La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Carlos Tobío Alonso, miembro de la Junta
Directiva de la Asociación de Descendientes del Exilio Español.
Hola amigos ¿qué andadura tiene la Asociación Descendientes
del Exilio?; ¿cuál es vuestra historia?
La Asociación se crea en noviembre del 2002, en Madrid, por iniciativa de Ludivina García y de un grupo de personas descendientes de
exiliados, hijos, nietos y amigos, que retornaron a España en distintas
fechas, y se encontraron en un momento dado. Crean una asociación sin
ánimo de lucro y cuya finalidad era, y es, mantener la memoria histórica del
exilio en España y en los países de acogida a los exiliados, por medio de
investigaciones, jornadas, exposiciones, eventos, entre otras actividades.
¿Agrupa
vuestra Asociación a otras Asociaciones que giraron en torno al exilio
republicano del 39?
Inicialmente se establecieron delegaciones en Asturias, Barcelona, Sevilla,
Valencia, México y Francia. Se colaboró con otras asociaciones con fines
similares pero que fueron buscando una identidad o finalidad propia. Es el caso, por ejemplo: Memoria Viva
(dedicada campos de internamiento de españoles, testimonios de supervivientes,
etc.) o también AFAR2, asociación de familiares y amigos de la República, o la
ARMH, dedicada a la recuperación de la memoria, así como coordinadoras y
plataformas varias. Nuestra denominación nos define; somos descendientes del exilio. Lógicamente, nos enmarcamos dentro de la
Memoria Histórica, pero tenemos una especificidad que es el exilio. De hecho un
requisito de pertenencia que marcan los Estatutos de la Asociación es el ser
descendiente del exilio.
¿Qué supuso
el exilio para el devenir de la historia de unos y de otros…tanto de los
exiliados, como de los países receptores…etc.…?
Para los
exiliados el cambio fue terrible, fue dejar toda su vida anterior, sus raíces,
costumbres, lugares, pertenencias, fue dejar todo. Dejar todo de un día para
otro, partir hacia la incertidumbre, buscando un horizonte desconocido sin
perspectiva de futuro, ir a la aventura. Los países receptores, por la época
histórica en que se desarrollaron los acontecimientos, a la República española
le dieron la espalda los ingleses, franceses, Estados Unidos, tan sólo la Unión
Soviética le ayudó y más tarde, cuando la guerra civil estaba perdida, se
acercaron para ayudar al huido. Hay que resaltar la ayuda prestada por personas
haciendo de intermediarios como Pablo Neruda; en 1939 fue designado, cónsul
especial para la inmigración española en París, fue el gestor del proyecto
Winnipeg; el barco que llevó a 2000 exiliados españoles desde Francia a Chile.
O el caso de Gilberto Bosques, gran defensor de exiliados españoles en Francia.
Como cónsul de México los alojó en edificios con bandera mexicana para evitar
que fueran detenidos por la Gestapo y devueltos a España. Cuando tuvo preparada
la evacuación hacia México les ofreció la nacionalidad mexicana en caso de que
quisieran adoptarla, todo esto con el consentimiento del Presidente Lázaro
Cárdenas, que abrió las puertas de México a los republicanos españoles;
recordemos que México no tuvo Embajada en España hasta que no murió Franco.
Otro ejemplo es el capitán Archibald Dicksonal, al mando del buque carbonero Stanbrook,
zarpó del puerto de Alicante, el 28 de marzo de 1939, con 2.638 pasajeros rumbo a Orán. El capitán
ordenó levantar las amarras, con la consigna; “que embarquen tantos como se
pueda”, en contra de la orden que había recibido del propietario del carguero.
En cuanto a
los países receptores (Francia), en primera instancia, se beneficiaron de
luchadores valientes, entrenados en la guerra civil y con un gran
convencimiento ideológico antifascista y antinazi. Participaron en la lucha
contra Hitler, en la Resistencia en Francia o, por ejemplo; defendiendo los
pozos petrolíferos de Azerbaiyán que suministraban el petróleo al Ejército Rojo
y eran uno de los principales objetivos del ejército nazi. Terminada la Segunda
Guerra Mundial se beneficiaron de las aportaciones en todos los campos del
saber, por citar sólo algunos, exiliados fueron: Max Aub,
Ramón J. Sender, Américo Castro, María Zambrano,
Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Severo Ochoa,
Rafael Alberti, María Teresa León, Luis Buñuel, Pablo Picasso, Luis Cernuda,
Claudio Sánchez Albornoz, Pedro Salinas, León Felipe, Margarita Nelken y tantos otros; una vanguardia a nivel mundial.
Se ha hablado
y se reflexiona mucho en torno al trato que se recibió, por ejemplo en Francia
con la memoria encerrada por entre las alambradas de los Campos de
Concentración que albergaron muy de malas maneras a unos exiliados que viajaron
bajo la lluvia de bombas, escapando de la represión, del castigo o incluso la
muerte…
Es cierto, los franceses no fueron todo lo benefactores que hubieran podido
ser (y así lo han reconocido las autoridades, públicamente a posteriori). Hubo
maltrato, menosprecio, aunque hay que considerar que se presenta un flujo de
refugiados de medio millón, en la frontera, que había que acogerlos por lo que
se improvisaron campos de internamiento, y que además estos refugiados venían
con un bagaje político adverso a la mentalidad de la época por lo que eran mal
vistos.
Pero también
hubo excepciones en Francia y más allá…
Muchas, ciertamente, pero tan sólo excepciones, a medida que pasa el tiempo
y se fueron integrando en el medio.
Por ejemplo ,
de Francia recuerdo a muchos testimonios de familias que sí que abrieron sus
puertas, de otros que escondieron a los que más tarde terminarían formando
parte del Maquis o de los solados que liberaron París…
Muy cierto, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, la invasión de Francia
por los alemanes, generó una diáspora hacia otros países, que en muchos casos
hizo (como he dicho anteriormente), que republicanos españoles contribuyeran a
la liberación de Europa, y otros con menos suerte acabaran deportados a campos
nazis.
Cuando he
pensado en “más allá”, sobretodo me viene a la mente México y la actitud de sus
responsables que sabían mirar mucho más allá…incluso más allá de lo humanitario
porque sabían, también del gran valor intelectual y “de formación” a la
que albergaban recibiendo a los exiliados republicanos españoles…De lo que no
cabe duda, es de la recepción con los brazos abiertos, del pueblo mexicano
y eso no debemos olvidarlo nunca…
La acogida y el apoyo que dio México a los refugiados españoles fue impresionante, inolvidable, pero no sólo llegaron
intelectuales o personas de formación, a México llegaron refugiados de todos
los estamentos, y a todos se les acogió con la misma generosidad, una
generosidad inconmensurable, nuestro agradecimiento no será suficiente en el
tiempo.
No sé es como
si con ciertos pueblos estuviésemos en deuda humana para el resto de nuestra
vida…
Así es. Permítame recordar una frase el Presidente de México Lázaro
Cárdenas “A los que han luchado en su país a favor del Gobierno legalmente
constituido, no les vamos a ofender con un interrogatorio. Hay que recibir a
todos…” Esta frase lo explica todo.
Quizás sea el
momento de volver un poco la vista atrás, con la mirada amable, recogida y
agradecida dado que en estos últimos tiempos en Ateneo
Español en México está sufriendo mucho para sobrevivir por causas económica.
¿Qué nos podéis comentar?
Para todos los exiliados el Ateneo Español en México es un referente. Fue
fundado en 1949 por un grupo de republicanos españoles. Su objetivo
fundacional: promover la cultura y la ciencia española. Durante décadas generó
una gran actividad cultural española; las propias autoridades mexicanas
reconocían que hubo un antes y un después de la llegada del exilio español.
Siempre abierto a las vanguardias, centro de acogida y dialogo ayudó a
otros refugiados de diferentes países perseguidos por dictaduras. En definitiva,
como muy bien fue definido; “centro de apoyo de lo más valioso para el hombre:
la paz, la justicia y la libertad”. Actualmente acuden a su biblioteca
anualmente más de 200 investigadores universitarios de todo el mundo para
documentarse. Como es conocido su funcionamiento, incluso supervivencia, está
condicionada por la reducción de las ayudas oficiales. Su presidenta Carmen Tagüeña, hija de un teniente coronel republicano, apelaba
recientemente a evitar el cierre por una cuestión financiera, ya que es “un
puente entre España y México, un activo cultural para ambas orillas”.
Desde la Asociación de Descendientes del Exilio Español, también hicimos un
llamamiento para salvar el Ateneo Español de México, lamentablemente, no
disponemos de recursos económicos para enviar para su mantenimiento. Muchos
asociados propusieron hacer una colecta; una prueba más de esa generosidad que
siempre ha caracterizado al exilio.
Finalmente, el propio Gobierno mexicano a través de la Secretaría de
Educación, aprobó un presupuesto de 900.000 pesos para este año, impidiendo así
el cierre. Probablemente se mantenga esta ayuda en años sucesivos, para México
es también muy importante este reducto de cultura; de la decisión de ayuda
económica por parte Gobierno español no tenemos noticias.
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