La
Librería de El Sueño Igualitario
Víctor Serge
reflexiona sobre la lucha contra el Estalinismo y la regeneración del
socialismo 1936-1944.
Cuida la edición de este libro, Pelai Pagès.
Lo que nos explica Editorial Base sobre este
libro, la sinopsis:
El presente volumen
recoge buena parte de los artículos que Víctor Serge
escribió entre abril de 1936, cuando consiguió marchar de Rusia, hasta su
fallecimiento en 1947. Desde el momento en que llegó a Bruselas dedicó buena
parte de su producción literaria a denunciar el proceso involucionista que
estaba sufriendo la Unión Soviética bajo el mandato de Stalin, en un momento en
que se produjeron las grandes purgas que pusieron fin a la vieja guardia
bolchevique. La coincidencia de este proceso con el estallido de la Guerra
Civil española le llevó a implicarse también en ella, militando en el Partido
Obrero de Unificación Marxista (POUM) y defendiendo su política en todo
momento. Los inicios de la represión que sufrió el POUM por parte del Partido
Comunista —con el asesinato de Andreu Nin, entre
otros dirigentes— llevaron a Serge a comparar el
proceso que estaba sufriendo la República española con los acontecimientos que
sufría la URSS bajo Stalin. A partir de los años 40, ya residiendo en México y
sin abandonar sus ideas socialistas, se implicó en la defensa de un socialismo
que siempre consideró un movimiento claramente transformador pero también
plural y democrático.
Acerquémonos a
Víctor Serge:
Nacido en Bruselas en 1890, hijo
de una familia de origen ruso, Víctor Lvóvich Kibálchich fue un escritor y revolucionario, autor de
novelas, poesía, ensayos históricos y políticos, biografías, etc., que vivió
intensamente la primera mitad del siglo XX. Militante de la CNT, vivió en
Barcelona en 1917, y tras el triunfo de la Revolución Rusa de octubre de 1917
marchó a Moscú, donde se implicó directamente con el proceso revolucionario.
Vivió en Rusia desde 1919 hasta 1936, militó en la Oposición de Izquierda y fue
apartado del Partido Comunista en 1928. En 1933 fue deportado a Orenburg (los Urales), de donde merced a la presión
internacional fue liberado en abril de 1936. Regresó a Bruselas y durante la
Guerra Civil española se implicó con el POUM. Al iniciarse la Segunda Guerra
Mundial pasó a residir en México, donde vivió hasta su fallecimiento en 1947.
Entre muchas otras obras escribió El nacimiento de nuestra fuerza, El año I de
la Revolución Rusa. Los primeros pasos de la dictadura del proletariado
(1917-1918), De Lenin a Stalin, Medianoche en el Siglo, El caso Tulayev y Memorias de un revolucionario: 1901-1941.
Pelai Pagès
Blanch es profesor de historia contemporánea en la Universidad de Barcelona
desde 1975. Autor de numerosos estudios sobre la Segunda República, la Guerra
Civil, el Franquismo y la Transición, se ha especializado también en el
análisis del movimiento obrero y de los nacionalismos en la historia
contemporánea de Europa.
Pelai Pagès
es un amigo de esta casa:
Con Base ha editado: Justícia i Guerra Civil. Els tribunals de justícia a Catalunya (1936-1939) y L'exili
republicà als Països Catalans. Una diàspora històrica
Ha escrito, recientemente, junto
a Pepe Gutiérrer, “Víctor Serge,
la conciencia de la revolución” de Laertes con quien
también editó, junto con el mismo coordinador de la edición, “El POUM y el caso Nin. Una historia abierta” y :”
Andreu Nin. Una vida al servicio de la clase
obrera.”;
junto con otros autores dio forma el año pasado a “Owell
toma café en Huesca”—que editó la Diputación de Huesca--. Con editorial de la Universidad del Estado de Kent publicó,
“War and revolution in Catalonia
1936-1939”. Y con la exquisita editorial Sariñena, en el corazón de los Monegros, ha editado: “El sueño igualitario. Entre los
campesinos de Huesca (1936-1938) “y “Barbarie
fascista y revolución social. La Guerra Civil española 75 años después”.
Con La Oveja Roja editó “Juan Andrade (1897-1981). Vida y voz
de un revolucionario”—junto a Miguel Romero y Jaime Pastor--. También puso la mirada sobre la represión franquista al
País Valencià con: “Les lleis
repressives del franquisme.”
y “La repressió franquista al País Valencià.
Primera Trobada d'Investigadors
de la Comissió de la Veritat”
(ambos se los editço Editorial 3i4) .Editorial Garsineu va requerir junto al autor Xavier Tarraubella i Mirabet su pluma
como prologuista del libro “La Canadenca al Pallars. Repercusions socioeconòmiques de la construcció
de l'embassament de Sant
Antoni a la Conca de Tremp (1910-1920) .
Especialista en torno a
todo lo que rodea al POUM, publicó con la Fundación Eugenio Granell,
“Eugenio Granell militante del POUM”. Abadía de
Montserrat le publica: “La
Comissió de la Indústria de
Guerra de Catalunya (1936-1938)”. Ha puesto, como habrán podido intuir y “ver”
su mirada ante Andreu Nin y “su labor”, revisando la
edición del libro de este dirigente—nos referimos a Andreu Nin--,
“La revolución española (1930-1937)”. Con la
editorial Llibres de la Matrícula, también se encarga
de la edición del libro: “Andreu Nin. Textos pedagògics i literaris.” Y desde Pagès Editors, junto con Francesc Bonamusa,
Javier de Madariaga, Guillermo Lusa, Jordi Casassas, escribió “L'obra de govern de Josep
Tarradellas (1936-1977). Primer Simposi d'Història sobre Josep Tarradellas”
Y Editorial Base, también:
Bakunin:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/bakunin.htm
Los militares se sublevan en
Barcelona. El general Manuel Goded Llopis y el 19 de julio de 1936:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/merino.htm
Pero más allá del ensayo
histórico, Editorial Base editó, en su día, una “serie negra”, apasionante:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/pascualulpiano.htm
Cazarabet
conversa con Pelai Pagès:
-No
hay nadie o casi nadie( habrá otras personas como por ejemplo Andreu Nin que puedan valorarlo
desde una perspectiva histórica parecida o similar ), mejor que Víctor Serge, que pueda analizar cómo degeneró la revolución del
17 en toda URSS y cómo esto estuvo
relacionado, de una u otra manera ,con la Guerra Civil Española, ¿no?
-El proceso de degeneración de la revolución
de octubre del 17 empezó bastante antes del estallido de la guerra civil
española, efectivamente. Víctor Serge vivió en la
URSS durante muchos años, había llegado allí entusiasmado por la revolución, en
1919, se implicó muchísimo en ella durante los primeros años, ejerciendo cargos
de responsabilidad en la Internacional Comunista, y residió en Rusia hasta
abril de 1936, después de unos años de haber sufrido confinamiento en campos de
trabajo y de una campaña internacional que había pedido su liberación. Tres
meses después de regresar de la URSS se inició la guerra civil española, en la
que también se implicó mucho.
-Háblanos querido
amigo de estas relaciones entre la degeneración de URSS, después de la
Revolución y la GCE.
-No es por casualidad que los primeros
procesos contra la vieja guardia bolchevique que tuvieron lugar en Moscú y que
llevaron al paredón a los antiguos compañeros de Lenin, con quien hicieron la
revolución de octubre, se iniciaron en el verano de 1936, coincidiendo con el
inicio de la guerra civil española. Una guerra civil, cabe recordarlo, que fue
enormemente compleja: por una parte, desencadenó un proceso revolucionario en
la España republicana, protagonizada básicamente por la CNT, el POUM y los
socialistas de izquierda y sin que el Partido Comunista se implicara –más bien
todo lo contrario-. Además, la República, en un momento en el que los militares
insurrectos recibían toda la ayuda militar de Alemania e Italia, acabó
recibiendo –aunque llegó tarde- la ayuda soviética, que hipotecó no sólo el
proceso revolucionario sino a la propia República. Paralelamente a los procesos
de Moscú contra la vieja guardia bolchevique, la URSS acabó interviniendo
directamente en la España republicana, impulsando un proceso contrarrevolucionario
que culminó con la represión contra el POUM y el asesinato de su máximo
dirigente Andreu Nin.
-¿Qué “pasó” en
la GCE que, de alguna manera, incentivó a que esta “degeneración” fuese a más?
-El proceso revolucionario que se produjo en
España inevitablemente motivó en Stalin una reacción muy clara: la revolución
española, transformadora, socialista, pero también plural y democrática,
representaba la antítesis de lo que estaba sucediendo en la Unión Soviética.
Era preciso poner fin al proceso que se vivía en España –que estaba
cuestionando el modelo estalinista- y
Stalin lo consiguió sin muchos esfuerzos, pero con un chantaje permanente a la
República, al tiempo que proseguía con su labor exterminadora contra todos
aquellos que no pensaban como él.
-La “verdadera y atroz degeneración” empezó y
se desarrolló con un Stalin desbocado y carente de toda empatía por, incluso,
muchos de los ideales que se afianzaron con la Revolución que arrastró al
“zarismo.
-Stalin consiguió que la dictadura del
proletariado que se había impuesto en Rusia en octubre de 1917 se acabase
convirtiendo, a través de distintas etapas, primero en la dictadura del partido
sobre el proletariado y, al final, en la dictadura del secretario general sobre
el propio partido y sobre el proletariado. En 1936 los ideales que habían
permitido el triunfo de la revolución de octubre prácticamente habían
desaparecido. ”…
-La sombra de
Stalin era tremendamente alargada, llegaba hasta aquí en tiempos de la guerra
con sus Comisarios que mandaban más y lo que es peor intimidaban, pero ¿cómo se
podía luchar en URSS o aquí contra el estalinismo?
-Víctor Serge tuvo claro muy pronto que era preciso luchar,
en primer lugar, contra la burocratización del partido, y, después a favor de
la democracia obrera. Por ello participó en la oposición que encabezó Trotski en Rusia desde el primer momento. Pero, además, ya
había sido crítico con algunas de las decisiones adoptadas por los bolcheviques
aún en vida de Lenin: entendió que se crease la checa en plena guerra civil,
pero no compartió y fue crítico con la represión que en 1921 habían sufrido los
marineros de Kronstadt. La lucha contra el
estalinismo en la Unión Soviética fracasó en la medida en que Stalin siempre
tuvo la habilidad de aliarse con quien consideraba que también era enemigo de
sus enemigos, y que casi siempre también acababa convirtiéndose en su enemigo.
Ello le permitió gobernar hasta su fallecimiento en 1953, en un momento en que
nadie –ni sus colaboradores más directos- podía tener la absoluta seguridad de
sobrevivirle. El control directo de la NKVD –la futura KGB- le sirvió de
instrumento para garantizar el control del poder. Durante la guerra civil
española, sobre el papel, era más fácil luchar contra el estalinismo, en la
medida en que las fuerzas sociales, ideológicas y políticas eran más plurales.
Y el POUM –el partido en el que militó Víctor Serge-
lo tenía claro. Sin embargo también en España acabó actuando la NKVD, mientras
el chantaje de la ayuda soviética a la República española acabó haciendo el
resto.
-¿Hasta qué punto
Stalin hirió casi de muerte al socialismo y cómo éste hizo por regenerarse?
-Stalin y el socialismo –al menos el
socialismo tal y como lo habían definido Marx y Engels
y el propio Lenin- no tenían nada que ver. El denominado “socialismo real” que
estuvo vigente en la URSS hasta 1991 era un régimen en el que la propiedad de
los medios de producción estaba en manos del estado, un estado controlado por
un partido del que formaban parte una minoría muy minoritaria de la sociedad.
Si el socialismo –una ideología que busca la igualdad económica y social del
conjunto de la sociedad- ha conseguido regenerarse ha sido gracias a personas como Víctor Serge que siempre han mantenido una enorme coherencia en
los principios que han definido y han entendido el socialismo como un sistema,
necesariamente transformador, basado en la igualdad, la fraternidad y la libertad de todas las
personas.
-Bueno, en
algunos sitios, como en la URSS, es o sería imposible
que “se levantase cabeza”, ¿no?, la herida era demasiado profunda, muy, muy
profunda…
-Efectivamente, cuando Stalin pasó a
consolidarse en el poder, de manera definitiva a partir de 1928, inició un
proceso político en el cual los campos de concentración, la cárcel y después el
pelotón de fusilamiento acabaron siendo los argumentos que le permitieron
mantenerse en el poder. Difícilmente nadie que pensase diferente a él podía
sobrevivir en la URSS. La intelectualidad, por ejemplo, estuvo permanentemente
bajo control. E incluso a partir de 1953, tras la muerte de Stalin y el inicio
del proceso desestalinización, fue difícil una
apertura política e ideológica. A pesar de las reformas que se planteó Kruschev, por ejemplo, en ningún momento se cuestionó el
modelo de estado preexistente. Y ya no hablemos de la etapa de Breznev.
-Y aquí también
hirió y mucho a la izquierda a toda la izquierda…herida, más que evidente, en
los Acontecimientos del 37, pero que se prolongó hasta nuestros días ¿Qué es lo
que nos puedes explicar, argumentar, por favor, más allá de “nuestra reflexión?
-Los acontecimientos de mayo de 1937
representaron un antes y un después en la guerra civil y acabaron generando,
efectivamente, una fisura entre la izquierda española que, en buena medida, está
lejos de cicatrizarse. Yo lo he podido comprobar en multitud de ocasiones.
Cuando en 1979 organicé el primer Congreso sobre la Guerra Civil que se
celebraba en España después de la muerte de Franco, y en él participaron
antiguos dirigentes anarquistas, como Federica Montseny
y también dirigentes comunistas, todos tuvimos la impresión de que los
enfrentamientos seguían muy presentes. Y a mí me sigue sucediendo hoy: cuando
el año pasado participé en una mesa redonda sobre los hechos de mayo de 1937
las diferencias que mantuve con el representante de la política comunista
oficial eran abismales…Es evidente que mientras para unos las consecuencias de
los enfrentamientos que tuvieron lugar en mayo de 1937 representaron el retorno
a la “normalidad institucional”, para otros significaron el afianzamiento de
una contrarrevolución que acabó con el exterminio y la cárcel de quienes
pensaban diferente. La utilización de la calumnia para desprestigiar a quien no
piensa como tú sigue siendo una práctica que aún no se ha superado.
-
La Guerra Civil Española, ¿qué supuso, en realidad, para el régimen de Stalin?;
¿fue a su manera como un campo de pruebas?
-A menudo se ha afirmado que Stalin,
efectivamente, utilizó la guerra civil española como un campo de experimentación
para lo que después de 1945 fueron las denominadas “democracias populares” en
la Europa del Este. Que Stalin tuvo una voluntad clara y específica de ampliar
su influencia en España parece evidente: la ayuda militar que ofreció a la
República vino acompañada de no pocos “asesores” políticos que intentaron
imponer la política diseñada por el propio Stalin. Como muestra la famosa carta
que Stalin envió a Largo Caballero en diciembre de 1936 dándole consejos sobre
cómo debería actuar desde el Gobierno. O la actitud que tuvo el PCE, después de
los hechos de mayo de 1937, cuando forzó la dimisión de Largo Caballero porque
se opuso a la ilegalización del POUM. Sin embargo, y a pesar de todo, la
importancia que siguieron teniendo organizaciones como la CNT o el propio PSOE
evitó que la España republicana acabase convirtiéndose en un bastión
estalinista, en el sentido más estricto de la palabra. Otro aspecto interesante
a destacar es que la mayoría de los dirigentes soviéticos que pasaron por
España, como el embajador Rosemberg o el cónsul ruso
de Barcelona Antonov-Ovssienko acabaron siendo
víctimas de las purgas estalinistas.
-Y en todo esto
la figura de Víctor Serge, con su pensamiento más
alargado, reflexivo( acertado o no porque era humano)--si se me permite-- que
la del propio Stalin--dudo que tuviese "pensamiento bueno"-- era
perenne, ¿no?. Una verdadera personalidad muy
consecuente en todo y que, de alguna manera, pronosticó, y sin estudios de
Ciencias políticas, esa "degeneración de la URSS" y de "sus mandatarios"...pero
la degeneración de este "gigante del comunismo" se contagió en los
países comunistas a los pies de la URSS. ¿Qué nos puedes comentar?..
-Víctor Serge fue
una personalidad extraordinariamente consecuente a lo largo de toda su carrera
política que, cabe recordarlo, se inició en las filas del socialismo –cuando
era muy joven-, luego pasó por el anarquismo –en agosto de 1917, durante la
huelga general revolucionaria, residía en Barcelona- y terminó en un comunismo
que nunca fue ni dogmático ni excluyente. Quiero recordar que, cuando en abril
de 1936, vuelve de la URSS empieza a escribir sobre las amargas experiencias
que vivió él y tantos otros que siguieron encarcelados y a partir de los
grandes procesos su denuncia fue contundente. Cuando estalla la guerra civil
española se afilia al POUM y en los múltiples artículos que escribe –y en los
que advierte de lo que puede suceder en España con el intervencionismo
soviético- sigue defendiendo la necesidad de un proceso revolucionario
igualitario y democrático. A partir de 1939, con el estallido de la guerra
europea y la ocupación nazi, consiguió pasar a México y allí colaboró en la
revista “Mundo”, una revista plural, con el significativo subtítulo de
“Socialismo y Libertad”, en la que defiende efectivamente la regeneración del
socialismo a fin de pasar página de la experiencia soviética. Serge no tuvo oportunidad de contemplar con detalle la
formación de las “democracias populares” tras la Segunda Guerra Mundial, porque
de haberla tenido, no hubiese tenido ninguna duda de que lo que hizo Stalin en
Rumania, Hungría, la República Democrática Alemana, etc. fue aplicar el mismo
modelo vigente en la URSS. De socialismo, de régimen igualitario, democrático y
plural, nada de nada. Serge lo hubiera tenido también
muy claro.
26586
La degeneración de la
URSS y la Guerra Civil española. La lucha contra el estalinismo y la
regeneración del socialismo (1936-1944). Víctor Serge. Pelai
Pagès Blanch (ed.)
376 páginas 15,5 x 23,5 cms.
20.00 euros
Base
El presente volumen recoge
buena parte de los artículos que Víctor Serge
escribió entre abril de 1936, cuando consiguió marchar de Rusia, hasta su
fallecimiento en 1947. Desde el momento en que llegó a Bruselas dedicó buena
parte de su producción literaria a denunciar el proceso involucionista que
estaba sufriendo la Unión Soviética bajo el mandato de Stalin, en un momento en
que se produjeron las grandes purgas que pusieron fin a la vieja guardia
bolchevique. La coincidencia de este proceso con el estallido de la Guerra
Civil española le llevó a implicarse también en ella, militando en el Partido
Obrero de Unificación Marxista (POUM) y defendiendo su política en todo
momento. Los inicios de la represión que sufrió el POUM por parte del Partido
Comunista —con el asesinato de Andreu Nin, entre
otros dirigentes— llevaron a Serge a comparar el
proceso que estaba sufriendo la República española con los acontecimientos que
sufría la URSS bajo Stalin. A partir de los años 40, ya residiendo en México y
sin abandonar sus ideas socialistas, se implicó en la defensa de un socialismo
que siempre consideró un movimiento claramente transformador pero también
plural y democrático.
Víctor Serge
Nacido en Bruselas en 1890, hijo de una familia de origen ruso, Víctor Lvóvich Kibálchich fue un
escritor y revolucionario, autor de novelas, poesía, ensayos históricos y
políticos, biografías, etc., que vivió intensamente la primera mitad del siglo
XX. Militante de la CNT, vivió en Barcelona en 1917, y tras el triunfo de la Revolución
Rusa de octubre de 1917 marchó a Moscú, donde se implicó directamente con el
proceso revolucionario. Vivió en Rusia desde 1919 hasta 1936, militó en la
Oposición de Izquierda y fue apartado del Partido Comunista en 1928. En 1933
fue deportado a Orenburg (los Urales), de donde
merced a la presión internacional fue liberado en abril de 1936. Regresó a
Bruselas y durante la Guerra Civil española se implicó con el POUM. Al
iniciarse la Segunda Guerra Mundial pasó a residir en México, donde vivió hasta
su fallecimiento en 1947. Entre muchas otras obras escribió El nacimiento de
nuestra fuerza, El año I de la Revolución Rusa. Los primeros pasos de la
dictadura del proletariado (1917-1918), De Lenin a Stalin, Medianoche en el
Siglo, El caso Tulayev y Memorias de un
revolucionario: 1901-1941.
Pelai Pagès
Blanch es profesor de historia contemporánea en la Universidad de Barcelona
desde 1975. Autor de numerosos estudios sobre la Segunda República, la Guerra
Civil, el Franquismo y la Transición, se ha especializado también en el
análisis del movimiento obrero y de los nacionalismos en la historia
contemporánea de Europa.
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