La
Librería de El Sueño Igualitario
Pedro Luis Angosto
escribe, desde Comares, mirando, casi
con lupa, a los protagonistas y cómplices que se citaron bajo el franquismo
entre 1936-1978.
El libro se
encuentra dentro de la editorial Comares y de su colección Comares Historia.
La sinopsis del
libro:
Partiendo de las
numerosas investigaciones realizadas sobre el franquismo, el presente
Diccionario Biográfico quiere ser una guía, asequible a todo el mundo, para
conocer sucintamente a los principales protagonistas y cómplices de aquel
régimen que mantuvo a España y a su sociedad bajo el yugo de una de las
dictaduras más largas de la Europa del siglo XX. La dictadura franquista ha
sido el hecho histórico que más ha condicionado la vida de los españoles, tanto
durante los cuarenta años de vida de ésta como, en parte, en los años que
siguieron a la muerte de Franco. Por eso esta obra quiere acercarse a las
vidas, obras y creencias de muchos de los hombres (y algunas mujeres) que
construyeron el régimen y contribuyeron a su perpetuación, eliminando, así, la
libertad de los españoles. Conocer sus trayectorias vitales es perentorio para
reconstruir nuestra historia y edificar un futuro democrático y justo.
El autor del libro,
Pedro Luis Angosto:
Es un licenciado en
Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid,
obteniendo la calificación de sobresaliente en la Memoria de la Licenciatura
que, dirigida por el catedrático Antonio María Calero, se leyó en dicha
Universidad en 1984. Es Doctor en Historia por la Universidad de Alicante,
donde defendió la tesis: “Carlos Esplá Rizo, una
biografía Política”, dirigida por el profesor Emilio La Parra López y
calificada con la máxima nota por un tribunal presidido por Juan Marichal. Ha publicado una docena de libros entre los que
destacan: Carlos Esplá Rizo, una biografía política;
Alfonso XIII, un rey contra el pueblo; José Alonso Mallol,
el hombre que pudo evitar la guerra o La República en México, con plomo en las
alas. Es vocal del Centro de Investigación y Estudios Republicanos y autor de
numerosos artículos en revistas universitarias de España, Francia y México. Es,
también, articulista de numerosos periódicos y fue responsable Científico del
Archivo Carlos Esplá de la Biblioteca Virtual Miguel
de Cervantes, con sede en Alicante. En la actualidad trabaja para recuperar los
textos de los periodistas republicanos Fabián Vidal, Pepín Díaz Fernández y
Félix Lorenzo.
Cazarabet conversa con Pedro Luis Angosto:
-Pedro, amigo, ¿desde dónde sale la idea o tienes
ese “punto de inflexión” para escribir sobre los cómplices y los
protagonistas del franquismo?¿Por qué determinas a
hacerlo en forma de Diccionario?
-No hay un punto de inflexión, es algo que tenía
pensado hace mucho tiempo pero que he ido posponiendo porque era un proyecto
que me asustaba, ¿dónde empiezo, dónde acabo, con qué medios cuento? Comencé a pensarlo y a tomar
notas hace veinte años, mientras trabajaba con la prensa franquista y en la
biografía de Carlos Esplá. La prensa franquista es
verdaderamente maravillosa para emprender una tarea de este tipo: Se sentían
muy orgullosos de lo que habían hecho y no se escondían para contar y cantar
sus “gestas”. Cuando buscaron la amistad de los aliados, hicieron desaparecer
todos los campos de concentración, hasta no dejar ni rastro físico de ellos,
pero dejaron vivas sus emociones y el relato mítico de la “Santa Cruzada” en
las páginas de los periódicos del régimen, es decir, en toda la prensa de la
dictadura. Y no es algo que se circunscribiese a los primeros lustros de la
dictadura, ni mucho menos, ese relato mítico perduró durante todo el
franquismo, languideció durante la década de los ochenta y comenzó a resurgir
de nuevo a partir de los noventa, con la victoria de Aznar y el Partido
Popular, con el apogeo editorial del revisionismo ignorante y manipulador, un
revisionismo que no habría llegado a tanto si no hubiese contado con un apoyo
mediático desmesurado y un público deseoso de leer mentiras y creérselas, de
regresar a esa para ellos felicísima época de “paz imperial”. Este es un país
curioso, cuando en los grandes medios se debate sobre el franquismo, siempre hay
tres partes, los franquistas, los equidistantes y los historiadores serios,
verdaderamente insólito.
Por otra parte, desde un primer momento me habría
gustado que este proyecto hubiese contado con algún apoyo institucional. Como
es natural no me refiero al del Estado, sino al de alguna institución o centro
de investigaciones históricas. No pudo ser y me decidí, con todos los riesgos
que eso conlleva, a emprenderlo en solitario.
-Muy, muy pocas mujeres veo, aunque no me sorprende, pero ¿qué
nos puedes decir?…
-El mundo de Franco era de hombres, el mundo
nacional-católico también. Franco concebía a su régimen y a España como si
fuese un híbrido de cuartel de la Legión y sacristía de pueblo. Aunque hubo muchas
mujeres notables en el franquismo, su papel fue subalterno, siempre supeditado
al criterio de la alta dirección militar, política, religiosa y económica del
régimen. Empero, no se puede analizar correctamente la dictadura sin tener en
cuenta el papel que en ella jugó la Sección Femenina de Falange, organismo
encargado de dejar claro a las mujeres del presente y del mañana cuál era y
sería su lugar en el mundo. Por otra parte, tenemos a Carmen Polo, quizá la
persona que más influyó en Francisco Franco, hasta el punto de condicionar su
criterio en multitud de ocasiones. Está por escribir la biografía política de
esta señora, que en un país normal no habría pasado de ser una chica bien
situada, muy aficionada a la eucaristía y con no demasiadas inquietudes. Su
poder, en este caso sí, fue inmenso y en derredor suyo se creó el círculo de
poder y riqueza de los Franco, como tan estupendamente cuenta Mariano Sánchez
Soler en Franco S.A.
-Pero
sí apellidos que aún hoy en día se revisten de “hombres de transición”,
“nombres de referencia en la democracia”, pero que, en realidad, vienen de
“heredar” el poder que les otorgó el dictador a sus respectivas familias; ¿cómo
lo ves?, ¿qué nos puedes comentar?
-Es una cuestión compleja. En los años anteriores
a la muerte del dictador, franquistas y antifranquistas desconocían la fuerza
del oponente. De los Gobiernos civiles no paraban de salir informes sobre la
creciente conflictividad y la dificultad para contenerla en caso de que
siguiese creciendo; en los partidos de la oposición al régimen, sobre todo en
el Partido Comunista de España, se pensaba que un sector de la población, sobre
todo en las ciudades grandes y con fuerte implantación industrial, se había
movilizado y sería difícil pararla salvo que fuese por un acto de fuerza en
extremo violento, sin embargo, también eran conscientes de que en muchas
poblaciones, en muchos territorios de España apenas se había movido nada. No
sabían hasta que punto podían provocar la deseada ruptura, y ese es el origen
de la transición. Por parte del ala izquierda del PSOE y del PCE se trataba de
un planteamiento estratégico que luego no se culminó. Me explico, en las
primeras elecciones democráticas, se pudo apreciar hasta que punto volvía a ser
débil la demanda democrática del país, un hombre de Franco, sin demasiada
historia, fue el triunfador, hombres de Franco en su mayoría quienes dirigieron
el proceso constituyente. Los más liberales herederos del franquismo pensaban
en hacer una democracia autoritaria en la que se articulase un turno pacífico
en el poder, un partido conservador formado por los hombres del pasado, otro de
izquierda muy moderada dirigido por los socialistas que habían triunfado en Suresnes. Quedaba el Partido Comunista al que Suárez
legalizó porque era consciente de que no se podía dejar fuera de juego al
principal partido de la oposición al régimen, porque eso habría sido como dejar
viva la llama de la resistencia ante los periodos de desencanto que
inevitablemente vendrían. Del Partido Comunista se encargó la prensa y la ley
electoral, quedando entonces los dos partidos del turno, como en la
Restauración de Cánovas, y los nacionalistas vascos y catalanes como compañeros
ocasionales del bipartidismo a cambio de que les dejaran hacer en sus
respectivos “dominios”.
Creo que quizá durante los primeros años no se
pudo hacer de otra manera, pero todo lo pensado por los estrategas del PCE se
viene abajo el 28 de octubre de 1982 cuando Felipe González arrasa con un
programa regenerador muy moderado que ni siquiera se realizó. No se llevó a
cabo una depuración de funcionarios ni de policías ni militares, no se creó un
nuevo cuerpo policial con una formación democrática y, por tanto, se recurrió a
los que “más sabían” de policía del antiguo régimen, en muchos casos dejándoles
poner en práctica algunas de sus mejores habilidades como la tortura. En mi
opinión -y se hicieron muchísimas cosas- la clave está en 1982, cuando no se
emprendieron las reformas de calado que la democracia exigía. Se tuvo mucho
valor para acometer la reconversión industrial empleando la fuerza bruta, Narcis Serra planeó una reforma militar inspirada en la de
Azaña aunque mucho más tímida, pero en ningún momento se atrevieron a tocar a
la Iglesia ni al poder económico, los grandes hombres del franquismo, las
grandes fortunas del franquismo continuaron haciendo lo que siempre habían
hecho, lo que sin duda está en las raíces del actual periodo de corrupción que
sufrimos: La economía franquista se basaba en la corrupción, en los amigos, en
los favores, en el clientelismo, ese modelo ha perdurado hasta nuestros días,
manteniendo una economía dependiente y frágil que apenas ha modificado el
modelo productivo y, por tanto, muy proclive a sufrir crisis económicas de
mucha más envergadura que las de nuestros vecinos. La presencia de esos hombres
y esos modos del pasado en el escenario político también está dando sus frutos
como se puede ver en muchas de las leyes restrictivas de derechos aprobadas por
el actual Gobierno.
Hay bastantes nombres de ese periodo, pero todos
habían demostrado su “destreza” durante la dictadura. Podría haber incluido a
muchos más, pero como digo en la introducción este libro no es un tratado
exhaustivo porque ni ese era el objetivo ni cabría en ningún texto dado a la
imprenta. Por no hablar de otros, yo mismo -tengo 57 años- fui miembro de OJE y
tuve contacto con los falangistas de última generación. Jamás me dieron el
carnet pero me apuntaron: “Vale quien sirve”, decían.
-Se
trata un trabajo de investigación, estudio y documentación, es de suponer,
muy exhaustivo, exigente, ¿no?. Coméntanos cómo te lo
montaste para ir componiendo este libro, además, como en forma de Diccionario…
-Desde 1982 en que comencé a trabajar con la
prensa histórica dirigido por el profesor Antonio María Calero Amor, no he
dejado de tratar con esa fuente. A la hora de estudiar el franquismo considero
de extremo valor los escritos de los propios franquistas. Como dije antes, no
hay ni un ápice de arrepentimiento en sus artículos, libros o reportajes. Eran
unos héroes, habían derrotado al comunismo y puesto a España al servicio de
Dios y sus once mil vírgenes, algo pocas veces visto en la historia de Europa.
Vivían en un estado de euforia indisimulada que plasmaban día a día en las
páginas de los diarios, en los libros de texto y en los miles de publicaciones
de ministerios, ayuntamientos, diputaciones, cofrafías
y comisiones de festejos. Cuando estás en contacto con ese material durante
años, no es demasiado difícil fijarte en las personas más destacadas, en
aquellas que salen más y que más llaman la atención. La fuente documental
principal es, por tanto, la prensa de la dictadura, cuarenta años dan para
mucho y la verdad es que eran incansables; luego, en segundo lugar, los libros
publicados por el propio régimen, libros de Casares, Comín Colomer, El
Caballero Audaz, Aznar, Galinsoga, Arrarás, Ruano, Ledesma, Areilza...,
no tienen desperdicio, son un auténtico manantial de fascismo español. Por
supuesto, las fuentes archivísticas, aunque en este caso han sido menos importantes.
Desde que me puse a trabajar en este proyecto
hace tres años, siempre lo concebí como un diccionario porque quería que fuese
un instrumento al alcance de todo el mundo para aproximarse a la realidad del franquismo
a través de sus principales protagonistas. Se podría haber hecho de otra forma,
pero la carencia en este campo era, y sigue siendo, enorme.
-¿Cómo
has hecho “la selección” de nombres y hombres que están en el libro? Supongo
que habrás dado con muchos nombres que, finalmente, no has incluido aquí,
¿verdad?
-Quizá la tarea más difícil ha sido la selección.
No había ninguna duda sobre los directores del golpe de Estado y de la Guerra,
esos debían estar muy bien representados. El problema surge después cuando
tienes que arbitrar un sistema que te permita, dentro de un listado que no
superase las cuatrocientas entradas, incluir a las personalidades más
destacadas e influyentes de la dictadura. De nuevo aquí, la prensa del régimen
juega un papel decisivo, pues es ella misma la que nos va indicando, año tras
año, quienes son las verdaderas estrellas, los guardianes de las esencias, los
turiferarios con rango y los de a pié. Eso sólo es posible tras el análisis de
miles de periódicos a lo largo de muchos años: Buena parte del fichero del
diccionario lo tenía elaborado antes de ponerme a trabajar en él. Aún así, hay
muchos nombres que habrán quedado fuera, cosa por otro lado inevitable cuando
estamos hablando de un libro y no de una enciclopedia, cosa que ni entró ni
entra dentro de mis objetivos. Creo que con los nombres incluidos dentro del
diccionario, pese a las ausencias, hay elementos suficientes para saber quiénes
fueron y como fueron aquellos que construyeron el régimen de terror,
oscurantismo y mediocridad capitaneado por Francisco Franco.
-Bueno, la verdad es que después de 80 años de
Dictadura ya hacía falta, ¿no? un trabajo de estas características?
-Estoy convencido de ello. Durante las últimas
décadas la historiografía contemporánea española ha adquirido unos niveles de
calidad que nada tienen que envidiar a la de los países de nuestro entorno,
salvo en una cosa, los medios de difusión con que cuentan una y otras, ahí la
diferencia sigue siendo enorme, más cuando de un tiempo a esta parte desde instancias
oficiales intentan fomentar historiografías más distantes, más lejanas en el
tiempo, menos “peligrosas”. Se han hecho trabajos de toda índole, en el campo
de la biografía andábamos muy ayunos hasta mediados de la década de los
ochenta, pero a partir de ahí, y sobre todo desde finales de los noventa se ha
producido una eclosión que ha cubierto muchas de las lagunas que en ese campo
teníamos. Este diccionario ha utilizado muchas de ellas, trabajos tan serios y
rigurosos que resultan imprescindibles para cualquier investigación de estas
características. Este libro quería ser un compendio sucinto de biografías ya
escritas y de otras que están por hacer de modo científico, un lugar donde
encontrar de una vez datos relevantes de quienes pergeñaron y mantuvieron la
dictadura, evidentemente para una consulta exhaustiva hay que recurrir a las
monografías.
Por otra parte, pienso que un libro de este tipo
tendría que haberse escrito hace muchos años, también que debería estar en
escuelas, institutos y bibliotecas. Tenemos el deber de ponernos en paz con
nuestro pasado y para ello es menester que sepamos lo que ocurrió durante el
ominoso y terrible periodo que va de 1936 a 1978. Espero que vengan nuevas
aportaciones en este mismo sentido, sería magnífico.
-Porque el franquismo era Franco, se trataba de un régimen muy
como unipersonal que giraba en torno a la figura del dictador, pero que se
respaldaba en no poca gente, ¿verdad? Y a las pocas voces que, del principio,
le salieron, se supo desembarazar de ellos…
-Franco carecía de empatía, era un ser incapaz de
ponerse en la piel del otro, para él sólo existía su ego, y un ser así, al que
no preocupan lo más mínimo sus semejantes, es capaz -como lo fue- de perpetrar
las peores atrocidades. Era, en ese sentido, un perfecto psicópata. Acomplejado
por su escasa vitalidad que contrastaba en extremo con la de su padre y por su
ineptitud para el estudio, que chocaba con la de su hermano Nicolás, Franco fue
construyéndose una personalidad enfermiza y fría que le llevaría a desconfiar
de todos cuantos le rodearon. Hubo personalidades dentro del régimen como
Aranda, Queipo o Valiño que
le plantaron cara en algún momento, pero de forma tan tímida e inocente que
Franco ni se molestó en hacerles caso, sabía que sus quejas no pasarían de la
rabieta del niño consentido. La realidad es que por una serie de
circunstancias, y pese a las advertencias del general Cabanellas,
fueron sus compañeros de armas, incluidos los que tenían más antigüedad y
méritos que él, quienes lo auparon a Generalísimo y Jefe de Estado. A partir de
ahí, gracias en parte a las campañas orquestadas por su hermano Nicolás, Franco
se convierte en el hombre más poderoso del país, poder que se incrementa
ostensiblemente porque todos los que lo conocen saben de su maldad, de su
capacidad para utilizar la violencia hasta con los más íntimos. Pasado el
periodo de apoyo al nazismo, con la aproximación a Estados Unidos e Inglaterra
-que tuvieron un papel decisivo en la consolidación de la dictadura- Franco no
ve peligro por ningún lado y en derredor suyo se forma una corte de
turiferarios y aduladores que fuera del marco estrictamente cortesano se
manifiesta en una tremenda red clientelar que abarca todo el país, una red que
aprovecha la creada por los viejos partidos de la Restauración, por Primo de
Rivera y por las fuerzas vivas provinciales.
En realidad, Franco, que estaba apoyado por
Estados Unidos y Gran Bretaña, sólo tuvo un periodo de inquietud. Fue entre
1943 y 1948. En 1943, Bosch Gimpera, José Giral, Indalecio Prieto y Carlos Esplá
-dejando de lado las iniciativas de Negrín por su relación con los comunistas-
funda la Junta Española de Liberación siguiendo el modelo de la Francia Libre
de De Gaulle. La Junta obtuvo un gran triunfo en la Asamblea fundacional de
Naciones Unidas al admitir esta que jamás se admitiría en su seno a países con
gobiernos que tuvieron apoyo del Eje e invitando a los embajadores de los
países miembros a abandonar España. Aquello era el principio para desalojar a
Franco del poder, pero la muerte de Roosevelt y el comienzo de la guerra fría llevó a los dirigentes anglo-americanos a pensar que era
mejor tener a un sumiso dictador en España que una democracia. Luego, vino la
iniciativa de Prieto de negociar con Juan de Borbón de cara a celebrar en
España un referéndum mediante el cual el pueblo eligiese entre monarquía o
república. La actitud engañosa del Reino Unido -conocida por Franco- hizo que
el dictador borbonease a Juan de Borbón, por otra
parte una persona muy voluble y poco decidida, acomodaticia. Las demás
iniciativas antifranquistas fueron aniquiladas por la policía del régimen con
los métodos de todos conocidos. Tal vez a su cuñado, Serrano Suñer, le habría
gustado intentar algo junto al general Valiño de cara
a restaurar la monarquía, pero los negocios eran muy suculentos como para
perder el tiempo en conspiraciones. Al pasar la década de los cuarenta Franco
cuenta con el apoyo absoluto e incondicional de Estados Unidos, es entonces
cuando aprovecha para rodearse definitivamente de personas muy mediocres y
temerosas de Dios, siempre dispuestas a servirle. La otra clave de su reinado
fue que a los poderosos les dejó hacer cuanto quisieron, eso sí, siempre que no
se metieran en política.
-Se trataba de dar “poca cancha” a cualquiera que quisiera
salirse del poder del dictador, ¿verdad?
-No, eso era imposible. Una vez unificada Falange
tras los sucesos de Salamanca de abril de 1937, Franco cuenta con un partido
único fuertemente jerarquizado. Ahí no cabe la disidencia, sólo obedecer, hay
falangistas que reniegan, incluso intentan alzar la voz, pero enseguida son
apartados para regresar tiempo después como corderitos a la nomenclatura del
régimen. Al terminar la autarquía, entran los tecnócratas del Opus, gente
absolutamente dócil y fiel al dictador, que les da carta blanca para que hagan
lo que estimen oportuno. A Franco no le importaba lo más mínimo lo que pasaba
en España y los españoles, su mundo era muy pequeño, diminuto, su única pasión
era el poder.
-¿Qué características, casi como de manera
necesaria, compartían entre sí normalmente, “los hombres de
Franco”?
-Los hombres de Franco, como he dicho antes,
terminan perfilándose a finales de los años cuarenta, cuando los nubarrones del
horizonte desaparecen bajo la protección norteamericana. Entonces Franco
elimina a cualquier persona que destaque o se atreva a mostrar una mínima
disidencia. Cuenta con un gran número de mandos militares incondicionales
-Camilo Alonso Vega es un ejemplo paradigmático- dispuestos a todo para
proteger a su jefe. Y el jefe paga bien a los fieles. A través del Sindicato,
de FET de las JONS, de la Iglesia y del Ejército, de la Aristocracia, la
burguesía vasco-catalana y el poder financiero, el régimen va formando unos
cuadros en los que la mediocridad, la fe en los principios fundamentales y la
fidelidad indubitable son rasgos universales. Hay dos momentos dudosos, uno la
crisis estudiantil de 1956 que supuso la salida de Ruiz Jiménez del ministerio
de Educación, y otro el Contubernio de Munich, hechos
que si bien crearon alguna inquietud entre los dirigentes de la dictadura, no
lo hicieron en Franco que sabía seguía contando con la protección del amigo
americano y de su policía. Franco no tenía amigos, ni siquiera su primo
Francisco Franco Salgado-Araujo “Pacón”, la prueba son las memorias que éste
publicó en 1976 donde describe a un hombre sin pasiones al que importaba muy
poco lo que pasaba a su alrededor. Franco, al verse en palacio, no podía creer
que eso le hubiese pasado a él, es en ese pensamiento interior cuando acude a
su pensamiento la idea de la Gracia de Dios que puso en sus monedas.
-¿Qué “estándar” de confianza tenía Franco; aunque no sé si era
de las personas se fiaba de mucha gente?
-No, Franco no se fiaba ni de él mismo. Como
todos los acomplejados creía que siempre le mentían o que le hablaban con
segundas intenciones, de ahí que crease una red de soplones y chivatos en todos
los ministerios y cuarteles que le tenían informado sobre los pasos de
determinadas personas. Durante los primeros años de dictadura, Franco tuvo
problemas con Queipo de Llano, Varela, Aranda, Valiño, Orgaz y Kindelán, entre otros. Queipo
odiaba a Franco porque lo conocía, creía que era un tipo falso, cobarde y en
extremo egoísta. Franco sabía de sus habladurías, y en este caso terminó por
quitarle el poder que tenía en Sevilla y enviarlo a Italia. Respecto a los
otros, todos monárquicos, jugó con los ascensos, los títulos nobiliarios y
sobre todo con la corrupción, dejándoles actuar sin ningún tipo de control. Es
probable que si hubiese podido hubiese mandado fusilar a alguno, tal vez a
Varela, pero no porque su prestigio dentro del ejército fuese una amenaza para
él, que no lo era, sino porque tenía dos Laureadas de San Fernando, cosa que le
hería en lo más profundo de su alma.
-Normalmente, además, una persona que quiere ejercer de esta
manera el poder, me refiero a que lo ejerce de manera dictatorial y
totalitaria, se suele rodear de otras personas cuyo coeficiente
intelectual es más bajo, con menos cualidades o todo lo más,
”parejas”….pero la persona ya se encarga de rodearse de personas que no
tienen mucho más que el dictador a ofrecer, ¿no? Me refiero que es así como no
le hacen sombra…
-No exactamente. Franco estuvo rodeado en muchas
ocasiones de personas de mucha más valía que él, cosa que no era difícil porque
la mediocridad del general de El Ferrol era tan conocida por sus compañeros
como su mezquindad y crueldad. Lo que ocurría es que a Franco le daban igual
las ambiciones personales de sus colaboradores, ahí él no se metía, podían
robar lo que quisieran, hacer puentes donde no hubiese ríos, matar, torturar,
todo eso él lo veía normal, lo que no consentía es que nadie quisiese demostrar
que estaba por encima de él o que tenía ambiciones políticas, en ese caso, el
individuo en cuestión era cesado y pasaba a la segunda fila, pudiendo regresar
a la primera si mostraba un claro arrepentimiento. Franco conoció bien el
modelo clientelar de la Restauración y lo intensificó, si todo fallaba estaba
la represión.
-Y
luego estarán los que se buscará “hechos casi a medida”; gente destinada a
realizar tareas específicas, pero sin ambición de “ir más allá”, ¿qué es lo que
piensas al respecto? Digamos que son los que podrían ser “la gente técnica”,
sin más…
-Sí, es algo similar, salvando las distancias, a
lo que ocurre ahora mismo con el Gobierno Rajoy. Ellos son Abogados, Técnicos
de Estado, Embajadores, creen que son los que más saben de lo suyo. Franco
buscó técnicos pero la palabra la clave era medir su ambición política, si esta
era grande su carrera sería corta y dificultosa, sin embargo, si se limitaba a
hacer su trabajo, a acrecer su riqueza y a favorecer a los suyos sin levantar
demasiado la cabeza, entonces se abría un futuro muy esperanzador. El régimen
franquista terminó lleno de hombre de este tipo en sus primeras líneas,
personas con estudios y buenas calificaciones que se sentían muy honrados de
servir al general, que se sentían obnubilados en su presencia, personas para
las que conspirar era un pecado, el más horrible de los pecados si se trataba
de hacerlo contra Franco. Las personas que rodearon a Franco, muchas de ellas
con mucho más “prestigio”, tenían dos rasgos en común, por un lado, un fuerte
individualismo que les hacía incapaces para la unión y, por tanto, para la conspiración;
por otro, una inmensa cobardía que les llevó a preocuparse de sus cosas
personales para no poner en riesgo los beneficios materiales que les otorgaba
el régimen. Por otro lado, Franco, que conocía esa realidad, jugaba con
falangistas de viejo y nuevo cuño, tecnócratas, militares y oligarcas,
utilizando en cada caso lo que más le convenía para aumentar su poder y la
frustración de sus colegas de rebelión y dictadura.
-Entre la que podríamos llamar “corte franquista” habían tanto
personas civiles como militares. Él, aún siendo de “carrera militar”,¿ a quién ofrecía o daba más confianza , escuchaba más o le
era indiferente? ¿Desconfiaba más de los militares por el simple hecho de
conocerlos más?(al haber sido él militar y conocer este mundo)
-Le era indiferente, tengamos en cuenta que
cuando llega a Madrid su guardia personal está formada por marroquíes, ¿qué
confianza podía tener en sus compañeros? No, Franco usaba a los distintos
estamentos del régimen como le daba la gana, según su personal interés, no
había ningún otro criterio, ni eficiencia, ni por el bien de España, ni nada de
nada: A Franco sólo le interesaba él, su mujer y Carmencita, lo demás se la
traía al pairo. Eso sí, en cada momento contaba con unos cuantas personas de
confianza, como pudieron ser en su momento Arrese,
Alonso Vega o Carrero Blanco, que en cualquier momento podían ser “borboneados” sin el menor reparo. Luego estaba su relación
magnífica con los hombres de la Iglesia, Gomá, Pla y Deniel, Eijó y Garay, Tusquets, ahí si había una cordialidad manifiesta.
-Pedro, amigo, ¿cuánto tiempo te ha llevado la realización de
este libro?. Me da que ya estarás trabajando en algo
más ¿Nos puedes proporcionar alguna pista?
-Mucho tiempo desde que comencé a tomar notas,
pero desde que me puse directamente con el libro, unos tres años. Sí, estoy
tratando de recuperar la vida y la obra de tres periodistas republicanos que
habitan en el olvido, Félix Lorenzo (Demófilo),
Fabián Vidal y Pepín Díaz Fernández. Por otra parte, llevo tiempo pensando en encarar
una biografía política de Carmen Polo. No sé si al final me decidiré.
26810
Diccionario del franquismo. Protagonistas y
cómplices (1936-1978). Pedro Luis Angosto. Prólogo de Josep
Fontana
498 páginas
40.00 euros
Comares
Partiendo de las numerosas investigaciones
realizadas sobre el franquismo, el presente diccionario biográfico quiere ser
una guía, asequible a todo el mundo, para conocer sucintamente a los
principales protagonistas y cómplices de aquel régimen que mantuvo a España y a
su sociedad bajo el yugo de una de las dictaduras más largas de la Europa del
siglo XX. La dictadura franquista ha sido el hecho histórico que más ha
condicionado la vida de los españoles, tanto durante los cuarenta años de vida
de ésta como, en parte, en los años que siguieron a la muerte de Franco. Por
eso esta obra quiere acercarse a las vidas, obras y creencias de muchos de los
hombres (y algunas mujeres) que construyeron el régimen y contribuyeron a su
perpetuación, eliminando así la libertad de los españoles. Conocer sus
trayectorias vitales es perentorio para reconstruir nuestra historia y edificar
un futuro democrático y justo.
Pedro L. Angosto (Carabaca, 1960) se licenció en Historia Moderna y
Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid, obteniendo la calificación
de Sobresaliente en la Memoria de Licenciatura que, dirigida por el catedrático
Antonio Mª Calero Amor, se leyó en dicha Universidad en 1984. Es Doctor en
Historia por la Universidad de Alicante, donde defendió la tesis “Carlos Esplá Rizo, una biografía política”, dirigida por el
profesor Emilio La Parra López y calificada con la máxima nota por un tribunal
presidido por Juan Marichal. Ha publicado una docena
de libros entre los que destacan Carlos Esplá Rizo,
una biografía política (2001), Alfonso XIII, un rey contra el pueblo (2005),
José Alonso Mallol, el hombre que pudo evitar la
guerra (2006), o La República en México, con plomo en las alas (2009). Vocal
del Centro de Investigaciones y Estudios Republicanos (CIERE), autor de
numerosos artículos en revistas universitarias de España, Francia y México,
articulista de numerosos periódicos, fue también Responsable Científico del
Archivo Carlos Esplá de la Biblioteca Virtual Miguel
de Cervantes, con sede en Alicante. En la actualidad trabaja para recuperar los
textos de los periodistas republicanos Fabián Vidal, Pepín Díaz Fernández y
Félix Lorenzo.
Prólogo, Josep Fontana
I. INTRODUCCIÓN. De un tiempo, de un país
II. BIOGRAFÍAS DEL HORROR
A
Aguado Hernández, Emiliano (Cebolla, 1907-Madrid, 1979)
Aguilera Munro, Gonzalo de (Madrid, 1886-Salamanca,
1965)
Aguirre Gonzalo, José María (San Sebastián 1897-Madrid 1988)
Aizpurúa Azqueta, José Manuel (San Sebastián,
1902-1936)
Alarcón de Lastra, Luis (Sevilla 1891-1971)
Albert Despujol, José María (Barcelona, 1886-1952)
Albiñana Sanz, José María (Enguera,
1883-Madrid, 1936)
Alcázar de Velasco, Ángel (Mondéjar, 1909-Galapagar,
2001)
Alcocer Ribacoba, Alberto (Orduña, 1886-Madrid, 1957)
Aldea Ruifernández, Juan Manuel de la (Santander,
1913-¿?)
Alfaro Polanco, José María (Burgos, 1906-Fuenterrabía, 1994)
Alonso del Real, Carlos (Madrid, 1914-1996)
Alonso Vega, Camilo (Ferrol 1889-Madrid,1971)
Álvarez-Arenas Romero, Eliseo (Alcázar de San Juan, 1882-Madrid, 1966)
Andino Núñez, José (Burgos 1895-¿?)
Ansaldo, Juan Antonio (Arechavaleta, 1901-San Juan de
Luz, 1958)
Aparicio López, Juan (Guadix, 1906-Madrid,1987)
Aramburu Picardo, María Luisa (Cádiz, 1919-2008)
Aranda Mata, Antonio (Leganés, 1888-Madrid, 1979)
Arauz de Robles Estremera, José María (Molina de
Aragón, 1898-Vega de Arias, 1977)
Areilza y Martínez de Rodas, José María (Portugalete,
1909-Madrid, 1998)
Arias Navarro, Carlos (Madrid, 1908-1989)
Arias Salgado, Gabriel (Madrid, 1904-1962)
Armada Comyn, Alfonso (Madrid, 1920-2013)
Arrese y Magra, José Luis (Bilbao, 1905-Corella,
1986)
Arzalluz Eizmendi, Felipe (Azcoitia, 1887-1949)
Asensio Cabanillas, Carlos (Madrid, 1896-1970)
Aunós Pérez, Eduardo (Lérida, 1894-Lausana, 1967)
Ayza de Vargas Machuca, Román (Valencia,
1892-Paracuellos 1936)
Aznar Acedo, Manuel (Bilbao, 1916-Madrid, 2001)
Aznar Gerner, Agustín (Madrid, 1912-1984)
Aznar Zubigaray, Manuel (Etxalar,
1894-Madrid, 1975)
B
Ballesteros García, Manuel (Pulianillas, 1935-Madrid,
2008)
Banús Masdeu, José (La Masó, 1906-Madrid, 1984)
Bañales Novella, José (Puertollano, 1924-Madrid, 2003)
Barroso Sánchez-Guerra, Antonio (Marín, 1893-Madrid, 1982)
Beigbeder Atienza, Juan
Luis (Cartagena, 1888-Madrid 1957)
Benjumea Burín, Joaquín (Sevilla, 1878-1963)
Bilbao Eguía, Esteban (Durango, 1879-1970)
Bolín Bidwel, Luis Antonio (Málaga, 1894-1969)
Bonel Huici, Francisco
(Madrid, 1898-1967)
Bouthelier Espasa, Antonio (Mallorca, 1904-Madrid
1981)
Bravo Martínez, Francisco (Soria, 1901-Salamanca, 1968)
C
Cabanellas Ferrer, Miguel (Cartagena, 1872-Málaga,
1938)
Cambó i Batllé, Francesc (Verges,
1876-Buenos Aires, 1947)
Campano López, Ángel (La Lagunilla, 1915-Santa Cruz de Tenerife, 1995)
Campmany y Díez de Revenga, Jaime (Murcia,
1925-Madrid, 2005)
Carceller Segura, Demetrio (Las Parras de Castellote,
1894-Madrid, 1968)
Carlavilla del Barrio, Mauricio (Valparaíso de
Arriba, 1896-Madrid, 1982)
Carranza y Fernández de la Reguera, Ramón (Ferrol, 1863-Cádiz, 1936)
Carranza Gómez, Ramón de (Cádiz, 1898-Sevilla, 1988)
Carrero Blanco, Luis (Santoña, 1904-Madrid, 1973)
Carretero y Novillo, José María (Montilla, 1887-Madrid, 1951)
Casaña Palanca, Ramón (Valencia, 1895-Madrid, 1977)
Casares Sánchez, Francisco (Madrid, 1899-1977)
Castán Tobeñas, José (Zaragoza,
1889-Madrid, 1969)
Castiella y Maíz, Fernando María (Bilbao,
1907-Madrid, 1976)
Castro Albarrán, Aniceto de (Martínez, 1896-Madrid,
1981)
Castro Villacañas, Antonio (Alcalá de Henares,
1925-Madrid, 2016)
Comín Colomer, Eduardo (Zaragoza, 1908-Madrid, 1975)
Conde García, Francisco Javier (Burgos, 1908-Bonn, 1974)
Conesa Escudero, Roberto (Madrid, 1917-1994)
Cortés González, Santiago (Valdepeñas de Jaén, 1897-Andújar, 1937)
Correa Veglison, Antonio Federico de (Comillas,
1904-Madrid, 1971)
Cruz Rueda, Ángel (Jaén, 1888-1961)
Cuadra Medina, Mariano (Madrid, 1912-1981)
Cuervo Radigales, Máximo (Madrid, 1893-1982)
Cuesta Monereo, José (Jaén, 1895-Madrid, 1981)
D
D’ors Rovira, Eugenio (Barcelona,
1881-Vilanova i la Geltrù, 1954)
Dávila Arrondo, Fidel (Barcelona, 1878-Madrid, 1962)
Dávila y Fernández de Celis, Sancho (Cádiz,
1905-1972)
Delgado Barreto, Manuel (San Cristóbal de la Laguna, 1879-Paracuellos del
Jarama, 1936)
Díaz Criado, Manuel (Sevilla, 1898-1947)
Domínguez Arévalo, Tomás (Conde de Rodezno, Madrid, 1882-Villafranca, 1952)
Domínguez Muñoz, Juan José (Sevilla, 1916-Bilbao, 1942)
E
Echarri Gamundi, Javier (Madrid, 1913-Barcelona,
1969)
Eijó y Garay, Leopoldo (Vigo, 1878-Madrid, 1963)
Elola Elaso, José Antonio (Tangil, 1909-Madrid, 1976)
Erquicia Aranda, Alfredo (Arcos de la Frontera,
1897-Jerez de la Frontera, 1978)
Escrivá de Balaguer, José María (Barbastro, 1902-Roma, 1975)
Espinosa de los Monteros y Bermejillo, Eugenio (Madrid, 1880-1953)
Espinosa San Martín, Juan José (Madrid, 1918-1982)
Ezquer Gabaldón, Eduardo
(Don Benito, 1900-Madrid 1981)
Ezquerra Sánchez, Miguel (Canfranc, 1913-Madrid, 1984)
F
Fal Conde, Manuel (Higuera de la Sierra,
1894-Sevilla, 1975)
Fanjul Goñi, Joaquín (Vitoria, 1880-Madrid, 1936)
Fanjul Sedeño, Juan Manuel (Melilla, 1914-Madrid, 1989)
Fermoso Blanco, Francisco (Valladolid, 1870-Madrid,
1955)
Fernández-Cuesta Merelo, Raimundo (Madrid, 1896-1992)
Fernández de la Mora, Gonzalo (Barcelona, 1924-Madrid, 2002)
Ferrari Billoch, Francisco (Manacor, 1901-Madrid,
1958)
Finat y Escrivá de Romaní, José María (Madrid,
1904-1995)
Fitz-James Stuart y Facó,
Jacobo (Madrid, 1878-Lausana, 1953)
Fontana Tarrast, José María (Reus, 1911-Sangenjo,
1984)
Foxá y Torroba, Agustín de
(Madrid, 1903-1959)
Fraga Iribarne, Manuel (Villalba, 1922-Madrid, 2012)
Fragoso del Toro, Jesús (Valladolid, 1919-Madrid, 2003)
Fragoso del Toro, Víctor (Villarejo de Salvanés,
1911-Majadahonda, 1994 )
Franco Bahamonde, Francisco (Ferrol, 1892-Madrid,
1975)
Franco Bahamonde, Nicolás (Ferrol, 1981-Madrid, 1977)
Franco Salgado-Araujo, Francisco (Ferrol, 1890-Madrid, 1975)
Fuente y de la Fuente, Licinio de la (Noez,
1923-Madrid, 2015)
G
Gabaldón Irurzún, Isaac
(Talavera de la Reina, 1894-1939)
Galarza Morante, Valentín (Puerto de Santa María,
1882-Madrid, 1951)
Galinsoga y de la Serna, Luis de (Cartagena,
1891-Madrid, 1967)
Gamero del Castillo, Pedro (Sevilla, 1910-Madrid, 1984)
Garcerán Sánchez, Rafael (El Algar, 1906-Madrid,
1991)
García Carranza, José (El Algabeño) (La Algaba,
1902-Córdoba, 1936)
García del Moral y Bujalance, Eliseo (Córdoba,
1897-¿?)
García Escámez, Francisco (Cádiz, 1893-Santa Cruz de
Tenerife, 1951)
García-Ramal Cerralbo, Enrique (Barcelona,
1914-Madrid, 1987)
García Rebull, Tomás (Vinaroz, 1907-Madrid, 1976)
García Serrano, Rafael (Pamplona, 1917-Madrid, 1988)
García Valdecasas y García Valdecasas,
Alfonso (Granada, 1904-1993)
García-Valiño y Marcén,
Rafael (Toledo, 1898-Madrid, 1972)
García Venero, Maximiliano (Santander, 1907-Madrid, 1975) 175
García Viñolas, Manuel Augusto (Murcia, 1911-Madrid,
2010)
García Gutiérrez, Mariano (Madrid, 1886-1976)
García-Morato y Castaño, Joaquín (Melilla,
1904-Griñón, 1939)
Garicano Goñi, Tomás
(Pamplona, 1910-Madrid, 1988)
Gavilán Ponce de León, José Ramón (Burgos, 1913-Madrid, 2009)
Gay Forner, Vicente (Almusafes, 1876-Madrid, 1949)
Gay Ruidíaz, Jesús (San Sebastián, 1927-2001)
Gil Robles y Quiñones de León, José María (Salamanca, 1898-Madrid, 1980)
Gil Yuste, Germán (Valencia, 1866-Vitoria, 1948)
Giménez-Arnau y Gran, José Antonio (Laredo, 1912-Madrid, 1985)
Giménez Caballero, Ernesto (Madrid, 1899-1988)
Girón de Velasco, José Antonio (Herrera de Pisuerga, 1911-Fuengirola, 1995)
Goded Llopis, Manuel (San
Juan de Puerto Rico, 1882-Barcelona, 1936)
Godó Valls, Carlos (Barcelona, 1899-1987)
Goicoechea Cosculluela, Antonio (Barcelona,
1876-Madrid, 1953)
Gomá Tomás, Isidro (La Riba, 1869-Madrid, 1940)
Gomez Tello, José Luis (Madrid, 1916-2003)
Gómez-Jordana Sousa, Francisco (Madrid, 1876-San Sebastián, 1944)
González-Bueno y Bocos, Pedro (Madrid, 1896-1985)
González de Canales López-Terrer, Patricio (Bujalance, 1912-Madrid, 1976)
González García, Manuel (Sevilla, 1877-Madrid, 1940)
González-Gallarza Iragorri,
Eduardo (Logroño, 1898-Madrid, 1986)
González Pacheco, Antonio (Aldea del Cano, 1946-)
González-Ruano Garrastazu de la Sota, César (Madrid,
1903-1965)
González Zaera, Mario (Sarria, 1900-1980)
Guall Villalbí, Pedro
(Tarragona, 1885-Barcelona, 1968)
Guerra Campos, José (Santo Tomás de Amés,
1920-Sentmenat, 1977)
Gutiérrez Cano, Joaquín (Madrid, 1920-2009)
H
Halcón y Villalón-Daoiz, Manuel (Sevilla,
1900-Madrid, 1989)
Haro Lumbreras, Gregorio (Albacete, 1893-León, 1941)
Haya González de Ubieta, Carlos de (Bilbao,
1902-Puerto Escandón, 1938)
Hedilla Larrey, Manuel (Ambrosero, 1902-Madrid, 1970)
Herrera Oria, Ángel (Santander, 1886-Madrid, 1968)
Herrero Tejedor, Fernando (Castellón, 1920-Villascastín, 1975)
I
Ibáñez Freire, Antonio (Vitoria, 1913-Madrid, 2003)
Ibáñez Martín, José (Valbona, 1896-Madrid, 1969)
Iniesta Cano, Carlos (Madrid, 1908-1990)
Iturmendi Bañales, Antonio
(Baracaldo, 1903-Madrid,1976)
Izquierdo Feriguela, Antonio (Cáceres, 1932-Madrid,
1999)
J
Jiménez Millas y Gutiérrez, Alfredo (Madrid, 1912-1976)
Jiménez Millas y Gutiérrez, Emilio (Madrid, 1915-1976)
Jordana de Pozas Fuente, Jorge (Valencia, 1923-Madrid, 1999)
Jordana de Pozas, Luis (Zaragoza, 1890-Madrid, 1983)
Juan Creix, Antonio (Jerez de la Frontera,
1914-Barcelona, 1985)
Juan Creix, Vicente (Jerez de la Frontera,
1918-Barcelona¿?)
K
Kindelán Duany, Alfredo
(Santiago de Cuba, 1879-Madrid, 1962)
L
Labadie Otermin, Francisco
(Santander, 1917-Madrid, 2001)
Lacalle Lárraga, José Daniel (Valtierra,
1897-Madrid, 1981)
Laín Entralgo, Pedro (Urrea de Gaen,
1909-Madrid, 2001)
Lalanda del Pino, Marcial (Ribas del Jarama,
1903-Madrid, 1990)1
Lamo Peris, Luis de (Valencia, 1900-Madrid ¿?)
Larraz López, José (Zaragoza, 1904-Madrid, 1973)
Ledesma Ramos, Ramiro (Alfaraz, 1905-Aravaca, 1936)
Lequerica Erquiza, José
Félix (Bilbao, 1891-Guecho, 1963)
López Bravo, Gregorio (Madrid, 1923-Monte Oiz, 1985)
López-Cancio Fernández, Jesús (Avilés, 1917-Tapia de
Casariego, 2008)
López Ibor, Juan José (Sollana, 1906-Madrid, 1991)
López-Pinto y Berizo, José (Cartagena, 1876-1942)
López Rodó, Laureano (Barcelona, 1920-Madrid, 2000)
Lora Tamayo, Manuel (Jerez de la Frontera, 1904-Madrid, 2002)
Lorenzo, Pedro de (Casas de Don Antonio, 1917-Madrid, 2002)
Loring Cortés, Teresa (Málaga, 1918-2008)
Luca de Tena, Juan Ignacio (Madrid, 1897-1975)
Luca de Tena Brunet, Torcuato (Madrid, 1923-1999)
Luna Menéndez, José (Madrid, 1893-1960)
M
Manzanas González, Melitón (San Sebastián, 1909-Irún, 1968)
Maeztu y Whitney, Ramiro de (Vitoria, 1874-Madrid,
1936)
March Ondinas, Juan (Santa Margarita, 1880-Madrid,
1962)
Marín Pérez, Pascual (Cieza, 1917-1991)
Marquerie Mompin, Alfredo
(Mahón, 1907-Minglanilla, 1974)
Márquez Horrilo, Diego (Peñarroya-Pueblonuevo,
1928-Madrid, 2014)
Martín Alonso, Pablo (Ferrol, 1896-Madrid, 1964)
Martín-Artajo Alvárez,
Alberto (Madrid, 1905-1979)
Martín Báguenas, Santiago (¿Segorbe, 1901?-Madrid,
1936)
Martín Gamero, Alberto (San Martín de Montalbán, 1916-Madrid, 1990)
Martín-Sánchez Juliá, Fernando (Madrid, 1899-1970)
Martín Sanz, Dionisio (Tudela, 1909-Madrid, 2002)
Martín Villa, Rodolfo (Santa María del Páramo, 1934-)
Martínez Anido, Severiano (Ferrol, 1862-Valladolid, 1938)
Martínez de Bedoya, Javier (Bilbao, 1914-Madrid, 1991)
Martínez Cabezas, Narciso (Valladolid, 1890-Madrid, 1946)
Martínez Torres, Jesús (Madrid, 1941-)
Mateu Pla, Miguel (Barcelona, 1898-1972)
Matute Fernández, José (1927?-¿?)
Medina Cruz, Ismael (Cuenca, 1923-Aranda de Duero, 2011)
Medina y Villalonga, Rafael (Bilbao, 1905-Sevilla,
1992)
Mendoza Guinea, José María (Madrid, 1920-)
Menéndez Tolosa, Camilo (Santa Cruz de Tenerife, 1899-Madrid, 1971)
Merino Ezquerro, Miguel (Zaragoza, 1904-1959)
Merry Gordon, Pedro (Jerez de la Frontera,
1917-Sevilla, 1993)
Milans del Bosch, Jaime (Madrid, 1915-1997)
Millán-Astray y Terreros, José (La Coruña,
1879-Madrid, 1954)
Millán-Astray Terreros, Pilar (La Coruña,
1879-Madrid, 1949)
Miquelarena Regueiro,
Jacinto (Bilbao, 1891-París, 1962)
Miranda González, Joaquín (Sevilla, 1894-1960)
Mola Vidal, Emilio (Placetas, 1887-Alcocero, 1937)
Montaner Canet, Federico (Pamplona, 1874-San
Sebastián, 1938)
Montero Díaz, Santiago (Ferrol, 1911-Madrid, 1985)
Montes Domínguez, Eugenio (Vigo, 1897-Madrid, 1982)
Mora-Figueroa Gómez-Imaz, José (Sevilla, 1899-Arcos
de la Frontera, 1976)
Mora-Figueroa Gómez-Imaz, Manuel (Sevilla,
1904-Madrid, 1964)
Mora y Maura, Marichú de la (Madrid, 1907-Segovia,
2001)
Moreno Calderón, Fernando (Puerto Rico, 1880-)
Moreno Fernández, Francisco (San Fernando, 1883-Ferrol, 1945)
Moreno Fernández, Salvador (Ferrol, 1886-Madrid, 1966)
Moreno y Herrera, Francisco (Marqués de Eliseda,
Jerez de la Frontera, 1909-1978)
Moreno Zulueta, Francisco (Conde de los Andes, Jerez de la Frontera,
1880-Madrid, 1963)
Moscardó Ituarte, José (Madrid, 1878-1956)
Mourlane Michelena, Pedro (Irún, 1888-Madrid, 1955)
Muñecas Aguilar, Jesús (Daroca, 1939-)
Muñoz Añonso, Adolfo (Peñafiel, 1915-Santander, 1974)
Muñoz-Grandes, Agustín (Madrid, 1896-1970)
N
Navarro Rubio, Mariano (Burbáguena, 1913-Madrid,
2001)
Nieto Antúnez, Pedro (Ferrol, 1898-Madrid, 1978)
O
Olmedo Ortega, Eufemio (Donhierro, 1882-Madrid-1954)
Oltra Moltó, Enrique
(Alcoy, 1921-Valencia, 1993)
Orgaz Yoldi, Luis (Vitoria,
1881-Madrid, 1946)
Oriol y Urquijo, Antonio María (Getxo,
1913-Madrid, 1996)
Oriol y Urquijo, José María (Santurce, 1905-Madrid,
1985)
P
Pamplona Blasco, Clemente (Bronchales, 1917-Puerto de
Santa María, 2001)
Pamplona Blasco, Manuel (Bronchales, 1913-Madrid, ¿?)
Pemán y Pemartín, José
María (Cádiz 1897-1981)
Pemartín Sanjuán, Julián (Jerez, 1901-Madrid, 1966)
Peña Boeuf, Alfonso (Madrid, 1888-1966)
Perales Herrero, Narciso (La Línea de la Concepción, 1914-Madrid, 1993)
Pérez Embid, Florentino (Aracena, 1918-Madrid, 1974)
Pérez González, Blas (Santa Cruz de la Palma, 13 de agosto de 1898-Madrid, 7 de
febrero de 1878)
Pérez Madrigal, Joaquin (Madrid, 1898-1974)
Pérez Solís, Óscar (Aller, 1882-Valladolid, 1951)
Piñar López, Blas (Toledo, 1918-Madrid, 2014)
Pita da Veiga, Gabriel (Ferrol, 1909-Madrid, 1993)
Pizarro Cenjor, Manuel (Murcia, 1889-Teruel, 1954)
Pla y Deniel, Enrique (Barcelona, 1876-Toledo, 1968)
Polo Borreguero, Pedro (Barcelona, 1897-1972)
Polo Martínez-Valdés, Carmen (Oviedo, 1900-Madrid, 1988)
Ponte Manso de Zúñiga, Miguel (Vitoria, 1882-Mahón, 1952)
Porcioles Colomer, José María de (Amer,
1904-Vilasar de Dalt, 1993)
Poveda Ariño, José María
(Madrid, 1914-1994)
Pradera y Larumbe, Víctor (Pamplona, 1873-San
Sebastián, 1936)
Primo de Rivera, José Antonio (Madrid, 1903-Alicante, 1936)
Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, Miguel (Madrid, 1904-1964)
Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, Pilar (Madrid, 1907-1991)
Pujol Martínez, Juan ( La Unión, 1883-Madrid, 1967)
q
Queipo de Llano, Gonzalo (Tordesillas,
1875-Sevilla, 1951)
Quintela Bóveda, Eduardo (La Coruña, 1891-Barcelona,
1968)
R
Redondo, Onésimo (Quintanilla de Abajo, 1905-Labajos, 1936)
Regalado Rodríguez, Francisco (Ferrol, 1891-Madrid, 1958)
Reig Gozalbes, Joaquín (Biar, 1904-Madrid, 1985)
Rein Segura, Carlos (Málaga, 1897-Madrid, 1992)
Reygondaud de Villebardet,
Andrés Amado (Alicante, 1886-Madrid, 1964)
Ridruejo Jiménez, Dionisio (Burgo de Osma,
1912-Madrid, 1975)
Rodríguez de Valcárcel y Nebreda, Alejandro (Burgos, 1917-Madrid, 1976)
Rodríguez Tarduchy, Emilio (Madrid, 1890?-1964)
Rodríguez y Díaz de Lecea, José (Matanzas, 1894-Madrid, 1967)
Rojas Feigenspan, Manuel (Granada, 1890-Madrid
¿1939?)
Romero Gómez, Emilio (Arévalo, 1917-Madrid, 2003)
Romojaro Sánchez, Tomás (Santander, 1907-Madrid,
1980)
Rubio García-Mina, Jesús (Pamplona, 1908-Madrid, 1976)
Ruiz Albéniz, Víctor (Mayagüez, Puerto Rico,
1885-Madrid, 1954)
Ruiz Alonso, Ramón (Villaflores, 1903-Las Vegas
(EEUU), 1978)
Ruiz de Alda Miqueleiz,
Julio (Estella, 1897-Madrid, 1936)
Ruiz Jarabo, Francisco (Garcinarro,
1901-1990)
S
Sáenz de Heredia y Oslo, José Luis (Madrid, 1911-)
Sáenz de Buruaga y Polanco, Apolinar (Camagüey,
1892-Madrid, 1963)
Sáenz de Buruaga y Polanco, Eduardo (Camagüey,
1893-Madrid, 1964)
Sagardía Ramos, Antonio (Zaragoza, 1880-Madrid, 1962)
Sainz Nothnagel, José (Meruelo,
1907-Dallas, 1984)
Sainz Rodríguez, Pedro (Madrid, 1897-1986)
Salas Larrazabal, Ángel (Orduña, 1906-Madrid, 1994)
Salas Pombo, Diego (Barcelona, 1918-Madrid, 1997)
Saliquet Zumeta, Andrés (Barcelona, 1877-Madrid,
1959)
Salvador y Díaz Benjumea, Julio (Cádiz, 1910-1987)
Samaranch Torelló, Juan
Antonio (Barcelona, 1920-2010)
Sánchez Bella, Alfredo (Tordesilos, 1916-Madrid,
1999)
Sánchez Covisa Carro, Mariano (Madrid, 1919-)
Sánchez Mazas, Rafael (Coria, 1894-Madrid, 1966)
Sanjurjo Sacanell, José
(Pamplona, 1872-Estoril, 1936)
Santa Marina, Luys (Colindres,
1898-Barcelona, 1980)
Santiago y Díaz de Mendívil, Fernando de (Madrid,
1910-1994)
Sanz-Bachiller Izquierdo, Mercedes (Madrid, 1911-2007)
Sanz-Orrio y Sanz, Fermín (Pamplona, 1901-Madrid,
1998)
Segura y Sáenz, Pedro (Carazo, 1880-Madrid, 1957)
Serrador Santés, Ricardo (Talavera de la Reina,
1877-Santa Cruz de Tenerife, 1943)
Serrano Suñer, Ramón (Cartagena, 1901-Madrid, 2003)
Serrat y Bonastre, Francisco de Asís (Barcelona,
1871-Madrid, 1952)
Silva Melero, Valentín (Oviedo, 1905-Madrid, 1982)
Silva Muñoz, Federico (Benavente, 1923-Madrid, 1997)
Solchaga Zala, José (Muniain
de la Solana, 1881-San Sebastián, 1953)
Soler Santacruz, Agatángelo
(Alicante, 1918-1995)
Solís Ruiz, José (Cabra, 1913-Madrid, 1990)
Suanzes y Fernández, Juan Antonio (Ferrol,
1891-Madrid, 1977)
Suárez de Tangil y Angulo, Fernando (Conde de Vallellano, Madrid, 1886-1964)
T
Taboada Lago, José María (La Coruña, 1900-¿?)
Tellería Arrizabalaga, Juan
(Zegama, 1895-Madrid, 1949)
Tomé Ruiz, Amancio (Burgos, 1880-Madrid, 1976)
Trias Bertrán, Carlos (Barcelona, 1914-1969)
Trías de Bes i Giró, Josep María (Barcelona,
1890-1965)
Tusquets Terrats, Juan
(Barcelona, 1901-1998)
U
Ulibari y Eguilaz,
Marcelino (Muez, 1880-¿?)
Ullastres Calvo, Alberto (Madrid, 1914-2001)
Ungría Jiménez, José (Barcelona, 1890-Madrid, 1968)
Urrutia, Federico de (Madrid, 1907-Xátiva, 1988)
Utrera Molina, José (Málaga, 1926-Nerja, 2017)
V
Valdés Cavanilles, Luis (Villaviciosa de Odón,
1874-Madrid, 1950)
Valdés Guzmán, José (Logroño, 1891-Granada, 1939)
Valdés Larrañaga, Manuel (Guecho, 1909-Madrid, 2001)
Vallejo-Nájera, Antonio (Paredes de Nava, 1888-Madrid, 1960)
Varela Iglesias, José Enrique (San Fernando, 1891-Tánger, 1951)
Vázquez-Prada Blanco, Ricardo (Pola de Siero, 1910-Oviedo, 1986)
Vegas Latapie, Eugenio (Irún, 1907-Madrid, 1985)
Ventosa Calvell, Joan (Barcelona, 1879-Lausana, 1959)
Vigón Suero-Díaz, Jorge (Colunga,
1893-Madrid, 1978)
Vigón Suero-Díaz, Juan (Colunga,
1880-Madrid, 1955)
Villaescusa Quilis, Emilio (Tarancón,
1912-Madrid, 2002)
X
Ximénez de Sandoval y Tapia, Felipe (Madrid,
1903-1978)
Y
Yagüe Blanco, Juan (San Leonardo, 1891-Madrid, 21 de octubre de 1952)
Z
Zayas y Bobadilla, Alfonso de (Palma de Mallorca, 1896-Sabadell, 1970)
III. FUENTES ARCHIVÍSTICAS Y HEMEROGRÁFICAS
IV. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
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