuviesen o no reconocidas. Desde tu
punto de vista, ¿la mujer campesina, la que se ha dedicado a la agricultura y a
las labores del campo… ha sido, suficientemente, reconocida?
-No, no lo ha sido, sus saberes quedan en un
segundo plano. Las mujeres no han sido reconocidas en ninguna actividad que no
tuviera que ver con su rol de madres.
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