La
Librería de El Sueño Igualitario
Antonio Parra Sanz escribe una novela negra entretenida
y atrevida que se sale de hasta “lo políticamente correcto” en lo criminal.
“Dos cuarenta y nueve” es la décima novela de la colección Libros de
la Orilla Negra de Ediciones del Serbal. Anteriormente esta editorial había
editado, dentro de esta misma colección, Relatos de la Orilla Negra (varios
autores); La sombra del Caimán (Dauno Tótono); Mala Hierba( José Luis
Muñoz); Papel Picado (Rolo Díez); Cuéntame cosas que no me importe olvidar
(Pablo de Aguilar); Destruyan a Anderson (Pablo Aguilar); Bala Morena (Marcos Tarre) ; En los umbrales del hades (Osvaldo Reyes) …
Ediciones del Serbal nos enseña o nos da una
muestra de cómo se encuentra “el pulso
que retrata la escritura en lo criminal” de Latinoamérica, sin dejar de mirar a
nuestras “nuevas”, pero más que prometedoras plumas.
La sinopsis que nos enseña Ediciones del
Serbal:
¿Se puede matar
en menos de tres minutos? ¿Se puede impartir justicia mientras se escucha un
adagio de Vivaldi? Sobre las noches de Cartagena se cierne la sombra de un justiciero
dispuesto a liberar a los impíos de sus pecados con el mayor de los castigos.
Tres personas se verán envueltas en un ambiente opresivo y asfixiante: Elisa
Montes, locutora de radio en un programa de madrugada; Alonso Marquina, un
inspector de policía arrasado por las sombras familiares; Marcos Galván, un
joven mensajero lector insomne de la Biblia. Las vidas de los tres se verán
entrelazadas por el destino y la voluntad justiciera de un perturbado que
anuncia sus crímenes en "La sonrisa de la luna", el programa de
Elisa. Detrás de cada muerte no hay relación aparente, salvo el delirio de
quien se cree elegido por la divinidad para condenar los pecados de los demás.
Con cada crimen, con cada conversación radiofónica, afloran ante los lectores
los fantasmas que estos tres personajes guardan en lo más profundo de su
conciencia, justo allí donde creemos que están más a salvo de miradas
indiscretas.
El autor,
Antonio Parra Sanz:
Profesor de
Lengua y Literatura, profesor de Escritura Creativa, escritor y crítico
literario. En concreto da clases, de Lengua y Literatura, en el Instituto de Enseñanza de Secundaria,
Mediterráneo de Cartagena. Y en cuanto a enseñar Escritura Creativa lo hace en
ISEN Centro Universitario. En su faceta de crítico literario, esta labor la
desarrolla desde el Suplemento Ababol del periódico
La Verdad y de la revista Sólo Novela Negra. Es miembro del grupo promotor del
proyecto Mandarache de Jóvenes Lectores y también del
EELACT (Encuentro Literarios de Autores en Cartagena). Además es uno de los
organizadores de Cartagena Negra. Tienen un blog en el que lleva a cabo crítica
literaria y desde donde desgrana la actualidad con artículos de opinión. Os lo
recomendamos: www.gomesycia.blogspot..
Ha publicado
las novelas sobre la serie Sergio Gomes: Ojos de fuego y La mano de Midas y
Acabo de matar a mi editor . Es autor de los libros de
relatos: Desencuentros, El Sueño de Tántalo, Polos opuestos y Cuentos
suspensivos. También ha publicado volúmenes de artículos: La linterna mágica y
Butaca de patio; además del ensayo Tres heridas (aproximación didáctica a la poética de Miguel Hernández) , así como de un guión llevado al cine, Mala reputación.
Cazarabet conversa con Antonio Parra Sanz:
- Amigo, ¿qué fue lo que te llevó a
escribir esta novela negra?; ¿qué te inspiró o te fue inspirando la historia
que aquí “desgranas?
-La posibilidad de que alguien se dedicara a “impartir justicia” por las
calles de una ciudad y que luego lo confesara en un programa de radio, eso fue
lo que más me atrajo, ver si sería capaz de crear un personaje que pasara
desapercibido ante los demás hasta el momento en el que decidía matar.
- ¿Qué peso, qué protagonismo real
tienen la parte de la ecuación que son tus personajes en tus novelas,
narraciones….? (para nada accidentales y/o discretos, si quieres que te diga lo
que, de primeras, me parece)
-En cualquier novela los personajes son el alma de la misma, pero en esta ocasión
lo son más que nunca, hasta ahora no había escrito una novela con tanta y tan
intensa presencia de los personajes, porque, además de la trama criminal, lo
que impulsa al libro son las vivencias de los tres personajes, el criminal, el
policía que investiga y la locutora que recibe sus confidencias. Todos debían
tener un pasado que el lector debía conocer, y tuve que bucear, y mucho, en la
psicología de los tres.
- Otra parte de la ecuación es la trama,
pero a veces “pesan” más los personajes, el escenario y trasfondo, ¿cómo es en
ti?
-En general trato de encontrar un equilibrio entre todos los elementos,
aunque como ya digo esta vez los personajes quizá pesan más que el resto, pero
los crímenes y la propia ciudad de Cartagena están muy presentes, al menos eso
es lo que comentan algunos lectores, que han empezado a ver la ciudad con otros
ojos tras haber leído la novela.
- Me da que hay mucha gente, entre la
sociedad, que, de alguna manera (si no sería insoportable) se las da o se cree
un o una justiciero/a…¿Cómo lo ves?
-En ciertos niveles es cierto, por desgracia caemos con mucha rapidez en la
tentación de juzgar a los demás, y desde que existen las redes sociales esto se
ha convertido casi en una epidemia. Creemos que sólo nuestro punto de vista es
justicia, y lo que es peor, que los demás no merecen ninguna consideración. Lo
malo llega cuando alguno decide dar un paso más, y cambiar las redes sociales o
la maledicencia por un fusil de asalto o una mochila llena de explosivos.
- En este planteamiento convergen tres
personajes bien diferentes y diferenciados, por muchas cosas, pero que
convergen en no pocas. ¿Qué nos puedes comentar?
-Releyendo la novela, algo que me cuesta pero a lo que uno no puede
sustraerse si quiere que se publique como es debido, me di cuenta de que, amén
de la trama, estaba ante tres personajes que se encontraban muy solos, y que a
su manera están intentando hallar su lugar en el mundo, su parcela de
supervivencia. Eso me hizo ver la novela con otros ojos, cada uno arrastra un
equipaje de fracasos, pero algún amigo incluso me ha dicho que les ve buscando
amor, que podríamos hablar hasta de amor en una trama tan oscura como ésta. Ya
ve, sorpresas que se lleva uno con la literatura, a veces las historias que
perfilamos adquieren tintes propios con los que en principio no contábamos.
- Ambientas la trama y trasportas a los
personajes en una Cartagena que es asfixiante, entre un ambiente que oprime….lo
que demuestra que el escenario es muy importante…
-Para mí sí lo fue en esta ocasión… Bueno, la verdad es que siempre es
importante, pero con esta trama quería mostrar una ciudad oscura, un tanto
hostil, llena de rincones amenazantes que existen pero que nadie ve. La
intención era dar otra panorámica, por eso la mayor parte de la trama
transcurre de madrugada, que es el momento en el que las ciudades se
metamorfosean y ofrecen una cara radicalmente distinta a la que dan por el día.
- Es una novela negra muy actualizada en
la que todos los lectores reconocemos muchas cosas y muchos personajes, por
supuesto los protagonistas, ¿es parte ésta de tu “intencionalidad”?
-Hay una parte intencionada, claro que sí, porque lo que busca Denis es
castigar ciertos males endémicos, no ya de la sociedad, sino del ser humano en
general. Sin llegar a empuñar los siete pecados capitales, algo que hemos visto
ya en muchas ocasiones, sí pretendía censurar algunos vicios, tales como la
hipocresía, las murmuraciones, la desconsideración hacia el otro…, y no ya como
culpas por las que tuvieran que pagar las víctimas, sino como algo que han
sufrido en sus carnes los propios personajes protagonistas.
- Toda narración lleva uno o más
mensajes intencionados dentro y la novela también…hasta puede ser una novela
negra social y reivindicativa que desnude las hipocresías de la sociedad, ¿Es
parte éste de tu trabajo de narrador?
-El trabajo de narrador consiste en armar una buena historia que logre
atrapar al lector, lo demás ya se convierte en un accesorio, salvo que uno
quiera moverse en la novela de ideas, que no es mi caso. Otra cuestión es que,
de cara a la trama o a algún momento de la misma, elija algún tema social
porque convenga para mis intereses o los de algún personaje, en ese caso creo
que todos los escritores, en mayor o menor medida, echamos mano de mensajes
intencionados, pero ya digo, sin que sean el motivo principal de la historia.
- Los personajes, de todas maneras,
están muy bien “conseguidos”, como retratados o salidos de una ilustración de
esas que, como persona, ves diariamente… ¿es un poco así?
-A la hora de escribir saco de dentro todo lo que me rodea, lo que leo, lo
que contemplo, lo que vivo, lo que recuerdo… Como escritor mantengo una mirada,
o trato de hacerlo, lo más despierta posible, y profunda (como cualquier escritor
debe hacer), y de esa observación nacieron estos tres personajes. Pero si se da
cuenta, es algo que ellos también hacen, observan a diario, la locutora escucha
a los radioyentes que desnudan sus almas, el policía tiene que indagar en la
naturaleza humana de víctimas y sospechosos, y el asesino observa sin parar a
todos los que se cruzan con él, porque considera que ninguno está libre de
culpa, así que los tres miran constantemente el mundo. Lo mismo que hago yo a
diario almacenando caracteres para futuras historias.
- Tú eres el creador de la serie
alrededor de Sergio Gomes…, muy típico y edificante, además de lógico, (me
recuerda a Simenon con Maigret,
Christie con Poirot o Miss Marphle)…
¿Te inspiraste un poco en autores como estos u otros?; creo que es una buena
manera de mantener cierta disciplina escritora, me refiero a eso de tener un
personaje como fijo…
-Sergio Gomes nace de la mezcla de dos personajes a los que he admirado
mucho como lector, que son Pepe Carvalho y Philip Marlowe,
tanto Vázquez Montalbán como Chandler tienen gran parte de culpa de que yo haya
terminado escribiendo novela negra, porque antes me fascinaron con sus
historias. Gomes es un cínico descreído pero más del montón, y en cuanto a
tenerle como personaje fijo, es una garantía, pero depende de él mismo, a veces
no “me habla” y pasa mucho tiempo sin que podamos construir juntos una nueva
historia, por eso cuando retomamos el contacto todo es mucho más gratificante.
- Por cierto, espero que no mataras a tu
editor…jjjjj…
-Pues matarlo no, pero alguno he conocido que se merecería estar en la
plaza pública y sufrir unos cuantos azotes. Hay mucho indeseable suelto por ahí
cuyos escrúpulos son microscópicos y que se dedica a jugar con el talento, el
trabajo y la ilusión de los escritores. De hecho, quien inspiró a aquel editor
de marras es un personaje real al que tuve la desgracia de conocer y casi hasta
sufrir, aunque no mucho. Fue la mejor manera que se me ocurrió de tomar cierta
venganza, y es curioso, porque a la gente le llama muchísimo la atención el
título de aquella novela.
- ¿Qué lugar ocupan aquí la indiscreción
y la hipocresía, además de las ganas o el esfuerzo de querer terminar con ello?
-Imagino que un lugar capital, puesto que son dos cosas que odio en mi vida
cotidiana, prefiero mil veces a un enemigo que venga de frente que a alguien
turbio que se mueva serpenteando con medias verdades e hipocresías. De hecho,
creo que puedo llegar a sentir cierta admiración por ese enemigo sincero,
aunque estemos enfrentados, y en cambio los hipócritas lo que me producen es
mucho asco. Pero bueno, imagino que va con el ser humano, así que como será
imposible terminar con ello, al menos que den juego
literario.
- ¿Son esas luchas contra nuestros
propios fantasmas los que crean nuestras fragilidades?
Sin lugar a dudas, todos somos muy frágiles, por mucho que en el día a día
nos intentemos engañar, no es fácil luchar con los fantasmas propios, tal vez
por eso yo me refugio mucho en la lectura, porque es un terreno en el que esos
fantasmas tienen mucho más difícil entrar. En cualquier caso, si nos
dedicásemos más a disfrutar de lo que tenemos en lugar de bañarnos en nuestros
miedos, creo que estaríamos más cerca de ser un poquito más felices, o al menos
mejores personas.
- Creo que hay que diferenciar entre la
novela negra anglosajona, la europea, de la nórdica…
Lo bueno de todo esto del auge de la novela negra es precisamente eso, que
nos da para discutir de etiquetas y de características de tal o cual país, y
hace treinta o cuarenta años era impensable, porque el género no tenía la
consideración que tiene ahora. Por supuesto que hay diferencias, porque esas
diferencias existen como idiosincrasia de cada país, y no es nada malo, luego
ya entran en juego los gustos del lector, pero no hay que olvidarse de respetar
cada tipo. A mí, por ejemplo, me gusta mucho más la novela negra mediterránea
que la nórdica, pero por afinidad, me parece más viva y seguramente más
imperfecta pero por eso mismo más real; la nórdica es perfecta en lo formal,
son mecanismos de relojería pero fríos como ellos solos, un reflejo del
carácter de aquellas tierras.
- Pero en cuanto cruzamos el charco
hacia centro y Sudamérica todo se desborda… los escenarios son de “otra luz” y
los personajes como mucho “más abiertos”, menos reservados…Tú que habrás visto,
leído y hasta trabajado algunos textos, ¿qué nos puedes comentar? Desde aquí,
¿cómo ves al resto de pequeñas ínsulas de creación literario desde el género
criminal y negro?
-Es todo muy diferente, claro que sí, y me encanta, no en vano siempre he
sido un admirador de la literatura hispanoamericana. En cuanto al género negro
de allá, aún recuerdo la primera vez que me eché a la cara una de las andanzas
de Mario Conde, el personaje del cubano Leonardo Padura, y fue, como bien dice,
como si esa luz hubiera estado agazapada en el interior del libro. Después ya
amplías horizontes y disfrutas mucho con el carácter del noir
argentino, o con la dureza brutal de las novelas mexicanas, o con la ironía de
algunas tramas peruanas… Es un tesoro que tenemos los hispanohablantes, y que
no debemos dejar de aprovechar
- En los últimos años, amigo, ha habido
o se ha producido como un repunte de la lectura en novela negra y
también en las ediciones…
-Hace unos días les hablaba a mis alumnos de los héroes de la Edad Media,
los caballeros y todas las novelas que protagonizaron, e inevitablemente me
surgió la comparación con los personajes de la novela negra, porque lo que
estamos viviendo en los últimos tiempos es algo parecido, el héroe literario es
el protagonista de la novela negra. ¿Por qué?, mantengo que porque con ellos
podemos cruzar al lado oscuro de la vida, que es una zona demasiado fascinante
como para ignorarla, pero una zona que no visitaríamos en la realidad porque la
ética y la moral no nos lo permiten, y en cambio la novela negra nos da un
pasaporte para poder hacerlo. Eso y la crítica social creo
que hacen que el género guste tanto, aunque hemos de andar con cuidado para que
no muera de “éxito”.
- ¿Qué te parece o cómo te sientes al
formar parte de la Colección de la Orilla Negra de Ediciones del Serbal? ¿Cómo
ha sido esta aventura?
-Me siento muy honrado de estar en esta editorial, y sobre todo en una
colección que arrancó con una fuerza tremenda y que además no tuvo pudor alguno
en tender puentes entre los dos lados del Atlántico, que es lo que tenemos que
hacer quienes compartimos un idioma tan hermoso como el nuestro. En cuanto a la
aventura, hay algunos culpables, la primera mi agente literaria, María José de
Miguel, que creyó en la novela y vio que Dos cuarenta y nueve podía tener
cabida en la colección, y luego Noelia Riaño, que se atrevió a publicarla.
También he de darle las gracias por todo el apoyo al director de la colección,
José Luis Muñoz.
26955
Dos cuarenta y nueve. Antonio Parra Sanz
262 páginas 15 x 22,5 cms.
19,95 euros
Ediciones del Serbal
¿Se puede matar en
menos de tres minutos? ¿Se puede impartir justicia mientras se escucha un
adagio de Vivaldi? Sobre las noches de Cartagena se cierne la sombra de un
justiciero dispuesto a liberar a los impíos de sus pecados con el mayor de los
castigos. Tres personas se verán envueltas en un ambiente opresivo y
asfixiante: Elisa Montes, locutora de radio en un programa de madrugada; Alonso
Marquina, un inspector de policía arrasado por las sombras familiares; Marcos
Galván, un joven mensajero lector insomne de la Biblia. Las vidas de los tres
se verán entrelazadas por el destino y la voluntad justiciera de un perturbado
que anuncia sus crímenes en "La sonrisa de la luna", el programa de
Elisa. Detrás de cada muerte no hay relación aparente, salvo el delirio de
quien se cree elegido por la divinidad para condenar los pecados de los demás.
Con cada crimen, con cada conversación radiofónica, afloran ante los lectores
los fantasmas que estos tres personajes guardan en lo más profundo de su
conciencia, justo allí donde creemos que están más a salvo de miradas
indiscretas.
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