La Librería de El Sueño
Igualitario
Cazarabet conversa con... Aritza Sáenz del Castillo Velasco, autor de “Las damas de hierro. La participación de las
mujeres en el mercado laboral de Vitoria-Gasteiz (1950-1975)”
(Universidad del País Vasco)
Aquello
que nos comenta el Departamento de Publicaciones de la Universidad del País
Vasco:
Premio Micaela Portilla a la mejor tesis
sobre estudios feministas o de género realizada en la UPV/EHU durante el año
2013.
Esta obra aborda la historia de las mujeres de Vitoria durante el desarrollismo
franquista y, más exactamente, su participación laboral en un mercado de
trabajo en constante ebullición. Así, analiza las políticas de género del
estado franquista en lo concerniente a la actividad laboral de las mujeres, y
cómo el proceso de industrialización varió la demanda de mano de obra y la
participación de éstas en el mercado de trabajo e incidió en los flujos
inmigratorios femeninos.
Además, estudia en profundidad el desarrollo del sector industrial y la intervención
de las mujeres dentro de él, centrándose en el examen de las condiciones
laborales desde una perspectiva de género y prestando especial atención a los
itinerarios profesionales y a las políticas salariales. Las mujeres vitorianas
aparecen así como sujetos activos que transforman el modelo de feminidad
impuesto y apuestan decididamente por una sociedad más igualitaria.
Aritza Sáenz del Castillo Velasco (Vitoria-Gasteiz,
1980), doctor en Historia Contemporánea por la UPV/EHU, ha centrado su investigación
principalmente en el análisis de la historia de las mujeres y de género durante
el periodo franquista, con especial atención sobre los diferentes mercados de
trabajo feminizados. Actualmente es docente en la Facultad de Educación y
Deporte del Campus de Álava, donde centra su investigación en el campo de la
Educación para la Ciudadanía desde una perspectiva de género.
Cazarabet
conversa con Aritza Sáenz del Castillo:
-Aritza, ¿por qué como estudioso, investigador e
historiador has dirigido tu mirada hacia la mujer y su evolución en la
sociedad, esta vez en relación al trabajo?
Los estudios de género y la historia de
las mujeres en particular son una corriente de análisis ya consolidada con una
aportación muy importante al campo de la historiografía y que nos permite
analizar la sociedad en su conjunto, destacando sus evoluciones, permanencias y
cambios. Cualquier análisis histórico que pretenda ser riguroso no puede dejar
de lado las aportaciones que en el devenir de la sociedad han hecho las mujeres.
Teniendo esto presente, era imprescindible abordar este campo para paliar en la
medida de lo posible el vacío historiográfico existente y así arrojar mayor
conocimiento sobre un periodo histórico concreto y poco trabajado desde la
perspectiva de la historia de las mujeres, como es el franquismo.
Sobre este periodo en cuestión existen
numerosas investigaciones históricas desde la perspectiva de género centradas
en el examen de las instituciones encargadas del encuadramiento y
adoctrinamiento de las mujeres, tales como la Sección Femenina de Falange,
Acción Católica, Auxilio Social, etc. El mundo del trabajo, por el contrario,
ha sido una parcela descuidada, a excepción de varias obras que he tenido de
referencia, como las de Pilar Díaz Sánchez, entre otras.
-Pensaste que
esto, enmarcado en Vitoria Gasteiz, tenía mucha fuerza tanta como para desarrollar una tesis sobre
ello ¿Por qué?
Desde luego. Debemos tener en cuenta que
Vitoria-Gasteiz es un buen ejemplo del “desarrollismo” y modernización que
experimentó el estado español durante la década de los 60. En esta línea, fue
la capital de provincias que mayor crecimiento experimentó durante este
periodo, y por lo tanto merece un análisis detallado que pueda mostrar cuál fue
la evolución de la sociedad en su conjunto, y de las mujeres en particular.
Desde este punto de vista, existen numerosos interrogantes que merecían una
explicación, por ejemplo, ¿Cuál fue el papel de las mujeres en esta
transformación? ¿Cómo participaron del crecimiento demográfico de la ciudad?
¿Cómo contribuyeron a la industrialización de un espacio urbano caracterizado
por un sector terciario basado en el clero y las fuerzas armadas? ¿En qué
condiciones accedieron al mercado de trabajo? ¿Cómo contribuyeron a la creación
de una nueva identidad de mujeres trabajadoras fundamentada en el derecho al
trabajo? Eran cuestiones que merecían una respuesta y que pueden ser
extrapolables a otros territorios.
-¿Por qué,
para este estudio e investigación, te sitúas entre los años 1950-1975?; ¿Qué te
hace tomar esta horquilla temporal?
Como indicaba anteriormente es un
periodo de profundos cambios, tanto en el ámbito social, económico, o cultural
que requería de un análisis más profundo. Los estudios de este periodo
básicamente se han centrado en destacar las transformaciones políticas y
económicas de lo que algunos llamaron “el milagro español”. Pero detrás de
estos análisis era necesario introducir la lupa de lo social, es decir, cómo
estos cambios repercutieron a la sociedad, en su estructuración, en su día a
día, que impacto social tuvieron, que consecuencias, etc. donde la perspectiva
de género era fundamental.
El arranque del periodo lo situamos en
1950, inicio de una década donde Vitoria-Gasteiz comienza a despertar
lentamente de su letargo y empieza a apostar por su modernización de una forma
decidida, estableciendo las bases para su desarrollo industrial futuro. El
final se establece 1975, coincidiendo con el fin de un ciclo de crecimiento
ininterrumpido que se ve sacudido por la crisis del petróleo. Y como no,
también coincide con la muerte del dictador.
-Las mujeres en Gasteiz, ¿cómo y
de qué manera se fueron incorporando al mercado laboral?
Siempre habían estado presentes. A
principios de siglo su participación era destacada en el servicio doméstico y
en la agricultura, dos sectores donde su contribución fue invisibilizada
en las estadísticas oficiales en muchos de los casos, pero tenemos abundante
material fotográfico que así lo atestigua. Pero el gran cambio se produce con
la verdadera industrialización de Vitoria-Gasteiz acaecida en este periodo,
donde las mujeres se incorporan de forma masiva al sector secundario. No es que
sea novedoso este hecho, pues ya participaban en industrias como Heraclio Fournier, Hijos de Orbea u otras
del textil desde finales del siglo XIX y principios del XX, pero en este
periodo se incorporan a un sector donde su presencia había sido minoritaria: el
sector del metal.
La abundante demanda de mano de obra que
produjo el proceso industrializador requirió de la participación de las
mujeres. Muchas industrias, para el desarrollo de su producción, se
especializaron en el empleo de mujeres. Las mujeres residentes en
Vitoria-Gasteiz no fueron suficientes para hacer frente a esta demanda, por lo
que se abrieron cauces migratorios femeninos. Así, mujeres desde distintos
puntos de la península arribaron a Vitoria-Gasteiz en busca de empleo. Por lo
general, eran mujeres jóvenes que habían emigrado solas, con el firme
convencimiento de encontrar trabajo. Esto supuso un quebranto en la moralidad
patriarcal de la época, por los riesgos que entrañaban la autonomía y no
subordinación de las mujeres a una figura paternal. Pronto se diseñó una red de
residencias para obreras por toda la ciudad con el fin de tutelarlas.
Estas mujeres que participaron en la
industria solían incorporarse a la actividad laboral a edades tempranas, y en
muchas ocasiones, recién terminados los estudios primarios, a la edad de 14
años. Su carrera laboral discurría en los primeros peldaños del escalafón
profesional, hasta que contraían matrimonio y abandonaban la actividad laboral.
Este cese en la actividad en el mercado legal, que continuaba en los mercados
sumergidos, solía producirse entre los 25 y 30 años, aunque con el arranque de
la década de los 70, las mujeres apostaron decididamente por continuar en sus
puestos de trabajo después de casadas.
-Supongo que
bajo desventajas frente a los hombres…siempre en cierta desventaja en cuanto a
condiciones, retribuciones…
Así es. Si analizamos las carreras
profesionales dentro de estas industrias se observa como las mujeres se
encuentran con un techo de cristal que les impide progresar en la escala
profesional. Así, la mayoría de las trabajadoras se encuentran en los primeros
estadios, desarrollando las categorías de peón y especialista, pese a tener en
numerosas ocasiones una carrera profesional más dilatada o mayor formación y
cualificación. Igualmente ocurre con los salarios, ya que los trabajos que
desempeñaban las mujeres eran los peor pagados, guardando una estrecha relación
con el salario mínimo profesional decretado en 1963.
-Mujeres
trabajadoras que luchaban contra “ciertos prejuicios” sociales que venían tanto
de hombres como de las propias mujeres…
En esta época, durante los primeros años
del franquismo y hasta bien entrada la década de los 60, las figuras del hombre
ganador de pan y mujer ama de casa eran los modelos a seguir preconizados por
el régimen dictatorial y la iglesia católica. Este hecho hacía que el trabajo
de las mujeres careciese de reconocimiento social y en muchos casos fuera
proscrito. Pero la realidad se anteponía a los postulados de carácter
ideológico, y el trabajo de las mujeres era imprescindible para la viabilidad
económica de muchos hogares de las clases obreras, por lo que no causaba
mayores problemas en el seno de estas familias. Las élites locales, por el
contrario, sí lo consideraban como una anomalía social a la que había que poner
remedio, y por tanto, el trabajo de las mujeres era rodeado de un halo de
sospecha, pues traería la corrupción de las mujeres y su moralidad.
A pesar de ello, estas mujeres día a día
fueron forjando su identidad de mujeres obreras y reivindicando su derecho al
trabajo extradoméstico, distanciándose de la figura
de ama de casa.
-Y mujeres que cuando en casa debían desempeñar otro trabajo, el de ama de
casa, sin mucha ayuda…
Efectivamente, en aquella época imperaba
entre las mujeres la doble jornada, como en muchos hogares hoy día. Las mujeres
una vez finalizada su jornada laboral en las fábricas acudían a los hogares a
hacerse cargo de las tareas domésticas y del cuidado de sus familiares, bien
como esposas del “cabeza de familia”, bien como hijas de éste. Démonos cuenta
que en aquella época la red de guarderías o escuelas infantiles no estaba bien
dotada y era deficiente, por lo que las tareas de cría y educación de las
nuevas generaciones recaían sobre las mujeres. Con la tecnificación de los
hogares y pese a que se anunciara irónicamente la “liberación” de las mujeres,
esta situación no cambió demasiado, pues las mujeres continuaron siendo las
encargadas de estas tareas domésticas. Basta con recordar los datos estadísticos
de la sociedad actual, para visualizar la desigualdad que todavía prima en la
mayoría de los hogares. De este modo, la inversión de tiempo en las tareas
domésticas y familiares es muy superior en las mujeres que en los hombres.
-¿Se utilizaba, como en cierta manera aún se hace, al ama de casa como “ahorro” por parte del
empresario?; La implantación cada vez más clara del neoliberalismo y del
capitalismo tan desaforado, ¿ qué significa?; ¿se aprovechó el tejido
empresarial o buena parte de él de la mujer
Debemos tener en cuenta que la economía
de los cuidados no se contabiliza en los grandes balances macroeconómicos del
estado. El trabajo que desarrollan las amas de casa en la reproducción de la
fuerza de trabajo no alcanza la importancia que merece ni es retribuido, pero
por el contrario, el capital se favorece de ello al disponer de nueva mano de
obra.
Igualmente, el empresariado se favoreció
de la discriminación que padecían las mujeres, pues la menor retribución que
percibían por su trabajo les posibilitó una acumulación de capital que hizo
posible la ampliación de sus industrias y su competitividad, pese a la poca
renovación tecnológica que tenían algunas industrias. Así lo manifestaron en
más de una ocasión cuando las mujeres reclamaron una equiparación salarial a
sus compañeros masculinos, arguyendo que esta subida salarial supondría el
cierre de la fábrica.
El acercamiento a las características de
una economía capitalista que se produjo en la década de los 60, abrió la
economía española a las inversiones extranjeras que dinamizaron la economía
nacional. Estas inversiones buscaban una mano de obra barata que aligerase el
coste del proceso productivo. La movilización laboral acontecida en los primeros 70 alrededor de la
negociación de los convenios colectivos produjo una subida de sueldos importante que se vio ensombrecida
por el fantasma de la inflación. Con la generalización del paradigma económico
neoliberal este hecho no ha hecho más que acrecentarse. La desregularización de
los mercados, conduce y proporciona al capital la posibilidad de buscar lugares
donde la mano de obra sea más barata y dinamita por completo cualquier
negociación colectiva, tildada de coacción hacia la actividad empresarial. No
en vano, con la asunción de estos postulados por parte de gobiernos a partir de
finales de los 70 muchas de las industrias que vieron en España una oportunidad
de negocio, en la siguientes décadas desmantelaran sus fábricas para ir a
producir a lugares más baratos, sin importarles sí se cumplían o no los
dictámenes de la O.I.T. en relación a los derechos de los trabajadores y
trabajadoras. En definitiva, el neoliberalismo y sus instituciones, por
paradójico que parezca, establecen unas reglas que favorecen a aquel que se
encuentra en posición ventajosa.
-¿Hasta
cuándo la mujer tiró, además de su casa y de su economía, de la economía de
Vitoria Gasteiz?
Hay que tener en cuenta que la
contribución económica de las mujeres a las economías familiares fue clave.
Como comentábamos anteriormente, muchos hogares de Vitoria-Gasteiz eran
insostenibles con la aportación económica o salarial única del cabeza de
familia masculino. Así lo atestiguaba un informe sociológico realizado por Cáritas Diocesana a mediados de la década de los 60, que
subrayaba la escasa viabilidad que mostraban más del 50% de los hogares
vitorianos si se partía simplemente del salario del cabeza de familia
masculino. En esta línea, la participación de las mujeres en el mercado de
trabajo reglado y sumergido resultó clave para garantizar la sostenibilidad
económica de estas familias.
Igualmente, la participación laboral de
las mujeres posibilitó un mayor poder económico dentro de los hogares, que a la
postre facilitó mayores índices de consumo necesarios para el buen
funcionamiento de la incipiente sociedad de consumo y el desarrollo económico.
-No se puede
atribuir, todo esto, a que la mujer
estuviese mal formada ni a que no tuviese capacidad para trabajar; entonces se
trata, como decíamos, a tratar de sacar más beneficios, pero, también a cierta
conducta machista. ¿no?
Obviamente, cuando hablamos del
franquismo, nos encontramos ante un régimen marcadamente patriarcal. Todo su
tejido de leyes de una manera u otra enfatizaban en la subordinación de las
mujeres. Así, tanto en la legislación laboral como en la civil, nos encontramos
con determinadas normas lesivas hacia los derechos y la dignidad de las
mujeres. Por ejemplo la licencia marital, aquella que determinaba que una mujer
casada no podía disponer de su sueldo sin autorización de su marido, no
desapareció hasta 1975. O dentro de las normativas laborales aquellas que
amparaban la discriminación salarial de las mujeres ante un mismo trabajo
desarrollado por hombres.
Este marco jurídico también tuvo su
translación en las culturas populares, avivadas por la influencia de un
catolicismo ultramontano, donde se amparaban actitudes y comportamientos que
profundizaban en la discriminación de las mujeres en el ámbito social y
familiar.
Respecto a la formación, en lo tocante
al grueso de trabajadores y trabajadoras de las industrias de Vitoria-Gasteiz,
era muy similar, y en algunos casos las mujeres disponían de mayor formación,
pero por el contrario su acceso a determinados trabajos y categorías superiores
quedaba restringido pese a disponer de aptitudes para ello. Otra cosa es la
formación específica requerida para determinados puestos técnicos superiores,
de ingeniería, de medicina, por ejemplo, donde las inversiones en educación por
parte de las familias eran determinantes, y las mujeres padecieron una gran
discriminación.
-¿Cómo y de qué manera se fueron
incorporando las mujeres en el mercado laboral?
La necesidad imperiosa de mano de obra
derivada del fuerte proceso de industrialización hizo que las mujeres se
incorporaran al mercado de trabajo una vez finalizados los estudios primarios.
Así entre las plantillas de las fábricas con mano de obra predominantemente
femenina encontramos que la mayoría de las mujeres se situaban entre los 14 y
25 años de edad, para después desaparecer de forma brusca.
-Su relación
con los sindicatos, la de las mujeres ¿cómo fue?
Partimos de una época, la franquista,
que en el periodo analizado todavía tenía reminiscencias de su pasado
totalitario reciente, donde el único sindicato autorizado y legal era la
Organización Sindical Española, o más conocida como el Sindicato Vertical
capitaneado por Falange Española y de las J.O.N.S. Los demás sindicatos, la
C.N.T., S.O.V., U.G.T., que durante la Segunda República tuvieron implantación
en el territorio alavés fueron proscritos e ilegalizados. Y las C.C.O.O.
durante el periodo analizado tuvieron poca implantación en Vitoria-Gasteiz. No
obstante, esto no significa que las mujeres no participaran en la organización
y movilizaciones obreras. De este modo, en la década de los 50, participaron en
movimientos huelguísticos de cierta envergadura como el de 1951 y 1956, bajo
influencia de las HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica).
Posteriormente, en los movimientos reivindicativos y huelguísticos que
derivaron en los hechos luctuosos del 3 de marzo de 1976, donde 5 obreros
fueron asesinados a manos de la policía en Vitoria-Gasteiz, las mujeres obreras
participaron activamente. Fueron protagonistas en el movimiento obrero autónomo
y asambleario que de sesarrollo con fuerza a principios
de la década de los 70, encabezando las asambleas reivindicativas de fábricas
como Areitio, Crenor, etc.
-La mujer, ¿a
qué trabajos fue accediendo a lo largo
de los años; cómo fue su evolución?
Poco a poco fueron abriéndosele algunas parcelas, no muchas,
en el ámbito laboral en esta época. Por ejemplo, algunas profesiones técnicas
como delineante, aparejador, etc. empezaron a ser desempeñadas por mujeres a
finales de la década de los 60. Igualmente, la legislación en materia laboral
fue relajándose y se levantó el veto a que las mujeres accedieran los cuerpos
del funcionariado.
-Había clara
discriminación en aquellos años, todavía ahora, en lo laboral en el hombre y en
la mujer, pero ¿dónde, en qué colectivos se notaba más o era más evidente?
La discriminación que padecieron las
mujeres en el ámbito laboral fue doble. Por una parte asistimos a una
segregación horizontal u ocupacional en función del sexo. Determinadas
profesiones dentro de estas industrias fueron denegadas a las mujeres, por
ejemplo, todas aquellas relacionadas con la fundición, el tintado, la gerencia,
etc. Por otra parte, y como mencionáramos anteriormente, las mujeres no
ascendían de igual manera que los hombres y encontraban dificultades en su
promoción profesional. Luego, a la hora de desarrollar iguales trabajos y
funciones percibían una remuneración menor, que oscilaba en una rebaja de en
torno al 20-30%. Igualmente ocurría con la remuneración a categoría igual. Las
categorías superiores de las mujeres, como las de encargada u oficiala,
padecieron una discriminación aún mayor en el devengo de sus salarios si lo
comparamos con el de los hombres de igual categoría, menguando entre un 50% y
un 60%.
-Y ¿cómo ha
ido despojándose la mujer de esas cargas?
A través de la concienciación y la
lucha. Muchas de estas mujeres que participaron en las asambleas obreras, a su
vez participaron también en el movimiento feminista representado por la
Asamblea de Mujeres de Vitoria. En ella las reivindicaciones a favor de los
derechos de las mujeres fueron un objetivo constante, tanto en el ámbito social
como laboral en pos de la igualdad. A la par, las amas de casa contribuyeron
también a que los derechos de las mujeres mejorasen ostensiblemente. Muchas de
ellas, reivindicaron su condición de amas de casa sin menoscabo de exigir una
mejora de sus condiciones tanto sociales como laborales y una equiparación real
a los hombres, poniendo en jaque el ordenamiento patriarcal de la familia.
-Amigo, Aritza, ¿nos puedes adelantar en qué estás investigando
ahora, en qué campo? Una vez analizada parte de la esfera pública, ahora la mirada se dirige
hacia la esfera privada, hacia el interior de los hogares. En este contexto,
estoy analizando la desigualdad en los consumos familiares durante el
franquismo en parcelas tan esenciales como la alimentación, la educación, el
ocio, etc. … Esa comunión idílica y unidad de destino
llamada familia, donde imperaba la fraternidad, se descubre como otra
institución o entidad reproductora de discriminación ante las mujeres; así, las
mujeres quedaban subordinadas en el entorno familiar en aspectos fundamentales
de la vida cotidiana y más allá de la subordinación marcada por un régimen como
el franquista y sus leyes profundamente patriarcales.
22126
Las damas de hierro.
La participación de las mujeres en el mercado laboral de Vitoria-Gasteiz
(1950-1975). Aritza Sáenz del Castillo Velasco
334 páginas
16.00 euros
Universidad del País Vasco
Premio Micaela Portilla a la
mejor tesis sobre estudios feministas o de género realizada en la UPV/EHU
durante el año 2013.
Esta obra aborda la historia de las mujeres de Vitoria durante el desarrollismo
franquista y, más exactamente, su participación laboral en un mercado de
trabajo en constante ebullición. Así, analiza las políticas de género del
estado franquista en lo concerniente a la actividad laboral de las mujeres, y
cómo el proceso de industrialización varió la demanda de mano de obra y la
participación de éstas en el mercado de trabajo e incidió en los flujos
inmigratorios femeninos.
Además, estudia en profundidad el desarrollo del sector industrial y la
intervención de las mujeres dentro de él, centrándose en el examen de las
condiciones laborales desde una perspectiva de género y prestando especial
atención a los itinerarios profesionales y a las políticas salariales. Las
mujeres vitorianas aparecen así como sujetos activos que transforman el modelo
de feminidad impuesto y apuestan decididamente por una sociedad más
igualitaria.
Aritza Sáenz del Castillo Velasco (Vitoria-Gasteiz,
1980), doctor en Historia Contemporánea por la UPV/EHU, ha centrado su
investigación principalmente en el análisis de la historia de las mujeres y de
género durante el periodo franquista, con especial atención sobre los
diferentes mercados de trabajo feminizados. Actualmente es docente en la
Facultad de Educación y Deporte del Campus de Álava, donde centra su
investigación en el campo de la Educación para la Ciudadanía desde una
perspectiva de género.
Índice:
1. Introducción.
2. El debate sobre la actividad de las mujeres y la segmentación de los
mercados de trabajo en función del género.
3. Las políticas de género del estado franquista. El modelo de hombre ganador
de pan y mujer ama de casa:
3.1. La legislación como constructora del modelo "hombre ganador de
pan" y "mujer ama de casa".
3.2. El liberalismo económico. El nuevo rumbo en la legislación laboral
franquista.
4. El desarrollo económico en Vitoria y la demanda de mano de obra femenina:
4.1. La evolución del mercado de trabajo vitoriano y el fenómeno migratorio.
4.2. La inmigración femenina en Vitoria (1950-1975): perfiles de las inmigrantes y factores de atracción.
4.3. Las residencias obreras como marco de inserción de las trabajadoras
inmigrantes.
5. Niveles de participación de las mujeres en el mercado de trabajo vitoriano:
5.1. Las tasas de actividad femenina: Un reto historiográfico.
5.2. La tasa de actividad femenina, el ciclo vital y las trayectorias laborales
de las mujeres a través de los padrones.
5.3. Padrones versus fuentes cualitativas. Lecturas disonantes desde las
economías y las estrategias familiares.
5.4. Un ejercicio de aproximación a la reconstrucción de la actividad femenina.
5.5. El Ciclo vital y el ciclo laboral de las trabajadoras. Estudio de casos a
través de los censos sindicales.
5.7. El abandono de la actividad laboral femenina: sus causas.
6. La segmentación de género de los mercados de trabajo:
6.1. Mujeres, hombres y fábricas. La participación de las mujeres en la
producción industrial: la segmentación horizontal.
6.2. La segmentación vertical y las condiciones laborales en la industria
vitoriana: Privilegios o eficiencia.
6.3. Los oficios y las categorías laborales: la segmentación vertical
6.4. El mundo de las categorías sindicales: la valoración de los oficios
desarrollados por las mujeres
6.5. El proceso de capacitación profesional.
6.6. Los itinerarios profesionales y la política de ascensos.
6.7. La selección de las trabajadoras de cuello azul y sus trayectorias
laborales.
6.8. La carrera profesional de los trabajadores de cuello blanco.
6.9. El complejo entramado de la discriminación salarial.
6.10. El salario base: un punto de partida de la desigualdad
6.11. Las primas a la producción: a vueltas con las valoraciones de los puestos
de trabajo y los cronometrajes.
6.12. El salario mínimo interprofesional.
6.13. El "hombre ganador de pan" como sujeto de privilegios
salariales: las prestaciones de carácter familia.
7. Conclusiones finales.
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