La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Carlos
Hernández de Miguel y Ioannis Ensis,
autores de “Deportado 4443. Sus tuits ilustrados. La historia de los 9.300 españoles
cautivos en los campos de concentración nazis” (Ediciones B)
Se trata de la historia ilustrada de los 9300
españoles cautivos en los campos de concentración nazis. El libro lo edita
Ediciones B
Ioannes Ensis le
pone ilustración a la historia del Deportado Antonio Hernández Marín, que llevó
estampado en su traje de interno en Mauthausen el número 4443; la historia del
mismo la imprimió en palabras, estudio e investigación su sobrino, Carlos Hernández de Miguel. Lo
hizo, primero, mediante un libro, una página web, los tuits
ilustrados y que ahora vuelca, por una propuesta del ilustrador Ioannes Ensis en un magnífico cómic que, por supuesto, cumple las
expectativas, es muchísimo más que un cómic
Un cómic excelente tanto en el continente como
en el contenido.
Ya mantuvimos un Conversa con… con el libro anterior de Carlos Hernández de
Miguel: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ultimos.htm
Los autores de este excelente e imprescindible
cómic:
Carlos Hernández de Miguel:
Es periodista y experto en
comunicación empresarial y política. Licenciado en Ciencias de la Información
por la Universidad Complutense de Madrid, inició su carrera profesional en
Antena 3 Televisión como cronista parlamentario en el Congreso de los
Diputados. Posteriormente ejerció de corresponsal de guerra en diversos
conflictos internacionales, como Kosovo, Palestina, Afganistán o Iraq.
En los últimos años ha ocupado los puestos de redactor jefe del semanario La
Clave, director de comunicación del PSOE y asesor de imagen en diversas
empresas. En la actualidad colabora con publicaciones y diarios digitales como
El Mundo y la revista Viajar.
Premio Víctor de la Serna al mejor periodista del año 2003, concedido por la
Asociación de la Prensa de Madrid. Premio Ortega y Gasset de periodismo
concedido a los enviados especiales a Iraq como mejor cobertura informativa del
año 2003.
Ioannes Ensis: es el
pseudónimo de Juan Espadas, estudió historia medieval y desde hace más de
quince años compagina los cursos de cómics que imparte en la academia C10 y
bibliotecas públicas con la producción de historietas, ya sea en solitario o en
colaboración.
Actualmente publica la historieta erótica Astaroth y Bernadette, en
colaboración con Álvaro Muñoz, en España y Francia y coordina, guioniza y dibuja en el recopilatorio de historietas de
terror El posabirras del mal.
Algunos enlaces que te pueden ir bien:
https://www.youtube.com/watch?v=XOjwtybA7vQ
http://cadenaser.com/programa/2017/05/05/la_ventana/1494004247_935134.html
Cazarabet
conversa con Carlos Hernández de Miguel y con Ioannes Ensis:
-Amigo
Carlos,¿ de dónde y de qué manera has como
transportado la historia de tu tío a la viñeta, cuéntanos ese viaje tan
particular?
CARLOS: Os confieso que no fue
algo premeditado. Cuando comencé a divulgar, por todos los medios a mi alcance,
la historia de los 9.300 españoles y españolas que pasaron por los campos nazis
se me ocurrieron varias iniciativas: un primer libro, una página web, una
comunidad en Facebook e incluso una cuenta de Twitter. No quería dejarme
ninguna herramienta de comunicación porque necesitaba que este tema,
premeditadamente olvidado, fuera conocido por el mayor número de gente posible.
Y sin embargo, en ese momento, no se me ocurrió hacer un cómic. La obra
‘Deportado 4443’ que ahora presentamos nace de uno de los miles de internautas
que siguieron con emoción la experiencia que realicé en Twitter. Durante más de
tres meses, utilizando la imagen y el nombre de mi tío Antonio Hernández Marín,
narré desde la cuenta @deportado4443 tuit a tuit, minuto a minuto, cómo era la vida y la muerte en el
campo de concentración de Mauthausen. Todo lo que allí se contaba era
absolutamente real y estaba basado tanto en el testimonio de los supervivientes
como en la documentación que los nazis no destruyeron durante la guerra. Como
te decía, tuve la suerte de que el ilustrador Ioannes Ensis
no solo siguió con pasión el relato, sino que sintió la necesidad de dibujarlo.
Él y yo no nos conocíamos, pero Ioannes logró contactar conmigo y me propuso la
idea. Yo reconozco que vi el cielo abierto; delante de mí había una nueva vía
para acercar esta historia a los amantes del cómic y, especialmente, a los
jóvenes españoles.
-Dices
que con ello pretendes llegar a la gente que tiene que saber de estas historias
calladas, silenciadas y que no lo han hechos, aún con la publicación de muchos
libros sobre el holocausto, los republicanos en los campos de concentración
-Pero es bien verdad esa reflexión que haces de que mucha gente se estremecía y
sabía de los judíos, gitanos y otras minorías martirizadas por la bota nazi,
pero que no sabían que, entre ellos había muchos españoles y españolas
CARLOS: Claro, es que nuestro país
es una anomalía en la Europa democrática. Aquí seguimos discutiendo, incluso,
si el franquismo fue o no una dictadura y, de hecho, tenemos al dictador
enterrado en el mausoleo más grande del país con los honores de un faraón. Es
todo demencial. En la mayoría de los centros educativos se evita enseñar a
fondo la República, la sublevación militar que provocó la guerra y el período
dictatorial. Por eso tampoco se estudia ni se conoce la historia de estos
españoles; porque también ellos son víctimas del franquismo puesto que fue
Franco el que, a través de su cuñado y ministro de la Gobernación Ramón Serrano
Suñer, pidió a sus aliados nazis que deportara a estos hombres y mujeres a los
campos de concentración para ser exterminados. Por eso se trató de ocultar ya
no su historia, sino su mera existencia. Y es por esa razón por la que, si
preguntamos en las calles españolas, quienes sufrieron el horror de fábricas de
la muerte como Auschwitz o Mauthausen, la inmensa mayoría solo hablará de los
judíos, o como mucho de los gitanos y los soviéticos. Solo una minoría de
españoles sabe que también hubo compatriotas suyos que sufrieron las mismas
torturas y murieron víctimas de los mismos terribles métodos que los SS
emplearon con los judíos.
-Que la dictadura pusiese una losa es comprensible (por muy
asqueroso que sea)porque fue cómplice del nazismo en ello, pero la
democracia:¿no quiso, no se atrevió o no pudo meter el dedo en una llaga
previos acuerdos de unos con otros-- que hubiese salpicado a muchas personas
influyentes entonces y ahora? cabe recordar que las fortunas de la dictadura y
del franquismo se auparon encima del sufrimiento de los partidarios de la
República y que esas fortunas fueron las que estuvieron en la transición y
siguen entre nosotros--.
CARLOS: Todo lo que mencionas
pesó, sin duda en que la democracia no moviera esa losa de olvido. Lo primero
que hay que recordar es que esa transición, que nos vendieron como modélica, se
hizo con la pistola de los militares apuntando a la cabeza de los políticos
demócratas. La amenaza permanente de un golpe de Estado permitió a los
franquistas y a sus herederos vender como reconciliación lo que en realidad
debería haberse llamado impunidad. Impunidad para los verdugos y olvido para
las víctimas. Ese fue, ni más ni menos, el resultado final de esa transición.
Aunque sea criticable, puede llegar a entenderse que los partidos democráticos
no tuvieron, en esos difíciles años, otro remedio que ceder para conseguir el
objetivo final, que era recuperar las libertades. Lo que ya no tiene
justificación es que pasados los años, cuando se habían disipado las amenazas
golpistas, no se corrigiera el error y se hiciera justicia. Ahí es donde cabe
pensar que, además de la presión de los hijos físicos e intelectuales del
franquismo, también primaron los intereses de esas grandes fortunas que se
habían creado expoliando los bienes de familias y de empresarios republicanos
e, incluso, utilizando presos políticos como trabajadores esclavos.
-¿Cómo
fue la construcción de este cómic?
IOANNES No muy diferente a la
construcción de cualquier otro salvo por los detalles de que la estructura
narrativa ya venía dada por los propios tuits
escritos por Carlos y que no había que hacer diseño de personajes ya que estos
son personas reales. Únicamente separar los tuits en
páginas. Por lo demás el primer paso es el de la documentación, recopilar toda
la que puedas aún sabiendo que posteriormente vas a necesitar más. Luego dibujo
y entintado y, finalmente pasar todos los dibujos a formato digital para poder
poner los textos y maquetar el cómic para imprenta. Todos los procesos fueron
llevados en paralelo, es decir, tenía páginas dibujadas, entintadas o rotuladas
al mismo tiempo y no todo dibujado antes de pasar a la tinta, etc.
CARLOS: Él no suele contarlo, pero
fue un proceso duro para Ioannes. Él tuvo todo el peso de la obra y sufrió con
cada ilustración. A diferencia de otros cómic de ficción que había realizado
con anterioridad, sabía que cada página reflejaba un hecho real; cada rostro
que dibujaba se correspondía con un español o española que realmente había
muerto o sobrevivido, a duras penas, entre las alambradas nazis. Para él fue
realmente duro y llegó a tener que tomarse periodos de descanso para
desconectar de tanto horror.
-¿Cómo
es la aventura y la convergencia y cómo se interacciona entre el
contador de la historia y el ilustrador?
CARLOS: En este caso la
coordinación ha sido muy fácil. Yo tenía claro que debían primar las
ilustraciones y que el texto debía ser subsidiario, complementario de las
imágenes. Por ello le pasé todo el relato que hice en Twitter a Ioannes y él lo
fue resumiendo en ilustraciones según su propio criterio. En mi opinión, esa ha
sido una de las claves del éxito de la obra. Yo llevo ya varios años sumergido
en este tema y, por ello, era imprescindible una mirada nueva como la de
Ioannes que pudiera sorprenderse con lo que iba descubriendo y que fuera capaz
de extraer 250 imágenes que resumieran toda la historia. Mi papel se ha
limitado a apuntarle qué elementos históricos sí era imprescindible introducir,
asesorarle en aspectos concretos acerca de la vida en Mauthausen y, por último,
a reducir al máximo los textos para adaptarlos a las ilustraciones que él iba
haciendo.
IOANNES Yo tuve total libertad
para dibujar lo que estimara oportuno, tanto por parte de Carlos como por parte
de la editorial. Como las ilustraciones, por lo general, estaban muy
documentadas, pocos cambios hubo que hacer, nada más cambiar una pared y un
médico nazi. Carlos me avisaba si me equivocaba en algún aspecto. Además conté
con la ayuda de historiadores, compañeros míos de la facultad, y de dibujantes
y guionistas, que estaban atentos por si veían algo raro. Casi siempre nos
comunicábamos a través de Twitter, de whatsapp o de
email por la posibilidad de adjuntar imágenes, cosa que es más complicada de
hacer a través de conversaciones telefónicas.
-¿Cómo habéis notado la
receptibilidad por parte del público lector?; ¿quién se ha acercado a este
libro-cómic?
IOANNES: A mí, personalmente, lo
que más me ha llamado la atención es que se ha acercado a este cómic mucha
gente de fuera del círculo de compradores habituales de historietas, además de
los lectores habituales de cómic, claro. Creo que no solo da a conocer este
tema a mucha gente, sino que también da a conocer los cómics a gente que
menospreciaba o desconocía las capacidades narrativas de este medio.
CARLOS: La verdad es que
estamos encantados porque el abanico de lectores es mucho mayor de lo que yo
podía imaginar. Lo ha comprado gente de todas las edades, pero tengo que
destacar dos grupos de personas cuyo interés nos ha emocionado mucho. Por un
lado los profesores que lo están usando como herramienta para que sus alumnos
conozcan este capítulo que no aparece en sus libros de texto; por otro los
padres que se lo regalan a sus hijos con el mismo propósito. No hay nada que me
satisfaga más que contribuir, aunque sea mínimamente, a que los jóvenes conozcan
y se interesen por este tema.
-Carlos,
las personas que se sumergieron ante tu anterior libro Los últimos españoles de Mauthausen, ¿sabes si también lo están
haciendo con Deportado 4443?
CARLOS: Hay de todo. Me consta que
son muchos los lectores de “Los últimos…” que se lanzaron a comprar el libro
cómic en cuanto se puso a la venta. También he detectado que otros lectores, en
cambio, ven ‘Deportado 4443’ un producto muy útil e interesante, pero no para
ellos.
-Los
públicos son diferentes, pero convergentes cuando se persigue saber de según
qué temas. ¿Lo ves así?
CARLOS: Sin duda, pero aún más
importante, en mi opinión es que ambas obras se retroalimentan y también se
complementan. Por un lado me consta que son muchos los que han descubierto mi
primer libro gracias al interés que les despertó el cómic. Por otro, estoy
convencido de que quienes solo lean uno de los dos, tendrán una visión y un
conocimiento más que suficiente de la deportación española a los campos nazis.
Y ese era y sigue siendo mi principal objetivo.
-Hubo
muchas personas internadas en los campos nazis que escribieron durante el
calvario y después lo que allí les aconteció; también las hubo que lo
reflejaron mediante dibujos e ilustraciones; este libro como otros son como una
especie de homenaje, también a ellos que decidieron expresar, contar…
CARLOS: Así es. En nuestra mente
estuvieron siempre los dibujos que Manuel Alfonso Ortells,
Ramón Milá o José Cabrero Arnal hicieron en el propio
campo y siguieron haciendo tras la liberación. Son un testimonio gráfico, yo
diría, aún más impactante que las macabras fotografías que realizaban los SS.
-¿Qué crees que les pasaba a unos para contarlo, de una u otra
manera ,mientras otros lo callaron y hasta algunos sufrieron en el silencio o
se aliaron con él?---cada uno vive las experiencias traumáticas de una manera,
está claro, pero--
-CARLOS: Es imposible juzgar a
quien ha pasado por un lugar tan
horroroso como Mauthausen, Buchenwald, Dachau, Ravensbrück o Auschwitz. Yo soy muy respetuoso con
quienes utilizaron el silencio como arma para intentar olvidar aquel infierno.
Sin embargo, tengo que decir que este silencio tiene otras causas, aparte de
las psicológicas. Tras salir de los campos, estos hombres y mujeres eran
tachados de exagerados e incluso de mentirosos cuando relataban lo ocurrido. Siegfried Meir me contó que
cuando contaba lo que vio y vivió en Auschwitz, sus vecinos y conocidos
pensaban que todo eran fabulaciones. Isabel Terres,
sin poder ocultar su tristeza a pesar de que habían pasado más de 50 años, me
contó como el hermano de su marido Antonio le llamó mentiroso y loco cuando
desgranó las torturas y las ejecuciones que se realizaban en Mauthausen. A
diferencia de los deportados franceses, holandeses o británicos que cuando
regresaron a sus países fueron tratados como héroes, nuestros españoles
quedaron olvidados en el exilio francés. No eran nadie y nadie les creía por lo
que todos, sin excepción, optaron por callar. Solo hablaban y escribían sobre
ello allí donde sabían que les creerían: en reuniones con otros compañeros de
cautiverio y en las revistas que editaban las asociaciones de deportados.
Tuvieron que pasar 40 años para que algunos de ellos empezaran a escribir sus
memorias y para que algunos historiadores y periodistas se interesaran por su
triste odisea. A esas alturas, la mayoría de los supervivientes de los campos
habían muerto y a muchos de los que seguían con vida se les habían quitado las
ganas de hablar.
-Amigos,
sabemos que sois muy activos, cada uno en lo vuestro. En la actualidad, ¿en qué
estáis trabajando, se nos puede dar una pista?
CARLOS: Claro que
sí. Estoy en la fase de investigación y documentación para un libro que
publicaré sobre los campos de concentración franquistas.
IOANNES: Ahora
estoy tratando de "desintoxicarme" de este trabajo, que ha sido muy
duro emocionalmente, de modo que estoy preparando un cómic de corte infantil,
nada que ver con el estilo gráfico ni con el tono narrativo.
25614
Deportado 4443.
Sus tuits ilustrados. La historia de los 9.300
españoles cautivos en los campos de concentración nazis. Carlos Hernández. Ioannis Ensis
256 páginas 17 x 24 cms.
21.90 euros
Ediciones B
«Antonio
Hernández Marín pasó cuatro años y medio encerrado tras las alambradas nazis de
Mauthausen. Más de cinco mil quinientos españoles solo pudieron abandonar los
campos de la muerte de Hitler a través de las chimeneas de los siniestros
crematorios, convertidos en humo y cenizas. La historia de todos ellos fue
enterrada por el franquismo y olvidada, después, por nuestra democracia.
Para recuperar la Memoria de estos hombres y mujeres, entre enero y mayo de
2015 Antonio Hernández Marín resucitó en Twitter como @deportado4443; un
portavoz de todos sus compañeros que narró minuto a minuto, tuit
a tuit, lo que iba ocurriendo en el campo de
concentración de Mauthausen. Ese agujero virtual en el tiempo cautivó a cerca
de cincuenta mil internautas que siguieron con emoción su relato. Poco después
de que terminara de narrar su historia, Ioannes Ensis
contactó conmigo para proponerme ilustrar los tuits
que había ido leyendo durante aquellos tres meses y medio. Su objetivo era
contribuir a evitar que las tristes peripecias de estos héroes y heroínas
cayeran en el olvido.
El resultado final es esta obra. Un trabajo hecho desde el más absoluto rigor
histórico, sin margen alguno para la invención. Todo lo que se muestra en estas
páginas se basa en el testimonio de los pocos supervivientes y en las pruebas
documentales existentes. El fruto son unas magníficas ilustraciones, llenas de
emoción y de sentimiento, que reflejan todo el horror que sufrieron nuestros
deportados a manos de los sádicos miembros de las SS.»
Carlos Hernández de Miguel
Carlos Hernández de Miguel es periodista, escritor y experto en comunicación
empresarial y política. Licenciado en Ciencias de la Información por la
Universidad Complutense de Madrid, inició su carrera profesional en Antena 3
Televisión como cronista parlamentario en el Congreso de los Diputados.
Posteriormente ejerció de corresponsal de guerra en diversos conflictos
internacionales como Kosovo, Palestina, Afganistán o Iraq.
En los últimos años fue redactor jefe del semanario La Clave y asesor de
comunicación política y empresarial. En 2015 publicó su primer libro, Los últimos
españoles de Mauthausen (Ediciones B). En la actualidad colabora con
publicaciones y diarios digitales como la revista Viajar y Eldiario.es.
www.deportados.es
Ioannes Ensis (Juan Espadas) estudió historia
medieval y desde hace más de quince años compagina los cursos de cómics que
imparte en la academia C10 y bibliotecas públicas con la producción de
historietas, ya sea en solitario o en colaboración.
Actualmente publica la historieta erótica Astaroth y Bernadette, en colaboración con Álvaro Muñoz, en España y
Francia y coordina, guioniza y dibuja en el
recopilatorio de historietas de terror El posabirras
del mal.
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