La
Librería de El Sueño Igualitario
Contar historias:
cuando lo bello puede ser casi explosivo.
Conversamos con personas que dedican su tiempo
vital o buena parte del mismo a contar lo que pasa, en el que quizás sea, como
dice José Martí Gómez, El oficio más hermoso del mundo.
El periodismo es el oficio de contar lo que
pasa. De contar lo que pasa y de algo más. Ese “algo más” consiste en hacerse,
de manera constante, preguntas: preguntándote si lo que te están contando es la
verdad—la mayoría de las veces no es que te mientan, sino que se esconde
información, una manera diferente de mentir—y otro es poner interrogantes en
muchas cuestiones e intentar aclararlas porque quien lea un artículo debe
quedarse saciado del tema, informado. Debes darle al lector lo que quisieras
leer tú. Debes rellenar todas tus dudas.
El periodismo puede que sea el oficio más
hermoso del mundo, pero hay que estar “alerta” en cada segundo de la jornada
laboral y la jornada laboral de un periodista se sabe cuándo empieza, pero muy
a menudo, nunca cuando va a terminar.
El periodismo, como otros oficios es, además,
desarrollar ejercicios de superación, de aprendizaje, de ética, de oficio. De
saber del compañerismo y porqué no
humanidad y compromiso. Sin compromiso no existe el periodismo.
Por todo esto y por la importancia que tiene y
que debería tener, hay más necesidad de reivindicarse desde este oficio porque
periodismo es contar lo que pasa, pero con el compromiso para con la
ciudadanía, la humanidad y para con el periodista mismo. El arma que tienen los
periodistas es esa capacidad de saber hacer las preguntas allá donde deban y
acertar cuándo hacerlas. Acertar el momento, la situación y saber desentrañar
las situaciones para, desde éstas, intentar realizar las mejores cuestiones.
Nos acercamos, en este artículo a unos cuantos
profesionales relacionados, de diferente manera y desde diferentes
perspectivas, con la información. Nuestros protagonistas, hoy y en este
artículo son cinco plumas; unas más relacionadas con el periodismo de
trinchera, de ruedas de prensa locas, de horarios distribuidos como los
perdigones de una escopeta…es el periodismo local y comarcal del que nos
hablarán , un poco más, Alicia Coscollano, periodista comarcal desde el Baix Maestrat y editora de La Calamanda
desde Benicarló y todos sus alrededores; Jordi
Maura, en la actualidad en el área de prensa de Compromís
, pero que ha pasado por multitud de medios del norte de Castelló y de Eivissa, editor, también, del 3x4; Emili Fonollosa , corresponsal de Vinaròs para medios como El Mundo y editor de Vinaròs News, Pere Rusinyol, periodista y colaborador de medios como Mongolia
y Alternativas Económicas, y Gil Toll,
periodista y editor de documentales en TV-3.
Además, agregamos a estos testimonios directos
varios Conversas con que nosotros hemos ido manteniendo como libreros,
dedicados al mundo de la difusión cultural. Libros que, cada uno a su manera,
dan una visión sobre el estado de este oficio, cómo se encuentra, a qué
aspira…libros que hablan desde la crítica, pero también desde la esperanza.
Dividimos, también, el artículo en una serie
de temáticas que van desde la vocación y a cómo es el periodismo comarca y
local, pasando por los “sabores y los sinsabores”, el peligro del periodismo
con el “divismo, el compañerismo, los periodistas como “consumidores” de
periodismo o el “santo grial de la verdad y la objetividad”.
Sobre la vocación:
Nos comentaba Emili Fonollosa. “Mucho, ¿a quién no le gusta
contar historias? ¿y si esas historias consisten en
relatar la vida real para que los demás conozcan aquello que no saben y tú sí?
(…)Te llevas una enorme satisfacción cuando alguien dice que gracias a ti, ha
sabido o ha visto algo que ha sucedido en su entorno. Es como un servicio que
haces a la sociedad, una sociedad bien informada, es una sociedad más culta,
con más criterio. Sobre la vocación Jordi
Maura lo tienen muy claro y afirma que ésta ocupa: “Un porcentaje muy
elevado. Te tiene que gustar mucho este trabajo para seguir realizándolo
después de sopesar los pros y los contras. La balanza de lo negativo pesa mucho
más que lo positivo (salarios, precariedad, robo de vida personal y familiar,
problemas judiciales, aportación de capital, costes sociales y laborales…). Por
eso es necesario que lo vocacional (la necesidad de explicar cosas, mostrar lo
que has descubierto, esa información sensible que has conseguido y ver la
satisfacción de los resultados), compense este desequilibrio. De lo contrario
no habría periodistas. Es un trabajo que, a pesar de los pesares, te emociona
(…) Efectivamente, vas por la calle y ves noticias. Te haces preguntas como qué
le preguntarías a los políticos, pedirías opiniones a la gente o tratarías de
indagar qué está pasando. Es como un gusanito que tienes en el cuerpo y sale de
vez en cuando”. Aquí matiza: “yo estudié Gestión y Administración Pública una
titulación que me ha permitido hablar de Urbanismo, de Derecho, de Economía con
cierta soltura, pero siempre me han gustado las tecnologías, las cámaras
digitales, las de video, los ordenadores y poco a poco me fui poniendo en un
mundo en el que me manejaba bien y del que ya no he salido hasta ahora. He
realizado cursos de formación de periodismo digital y talleres varios”
Nos dice y comenta Alicia Coscollano
al respecto de la vocación: “En mi caso lo que puedo decir es que, como vengo
del ámbito de la escritura, ya parto de una necesidad de contar, de transmitir
historias. Hace más de 16 años que estoy en el mundo del periodismo, empecé en
el periodismo cultural y como columnista, y luego fui extendiendo el área de
influencia hacia actualidad política. Y desde entonces no lo he dejado. Lo que
sucede es que no es solamente el hecho de contar la noticia, sino todo el
ritual que la rodea. Una simple pregunta puede simbolizar el grado de “veneno”
que contiene la profesión, y sería esta: ¿cuántas veces miras el móvil a lo
largo del día? Para mí, sin embargo, escribir –hablo de narrativa o poesía-, es
una necesidad. Otra cosa es la necesidad de estar en el sitio adecuado en el
momento justo. Un resorte que te da el oficio y que nace de una necesidad e
incluso de un lugar del cerebro diferente, seguramente”.
El periodista Gil Toll reflexiona sobre el concepto y
el calificativo de la vocación: “Bueno, se puede ejercer el periodismo sin
vocación, conozco muchos casos, como en cualquier profesión. En mi caso sí
puedo decir que tengo vocación e intento llevar el ejercicio profesional a su
plenitud. Es un tipo de trabajo del que, si quieres, puedes estar siempre
pendiente, no se termina con la jornada laboral (…) Es apasionante si tienes
curiosidad y te interesa la vida de los demás, su trayectoria en la vida que
tenemos, la justicia social, la política, la economía. En fin, cada uno tiene sus
motivaciones e intereses.”
Sobre el oficio
de periodista
Emili
no es periodista
de oficio, es maestro. Así que matiza: “No es mi oficio ni nunca lo he considerado, mi oficio y del que
disfruto tanto como del periodismo, es la ocupación para la que me preparé en
mi etapa estudiantil y la ocupación por la que me gano mi sustento económico,
es decir, maestro. El periodismo es mi pasión, mi vocación frustrada, llámalo
como quieras (...) Desde que comencé a
ejercer como maestro, me entró la vena periodística y desde entonces me
considero afortunado porque he podido compaginar la labor docente con esta gran
afición. Recuerdo que una de mis primeras crónicas fue la visita del conseller de Educación al recién inaugurado colegio “Manuel
Foguet” de Vinaròs que fue,
precisamente, mi primer destino profesional.
Jordi Maura, no habla de sus comienzos como
periodista: “En la universidad empecé a colaborar con una revista universitaria
a partir de mi participación como claustral en los inicios de la Universitat
Jaume I de Castelló. Carmen Hernández, una periodista de El Mundo de Castellón
me ofreció colaborar con noticias de Benicarló y ya no he salido de este mundo
de la comunicación, a pesar que mi perfil estaba básicamente orientado hacia la
administración pública. Carmen tuvo la culpa.
Reflexiona Alicia Coscollano: “Creo que el oficio me
eligió a mí. Yo siempre he querido escribir y ser escritora, o poeta. Ni en mi
infancia ni en mi adolescencia pensé en el periodismo. Fue algo posterior, una
derivación natural, por así decirlo”. Sobre su trayectoria nos explica: “Es
amplia y agridulce como una ensalada china. Cabe desde lo ingrata que es a
menuda la profesión, como lo vilipendiada que está socialmente. También cabe,
por supuesto, los momentos en los que crees que has llevado a cabo un buen
trabajo y la satisfacción que sientes a nivel personal. No creo, de todos
modos, que seamos el cuarto poder. Ni siquiera un quinto o un sexto”.
Nos cuenta Gil Toll sobre la elección de este oficio
y lo que encuentra y ha encontrado en él nos explica: “Trabajar como periodista
es un privilegio si tienes esa curiosidad por las cosas. Tienes asiento en
primera fila del escenario de la vida de tu comunidad, ya sea un pueblo o una
gran ciudad. Puedes acceder los protagonistas de primera mano, estar en el
meollo y, claro, eso se puede echar a faltar si lo dejas (….)La
verdad es que imité a un compañero que lo había decidido antes que yo cuando
ambos estábamos estudiando el COU. Después vi que sí, que coincidía con mi
afición por la lectura y la escritura y con esa curiosidad por las cosas de la
vida que también me contagió mi padre (….)Empecé muy
pronto, al terminar el primer año de carrera un periodista amigo de un hermano
mío me propuso asumir la corresponsalía del diario Avui
en Lleida. Yo lo acepté alegremente y unas semanas más tarde me propusieron
también trabajar en el diario local La Mañana. Fue un curso intensísimo, me lo
pasé muy bien, pero decidí volver a estudiar y terminar la carrera. Tras una
serie de trabajos menores, cuando tenía 22 años me presenté a unas pruebas de
selección en TV3 y me contrataron. Desde entonces estoy en la cadena, primero
en los informativos diarios haciendo información económica y desde hace 12 años
estoy en el programa semanal de reportajes económicos Valor Afegit”.
Sobre la
competencia, sabores y “sinsabores”:
Como en todos los trabajos en periodismo te da
mucho, pero te quita. Nos explica Emili Fonollosa: “Esta “afición”, no “profesión”, me ha
deparado la posibilidad de conocer a muchas gentes, entidades, formas de
pensar, formas de hacer, puntos de vista, etc. No me atrevo a decir “lo mejor”,
hay tanto de bueno… Sin sabores los ha habido, por supuesto, desde aquellas
personas a los que no les gusta haber sido protagonistas de tus noticias, hasta
los errores que como humanos hemos cometido, aunque los que más duelen son los
que se cometen sin haberlos hecho tú,
pero los lectores acaban responsabilizándote a ti por ser tú quien firma
la información”. Sobre la competencia dentro de este mundo nos explica Emili Fonollosa:
“En la prensa, por encima de la competencia, siempre he tenido el compañerismo,
la amistad, tal vez he visto la
competencia como un acicate para ser mejor, nunca como una carrera en la que
intentas ir por delante de todos. El practicar el periodismo como una afición
me ha ayudado a vivirlo sin esa tensión constante de intentar siempre llegar
antes o ser siempre mejor que los otros.(…)
En ningún momento me he considerado un intruso, siempre he tenido una
excelente relación con los profesionales de prensa en Vinaròs
y comarca. Siempre he tenido la sensación de contribuir a completar y no
quitar, dentro de mis modestas posibilidades, la labor informativa de los
profesionales, con los que me une una gran amistad y aprecio. El hecho de que
no sea el periodismo mi “modus vivendi” contribuye a que no tenga yo la
sensación de que se me esté considerando un “intruso”.
Jordi
Maura nos acerca a
aquello que le ha deparado más satisfacciones:” Entre las cosas buenas me quedo
los amigos que he hecho a lo largo de estos 15 años por las comarcas de Els Ports, el Maestrat,
la Tinença de Benifassà i
les Terres de l’Ebre. Nos
hemos jugado el tipo en los sucesos pero hemos aprendido mucho de la vida.
Compañeros periodistas, ganaderos, políticos, artesanos, asociaciones… por
suerte tenemos un buen potencial humano en estas zonas periféricas.”. Pero
también nos acerca a los “sinsabores”: “Bueno, lo peor tal vez sean las
presiones a las que en ocasiones te ves sometido. A los chantajes, amenazas,
insultos, querellas. Por fortuna nunca me han condenado a nada, lo que
demuestra que he trabajado con rigor, veracidad y ética. Los peores momentos
los pasé cuando prescindieron de la corresponsalía comarcal de Canal 9, un
anticipo de lo que después ocurriría y del final de las emisiones tanto de la
tele como de Ràdio 9, donde colaboraba. El cierre de
medios y pérdida de puestos de trabajo a partir de 2007 ha sido lo peor de
todo. También la pérdida de dos compañeros de trabajo –Carlos y Carmen en
accidente de coche- fue un momento duro.” Aquí Jordi Maura hace una puntualización: “La crisis ha hecho mella en
el sector de la prensa. Hay mucho nerviosismo entre los periodistas, que suelen
estar sobrecargados y encima mal remunerados. Los medios cada vez exigen más.
Ya no sólo es necesario escribir artículos, sino que hay que hacer fotos,
grabar en vídeo y ser un verdadero periodista multimedia que, si puede, debe
pasar en tiempo real las informaciones a las redacciones. Todo ello a cambio de
un mísero sueldo. Y esto acaba afectando a sus relaciones profesionales, a la
competencia y en definitiva a su propia vida. Sí que es cierto que hay gente
que se cree divina, pero no es lo habitual en este sector por lo menos a nivel
de comarcas. Suele ser gente bastante maja, a pesar que en estos momentos haya
confusión al no saber hacia dónde vamos (….) Es muy triste la calidad del
trabajo, la remuneración que reciben y las dificultades de ser freelance en una comarca periférica. Pagar autónomos,
impuestos y hacerte cargo de todos los gastos sin nadie que te tire un cable,
son ejemplos de las dificultades del periodismo comarcal hoy en día. (….)Pues
si hemos asistido a desgracias, noticias positivas, alegres, a fiestas, a
descubrimientos, incluso terremotos, sacrificando muchas horas de vida familiar
por cantidades indignas. No hubiese estado tantos años en este oficio si no
hubiese sido por el gusanillo de contar cosas lo mejor posible, dándole mi
visión y contando las cosas que a mi te gustaría leer en una pantalla u hoja de
periódico. Ha sido mi criterio personal. ”
Nos comenta Jordi Maura más sobre el oficio de periodista:” Es un oficio para
volverse loco. Hay días que te preguntas por qué no sacaste esto. Otros días te
piden aquello, cuando quieres escribir de otra cosa. O ves prioritario un tema
que ellos no lo creen importante. En ocasiones se valora más el trabajo de otro
corresponsal cuando tú ya habías hablado de ese tema y supongo que también debe
pasar al revés, lo que acaba influyendo en la relación entre compañeros. A
veces no sabes por dónde cogerías a tus superiores. Mi conclusión es que es un
oficio tan desagradecido como apasionante”.
Sobre los sabores dulces de este oficio,
remarca Alicia Coscollano:”
Como he mencionado antes, poder conocer a personas diferentes, que no es un
trabajo rutinario, que debes ofrecer lo mejor de ti. Especialmente, y en el
caso del periodismo cultural, cuando consigues transmitir la emoción que te ha
producido alguna propuesta. También compartir con otros la pasión por la
palabra. Los reportajes, por ejemplo, y las entrevistas, son un terreno en el que me muevo muy cómodamente.
El reportaje no deja de ser literatura, aunque los hay de diferentes grados. No
deja de ser un cuento o un relato breve. La entrevista, para mí, siempre es un
retrato”. Y sobre los “sinsabores: “Los
horarios medievales, los salarios de risa, el poco respeto hacia la profesión.
La delgada línea entre publicidad e información, entre otras cosas”.
Gil Toll,
también habla de lo bueno y de los “sinsabores”, sobre lo primero: “Conocer a
fondo la realidad de mi país, destruir unos cuantos de mis prejuicios a base de
tratar con personas de diferentes ideas para abordar los temas que me
interesan” y sobre esos “sinsabores”: “Bueno, a veces te defrauda el hecho de
que la pasión que pones no se corresponda con un interés de la audiencia.
También hay momentos malos en la vida dentro de la empresa, pero
afortunadamente son, en mi caso, pocos”. Matiza, además sobre el trabajo en
este oficio: “Sí, especialmente en información económica hay que estudiar
mucho, leer cada día un montón de artículos, informes, manejar bases de datos
estadísticos, etc. Además, en televisión tenemos el reto de explicar esa
realidad de forma audiovisual y, si te gusta la superación, es estimulante”. Y
sobre la competencia este veterano periodista de TV3 nos dice: “A mí no me preocupa para nada el
tema de la competencia y creo que en mi entorno la mayoría piensa así. Muy a
menudo nos hemos ayudado entre compañeros cuando nos hemos encontrado en
escenarios informativos, tengo la suerte de haberlo vivido así”.
Cuando el
periodismo se convierte en “divismo”
Nos comenta, Emili Fonollosa, sobre este aspecto lo
siguiente: “Yo siempre he intentado quedar al margen de las noticias, no ser
nunca protagonista, evitar las opiniones (nunca he hecho columnas de opinión),
aunque la misma forma de redactar una frase, un párrafo o un texto pueda tener
una dosis de opinión. Me gusta la frase de que los corresponsales debemos ser
simples “notarios” de la noticia.
Sobre el concepto ese de la
“competencia” que puede toparse con el “divismo”, nos reflexiona, Alicia Coscollano:
“Justamente hoy he leído en algún lado que la competencia solo existe en tu
cabeza. Y en parte es cierto. Tú tienes un medio y ofreces un estilo, y una
manera de hacer, un oficio. Y siempre habrá gente que entre la inmensidad de
medios que existen escogerá el tuyo porque existe una conexión con tu trabajo.
Otra cosa es que esa persona haga una apuesta económica por tu trabajo, pro
aquello que ofreces. Cuando se dan ambos factores es cuando la confluencia
entre intereses se convierte en vínculo. Y es glorioso, claro. Actualmente, la
crisis ha mostrado lo mejor y lo peor de cada uno, eso también es cierto”. Y matiza: “Depende de en qué modalidad
escriba. Si se trata de información, debes permanecer como el director de cine,
mostrando sin que te vean tras la cámara, porque lo que importa es informar lo
más exactamente posible. En cambio, hay otros géneros, como el reportaje, en
los que es imprescindible que te impliques. En la entrevista también debes
implicarte, sin que se te vea tanto como en el reportaje, porque te interesa
que el retrato no llegue fragmentado”.
Aquí comenta Gil Toll: “Es el riesgo de estar en una
posición de gran reconocimiento social, le puede pasar a un conductor de
informativos o de un programa, me vienen algunos casos a la cabeza que no voy a
mencionar por su nombre. Viven en una burbuja dentro de la que reciben mucho
reconocimiento público y eso puede ser peligroso”. Pero matiza sobre el “mea
culpa” y la autocrítica: “Sí, hay que ser autocrítico y eso cuesta un esfuerzo
diario. Con los años te acomodas y si no hay quien te pinche te puedes volver
autocomplaciente. Echo de menos una audiencia más crítica que nos ayude a no
conformarnos”.
Los compañeros,
la tribu:
Emili Fonollosa es una de las personas que más lleva en este mundo, trabajando
desde Vinaròs y comarca y al respecto de los
compañeros y las relaciones nos comenta.” Se aprende mucho estando junto a los
verdaderos profesionales del periodismo. Ves cómo trabajan, ves la preparación
que les ha dado la experiencia y sus años de estudios en la facultad e intentas
asimilar algunas de sus formas de actuar. Aquellos que están en el periodismo
sin pasar por la facultad, como yo, adquieren sobre el terreno una experiencia
de gran valor. Aun así, considero básico tener una preparación previa, de ahí
que es muy importante la preparación universitaria.”
Sobre esta cuestión nos comentaba Jordi Maura: “A nivel de comarcas los
periodistas no licenciados han sido una tónica durante toda la historia. Tal
vez últimamente las proporciones se han ido igualando. Creo que es un oficio
que puede ejercerse sin tener un título si tienes habilidades para escribir,
poner titulares, buscar noticias o hacer buenas fotos. Es muy recomendable
tener el título pero no es necesario. Tampoco te lo exigen (….) un periodista
se forja durante su trabajo y con años de trabajo, ampliando su agenda, sus
fuentes, las relaciones personales y se va aprendiendo a redactar a pulir los
temas y hacerlos cada vez más atractivos.
Sobre esto contesta Jordi Maura: “En los últimos años hemos pasado de tener tres o
cuatro medios de comunicación convencionales como pueden ser tres periódicos y
dos radios a tener un amplio abanico de informadores, ya sea en redes sociales
que han supuesto un auténtico terremoto en el sector o en páginas web o blogs
de noticias. No los considero intrusos aunque sí que en ocasiones deben existir
unos mínimos de ética como no plagiar informaciones o cobrar precios lógicos y
justos por la publicidad”.
Al respecto de todo esto comenta Alicia Coscollano:
“He trabajado con gente recién licenciada que aún le quedaba la calle y mucha
práctica y mucho que aprender, y con gente sin titulación con un gran oficio.
Creo que el periodista se hace en la calle, en la redacción. Currando mucho. En
la facultad te dan líneas técnicas para poder fundamentar el trabajo, pero esas
líneas las aprendes trabajando. De todos modos hay gente muy grande que ha
salido de la facultad de periodismo, y grandes que se han forjado en la calle.
Hay de todo, como en botica. Desde mi
punto de vista, desde el día en el que te muestras complaciente con tu propio
trabajo, estas vendido, porque te acomodas y dejas de aprender”. Y remarca:
“Pues lo cierto es que yo nunca pregunto si tienen titulación o no. Yo me fijo
en cómo se trabaja, en cómo se redacta, en cómo se vive el oficio. En si se es
lo más honesto posible, y en la integridad los compañeros pueden ser colegas o
rivales. Eso ya depende de cada uno. En las ciudades pequeñas, a veces, se dan
las mismos tics que en las capitales, pero concentrados, porque hay menos
gente. Es complicado actualmente sobrevivir, pero en mi caso tengo la suerte de
contar con compañeros de profesión que creo que son buenos. Que hacen su
trabajo con honestidad y sin pretensiones”.
Esto nos comenta al respecto Gil Toll: “…,
en mi generación ya son minoría los que no pasaron por la facultad. Tengo
presente algún caso de un colega que hace bandera del tema y que es conocido
por sus escasas luces… Otro asunto es el de los licenciados en otras materias,
también he convivido con ellos y no tengo muy buena experiencia, la mayoría
llegó a la profesión como una salida
laboral y eso se nota a la larga (….)Humanamente lo
llevamos bien, faltaría más. Colectivamente sí tengo la convicción que habría
que poner límites al ejercicio de la profesión para evitar las situaciones de
explotación laboral que vivimos. En muchos países se pide un carnet profesional
para trabajar. Pero la política de los gobiernos ha sido la de aumentar la
oferta, de manera que ahora hay 40 facultades de periodismo en España que
producen miles de licenciados cada año. Los “intrusos” cada vez son menos
porque los licenciados ya son muchísimos. Creo que hay que recortar, poner
límites para no morir ahogados”.
“El santo Grial
de la Verdad y la Objetividad”.
Sobre “la verdad” y el concepto de
objetividad” Emili
Fonollosa comenta: “La verdad no la tiene nadie,
ni el periodista, en la misma forma de redactar la información puedes estar
ofreciendo una información que no sea lo más fidedigna a lo que sucede” Y sobre
la objetividad afirma: “No existe, pero debes perseguirla al máximo. Antes que
periodistas o corresponsales, somos personas, por lo que nos podemos dejar
llevar por nuestros sentimientos, ideas, estados de ánimo… La neutralidad debe
perderse a la hora de defender los valores fundamentales, mientras tanto hay
que mantenerse en lo posible a un lado de la noticia y observarla y contarla
como simple espectador.
Sobre esta pregunta lo tiene muy claro Jordi Maura: “Los periodistas no
manejamos poder y seguramente estaremos muy lejos de la verdad. Tratamos de
explicar cosas que, en ocasiones, nos llegan tan modificadas y son tan falsas
que no podemos calificarlas de verdad. Son las verdades de ese día seguramente,
las que aparecen en los periódicos y que en ocasiones se desmienten con otras
verdades o noticias posteriores. Y sobre la objetividad: “La siempre discutida
objetividad. Creo que es más apropiado hablar de justicia en las informaciones.
Informar de una forma ecuánime y justa es lo más parecido a la objetividad,
Aunque es muy difícil llegar a un 100 × 100 de cualquier cosa. Cuando el PP
habla, hay que publicar las noticias del PP y cuando otra formación lo hace
pues también. La gente merece estar informada de lo que pasa en todas las
ideologías y puntos de vista. Estamos para ser justos e informar y luego cada
lector ya se recompone una realidad de las cosas o la ajusta a su ‘objetividad’
(…) Informar o no informar de un tema ya es una demostración de ideología en
ocasiones. La neutralidad no existe y es la gente, el lector, el que debe
analizar las informaciones para hacerse una idea lo más parecida posible de la
realidad tras interpretar las noticias”.
Sobre esta cuestión, dice Alicia Coscollano: “La verdad es una
palabra muy grande y muy resbaladiza. ¿Qué es la verdad? ¿Cuál? ¿La tuya? ¿La
mía? A lo máximo que puedes aspirar es a cotejar todas las verdades y a
ofrecerlas para que el lector saque sus propias conclusiones. Porque, ¿estamos hablando
de una sociedad adulta, no?”. Y sobre la
objetividad: “No. Ni aunque lo intentes. Puedes ser aséptico, que tu opinión,
depende del género del que estemos hablando, se quede en el fondo y no
trascienda. Hablo de redactar una rueda de prensa, por ejemplo. Pero luego te
quedas contigo mismo. Y, claro, tienes una manera de pensar. Lo que puedes
hacer es escribir una columna que haga referencia, si tienes esa posibilidad.
Resulta muy terapéutico o volver al diario personal, que también lo es”.
Sobre la verdad y la objetividad nos
comenta este periodista catalán
—Gil Toll-- es lo siguiente: “Lo que desea un periodista honesto que posea
la verdad es transmitirla rápidamente a los lectores o la audiencia, venciendo
las dificultades que deba afrontar. Otra cosa es el caso de una minoría de
periodistas que usa esas “verdades” para comerciar con ellas cayendo en el
chantaje. Son focos pequeños, pero todavía existen, para nuestra desgracia”. Y
sobre la objetividad, argumenta: “Existe la verdad factual, pero cada
profesional escogerá unos datos u otros, enfocará la historia de forma más o
menos sesgada por una visión de la vida. El periodismo es una ciencia social y
por ello está sujeto a la ideología de las personas. Eso es muy importante a la
hora de seleccionar qué informaciones son más relevantes. Por ejemplo, un medio
conservador se fijará mucho en los mercados financieros mientras que uno
progresista se interesará en temas sociales. Lo imprescindible es que el
periodista tenga una actitud de honestidad hacia el lector, que una vez haya
elegido su tema no esconda datos relevantes que puedan contradecir sus
prejuicios”.
Periodismo
local y Comarcal.
Nos dice
Emili Fonollosa:
“Periodismo local y comarcal viene a ser lo mismo, es contar lo que sucede en
tu ciudad y su entorno, en la zona donde tú has nacido, donde tú vives, donde
tienes tus raíces y por tanto puedes dar una visión más completa con visión de
pasado y futuro.” Y nos comenta sobre “su” Vinaròs
News:” Mi norma principal es que ningún colaborador pierda tiempo con el Vinaròs News y es que en realidad la web es básicamente un
cajón de sastre que recoge trabajos periodísticos ya usados en los medios
profesionales, dándoles forma de revista informativa a modo de resumen. Todos
colaboran desinteresadamente, no tienen por qué dedicar su tiempo al Vinaròs News, aunque algunos de ellos sí que prefieren
crear textos originales. Los hay que ni siquiera deben mandarme las
colaboraciones, porque soy yo mismo quien acude a buscarlas. La mayoría de los
colaboradores se han ido ofreciendo a lo largo de estos casi 20 años, no he
tenido que llamar prácticamente a ninguna puerta, al contrario, casi he tenido
que limitar y es que todos ven aquí un escaparate que ha adquirido un prestigio
y en el que sus trabajos adquieren mayor relevancia y difusión, después que
hayan sido usados en sus medios. Se aceptan todos los temas que sean de ámbito
local o comarcal, esta es la norma básica; no se publican noticias de mayor
ámbito geográfico, salvo casos excepcionales. Los autores de las columnas de
opinión son los únicos que tiene libertad de elección de tema, en ese caso, sí
que pueden referirse a asuntos supracomarcales”.
Jordi Maura hace una reflexión al respecto y es
claro:” Hacer periodismo comarcal es situar los problemas de los pueblos de tu
zona en el mapa, mostrar las opiniones de sus protagonistas y el pulso diario
de la sociedad. Es un trabajo que debería estar más reconocido de lo que lo
está en la actualidad. Es cierto aquello de que sin periodistas no hay
periodismo y si prosiguen estos niveles de precariedad en pocos años nadie va a
contar que pasa en los pueblos y la gente se informará en medios repletos de
notas de prensa escritas de forma muy interesada o en blogs de poco fiar escritos
por voceros”.
Los periodistas
también consumen periodismo.
Nos preguntamos qué lee, qué ve, qué escucha y
qué consume, cultural y periodísticamente hablando un periodista o un maestro
puesto a periodista fuera del horario docente como es el caso de Emili Fonollosa:
“Leo sobre todo la prensa local, comarcal y provincial y con toda la asiduidad que puedo, no solamente por
puro gusto sino porque así debo hacerlo si quiero que el Vinaròs
News sea un completo resumen de lo que pasa en nuestras tierras. No soy asiduo
de una emisora o cadena en concreto. Siempre tengo la radio enchufada y
compagino los informativos magazines y tertulias de ámbito estatal con la radio
local y comarcal y siempre prefiero la radio hablada a la musical” En cuanto a
la televisión, explicaba: “Me gustan especialmente los programas informativos y
de debate, soy capaz de “tragarme” íntegramente, aunque sea al día siguiente,
por internet y a intervalos, un programa de cinco horas de duración como “La
Sexta noche”.(….) las tertulias me gusta seguirlas, tanto las de televisión
como las de radio y en especial, las comarcales. Me gusta escuchar y ver
opiniones dispares sobre un mismo tema y sirve también para saber separa
opinión de información”
Y en cuanto a las lecturas y a los libros nos
explicaba Emili Fonollosa:
“El ordenador es mi libro infinito, que no acabo nunca de “leer”. Lectura de
papel, sea en tableta digital, sea en papel físico, es siempre cualquier cosa
sobre actualidad, por supuesto y si me pides un libro concreto de ficción, “Donde
nadie te encuentre”, dedicado al mítico personaje de Vallibona, La Pastora y escrito por la vecina vinarocense y Premio Planeta Alicia Giménez Bartlett.
Jordi Maura, también es consumidor de periodismo
y de cultura. Hablamos con él de eso:”
En la actualidad ojeó algún periódico valenciano, algunos estatales como El
País o El Mundo aunque reconozco que en los últimos años he ido eligiendo de
forma cada vez más creciente los medios digitales como VilaWeb,
el Diario, El Confidencial y muchos otros. Leo prensa las 24 horas del día
podríamos decir. Mientras trabajo escucho música en streaming.
En los últimos años tengo casi siempre puesta RockFM
y por las tardes algún magazine. También he variado en las radios ahora escucho
más Onda Cero me gusta como lo hace Julia Otero y su equipo. También
informativos horarios cuando ocurrido alguna noticia gorda de RNE.”. En cuanto
a la TV:” Cada vez menos, porque en casa las niñas se han apoderado del mando
distancia y sólo vemos dibujos animados, aunque cuando puedo pongo el Informal,
Al Rojo Vivo, Salvados o algún informativo” Hace una puntualización con las
tertulias: “Poco, me ponen muy nervioso y habitualmente son demasiado
tendenciosas y desproporcionadas. No guardan el equilibrio ni la pluralidad
mínima que enriquece el debate”
En cuanto a los libro, ahora seguro que irá
mucho más avanzado en otras lecturas---dado que ha transcurrido un tiempo hasta la edición de este
artículo---pero esto era lo que nos comentaba Jordi Maura: “Periodisme samurai, de David Miro un borrianense
que es subdirector del periódico Ara y profesor de Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Es un divertido decálogo del
periodista político pensado para estudiantes de periodismo. También he estado
formándome en periodismo digital, libros, tutoriales y aplicaciones, lo que me
ha restado tiempo para leer más. Tengo a medias Barbaritats Valencianes, de Xavi Castillo de la
compañía Pot de Plom y el
dibujante Lalo Kubala. Muy
divertido.
En la actualidad Jordi Maura lleva una vida muy ajetreada y una agenda apretada: “Con
la llegada de la crisis me he pasado al “lado oscuro” y en la actualidad me
dedico a la comunicación política. La web,3x4, se mantiene muy al ralentí. Publico
información de los pueblos que realmente creo que es de interés general y
algunas colaboraciones como la del genial Josep Igual y algunas asociaciones.
También edito y subo algunos videos que posteriormente comparto en las redes
sociales. Esto ya no da para dedicar demasiado tiempo a los medios de
comunicación local y comarcal. Lamentablemente. Esperaremos otros tiempos que
no serán como antes porque todo ha cambiado demasiado”; pero su trayectoria y
periplo dice mucho de él: “
empecé trabajando como corresponsal del Mundo de Castellón en mi
pueblo, Benicarló. Posteriormente empecé a colaborar en la Veu
de Benicarló. Luego me ofrecieron colaborar con la Cope de Vinaròs
y me cambié al diario Levante que pagaban un poco más. Durante años estuve en Ulldecona trabajando en una productora que se encargaba de
la corresponsalía de Canal 9 en el norte de Castellón y Cataluña. Más tarde me
fui a vivir a Eivissa (Ibiza) donde trabajé en el
Mundo hasta que abrieron Èxit-Punto Radio de Eivissa y Formentera, donde me encargué de los servicios
informativos. Allí también colaboré durante años con la Televisión de Eivissa y Formentera (TEF) en la sección de informativos y
al frente de la Entrevista. Años después volví a Benicarló y me ofrecieron
colaborar en el en el periódico las Provincias, donde estuve durante más de dos
años hasta que cerró. Llego la crisis y cerraron Radio Televisión Valenciana
donde había empezado a colaborar de nuevo, tanto en la tele como en la radio
autonómica. En esos años puse en marcha mi página web 3×4.info, un medio en el
que podía publicar lo que me diera la gana y las fotos que considerara, sin
censura. Este ha sido el medio en el que he escrito más a gusto y me lo he
pasado mejor”.
Alicia Coscollano es de esas personas pegada a los libros, pero
también, seguro, que consume periodismo. Hablamos de ello: “Bueno, es variada.
Escrita la de la zona comarcal, el Levante. Tiene secciones que están bien,
como Posdata, o la sección que publica en valenciano, más cultural. Digital, la
que más: Vilaweb, La Veu
del País Valencià; Ara; Naciodigital;
El Mon; directa.cat; eldiario.es. A veces hago alguna
incursión en El País o en algún otro medio estatal si me interesa algún
artículo en particular. Radios escucho
laradio.cat, Rac 1 y Catalunya radio. De radios de la
zona las que escucha todo el mundo por aquí,
Radio Ulldecona y a veces la SER comarcal”.
Sobre la TV nos dice: ” Informativos
generalistas muy pocos, cada vez menos. No me gusta como tratan algunos temas.
TV3 y las comarcales, a las de la zona. Alguna noche me asomo a ver a Wyoming. Eso sí, soy muy fan de series
y cine. He seguido devotamente Cites, Nit i Dia y ahora Merlí , todas de TV3. Pero normalmente me meto en internet y escojo” Y sobre las
tertulias: “Antes las seguía más. Pero últimamente se me han convertido
en algo enormemente aburrido. Desde que escuché a dos tertulianos elaborando
grandes elucubraciones sobre un tema en el que iban bastante perdidos,
recapacité. Si en el resto de temas estaban tan puestos…. Llegué a la
conclusión de que era realmente una pérdida de tiempo”
En cuanto a las lecturas –en aquellos días en
que conversamos--: “Pues haciendo país, justamente los títulos que han estado
premiados en el Premi intgernacinal
Literari Ciutat de
Benicarló este año. Son fabulosos. “L’única passió noble. Converses amb
madame Mälher-Besse sobre els
valencians i el seu país”,
de Joan Garí; “Sobre l’alquimia
de la vida. Conversa amb Xavier Vendrell”, de Joan
Borja, i “La maleta de l’avi”, de Fatima
Fernández y Juan Hernaz. Además, (Tot)
allò que encara no saps de
les marques”, de Pilar Alfonso, y estoy empezando “El Marcel·linisme
a les Terres de l’Ebre”, de
Josep Sancho”.
Gil Toll también es un consumidor de periodismo:
“Cada día leo El País, El Periódico y La Vanguardia, además de eldiario.es e InfoLibre en internet. Veo un informativo de France24 por
la mañana porque me cansé de la BBC y su visión anglosajona del mundo. Durante el día veo los informativos de mi cadena
y también los de la Sexta y BTV, la televisión local de Barcelona, que tiene
mucha calidad”. Respecto a
las tertulias, declara: “No miro tertulias,
estoy trabajando en esas horas y no puedo dedicar tanto tiempo a esos espacios
que, a menudo, aportan escasa reflexión y sí mucho ping pong partidista”.
Con respecto a las lecturas de este periodista, en aquellos días estaba
con: “Pues estaba leyendo
las memorias de John Le Carré y las he dejado, me he cansado de historietas de espías. En cambio he empezado un libro ya antiguo
de Juan Cruz sobre El País y me lo estoy pasando bomba… ; pero como escritor estaba en un año “especial”: “Este año ha sido extrañamente
prolífico porque los azares editoriales acumularon un par de iniciativas
que nacieron distantes en
el tiempo. En febrero publiqué las memorias de Jaime
Claramunt, director de El Diluvio de Barcelona a partir de unos
documentos localizados en
Cuba. En septiembre apareció
Una vida wiki, un libro en
el que trazo una visión del
fenómeno de la colaboración
en diversos ámbitos de la vida con luces y sombras”.
Con el amigo Pere Rusiñol, integrante del equipo
de Mongolia
y de Alternativas Económicas,
mantuvimos, también una breve
conversación, pero las preguntas iban o fueron encaminadas de otra
manera y fue a raíz de la publicación, en su día, del libro Papel
Mojado.
-Pere, se callan ciertas informaciones o se “acompasan con los tiempos
políticos” para esconder la corrupción a merced de las campañas publicitarias y
por lo que el poder productivo versus Ibex, Bancos y lobbies, desean y quieren,
al fin y al cabo son éstas las que alimentan el tema de la financiación de los
partidos, es “vox populi”...
-Describes una
secuencia bastante realista. No tiene por qué suceder todo el tiempo así en
todas partes, pero sucede cuando lo que está en juego es importante. Y luego
siempre hay excepciones que confirman la regla.
-¿Hacerles la política para los Bancos, grandes corporaciones y empresas,
no es acaso una manera de corrupción y de corromperse?
-Los bancos ahora
mismo son los dueños de la mayoría de los grandes periódicos tradicionales en
España. Por tanto, no debería causar escándalo que los medios sirvan en última
instancia a los intereses de sus dueños, que resultan ser los bancos. Lo
importante es saberlo porque entonces automáticamente los medios propiedad de
la banca pierden buena parte de la credibilidad y, por tanto, de su influencia
en la opinión público. Al mismo tiempo, hay periodistas competentes y honestos
todavía trabajando en estos medios y tratando de aprovechar las grietas
existentes para hacer buen periodismo.
-Hay muchos medios de comunicación y no pocos periodistas que son
cómplices, de alguna manera, de esta corrupción. Coméntanos, por favor.
-La estructura
directiva de muchos de los grandes medios, con excepciones que confirman la
regla, sirve mecánicamente a los intereses de sus dueños (la banca), en algunos
casos de forma incluso más papista que el papa. Las redacciones se han ido
vaciando de voces críticas a golpe de ERE y muchos directivos se aferran a su
cargo mostrando obediencia por encima de todo. Es la forma que tienen de
conservar un cierto estatus y de formar parte de la élite -aunque sea en
posición subordinada y genuflexa- y sus privilegios.
Si es cierto que el sistema está podrido, necesariamente lo están también los
medios hasta ahora de referencia.
-¿Las corrupciones que afectan, más o menos directamente, a los derechos
sociales, la sanidad, la educación, la seguridad ciudadana, la igualdad, la
justicia, la vivienda digna, la salud en torno al medio ambiente…deberían ser
considerado un delito contra los DDHH y el periodista debería “percibirlo” como
tal?
-Es un enfoque
posible. De todas formas, los periodistas deberían limitarse a poder informar
con libertad a partir de los hechos. Esto es ya en sí mismo extraordinario y
puede tener efectos muy importantes. Cuanto más se parezca un periodista a un
activista, menor será su eficacia a la hora de influir a la opinión pública.
-¿Deberían, pues, los periodistas, como
muchos lo hacen, confabularse contra estos abusos del poder y desenmascarar a
los verdaderos verdugos de esta sociedad?
-Fiscalizar al poder e
intentar exponer con rigor sus abusos son funciones intrínsecas del periodismo
digno de este nombre. Esta es la concepción que se reservaba a la prensa en las
democracias liberales y por ello se le llamaba Cuarto Poder. Si no cumple con
esta premisa difícilmente puede ser considerado periodismo y se aproximará más
bien al terreno de la propaganda.
El periodista José Martí Gómez nos ofrece un apasionante relato de cómo es este
oficio en el presente; de cómo fue hasta hace poco y de cómo, pase lo que pase,
algunos nunca lo dejarán de sentir….como “el oficio más hermoso del mundo”.
Editorial Clave Editorial edita este libro con
mucho mimo y con especial esmero.
El autor, agudo y perspicaz, pone el dedo en
la llaga en más de una ocasión….lo que aprieta y apretará las tuercas a más de
un periodista, pero, sobre todo, a los que se aprovechan del trabajo y de la
vocación del periodista, del cronista porque es éste un oficio que se lleva, de
manera especial, en la piel y entre la sangre como si fuese parte del plasma o
una de sus células…quizás los ricos hematocritos cargados de hemoglobina bien
pertrechadas de hierro. Martí Gómez da, en este libro de crónicas sobre su vida
periodística, una lección magistral de cómo es el oficio del periodista porque
de sus propias experiencias se van sacando lecciones de ética profesional, de
reflexión o , por qué no…de la propia vida.
Martí Gómez sigue apegado a ese oficio que le
vio crecer, superarse y “medirse” en
“fuerzas y carácter”….leer este libro: te hará reír, pensar ,
reflexionar, te enseñará a leer mejor los titulares y las noticias y, también,
seguro que detrás de cada noticia casi siempre hay otra…y, por supuesto, a que
nada es lo que parece, ni muchísimo menos.
Un libro necesario e imprescindible para la
profesión periodística.
Aquello que nos dice la editorial Clave
Intelectual del libro:
Una muestra:
Cazarabet conversa con José Martí Gómez.
-José contar
aquello que pasa de manera clara y plácida, pero al mismo tiempo haciéndose las
preguntas directas, precisas y demás es lo pertinente, pero hacerlo con
minuciosidad, rigor…todo esto bien conjugado, sí, engrandece y hace del “oficio
de periodismo” el más bello…tener el placer de contar todo y de todos…Ver,
oír y escuchar (que es diferente) y después escribir…
-Siempre he dicho que el periodismo me ha
permitido vivir muchas vidas: la de las muchas gentes que he conocido.
Triunfadores y perdedores. Gente decente y gente golfa. Creo que muchas veces
más que preguntar el periodista lo que ha de hacer es escuchar, dejar fluir la
conversación en la voz de la persona que tiene enfrente. Hay en muchos periodistas un exceso de protagonismo.
El periodista se ha de acercar al personaje
con humildad. Si es un científico, diciéndole que sabes poca cosa del
tema y agradecerás su ayude. Eso funciona más que se vas de experto. Si no
sabes nada o poco del tema te lo descubre el entrevistado a los cinco minutos
de conversación.
- Escribir,
primero contador la historia, pero también abriendo interrogantes, dudas que el
periodista deberá tratar de resolver, investigando, sabiendo preguntar y a
quién preguntar…
-El reportaje, te permite a través del relato
de muchas voces, reconstruir con cierta exactitud una historia. La entrevista
es un género en el cual el entrevistado
solo dice lo que le interesa decir. Siempre he dicho que no hay buena
entrevista si no hay buen entrevistado. Los buenos entrevistados agradecen que
no vayas con cuestionario y menos todavía con preguntas extraídas de
entrevistas ya publicadas. Agradecen la conversación que fluye con naturalidad.
-Pero el
cronista, el periodista, sea cual sea su estilo, más “contador puro” o un poco
más literario deberá ofrecer salidas al propio lector para que éste también
realice cierto trabajo intelectual, ¿no crees?….
-Claro. Sea el género que sea que practique el
periodista lo que ofrece al que sigue su trabajo es la opinión del
entrevistado, el ambiente del reportaje, la opinión en la columna... de forma
bien estructurada. La objetividad no existe pero si debe existir el rigor en
los datos. Luego, el ciudadano debe completar el trabajo.
-Porque no hay que
“tratar” nunca como de “tontos” a los lectores, ¿no? Se trata de tratar con
dignidad como querrías ser tratado tú…
-Ocurre que el lector que compra un diario
suele leerlo en un 50% y muchos periodistas solo leen de su diario lo que ellos
han escrito y otros diarios ni los miran. La dignidad hacia el lector, el
oyente o el televidente debería ser una práctica común.
-Pero hoy en día,
aunque hay muchas excepciones….con todo lo de las tertulias de radio, de
programas de televisión en “prime time” o de las columnas en diferentes medios
de prensa digital o escrita…bueno, te diría que me da que hay mucho “divismo”,
muchos periodistas que se miran al ombligo, mucho corporativismo entre ciertas
familias cuando conviene….Eso, además de poco edificante es triste, genera como
un “poso” de adrenalina acumulada en la garganta….(creo que, en la actualidad
es lo que más está carcomiendo al periodista como persona)
-Como otros muchos profesionales, el
periodista es un reflejo de la sociedad. Y como en todo colectivo, hay de todo.
Imbéciles hay bastantes. Corruptos, un montón. Honestos también los hay. Como
en todas partes. El periodista que va de
divo es mal periodista. Otra cosa es que por su repercusión mediática haya
periodistas estrella. Los buenos
son estrellas sin comportarse
como tales.
-Porque al
periodismo como tal, la profesión como depende de las empresas y estas
del capital, de las “ventas”, de la publicidad y, en definitiva, de quien las
sostiene…pues es que hay cosas que el periodista, por bien que cuente las
noticias y por digno y ético que sea, siempre dependerá de la empresa…y eso sin
contar con la “línea editorial” del medio que cada vez, la verdad, ésta se
comporta como un bipolar…
-Siempre ha sido así. La cuestión estriba en saber a qué ideología
responde a cada medio y que cada lector o cada oyente compre el periódico o
escuche la radio afín a sus ideas. Lo que ese medio debe respetar es que la
información sea veraz. Sus opiniones deben ir en la línea editorial. Una vez
pescaron en un pub al premier laborista Harold Wilson leyendo el diario
conservador. Usted leyendo este diario, le dijeron. Leo la información porque
es muy buena y los editoriales me los salto porque ya sé que me atacan,
respondió. Es bueno, en una sociedad democrática, que haya medios de
información de distinta ideología y que cada ciudadano pueda elegir.
-Es
que la incursión política, utilizando a las empresas (que se entrelazan con
políticos y propietarios de medios) y a la publicidad (tanto institucional como
privada) está presente en la prensa de las pequeñas, medianas ciudades,
comarca, provincia….hasta en las grandes ciudades en las que se cubre la
información de todo un Estado… Así, lo que debería ser “anormal”(como las llamadas de presidentes de Diputación,
Comunidades…etc, )se asume como algo “normal”. Es lo
que hay, aunque se remuevan las tripas…..
-Pues sí: eso es lo que hay pero también es
cierto que hay excepciones. En el epílogo de mi libro Javier del Pino y Jordi Évole explican bien como se pueden abrir brechas en medios
de comunicación proclives a lo que tú
dices. No es fácil, pero es posible.
-Las nuevas
tecnologías fueron la puntilla para ciertos medios, sobre todo los de prensa
escrita y por pura lógica. La gente quiere inmediatez y quien paga el día
siguiente por lo que puede ir leyendo, de manera inmediata, en casa
cómodamente…
-De todos los medios de información barrunto
que la prensa escrita es la que está viviendo un momento más grave. En este
país que se ha habituado a la gratuidad informativa no será fácil hacerle pagar
a la ciudadanía cuando la prensa en papel se recicle. Creo que solo sobrevivirá
la prensa de mucha calidad (además de la prensa muy local) con tirajes bajos
pero anuncios caros dirigidos a un lector culto y con capacidad de consumo.
-De todas
maneras, el oficio periodístico también se ha caracterizado, tristemente, por
“hacer leña” de numerosos árboles caídos….Por ejemplo llama mucho la atención
que, en torno a ciertos casos de corrupción, ahora todos lo saben todo y dicen
saberlo desde hacía tiempo….
-Es lo más cómodo. El caso Pujol es lo más paradigmático pero
hay otros muchos casos como él, sin ser tan de primera página. El periodista
veterano con agallas para enfrentarse al poder va desapareciendo de las redacciones
y la gente joven en precario no está para el martirio.
-Sobre las
“vendettas”, también se debería de hacer examen de conciencia, ¿no?. Entiendo que un/a periodista se pueda cabrear y
mucho si te intentan ridiculizar en una rueda de prensa, pero no me parece lo
más elegante ponerse a increpar con “seguidillas” a la persona “X” la que sea
al menos en los informativos, tertulias y demás…otra cosa son los “programas o
medios satíricos”…
-El tertuliano es nefasto. De mis años en Londres retengo la anécdota
del día que telefonea un especialista en
la India para pedirle su opinión sobre una masacre en un templo sihj. Había escrito veinte libros sobre la India pero me
dijo que no podía opinar porque el incidente era religioso y ese tema no lo
había estudiado. Recuerdo a ese especialista siempre que escucho a tertulianos
opinar o insultar a sus oponentes hablando de terrorismo, el precio del petróleo, la crisis o la caza de ballenas.
-Aún con esto es
un oficio preciso que te ha llevado a vivir experiencias profesionales y
vitales de excelencia, ¿no es así?
-Siempre digo que al periodismo le agradezco
el haberme permitido vivir muchas vidas. Si te acercas a las personas o a las
situaciones con el folio en blanco, dispuesto a escuchar, aprendes mucho y
maduras mucho porque tanto en las vidas “sabias” como en las vidas humildes se
esconde mucha riqueza (y mucha miseria
humana también)
-Creo
humildemente que si puedes estudiar Periodismo o Ciencias de la Información o
alguna filología, perfecto…cualquier licenciatura que te ayude a saber contar
lo que ves, oyes y escuches mucho mejor…mejor que mejor, pero yo creo que el
periodista más que nacer, por encima de todo, se hace…
-No tengo nada más que añadir. Estoy
absolutamente de acuerdo
-Otra cosa son
los que estudiando, por ejemplo, economía o derecho quieren desde ahí contar lo
que pasa en estos campos…eso es otra cosa creo imprescindible y que, en
ciertas áreas le da al medio un prestigio y la rigurosidad que necesita…
-Es gente necesaria en todos los medios más
como especialistas que como periodistas en la batalla del día a día que, eso
sí, en áreas muy concretas como ciencia, economía o religión, por poner tres
ejemplos, deben contar con periodistas
que sepan del tema.
-También
está la gente que sin tener estudios relacionados con el periodismo se
meten en él desde las revistas de los colegios, institutos, pueblos, barrios y
que van haciendo….se les suele tratar entre lo que el colectivo de periodistas
llaman “tribu” como “intrusistas”….¿cómo ves esto?. Por otra parte, creo que esto, en manos según de qué
persona, es muy bueno porque uno/a aprende a ”contar
noticias” desde abajo , desde casi el subsuelo y va subiendo y aprendiendo poco
a poco y de todos los sitios. Esto también tiene mucho de positivo…
-No creo en los estudios de periodismo. Creo
que el periodismo se ha de aprender en las redacciones. El periodismo al que tu te refieres, el del periodismo
ciudadano, es positivo porque acerca a las redacciones hechos que pueden pasar
desapercibidos. Ese periodismo necesita del filtro del profesional. Muchas
buenas redacciones de los años 70 se formaron a partir de gente joven que
empezó colaborando como corresponsal de pueblo. Por poner un nombre conocido,
Xavier Vinader.
-Periodismo a pie
de calle, el que conversa, el que dialoga, escucha , sabe mirar y que al final
sabe elegir y acercarse al área que mejor se le da…esto hace mucha falta, pero
para ello la humildad debe estar muy, muy presente…
-La humildad debe estar siempre presente en
el trabajo del periodista. No puede ir
de sabio ni prepotente pero tan importante como eso es tener ganas de trabajar.
Todos los periodistas dicen que quieren hacer reportajes pero un 90% de ellos
hacen un par y lo dejan porque el reportaje es duro de pelar.
-Estoy contigo la calle es más que
fundamental, sobre todo en según qué áreas se trabaje del periodismo o la
redacción; pero a la vez conozco a periodistas especializados que
trabajan desde casa que lo hacen muy bien, quizás deberíamos hacernos a la idea
de que parte del periodismo y de la práctica periodística, con esto de las
nuevas tecnologías, fuese a parar a gente que trabaje como “ratoncitos de
biblioteca”. No sé si me entiendes, de todo debe de haber …
Una redacción es como un orquesta, con un
director que la dirige para que el producto salga lo más armónico posible. Si
no e así, ocurre como en la película Ensayo de
orquesta, de Federico Fellini: que el resultado es un
desastre. El redactor mesa es tan importante como el reportero, el analista es
tan vital como el entrevistador, el especialista en diversos termas es
imprescindible... El director ha de saber donde rinde mejor cada uno de ellos.
Un buen reportero puede ser un mal jefe y un jefe de sección puede ser mediocre
y quizás sería buen entrevistador.
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