Cazarabet conversa con... José Cabañas González, autor de “Cuando se rompió el
mundo. El asalto a la República en la provincia de León. Primera parte: el
golpe” (Lobo Sapiens)
“Contiene esta obra en dos
partes la crónica de los días del 17 al 31 de julio de 1936, en los que se
produce la sublevación contra la Segunda República y el inicio de la imposición
del Nuevo Estado en muchos lugares, entre ellos León, La Bañeza, Jiménez de
Jamuz, Castrocalbón, Astorga, Nistal de la Vega, Villafranca del Bierzo,
Bembibre, Torre del Bierzo, Toral de los Vados, Noceda del Bierzo, Fabero,
Villablino, Boñar, Cistierna, Ponferrada, Cacabelos, Valencia de Don Juan,
Grajal de Campos, Sahagún, Valdevimbre, Mansilla de las Mulas, Palanquinos,
Destriana, Santa María del Páramo, Alija, Mansilla del Páramo, Quintana del
Marco, Urdiales del Páramo, Veguellina de Órbigo, San Pedro Bercianos,
Valderas…, y otros como Hospital de Órbigo, Sabero, Lario, Riaño, Santas
Martas, Villamañán, La Magdalena, Toreno del Sil, La Vecilla… Permite el
recorrido de sus páginas el acercamiento pormenorizado a lo sucedido en
aquellas fechas en las localidades referidas, aún sin contar en la mayoría de
los casos, y en otros (los menos) contado desperdigada y parcialmente, y a las
vidas –y las muertes– de tantos y tantas como protagonizaron tan determinantes
acontecimientos. Muestran ellas cómo se inició en nuestras tierras la tragedia;
el modo en que se perpetró el crimen de rebelión armada contra la democracia
republicana (el fundacional delito de lesa patria del franquismo) por quienes,
triunfantes, aplicarían su «justicia al revés» y amplios, duros y prolongados
castigos a los afectos a aquel régimen legítimo y legal y a cuantos
participaron en las agitadas y decisivas jornadas de la vorágine de julio en su
defensa y en los mayormente breves y débiles conatos de oposición a los
facciosos. Sendos censos onomástico y toponímico de la provincia de León (con
cerca de 3.000 y más de 500 respectivas referencias) presentan al lector las
personas y lugares involucrados en los hechos. Un centenar largo de imágenes de
época y casi 1.200 notas reseñan, contextualizan e ilustran lo que en esta
Primera Parte se narra. Se trata, en suma, de un libro que es mucho más que el
relato más completo y detallado del golpe militar de julio de 1936 en los
pueblos, villas y ciudades de la provincia de León.”
Cazarabet
conversa con José Cabañas González:
-José en este libro Cuando se
rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León. Primera
Parte: El Golpe, analizas e investigas cómo fue y afectó el golpe de Estado
a León, sin dejar un lugar que mirar, localizar…Así en general, ¿cómo le fue a
esta provincia el Golpe de Estado…?
--- Pudiera decirse (y espero que no parezca frívolo) que no del todo
mal. Me explico: el ilegal golpe de Estado fue una desgracia, una inmensa
tragedia para tantos y tantas inocentes, como en todos los demás territorios,
pero en este pudo ser peor, en el sentido de que no triunfó desde sus inicios
en toda la provincia. Entre el 20 de julio, en la capital, y el 24, en
Valderas, los rebeldes se impusieron en todo el centro y el sur provincial. No
así en la franja norte rayana con Asturias, donde los leales resistieron
durante más tiempo, hasta comenzado agosto en algunas zonas, originándose desde
entonces un frente de guerra que se mantuvo hasta la debacle total de todo el
norte gubernamental el 21 de octubre de 1937.
Por lo demás, aquí como en todos los
lugares, el golpe militar de julio de 1936 fue una descomunal hecatombe que
desató la guerra y la posterior dictadura, que trajeron para tantas y tantas
muertes, represión de todo tipo, pobreza, y en suma ruina personal y familiar y
vuelta al retraso económico y social.
-¿Con qué caldo de cultivo favorable a
los intereses de los alzados se encontraron los Golpistas?
--- Durante el periodo republicano, en
la provincia de León los sectores reaccionarios, y los conservadores, no
dejaron de oponerse al nuevo régimen republicano, a sus valores, a sus
pretensiones de mejoras para las mayorías frente a los privilegios de los
menos, ni a las figuras que en la provincia representaban a la República y
encarnaban tales valores (Félix Gordón Ordás, Publio Suárez Uriarte, y otros).
Esa oposición, sobre todo desde la prensa derechista y clerical, se mantuvo
todo el tiempo, y se exacerbaba en los periodos de confrontación electoral. Así
se me puso de manifiesto en la investigación para mi obra del año 2013 Los
prolegómenos de la tragedia, y así lo mostré en su segundo tomo dedicado a
los años republicanos en la provincia leonesa.
En las fechas concretas del golpe de
Estado, en León, como en tantos otros lugares, la trama de la conjura para la
rebelión se extendía por las estructuras militares y de orden público, y
conjurados y proclives para ella estaban mandos de los batallones de Infantería
de León y Astorga, y de la Guardia Civil y de Asalto en la capital y en la
provincia, conspiradores conectados además con redes civiles de miembros de la
Comunión Tradicionalista, Renovación Española, Juventudes de Acción Popular y
Falange, sumados a los insurrectos y colaborando con ellos desde el inicio.
Por otra parte, favoreció
indirectamente a los sediciosos que los notables republicanos y los
responsables del Frente Popular en León, más temerosos de que las masas
desbordadas promoviesen la revolución que de lo que los golpistas planeaban, se
dejaran engañar por estos y participaran a su vez en contener e incluso
traicionar a otros leales.
-¿Y con qué colchón favorable a los
intereses de la República contaban los partidarios y partidarias de la
República?
--- El factor más favorable, e inesperado, de los afectos al
régimen legítimo en León fue la llegada a la capital el 19 de julio por la
mañana de las columnas de varios miles de mineros asturianos partidos de su
tierra para defender la República en Madrid, un hecho que hizo variar y
posponer los planes de los conjurados de alzarse aquel día, empeñados en
sacarlos de la ciudad como fuese y cuanto antes. Tal factor, que no se
aprovechó, y el de, cumpliendo las disposiciones del Gobierno, armar a los
partidarios del Frente Popular para oponerse a la prevista sedición, que no se
ejecutó, pasaron a favorecer a los conspiradores, que, liberados de aquellos
oponentes pobremente armados aunque con dinamita, se echaron a la calle al
mediodía del lunes 20 de julio y se impusieron, no sin lucha, a los de aquel
modo mermados resistentes.
En incumplir lo ordenado por Madrid y
en sabotear y traicionar a los mineros asturianos participaron, como ya dije,
responsables republicanos, fiados de las falsas promesas de lealtad de los
conjurados y recelosos de que los obreros armados pudieran conducir a la
revolución a aquella República, burguesa más que proletaria.
Los
asistentes al homenaje serían después especialmente perseguidos
-¿Había sectores preparados y que
estaban esperando, seguramente atentos a ello, para recibir el Golpe de Estado?
--- En León, en la capital y en localidades como Veguellina de Órbigo
y Valderas, tenían una visión más certera de lo que se avecinaba y del riesgo
de levantamiento de los reaccionarios y lo que ello representaba, los
anarquistas, y los comunistas en menor medida, que los socialistas, estos mucho
más confiados e instalados en el convencimiento de que la sublevación no
llegaría a producirse, por receptivos y crédulos de las falsedades de los
conspiradores.
Tal situación era paradójica, pues
habían sido precisamente los anarquistas los singularmente maltratados desde su
inicio por aquella República que se decía “de trabajadores de todas clases”, y
ellos eran ahora quienes con más ímpetu y ahínco se aprestaban a defenderla,
conscientes seguramente de que si se perdía la República se hundían con ella
para mucho tiempo (como así fue) sus aspiraciones de mejora.
En León, hasta momentos antes de
producirse el golpe militar, se dieron incluso choques entre los confiados
socialistas y los activos ácratas, convencidos de la inminencia de la rebelión
y ante la que exigían armas y medidas, sin que obtuvieran lo uno ni lo otro.
-Seguramente te has encontrado en
lugares de León con que había más facilidad, información y/o
documentación…incluso testimonios ---directos o indirectos--- de aquel Golpe de
Estado del 36 que fue el principio del fin de la República, ¿no?
--- A propósito tengo que decir que, dentro de las numerosas fuentes
utilizadas en esta investigación, han sido privilegiadas dos sobre todo: las
fuentes orales, una buena colección de testimonios recogidos ya desde el año
2003 de personas mayores de mi tierra, muchas de ellas adolescentes o jóvenes
en 1936, que me contaban sus recuerdos de entonces, y la fuente documental de
los Sumarios a los que la justicia militar de los sublevados vencedores sometió
a tantos y tantas leales a la República en infinidad de lugares de la provincia
leonesa.
Pasan de 500, las causas judiciales
estudiadas, bien extensas algunas, y los datos que estas dos ricas fuentes
aportan, con los obtenidos de otras, componen un relato que es sin duda ahora
mismo el más completo, actual y detallado sobre cómo se desarrolló el golpe de
Estado de 1936 en un sinnúmero de pueblos, villas y ciudades de la provincia de
León, una narración de hechos y sucesos en una gran medida, y para la casi
totalidad de las poblaciones estudiadas, desconocidos hasta ahora.
Pero no solo nos hemos ocupado de
contar el golpe militar. Para prácticamente todas las localidades mostramos
además cómo se comenzó a construir y asentar en ellas el nuevo régimen
fascista, y hacemos también un avance en el tiempo siguiendo las trayectorias
posteriores de muchos y muchas de quienes participaron en la sublevación,
propiciándola o sufriéndola, revelando el futuro de no pocas ni cortas
represiones que se destinó a unos y las prebendas y cargos con los que en pago a los servicios prestados se
benefició a los otros, a los muchas veces victimarios que, por cierto, hemos
tenido especial cuidado de, con sus “méritos”, nombrar en esta obra, al igual
que nos hemos preocupado de que quede memoria de las mujeres que por sí mismas
o vicariamente padecieron injustas represalias, víctimas estas a veces
olvidadas.
Jura de lealtad a la bandera en
el leonés Cuartel del Cid. Engañados sacaron los golpistas a la calle a muchos
soldados de reemplazo
-¿Qué has aprendido de los valores que
dejó la República analizando el golpe de Estado? ; ¿algunos de estos valores,
aun siendo arrinconados por los golpistas, perduraron…?
--- Es indudable que los valores republicanos, defendidos por tantos y
tantas a costa de tanta sangre y de tanto dolor, perduraron, hasta el punto que
algunos de ellos arramblados por los facciosos fueron después recuperados, y
que muchos de los avances y los derechos de hoy en día fueron entonces sueños y
utopías anheladas por quienes trajeron a este país y defendieron aquella
primera democracia. Unos derechos, los de hoy, que la historia nos enseña que
pueden en cualquier momento sernos arrebatados, enseñanza que entiendo de
importancia actualmente, cuando vuelve el fascismo, el mismo de siempre, tan
desastroso como el de antaño por mucho que se vista ahora con pieles de
cordero.
Tengo que decir que en este trabajo me
ha vuelto a impresionar el descubrir como en medio de los tiempos y las
situaciones más difíciles y oscuras, brillan episodios, y no pocos, de
solidaridad y de ayuda a los perseguidos, por encima incluso del evidente
peligro que ponerse de parte de ellos representaba.
-En esta primera parte de cuando se
rompió el mundo te centras en el golpe de Estado y en aquellas tres primeras
semanas que viendo el resultado final debieron ser algo más que frenéticas,
¿no?
--- Ciertamente lo fueron. Ya en mi primer acercamiento a la altura
del año 2005 a las fechas del golpe de julio del 36 en una sola localidad, La
Bañeza, la impresión que me quedó sobre lo entonces sucedido fua la de
“vorágine”, y así lo plasme en el título del libro publicado cinco años más
tarde. Tal impresión, de caos, frenesí, improvisación, se me ha multiplicado
sobremanera ahora, al enfrentar y narrar los sucesos de aquellos días en tan
amplio número de poblaciones de la provincia de León, en las que, como no podía
ser de otra manera, los sucesos en unas y otras estaban interrelacionados y
condicionados entre sí, y supeditados y en relación a lo acontecido en otros
lugares más o menos alejados: Madrid, Valladolid, Coruña, Oviedo…
Los propios acontecimientos en cada
localidad son enrevesados, y cambiantes por momentos. Una muestra: derechistas
que en la mañana del 20 de julio están siendo cacheados, registradas sus casas
y desposeídos de sus armas, detenidos y encarcelados por fuerzas de orden
acompañadas de izquierdistas, son ellos mismos por la tarde, liberados tras
imponerse las fuerzas golpistas arribadas, quienes hacen lo mismo con sus
captores de hace un poco, en un escenario de guardias y vigilancias, patrullas
por las calles, requisas de vehículos, gentes que se esconden o huyen para
evitar la detención, enfrentamientos armados y escaramuzas entre facciosos y
leales…., una babélica agitación que dura varias semanas y que en la parte de
León sometida a los triunfantes alzados va progresivamente cediendo, manu
militari, a favor del orden de los cuarteles y las cárceles y de la paz de los
cementerios.
No tardaría el aeródromo
leonés en acoger a los aviadores y
aparatos de la hitleriana Legión Cóndor
-¿Cómo se organizaron los golpistas en
las principales ciudades leonesas?
--- Una vez que se imponen, instauran un modo de vida que es desde el
principio la que corresponde a un “régimen de cuartel y sacristía”, hasta tal
punto que, para la narración de lo que sucede en la ciudad de León en las
fechas del 25, 26, 27 de julio, he titulado algunos de los apartados aludiendo
al carácter de urbe del todo bélica que entonces es, llena de tropas que vienen
y van, y de cuarteles, muchos improvisados, para alojarlas; también de
cárceles, varias habilitadas, que encierran a los desafectos. Aludo además a
que se muestra, según las fuentes que utilizo, como una “ciudad fascistizada”,
en la que se impone ya el saludo a la romana…, y llena de “escapularios y
medallas”, con masivas asistencias a Te deums y misas de campaña….
Vale lo anterior para las demás
ciudades, villas y pueblos de la zona de la provincia que ya llaman “nacional”.
La vida es desde el triunfo golpista
casi en todo militar. En cada lugar con cuartel de la Guardia Civil es esta la
autoridad. Hay en cada villa cabeza de partido judicial un militar delegado del
Gobierno Militar, que a la vez lo es de Orden Público, y en las ciudades de
León, Astorga y Ponferrada (también en Villafranca) rige la vida la Comandancia
Militar. En las tres urbes citadas se establecen Juzgados militares que
celebran consejos de guerra, muchos colectivos, “a destajo”, que van llenando
de fosas comunes los cementerios y de leales las abundantes y abarrotadas
prisiones…
-¿Cómo ha sido reconstruir o construir el relato narrativo cuando
seguro que te has encontrado con versiones contradictorias?
--- Así ha sido en bastantes ocasiones. Contradicciones he hallado,
sobre todo, para los mismos hechos, entre la versión franquista de lo sucedido
y lo que a la luz de las fuentes utilizadas, objetivas, rigurosas y solventes
(muchas veces los mismos sumarios de los vencedores) ocurrió. También las he
encontrado entre relatos o memorias conservadas en descendientes o familiares
de los derrotados y lo realmente sucedido. En ambos casos he contrapuesto un
relato con el otro, mostrando las falsedades o tergiversaciones de los mitos,
unos y otros, aún mantenidos, dejando que, con todos los datos, quien lo lee
saque sus propias conclusiones. Así lo he hecho con mitos franquistas como los
del martirio de tres enfermeras astorganas en el frente de Somiedo en octubre
de 1936 (mostrando que no fue tal); la anterior instigación de las citadas
enfermeras en el asesinato de dos milicianos enviados a parlamentar con las
fuerzas rebeldes (que no se dio); la muerte el 20 de julio de un niño por los
republicanos cercados por los golpistas en el Ayuntamiento de Astorga (muerto
en realidad por una bala rebotada de los sitiadores), y los fallecimientos el
día 21 de sendos falangistas en Astorga y La Bañeza, achacados a disparos de
izquierdistas en uno y otro lugar (víctimas ciertamente de “fuego amigo”).
También encontré versiones diferentes
para algunos de los intrincados sucesos de aquella fecha, como el cerco que
mineros asturianos y del Bierzo realizan el mediodía del 20 de julio del
cuartel de la Guardia Civil de Ponferrada, varias para este hecho y todas
recogidas, pues los matices y añadidos de unas y de otras alumbran, detallan y
completan el conocimiento de lo sucedido.
Astorga, 1938.
Fotografía de la feria de ganados tomada
por un soldado de la Legión Cóndor
-¿De qué fuentes documentales,
testimoniales y demás has podido beber?.- Después te has encontrado con un
trabajo ingente y muy exigente, ¿cómo te lo has hecho esta vez?
--- Que el trabajo ha sido ingente lo certifica el tiempo que
le he dedicado (va para casi nueve años) y la envergadura del resultado para
esta Primera Parte (828 páginas, referencias de casi tres mil personas y más de
quinientos lugares provinciales, un centenar largo de imágenes de época, y mil
doscientas notas a pie de página), parejo al que será el de la Segunda Parte.
De la exigencia y la rigurosidad con las que lo he acometido doy fe.
Laborioso ha sido tejer, incardinar en
cada párrafo, los datos y la información sobre lo que se narra provenientes de
las diferentes fuentes, a veces numerosas, buscando que “las costuras” no se
noten y que el relato no resulte árido al lector o lectora.
Hemos estructurado el contenido de las
dos partes de la obra cronológicamente, y con tal criterio, si bien sin
excesiva rigidez, se va presentando lo acontecido en cada uno de los días
sucesivos en las ciudades, villas y pueblos estudiados, atendiendo unas veces a
la fecha en la que en ellos se inicia el golpe de Estado, y otras a aquella en
la que son sometidos o tomados por las fuerzas golpistas.
-¿Salen cosas aquí en esta
publicación, que nunca habían salido publicadas…qué nunca habían sido contadas?
--- Así es; y no pocas. Sobre el periodo tratado en esta obra para la
provincia de León no se ha publicado mucho. Nada para la mayoría de las
localidades estudiadas. Sobre la ciudad de León hay obras anteriores,
desperdigadas y que lo abordan parcialmente. Aquí recopilamos y unificamos todo
lo conocido hasta el presente, lo anterior y lo novedoso que ahora aportamos.
De las demás, una obra de 2006 sobre
Grajal de Campos, que trata muy parcialmente del golpe allí. Algo en alguna
breve publicación y algunos artículos sobre Ponferrada, y lo segundo sobre
Astorga, y prácticamente nada hasta ahora sobre la cuarentena larga de
restantes localidades. Lo poco editado sobre las menos de las poblaciones
estudiadas han sido fuentes para esta obra, que es de este modo y hasta el
momento del todo novedosa para las más de aquellas, y para las menos la más
actualizada y completa. Una obra “de singular importancia para el conocimiento
de la historia reciente de la provincia de León”, según los responsables del
Instituto Leonés de Cultura (ILC), entidad que junto con algunos ayuntamientos
ha colaborado en su edición.
En el acercamiento a los hechos de
aquellos determinantes días constatamos algunas realidades hasta hoy ocultas o
veladas: La importancia del levantamiento del Aeródromo de León para el
resultado de la sublevación en la capital. La trascendencia de la actuación de
la Guardia Civil en la capital y en la provincia, y la de su retardado
alineamiento con los rebeldes para su triunfo, en la provincia y en el noroeste,
y en el desarrollo de la guerra. El transcurrir del golpe en la capital de modo
más violento y destructivo de lo que contaron después los vencedores, que lo
justificaron con un relato tergiversado y falso ya desde los primeros días. Fue
el golpe en León mucho menos aceptado de lo que se dijo, y una vez
materializado tuvo en bastantes lugares más contestación, oposición e incluso
respuesta armada y ofensiva de lo que la Historia oficial ha mantenido. Resulta
llamativa la abundancia de “topos” en muchas de las localidades estudiadas,
desde los primeros tiempos del golpe militar.
“Carboneras” que se atrevieron a
desafiar al Régimen por más justas condiciones de trabajo y por su derecho al
pan
Además de la “deconstrucción” de los
mitos antes señalados y su sustitución por información objetiva, veraz,
rigurosa y contrastada, desvelamos también en esta obra (entre otras muchas
novedades) las apenas conocidas peripecias de la columna de mineros de paso por
León (engañados aquí y en Astorga y Ponferrada) desde Asturias hacia Madrid, en
la ciudad y en los demás lugares del que fue su recorrido hasta regresar a su
tierra desde Benavente, una expedición cuya presencia fue crucial aquellos
días, y de la cual apenas se conocía poco más que el esquema del trayecto que siguió.
-¿Las víctimas de aquellas primeras
tres semanas del golpe de Estado fueron los y las más confiadas /os,
ingenuas/os?
--- Hay que comenzar diciendo que el golpe militar sorprendió a la
mayoría de quienes lo sufrieron, y también a muchos de los otros. Las gentes
carecían de referencias, ni siquiera aproximadas, sobre la desmesura de la
tragedia que con el golpe se les venía encima. La más cercana, la de octubre de
1934, comprobaron después que se les quedaba tremendamente corta…. Ello
contribuyó a que, efectivamente, ingenuas y confiadas la mayoría de ellas, sus
previsiones se quedaran inmensamente cortas, tanto en la duración del
acontecimiento y su deriva en guerra civil y dictadura como en la envergadura
de la represión que por tanto tiempo perpetrarían los vencedores, y así, aquí,
como en otras muchas latitudes, abundaron quienes creyeron que la situación iba
a durar unos días, resolviéndose en el peor de los casos con represalias
parecidas a las desplegadas entonces (dos penas de muerte ejecutadas y 30.000
presos en todo el país fue el balance de octubre; pronto solo el número de los
recluidos en León superaría aquella cifra).
El doblemente traidor Aranda, en el frente de León en septiembre
de 1937, ya general de las fuerzas “nacionales”
También confiaron muchos, y rehusaron
esconderse, porque no habían causado mal alguno y nada temían ni nada habría de
pasarles… Fiaron otros tantos en las promesas de los triunfantes facciosos de
que no castigarían a quienes sin haber cometido crímenes se entregasen, y
pronto hicieron de no pensar como ellos delito que merecía poblar cárceles,
fosas y cunetas.
En León entre tales víctimas incautas
y cándidas se contaron algunos de los responsables republicanos antes aludidos,
más crédulos de las falsedades y el perjurio de los conspiradores para el golpe
que de los avisos de quienes tenían más clara visión de lo que se tramaba,
seguramente arrepentidos de no haber reaccionado a tiempo cuando al poco se ven
arrojados en inmundas prisiones y en el paredón ante los inmisericordes fusiles
de los sublevados, que les segaban los sueños y la vida.
-Después de Cuando se rompió el mundo. El asalto en la República
en la provincia de León. El Golpe… te queda la segunda parte, la guerra,
¿cómo lo llevas?
--- Aún estamos trabajando en la Segunda Parte: La Guerra, de
esta obra, confeccionando el amplio censo de personas (más de 3.500 en este
caso) que, con nombres y apellidos, transitan por los variados escenarios en
los que se desarrollan los hechos que en esta parte se narran (de nuevo son más
de 500 los lugares del censo provincial), e incorporando al relato algunos
nuevos datos de una Historia siempre viva e inconclusa, recogidos de algunas
personas que en localidades en las que venimos presentando la Primera Parte se
nos acercan y nos cuentan sucedidos de entonces en su familia o en su pueblo.
Confío en que en torno al inicio del
próximo febrero de 2023 podamos ofrecer la Segunda Parte a los interesados en
ella.
-¿Qué pretendes con estos libros…que
reflexionemos sobre nuestra historia pasada más trágica y reciente?
--- Creo que ante todo pretendo conocer yo lo sucedido, y a la vez
posibilitar a otros conocer lo que ocurrió en nuestro cercano y trágico pasado,
por incomodo que pueda resultarnos. La necesidad de conocer tiene que ver sin
duda con el hecho de ser yo descendiente de asesinados y desaparecidos por el
fascismo en aquellos aciagos días, y con la circunstancia de formar parte de
una familia en la que, como en tantas y por diversos motivos, apenas se contaba
nada sobre quienes “habían muerto en la Guerra”. La de contarlo surge al
descubrir hace años el abismo entre la versión de los golpistas de lo entonces
sucedido –aún hoy tan extendida– y lo que realmente sucedió.
Mientras tantos aplaudían y
apoyaban “la Cruzada”, algunos, como Felipe García Prieto, “topo” en Astorga
tratando de evitar –inútilmente- la represión de los golpistas, seguían
clamando contra la guerra
Por otra parte son reconocidos
derechos de las víctimas de toda violencia los de la Verdad, la Justicia, la
Reparación, y la Garantía de no repetición. A quienes lo fueron de los
sublevados además de asesinarlos los condenaron al olvido, y con la falaz y
tergiversada historia que hicieron oficial (no solo aplicaron una “justicia al
revés”, también dieron la vuelta a la Historia), ensuciaron además su honra y
su memoria. Me mueve también el deseo de reparar y hacer justicia, aunque sea
solamente poética, a tantos hombres y mujeres inocentes, los mejores de sus
generaciones, los más íntegros y comprometidos, denigrados o borrados del
recuerdo colectivo, mostrando sus méritos, que no fueron pocos, y rescatándolos
del injusto olvido en que tantos de ellos yacen todavía.
En cuanto al derecho a la Verdad, creo
que más allá de serlo de las víctimas, entendidas como tales también los
familiares de las que lo fueron directas, asiste además a la actual sociedad el
derecho a conocer cual fue con la mayor veracidad posible su pasado, el de las
víctimas y el de los victimarios, el de saber de las atrocidades de todo tipo
impunemente cometidas en aquel régimen fascista propiciado por el a todas luces
ilegal golpe de Estado de julio de 1936, también para que, conocidas, podamos
evitar que se repitan .
-Por cierto, el título del libro,
recordemos de dos partes—ésta que ha salido sobre el golpe y la que queda sobre
la guerra—es muy, muy acertado… ¿cómo se te ocurrió?
--- En cuanto al título elegido, repasando las entrevistas efectuadas
a lo largo de varios años a personas de edad de La Bañeza y pueblos de su
contorna que vivieron los acontecimientos de aquel para tantos y tantas trágico
y nada plácido periodo, volví a encontrarme con la realizada a Nieves Carbajo
Vidales, de Destriana, en junio de 2009 en Santa Marta de Tera (Zamora), cuando
la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) exhumaba allí
los restos de su padre y otros tres jornaleros de aquella villa asesinados el
22 de agosto de 1936, quien para referirse a los días iniciales del golpe y de
la guerra civil en su pueblo y en nuestra tierra comenzaba diciéndome: –Cuando
se rompió el mundo…, una contundentemente descriptiva y muy gráfica
expresión que se ajusta a lo que en la obra se trata, y que igual o parecida,
encontré después en boca de muchos y muchas para quienes desde entonces todo
giró en torno a aquel punto de inflexión, brecha y ruptura en sus biografías,
con el que, arrastrado por el vendaval de la sedición desapareció de cuajo y
hundido para siempre el mundo que todos conocían, y que inauguraba para tantos
un dilatado tiempo de atrocidades y desdichas no tan ajeno ni lejano.
-¿A León le hace falta dignificar la
memoria histórica con un ejercicio de reflexión hondo, profundo más o menos que
en otros lares?
--- Creo que, como mínimo, se precisa
en León hoy ese ejercicio en el mismo grado que en otros lugares, dado el
creciente y extendido auge del fascismo, un sistema que, para ser reconocido en
su esencia, sus métodos y sus resultados no precisa que se mire lejos de
nosotros, basta con enfocar a nuestra propia y cercana historia y extraer las
pertinentes conclusiones.
28 de agosto de 2022.
Presentación en el Patio del Museo del Bierzo (Ponferrada), antigua Prisión de
Partido
Quizá en León sea necesario que esa
reflexión ahonde y profundice algo más, a juzgar por realidades específicas de
allí como son las de tener en la capital una antigua Prisión Militar y Campo de
Concentración de Prisioneros de Guerra, el de San Marcos, uno de los más
aflictivos y crueles de la extensa red de campos que el franquismo sembró por
todo el país, que no dispone hasta la fecha más que de una pequeña placa que
como tal lo identifica, colocada por los responsables de los poderes públicos,
más de mala gana que de buena y presionados por la sociedad civil, y escondida
en un lugar ajeno al acceso de quienes hoy visitan el mismo edificio, actual
Parador de Turismo, y en una de las villas provinciales, Valencia de Don Juan,
otro Campo de Concentración, el que se estableció en los que eran Talleres Casa
Ponga, en una de sus edificaciones transformada con los años en viviendas y
cuya estructura externa aún se conserva, carente este Lugar de Memoria de todo distintivo
o atisbo de inscripción que muestre a los actuales ciudadanos lo que fue y el
uso que se le dio, y recuerde, honre, y mínimamente repare a los muchos
inocentes que también injustamente allí penaron.
José
Cabañas González
Ourense, octubre de 2022
+ info en
www.jiminiegos36.com
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)