La
Librería de Cazarabet Indignado
Cazarabet conversa con... Manuel
Rodríguez "Txelu", autor de "Dejadnos aprender. Reflexiones desde la
pedagogía libertaria" (Volapük)
Magnífico
libro, desde Volapük Ediciones que nos acerca al mundo
del aprendizaje libertario con una sutileza sobresaliente.
Todo con
la pluma, excelente, de Manuel Rodríguez”Txelu”….acompañada
de una edición muy cuidada con ilustraciones muy brillantes desde el carbón de Rfa.
El libro
reencarna lo mejor de la pedagogía libertaria profundizando en los aspectos más
sensibles y más sensibilizados.
Lo hace,
desde la pluma de Manuel Rodríguez, partiendo de los problemas actuales con los
que se encuentra la escuela , el sistema educativo y la pedagogía.
En el
libro veremos y leeremos cómo la gente “se organiza” y debate desde el
asambleísmo para hacer frente a una
enseñanza autoritaria…y quiere hacer frente a los valores imperantes del
consumismo, del individualismo, de la competencia, la sumisión…
“Txelu”, nos ayudará a saber leer , escoger y encontrar las
estrategias para hacer de la escuela un espacio público, libre , para todos y
para todas.
El libro,
este libro de Volapück, forma parte de la colección
Lengua Universal, libros sin límite. En esta colección , también encontramos
los siguientes títulos: Exiliados del Paraíso. Relatos de Josean
Aparicio; Abriendo brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su
emancipación. El ejemplo de Soledad Gustavo de Julián Vadillo y Traduciendo la
anarquía. El anarquismo en Occupy Wall Street de Mark Bray.
Esta
editorial, más que una editorial” al uso” obedece a un proyecto que está
motivado por rescatar contenidos y autores de indudable interés, pero que están
alejados, por muchos motivos(muchos de ellos convergentes) de aquello que
podríamos reconocer como “lo oficial”
¿Qué es o
por qué Volapük?, ellos mismos nos lo comentan:” es
una lengua universal antecesora al esperanto. El guadalajareño Fernández
Iparraguirre publicó, ya en su día, su gramática y , además se mostró incansable
propagando sus valores….”
Cazarabet en sus “Conversas” ya hablaba en
su día con Julián Vadillo, autor de Abriendo brecha y con Sergio Higuera ,
editor de Volapük:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/brecha.htm
El autor,
Manuel Rodríguez “Txelu”:
Es
Diplomado en Magisterio de Educación Especial por la Universidad Autónoma y
experto en Trastornos del Espectro Autista(por la Universidad de Alcalá de
Henares). Es miembro del colectivo pedagógico “En la fila de atrás” y de un
Grupo de Aprendizaje que es, en realidad, un Colectivo de Pedagogía
Antiautoritaria. Tiene mucha experiencia profesional en diferentes servicios
del ámbito de la diversidad funcional, trabajando y pensando por: los centros
de educación especial, centros ocupacionales, pisos supervisados, preparador
laboral…
Te irán,
muy, muy bien:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedagog%C3%ADa_en_el_anarquismo
http://madrid.cnt.es/pedagogia_libertaria/indice.php
La
escuela moderna:
http://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_Moderna
http://www.ferrerguardia.org/es/la-escuela-moderna
http://sagunto.cnt.es/wp-content/uploads/2011/02/FerrerGuardiaF1.-LaEscuelaModerna.pdf
http://laescuelamoderna.blogspot.com.es/
Ferrer i
Guardia:
http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_ferrerguardia.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Ferrer_Guardia
Hablar de
Ferrer I Guardia y no hacerlo de Francisco Giner de los Rios….
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Giner_de_los_R%C3%ADos
http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_ginerdelosrios.htm
Cazarabet conversa con Manuel Rodríguez
"Txelu":
-¿Cuándo llegará la hora de educar para estimular la curiosidad, para
acercarnos a “querer aprender” sin caer y dejando atrás el autoritarismo, el
miedo al suspenso...?
-No creo
que haya que esperar a que nadie nos diga que ha llegado el momento. El momento
es ahora mismo. Tenemos que formarnos colectivamente, autogestionar
nuestros aprendizajes, apostar y arriesgar por hacer realidad, por materializar
nuestras ideas. Es realmente complejo y nos encontraremos con infinidad de
trabas, pero si no lo intentamos las perjudicadas serán las peques.
-El ciudadano y la ciudadana: ¿qué responsabilidad
debe tomar en ello?
-No soy
muy “amigo” del concepto de ciudadanía. Lo doto de un significado estatista, de
legitimar al Estado como el garante de la satisfacción de nuestras necesidades
y deseos. Abogo por la autogestión. Es más, considero que no debemos confiar en
que la escuela o los espacios de desarrollo respeutoso,
por sí solos, cambiarán la sociedad. Creo que es necesario un enfoque
global. Tomar conciencia de que la
educación es una herramienta básica, pero no la única. La responsabilidad ha de
ejercerse en el puesto de trabajo, en la familia, en el barrio, con las
amistades, en la relaciones de afectivo-sexuales...
-Porque la educación, así entendida o como tú pretendes
acercárnosla es cosa, poco a poco y en su medida, de todos... ¿no?
-Creo que
es importante, sobre todo desde los ambientes más politizados, recuperar la
importancia, la relevancia de la educación. En el primer tercio del siglo XX
iban unidos el ateneo libertario, el sindicato anarquista y la escuela
racionalista. Por otra parte, considero igualmente necesario la generación de
espacios de convivencia intergeneracional. Hemos
sustituido la calle, las plazas y parques, como centros de socialización intergeneracional por los centros comerciales y la vida
familiar aislada.
-La gente que elige hoy en día dedicarse a la
pedagogía, a ser maestros, profesores... ¿se están formando para “enseñar a
aprender”?
-Como
escribía anteriormente, los aprendizajes que nos ofrecen en la universidad, en
la mayoría de los casos, son de pésima calidad para realizar una intervención
educativa respetuosa. En el mejor de los casos, pueden que nos presenten, de
forma anecdótica, algún proyecto “alternativo”. Pero cuando una maestra o un
maestro sale de la facultad, no tiene las herramientas pedagógicas y
metodológicas necesarias. Por ello, reproduce los métodos, los modelos que
conocen; que seguramente fueran los que sufrió.
Asimismo,
creo que hay que tener mucho cuidado en el “enseñar a aprender”. Últimamente
estamos viviendo un período en el que se visibilizan las “escuelas libres”.
Están presentes en la televisión, en los periódicos de gran tirada, las leyes
educativas incorporan conceptos “innovadores”... pero creo que hemos de tener
cuidado. Hasta los jesuitas han dicho que dejarán de hacer exámenes, usar
libros de texto... hace un siglo el capitalismo demandaba una determinada
formación de la clase trabajadora, entre cosas fue un motivo por el que se
buscó la universalización de la escolarización, pero el capitalismo demanda
ahora otras cualidades en las trabajadoras y trabajadores: trabajo en equipo,
creatividad, oratoria... por tanto, hemos de considerar que es fácil que el
Estado asimile una metodología activa, por ejemplo (diferenciando metodologías
activas de pedagogía antiautoritaria). Pero que puede ser peligroso considerar
la escuela como un lugar de búsqueda de personas emprendedoras, con capacidad
de adaptación al sistema, que tendrán éxito en la vida... puesto que eso es
precisamente lo que desea el Estado y el capitalismo, personas más
competitivas. Siempre desde un enfoque individualista. Además, seguramente en
unos años las grandes constructoras que se dedican también a la educación
infantil, publicitarán sus escuelas como respetuosos, libres... puesto que
darán un enfoque mercantil, de negocio puro y duro a las metodologías activas.
-¿Hay posibilidades, en un futuro
más o menos próximo, de tener algún día una escuela “más libre”: de docentes
que puedan enseñar de manera más libre y de alumnos y alumnas que estén prestos
a aprender de manera, también más libre?
-Ese
futuro llegará cuando nos organicemos para que llegue. Las peques aprenderán
atendiendo a nuestra intervención. Creo que no debiéramos pensar que por acudir
a una escuela libertaria o a una escuela libre, las personas serán de una
determinada manera en el futuro; dado que en el resto de ambientes en los que
se conviven habrá otros valores que están interiorizando. Y eso no es
responsabilidad de las peques, es responsabilidad de las adultas, que somos
quienes estructuramos la sociedad de una u otra manera, y quienes dejamos,
delegamos que un número reducido de personas organicen la realidad en favor de
sus intereses económicos.
-Lo que sí creo que poco a poco estamos ganando es
en esto del enseñar para los niños o para las niñas... Hoy en día cada vez creo
que se da menos lo del capítulo V: “He hecho el trabajo sobre el fútbol porque
soy niño”... ¿qué nos puedes decir?
Pues la
verdad es que pienso de forma totalmente opuesta a esa afirmación que realizas
en la pregunta. El patriarcado es la base fundamental de nuestra sociedad
occidental. Y la escuela, como reflejo de la sociedad, es reproductora primaria
de esa sociedad.
Hace poco
vi una escena de un documental en el que un bebé (niño) era vestido con un
traje rosa y era presentado a personas adultas. Posteriormente, era vestido con
un traje azul y era presentado a un grupo de personas adultas. Las
interacciones de las personas adultas eran totalmente diferentes: la
comunicación no verbal, las palabras, las expectativas, el contacto físico...
rápidamente se resaltaba la belleza de la niña y la fuerza del niño, el deseo
de que el niño fuera futbolista... antes de nacer, la niña ya tiene preparado
su vestido rosa.
Y en la
escuela ocurre exactamente lo mismo, pero ejercido por personas que
supuestamente deben educar. Uso del lenguaje masculino como neutro, “un par de
chicos fuertes que me ayuden”, la comunicación no verbal, las bromas, los
juegos, el tono de voz, la actitud ante situaciones de peligro, “las
princesitas no se manchan”, películas, cuentos y canciones machistas, uso de
amplios espacios por los niños y uso de reducidos espacios por las niñas
(germen de la proyección pública de los hombres y de la reclusión al ámbito
doméstico de las mujeres), orientación heteropatriarcal
de la sexualidad (“¿Tienes novia?” en lugar de “¿tienes pareja?”),
favorecimiento de situaciones mediante actividades o juguetes en las que las
niñas realizan actividades de cuidado (como “futuras” mujeres) y los niños de
deporte o actividad intelectual...
-Txelu, ¿cómo una
verdadera “Escuela libre” debe abrirse, adecuarse, actuar y definirse hacia la
diversidad funcional y a las personas con discapacidad – con todo tipo de
discapacidades?
-Pues la
verdad, es que no tengo la receta, ni creo que existan fórmulas mágicas. Pero
puedo intentar lanzar algunas ideas para la reflexión. En primer lugar, dotar
de ínfima importancia los diagnósticos (cierto es que pueden tener algún
beneficio), de conocer a las personas, de conocer en qué ámbitos requieren de
necesidades de apoyo, conocer sus estilos y ritmos de aprendizaje para dar
apoyos que satisfagan sus necesidades. Hace falta mucha formación y
experiencia. Pero sobre todo muchos recursos personales. Hace poco reflexionaba
junto a unas amigas acerca de cuántas peques con discapacidad podría asumir una
determianda escuela. Y llegamos a la conclusión de
que nunca nos plantearíamos cuántas peques podría asumir que necesitaran mucho
movimiento o cuántas peques se podrían asumir que se relacionaran de forma
violenta o agresiva. Teniendo suficientes recursos personales, formación y una
actitud de autocrítica y permanente reflexión, creo que se podría realizar una
intervención respetuosa, sin importar las capacidades, las formas de percibir,
de relacionarse, de desplazarse...
-El tema de la autoridad de cómo afrontar ciertos problemas de
entendimiento entre el maestro y los alumnos... ¿cómo lo debe afrontar una
escuela de “pensamiento libre”?
-Nuevamente
no me veo con la capacidad para contestar a una pregunta de tanta
“envergadura”. Lo que sí creo es que las adultas no debieran tener la capacidad
de ejercer represión, de poder castigar o premiar. Sino que considero que la
resolución de conflictos ha de ser asumida por el colectivo, con la menor
actuación posible de las adultas. Y para ello, se ha de dotar a las peques de
las herramientas necesarias: desde la asamblea como espacio de conocimiento
interpersonal y de resolución de conflictos hasta favorecer, mostrar y ejercer
de modelo de comunicación no violenta y empática, pasando por eliminar todo
contexto que favorezca la competición y el individualismo.
-¿Qué experiencias, Txelu,
te han alentado, te han abierto, no sé con pruebas tangibles, los ojos (aún más
si cabe sobre tus ideas) en lo concerniente a dejar que la gente aprenda y
sigamos aprendiendo de manera libre?
-Pues
creo que las primeras experiencias tendría que empezar a buscarlas en mi
adolescencia. Cuando empecé a politizarme y a intentar conocer mi entorno.
Cuando empecé a comprender la necesidad de la horizontalidad en las relaciones,
de luchar contra todo tipo de autoridad. Involucrarme en proyectos colectivos.
Además, el haber realizado períodos de prácticas en Paideia
y Trabenco-Leganés supuso una fuerte dosis de
conocimiento, de formación (no sólo “académica”, sino sobre todo personal)
-Para los que fuimos enseñados de otra manera,
entrando con cierto “miedo” a algunas clases y frente a algunos profesores...
no es fácil olvidar aquellos días, pero si tenemos curiosidad por todavía
seguir aprendiendo y reciclarnos, ¿cómo debemos hacerlo para despojarnos de
nuestros propios lastres y miedos?
-Considero
que lo más importante es intentar de construirnos como personas con mente
escolarizada y personalidad estatista-capitalista-religiosa. A partir de ahí,
empezar a trabajar.
-¿Y el maestro, la maestra, el profesor y la
profesora... ¿qué tienen que hacer para evolucionar hacia una escuela en la que
el alumno coja agujetas y no precisamente de hacer abdominales, sino de
levantar el brazo para no parar de preguntar o dolor en los párpados de tanta
atención?
-Supongo
que si cada maestra o maestro se plantea realmente lo que desea cambiar, sabrá cómo
hacerlo. Más ahora, con la presencia de internet y la infinidad de información
existente y el momento en que nos encontramos en el que hay una gran oferta de
formación ofrecida por proyectos educativos antiautoritarios.
Con todos
mis respetos, pero puede que no sea lo más apropiado partir de la idea de
“levantar el brazo para no parar de preguntar”. Relaciono esa idea con una
clase en la que las niñas y los niños se encuentran sentadas mirando a la
maestra o el maestro que habla. Puede que una primera opción, pudiera ser echar
las mesas y las sillas a un lado, para dejar espacio en el que poder aprender a
través del juego, de la experimentación.
-Por último, amigo Txelu,
cuéntanos un poco cómo ha sido la experiencia de escribir este libro y aprender
con él.
-Ha sido
una experiencia bonita. Tras muchos años de devorar libros, conocer proyectos,
tener larguísimos debates, hacer cursos y talleres... e ir anotando todos esos
conocimientos y sensaciones en libretas, decidí que todo eso que había ido
escribiendo podía adoptar forma de libro. Siendo plenamente consciente de mis
limitaciones, pero quería aportar mi granito de arena a la escasa edición de
material de pedagogía libertaria. E intentando, desde la humildad y el respeto,
generar debate sobre ciertos temas. Además decidí acompañarme en este proceso
de bellas personas que ilustraron el libro, escribieron letras o musicaron esas letras (en breve estará disponible la “banda
sonora” del libro en www.enlafiladeatras.wordpress.com). Tuve la suerte posteriormente de que Volapük
apostara por este trabajo. Ha servido para intentar ordenar mis ideas sobre la
educación; aunque lo que realmente ha conseguido el libro, ha sido abrir un montón
de puertas por las que poco a poco voy adentrándome.
18936
Dejadnos aprender.
Reflexiones desde la pedagogía libertaria. Manuel Rodríguez, "Txelu"
192 páginas 20 x 13 cms.
10,00 euros
Volapük
Dejadnos aprender. Reflexiones
desde la pedagogía libertaria es un análisis actual y pragmático sobre el papel
que tiene y puede tener la escuela, estatal o privada, el profesorado, los
proyectos educativos antiautoritarios…Desgrana los problemas que afectan al
sistema educativo, que no son pocos, procurando soluciones bajo una óptica
libertaria. Recoge las inquietudes del autor, que se dedica a la enseñanza, y
otras formuladas en colectivo por su implicación en grupos y asambleas por una
enseñanza antiautoritaria, en torno a la sutil formación del individuo
pretendido por el Sistema, amoldado por los valores imperantes del consumismo,
el individualismo, la competencia, la sumisión…
Dejadnos aprender profundiza en el debate, siempre presente, sobre la enseñanza
en el ámbito libertario, aportando nuevos enfoques o atenciones inéditas en la
bibliografía libertaria como es el caso de la discapacidad.
Se completa el libro con ilustraciones, canciones y una selección filmográfica
y bibliográfica sobre el tema expuesto.
Manuel Rodríguez González, «Txelu», (Madrid, 1980).
Diplomado en Magisterio de Educación Especial (Universidad Autónoma de Madrid)
y Experto en Trastornos del Espectro Autista (Universidad de Alcalá de
Henares). Miembro del colectivo pedagógico "En la fila de atrás" y de
un Grupo de Aprendizaje Colectivo de Pedagogía Antiautoritaria. Experiencia
profesional en diferentes servicios del ámbito de la diversidad funcional:
centros de educación especial, centros ocupacionales, pisos supervisados,
preparador laboral...
(...)La lucha contra el Estado y el capitalismo ha de buscar el fin del
trabajo asalariado y la generación de formas de relación social en las que esté
presente la infancia en la vida cotidiana, en las que los aprendizajes no se
produzcan dentro de los muros de un centro educativo cuya dinámica transcurre
en paralelo a la vida real, sino a través de la convivencia intergeneracional
que promueva el aprendizaje y la sociabilización; pero hasta que se alcance ese
objetivo, nos encontramos con la escuela estatal como institución en plena
vigencia que perpetúa el sistema de dominación. ¿Cómo afrontar esta situación?
Estimemos que existan personas que crean en la libertad responsable, en el
apoyo mutuo, en el esfuerzo, en la vida y no en el sometimiento y en la
competencia. Vaciemos las escuelas de miedo. Recuperemos la calle como espacio
de aprendizaje y no de tránsito entre el cole y la casa. Pero, por encima de
todo, llenemos los espacios de aprendizaje de sonrisas, amor y respeto. (...)
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