Cazarabet conversa con... Víctor Moreno
Bayona, autor de “Con el palio hemos topado. Tradiciones religiosas y
representación política” (Pamiela)
Víctor Moreno pone el dedo en la llaga
analizando las tradiciones religiosas y la representación política en constante
retroalimentación.
La sinopsis del libro:
Cuando se defienden ciertas
festividades populares actuales, se recurre a la tradición
como argumento más socorrido. Se sugiere que
esta tradición fue siempre homogénea y uniforme. Y que, por supuesto, nunca
hubo voces discordantes contra ella. Probablemente, lo fuera así, pero estaría
bien saber a qué precio. Lo habitual fue la desaparición
de cualquier voz disonante o heterodoxa con el poder teocrático
que imponía manu militari lo que dictaba la
Iglesia al alimón con el poder político. El
llamado poder religioso cuando siente que un acto ofende alguna de sus
abracadabrantes creencias o hiere, según él, el sentimiento religioso de algunas gentes, llama
al poder político-militar y retira al momento el motivo de esa ofensa. Al revés no ocurre nunca. No ocurre jamás
que, cuando una persona se ofende de que haya gente que diga que habla con
gente invisible o que come el cuerpo y bebe la sangre de un individuo –actos caníbales donde los hubiere–, nadie, ningún poder, ni político,
ni judicial, viene a defenderlo de las ofensas que están
infligiendo a esa persona ofendida, al sentido común,
la racionalidad y la ciencia.
«El poder, sea religioso o político, es impensable sin este orden estético bien calculado ante el que las buenas gentes
han sucumbido. La mayoría de las personas que
se autotitulan representantes públicos
serían un cero a la izquierda si no cubrieran
su osamenta con todo tipo de chatarras y medallas.»
El autor, un acercamiento, facilitado también
por Pamiela:
Licenciado en Filosofía y Letras,
Doctor en Filología Hispánica, este escritor y crítico literario es también
colaborador en prensa, radio y revistas de educación y literatura.
Ha publicado infinidad de artículos en
revistas especializadas sobre enseñanza y aprendizaje de la literatura,
lectura, escritura, oralidad y temas relacionados con el desarrollo de la
competencia lingüístico-literaria en la adolescencia, siendo habitual
conferenciante sobre temas específicos de literatura, escritura, lectura y
crítica literaria.
Fue profesor de Lengua y Literatura
(ESO), en el IES. P. Moret-Irubide (Pamplona) y
lleva más de cuarenta años impartiendo cursos de formación al profesorado de
Primaria, Secundaria, Bachillerato y Graduados Universitarios en distintos
organismos e instituciones oficiales, públicos y privados.
Ha publicado los siguientes libros:
• Apuntes sobre gramática (Adarra,
Bilbao, 1982)
• El deseo de leer (Pamiela,
Pamplona, 1985, 1993, 1994, 2004)
• El deseo de escribir (Pamiela,
Pamplona, 1994, 1995, 2004)
•
El juego poético en la escuela (Pamiela,
Pamplona, 1989)
• Lectura, libros y animación lectora. Reflexiones y propuestas
(Gobierno de Navarra, 2002)
• No es para tanto. Divagaciones sobre la lectura.
(Editorial Prames, Zaragoza, 2002)
• De brumas y de veras. La crítica literaria en los periódicos
(Pamiela, 1994)
•
Va de poesía (Pamiela, Pamplona, 1998)
• Leer para comprender, (Gobierno de Navarra, 2003,
2005)
• Leer con los cinco sentidos (Pamiela,
2003)
•
Escritura creativa (Universidad de Santiago de Compostela, 1996)
• ¿Qué sabemos hacer con la gramática? (2001,
Universidad de Zaragoza)
•
Taller de cuentos. Materias optativas (Gobierno de Navarra, 1995)
• Metáforas de la lectura (Editorial Lengua de Trapo,
Madrid, 1998)
• Lectores competentes (Editorial, Anaya, Madrid, 2004)
• A la lectura por la voz, el sentimiento y la creatividad
(Gobierno de Navarra, 2005)
• Diccionario de escritura. Reflexiones y técnicas (Pamiela, 2005)
• El desorden social de la blasfemia (Pamiela, 2004)
• El soborno del cielo (Pamiela,
Pamplona, 2005)
•
Actividades para desarrollar la competencia lectora. 7 volúmenes
(Editorial Cénlit, Berriozar
2006):
- Recordar y reconocer (2 vols.)
- Interpretar (2 vols.)
- Valorar (2 vols.)
- Organizar (1 vol.)
• ¿Qué hacemos con Baroja? (Pamiela,
Pamplona, 2008)
• Dale que dale a la lengua (Tomo I). Propuestas para hablar y
escribir textos narrativos y descriptivos (Pamiela,
Pamplona, 2008)
• Dale que dale a la lengua (Tomo II). Propuestas para hablar y
escribir textos expositivos, argumentativos, instructivos y lúdicos.
(Pamiela, Pamplona, 2008)
• Fuera de lugar. Lo que hay que leer de críticos y escritores
(Pamiela, Pamplona, 2009)
• Lectura de prensa y desarrollo de la competencia lectora.
Proyecto Mediascopia (Ministerio de Educación,
Madrid, 2009)
• Cómo sé que valgo para escritor (Pamiela,
Pamplona 2013)
• Preferiría no leer. Valores "desagradables" de la
lectura (Pamiela, Pamplona 2015)
• A la literatura por la escritura. Actividades de imitación textual
(Pamiela, Pamplona 2016)
Con el seudónimo Ramón Lapesquera ha publicado:
•
Navarra Insólita (Pamiela, 1984; Pamiela/Diario de Noticias, 2002)
• Gora el Diario (Pamiela, 1985)
• Caínes navarros (Pamiela, 1993)
•
Crímenes en las calles de Pamplona (Pamiela,
1995)
• Apuntes sobre criminalidad en Navarra (Gobierno de
Navarra,1987)
• ¿Luditas navarros en Los Arcos?
(Gobierno de Navarra, 1989)
• De aquellos barros… Prensa navarra y nacionalidad vasca
(Editorial Txalaparta)
• Rafael de Navascués: un navarro antifuerista del siglo XIX (Gerónimo Ustáriz, Pamplona, 1992)
• Villafranca: a merced de las ideologías de la capital
(Gerónimo Ustáriz, 1997)
• Diario de Navarra, 1903-1908. El despertar del camaleón
(Pamiela, Pamplona, 2003)
• Sí me avergoncé de Diario de Navarra, 1908-1946 (Pamiela, Pamplona, 2004)
• Biografía de Sixto Alonso. 2006. Comisión ciudadana de
Villafranca (Navarra)
• Biografía de Agustín Arana, 2007. Comisión ciudadana
de Villafranca (Navarra)
El autor, Víctor Moreno, ya ha estado
con nosotros en más Conversa con:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/santa.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/villafrancanavarra.htm
Cazarabet conversa con Víctor
Moreno Bayona:
-Víctor, amigo, ¿qué es lo que te
ha llevado a escribir este libro que editas con Pamiela
y titulas Con el palio hemos topado?
-La inconsciencia de los
servidores del Estado que afirman con sus actos que representan a la
ciudadanía, no solo en materia política sino, sobre todo, en materia religiosa.
-Bueno tú como estudioso e
investigador en anteriores libros ya te habías topado con el palio…coméntanos.
-En efecto. Si se toma el
palio como signo específico de la intolerancia religiosa y de la falta de
respeto a la autonomía civil, individual y colectiva, y acentuadas por el
nacionalcatolicismo, mi primer acercamiento fue mi libro sobre la blasfemia,
titulado El desorden social de la blasfemia; luego, vino El soborno del cielo;
Los obispos son peligrosos así en la tierra como en el cielo; Santa Aconfesionalidad, virgen y mártir y, finalmente, Con el
palio hemos topado, además de multitud de artículos escritos sobre tradiciones
religiosas y su relación con la representación política…
-Aquí en el Estado Español,
¿siempre ha habido esa ósmosis tan brutal entre la sociedad-“lo social”-la
educación y la política con la Iglesia del Palio?; ¿por qué a qué lo atribuyes?
-Respondería de dos
maneras.
Una existencial. Desde que
nacemos hasta que nos morimos, las instituciones educativas y sociales nos han
metido en el cuerpo que la vida tiene un sentido más allá de vivir la vida.
Cuando este sentido falla, y, al parecer, lo hace tantas veces, la gente se
agarra a lo que le han dicho que se agarre para encontrar ese sentido: el más
allá, en lugar de afrontar el más acá sin echar mano de falsas salidas. La
religión es una de esas falsas salidas, pero que como placebo existencial es de
extraordinarios efectos contraproducentes. La vida no tiene ningún sentido.
Sencillamente es tiempo, así que lo que importa es pasarlo lo mejor posible con
dignidad, respeto y libertad con uno mismo y con los demás. Y para semejante
viaje no se necesita ningún Dios; menos aún, enanos mentales que dicen
representar aquí sus negocios.
Otra, de naturaleza
política y económica. El señor Ósmosis, al que te refieres, existe desde que el
poder político reconoció que la Iglesia era un poder. Fue el comienzo de una
amistad venenosa que la sociedad viene sufriendo desde entonces. Iglesia y
Estado, unidos por la ambición económica, se convirtieron en los mayores
enemigos de la libertad y de la autonomía individuales.
-¿Se
trata de estar, aún como “no estando” y como en disimulo en muchísimas partes y
lugares, a la vez, para estar como “presionando” muy sibilinamente en y desde
todas las teclas….lo de la educación es y ha sido más que descarado, ¿verdad?
-La religión no tendría
que haber entrado jamás en las instituciones religiosas. Sus efectos
devastadores han sido totales. Avisaron de estos efectos los pensadores del
siglo XIV, como Marsilio de Padua, y Hobbes, en el XVII, pero Estado e Iglesia se salieron con
la suya. ¿Con el consentimiento del pueblo? Claro, pero con la bayoneta en el
gaznate ¡a ver quién niega que la Virgen de la Teta, en lugar de dar leche,
chorrea champán francés!
-Ellos tienen esa manera de hacer
porque les funciona, ¿no?
-¡Y de qué manera! Ninguna
organización política funciona de forma tan perfectamente cabrona como la
Iglesia. Se nota que recibe la inspiración del Altísimo y del Espíritu Santo.
Uno lee los Boletines Eclesiásticos de las Diócesis religiosas de España que se
escribieron en el siglo XIX y se queda alucinado de la parafernalia montada
para explotar las creencias de la gente. Ha sabido tocar el magro del miedo de
la gente por el más allá. Y lo siguen haciendo. Si fuera una sociedad
democrática, se vendría abajo. Y si existiera Dios, lo mismo.
-Pero el Estado Español, se deja
hacer, ¿no?; ¿por qué? ¿Podríamos decir que la relación de ósmosis les resulta
rentable a ambas partes?
-Las relaciones entre
Iglesia y Estado han pasado por todas las fases habidas y por haber que se dan
entre los animales de la selva, pero, finalmente, han privado unas afinidades
de intercambio y clientelismo, gracias a las cuales han podido repartirse el
pastel de las riquezas de las naciones, no diré que a partes iguales, pero sí
de un modo fraudulento y ladrón. El sistema por el que la Iglesia ha conseguido
la mayor parte de las riquezas es el latrocinio. Lo estamos viendo hoy día con
el asunto de las inmatriculaciones. 15.000 de las propiedades inmatriculadas por los arzobispados eclesiásticos son,
incluso, civiles, como fincas y terrenos adyacentes a parroquias… La Iglesia es
la mayor ladrona de la Historia. Ha robado incluso las iglesias que eran de
patronato municipal.
-¿Por qué todas las fiestas de
pueblos, muchas sociabilidades están “tocadas” por la “varita mágica de la
Iglesia”?
-Por tradición, palabra
que se emplea con una facilidad asombrosa, sin reparar en que muchas de ellas
se basan en hechos totalmente contrarios a la racionalidad, donde se recuerdan
y exaltan supersticiones protagonizadas por vírgenes, tibias y brazos
incorruptos, pertenecientes a tipos a los que suele llamarse santos y que en su
mayoría fueron furibundos integristas religiosos.
Cuando un político apela a
la tradición para defender su comportamiento, algo falla, no solo en su sistema
límbico, sino, en su formación política. Las tradiciones, todas ellas, están
supeditadas al marco legal. Ninguna de ellas está por encima de lo que dicte la
Constitución.
-Tanta injerencia de la Iglesia
merma desde la educación a las relaciones sociales, pasando por la cultura… ¿en
qué se ve de manera más descarada y en qué no se ve?
-Desde que nacemos hasta
que nos morimos la Iglesia sigue actuando socialmente de una manera visible:
bautizos, comuniones, confirmaciones, matrimonios, viático, muerte, funerales…
Las fiestas religiosas y sus correspondientes procesiones siguen intactas.
La presencia de la Iglesia
en instituciones públicas es anticonstitucional, y, sin embargo, sigue siendo
omnímoda en muchas de ellas: cuarteles, cementerios, escuelas, universidades,
hospitales, monarquía, ayuntamientos, comunidades autónomas, entes públicos
como la radio y la televisión. Todos los días y a cualquier hora, el Estado
está permitiendo que alguno de sus funcionarios incumpla el carácter neutral
que le es inherente según el artículo 16.3 de la Constitución. Y, obviamente,
los jueces no intervienen para nada ante tales delitos por rebelión contra la
Constitución.
Y hay televisiones, como
la 2 de TVE que sigue imperturbable retransmitiendo sus misas, y, por poner
otro ejemplo, Aragón/Televisión que, cuando llegan las fiestas del Pilar parece
como si el nacionalcatolicismo hubiese regresado con todo su esplendor. ¿Cómo
se puede tener una televisión de propiedad del ente público retransmitiendo a
todas horas el hecho transcendental para la historia de la humanidad, católica
se entiende, de llenar de flores una estructura metálica coronada por una
efigie que llaman Virgen del Pilar? ¿Solo existen católicos en Zaragoza? La
televisión de Aragón durante las fiestas del Pilar es la más inconstitucional
en materia religiosa de las que existen en el Estado y son propiedad de este.
- ¿Y al Concordato quién le pone
el cascabel?
-No parece, desde luego,
que haya nacido aún el gato que se atreva con ello. Además, ninguno de los
partidos políticos, incluidos los socialistas, se han dedicado a hacer
pedagogía sobre este asunto e ir preparando a la sociedad para que no sufra un
trauma civil cuando esto llegue. Un botín de guerra, como es ese Concordato,
atenta contra la ley de la memoria histórica, pues mantiene en pie un hecho que
ensalza a los vencedores de la guerra como si fueran héroes… La gente no repara
en que la mayoría del dinero que recibe la Iglesia por parte del Estado nace de
ese concordato y que, como he dicho, es fruto de la criminal connivencia entre
el régimen franquista y una Iglesia integrista.
-Lo de “Estado laico” es como un
lazo que se le pone a una democracia como “de adorno”-
-Es un sarcasmo, sí. Pero,
¿qué político de izquierdas ha hecho en la actualidad militancia laicista?
¿Cuándo se ha oído decir a un político que vivimos en un Estado Laico? Es
verdad que, nominalmente, España no es un Estado laico. A los políticos que
redactaron la constitución de 1978, les daba repelús dicha palabra y, por eso,
lo único a lo que se atrevió el texto constitucional es a establecer que el
Estado no profesa ninguna religión; por lo tanto, su neutralidad en esta
materia. Pero para ser neutral, menudo cómo se estira para corresponder con las
peticiones de la Iglesia católica… En la práctica, el Estado lleva
comportándose desde 1978 como un Estado confesional.
-Hay
un punto en que las tradiciones cuando están “tocadas” por lo religioso como
que son otra manera de no dejar de estar ahí, de hacerse los imprescindibles y
de cómo si sin ellos nada sería casi posible…perdona, pero esto es asfixiante,
¿no?
-El nacionalcatolicismo
sigue estando dónde estaba en esa materia. El problema de fondo es pensar y
aceptar que sin esas tradiciones religiosas la gente pierde su identidad, tanto
individual como colectiva.
El axioma de que ser
católico es la única manera de ser español, sigue vivo. Es una de las
consecuencias más nefastas para la convivencia del ser humano. Porque toda
tradición que se basa en elementos religiosos es excluyente y rechaza a los que
no van debajo del palio. Basar la identidad popular en tradiciones, cuyo
fundamento final está fuera de la sociedad no puede traer más que
enfrentamientos, algo que ya sucedió en el pasado. Es en lo único en que hemos
avanzado, que a los herejes, heterodoxos; en definitiva, a los librepensadores
no se los lleva ahora a la hoguera. Solo los jueces, cuando algún membrillo
cerebral considera que una frase blasfema es un atentado a los sentimientos
religiosos, los llevan a la cárcel aplicando un delirante código penal…
-¿Todo esto puede mirarse de
revertir?
-Como fruto dialéctico que
es, pienso que sí, pero estoy convencido de que yo no lo veré. Me gustaría
presenciar que el Estado cortara de cuajo el cordón umbilical del Concordato.
Será un espectáculo y espero que no termine en ruido de sables.
Ahora, solo queda asistir
al espectáculo que dan las derechas y las izquierdas, aunque menos, pero más
vergonzosas. En cuanto, se les recrimina su integrismo religioso, saltan a la
palestra como pulgas amaestradas del circo del ridículo.
-Pero el laicismo debería ser como
cosa de todos, más allá de los agnósticos, los ateos…si lo piensas bien a los
creyentes, sean o no católicos, también como que les debería de interesar, ¿no?
-Esta es una cuestión que
aún no está resuelta en la calle. A mucha gente le cuesta entender que laicos
somos todos los ciudadanos que no vestimos traje de cura. Por tanto hay laicos
ateos, creyentes, agnósticos, deístas, etcétera.
El laicismo no es
antirreligioso, ni anticlerical, ni, por supuesto, cosa de ateos. No es un
pensamiento religioso, ni antirreligioso. El laicismo solo pretende algo tan
elemental como higiénico, es decir, que el Estado y la Iglesia no supediten sus
intereses el uno al otro, sino que cada cual se dedique a lo suyo, como dijo
aquel, al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios.
El problema es que al
César más o menos sabemos lo que hay que darle, toda vez que maneja materiales
verificables y empíricos, pero nada sabemos de verdad qué es lo que pertenece a
Dios cuando este no existe, tampoco importa mucho que exista o no, pero da
miedo conocer a quienes han hecho de ese Dios su marca registrada, hablando en
su nombre, dictando normas, etcétera. Si Dios se hizo a su semejanza, esto
explicaría muchas cosas…
Lo que pide el laicismo es
una bienaventuranza: que la Iglesia se haga mayor de verdad y no sea una puta
-la puta de Babilonia, como dice la Biblia-, cortejando sus encantos al
servicio del Estado con tal de conseguir pingües ayudas económicas. También que
no pretenda imponer sus principios morales por encima de los valores civiles.
Finalmente, que sus servicios los ofrezca en el mercado que le es connatural:
la iglesia y la sacristía. En el resto de los lugares, chirría.
La religión nunca debió
dar el salto a las instituciones públicas. Ahí comenzó su degradación y
corrupción.
-
¿Por qué es necesaria y ya urge una separación radical entre toda religión,
incluida la Iglesia Católica y el Estado?
-Porque la Iglesia es,
ante todo y sobre todo, una depredadora institucional. Si no está por encima
del poder civil, no ha de parar jamás. Puestas así las cosas, la sociedad jamás
será mayor de edad si el Estado se hace corresponsable de sus actividades
teocráticas e integristas. La autonomía personal, la libertad en todas sus
gamas, solo lo puede garantizar una separación radical entre la Iglesia y el
Estado. Mientras siga haciendo la vista gorda a esa relación, el individuo
seguirá amenazado en el más esencial de sus valores: la libertada basada en el
ejercicio de su autonomía. La Iglesia no quiere ciudadanos libres y autónomos,
sino cristianos y católicos, que es muy distinto. Cuando lo segundo se antepone
a lo primero, hay que echarse a temblar.
-Como sociedad, de otra manera, es
imposible seguir avanzando, ¿verdad?
Entiendo que sí, que solo
un Estado laico puede garantizar la práctica de una autonomía y libertad
individuales, sin olvidar que el Estado tampoco es muy fino respetando dicha
autonomía y libertad.
-Amigo ¿cuándo los actos religiosos serán eso, actos religiosos en sus
lugares de culto y punto? ¿Cuándo dejarán de ir a ellos nuestros representantes
políticos como representantes políticos, luciendo bastón o banda de concejal?
-La formación política y
constitucional de los llamados representantes políticos en esta materia es nula
y nunca les ha interesado saber nada de la neutralidad religiosa o aconfesionalidad del Estado. Es curioso constatar que hasta
hace bien poco no se hablaba para nada de estos asuntos y la Constitución tiene
ya más de cuarenta años. Este país sufre un atraso monumental en esta materia y
no creo que se justifique solo por los cuarenta años de oscurantismo en que
sumió al país la dictadura franquista. La clase política y judicial no han tenido
ningún interés en hacerlo.
La monarquía también es
otro impedimento per se. Es una institución que no se entiende sin esa ligazón
con la Iglesia. La mayoría de edad de la hija mayor de este borbón
se celebró en Covadonga, ante una nutrida representación de la obispada
española.
-En el libro indagas mucho
históricamente en esa fusión entre la tradición, la política y la cultura…la
sociedad y todos sus elementos e influencias que ya resulta angustiosa, casi
inhumana…
-Desgraciadamente, quienes
defendieron otros caminos fueron apartados de la historia. El más escandaloso
fue el de Marsilio de Padua, cuya obra Defensor de la
Paz, es precursora del laicismo actual, sin olvidar que Marsilio
nunca habló de laicismo, ni de aconfesionalidad. Marsilio era un pensador cristiano, creyente, pero entendía
que la Iglesia no era un poder religioso; tampoco, que la religión fuera
fundamento de dicho poder, ni del que hacían gala los papas o los sacerdotes.
El poder civil siempre estuvo por encima de la Iglesia y de la Religión.
Defendían que quienes deseaban actuar en la esfera de lo civil, pidieran
permiso a este para hacerlo.
Hoy día, se considera que
sin religión el mundo se va al garete, cuando es evidente que el mundo se va al
garete de cualquier manera. Creer o no creer no es garantía de nada bueno.
Mejor dicho, quienes creen tienen más posibilidades de ser unos fanáticos y,
por tanto de ser unos ciudadanos peligrosos para convivencia humana.
-¿Hay amigo comunidades autónomas,
dentro del Estado Español, que se resisten más a realizar cualquier tipo de
separación entre tradición, costumbre, manifestación social e Iglesia? ¿las hay que también tienen sus administraciones política más
sumidas ante la Iglesia?
-No sabría decir qué
comunidad autonómica es la más meapilas en este terreno. Dado que la Iglesia es
ubicua, tengo la sensación -avalada por la información que refleja diariamente
el observatorio del laicismo-, que se llevan todas el canto
de una oblea.
En cuanto a las
instituciones públicas, al estar pobladas por políticos de distinta camisa y no
disponer protocolos establecidos por el Estado en aplicación del artículo 16.3
de la Constitución, el despelote confesional es absoluto. No hay partido
político -me refiero a las izquierdas, pues a las derechas les importa poco ese
artículo-, que no lo conculque en las fiestas religiosas de este país
asistiendo a procesiones en cuerpo de ciudad.
¿Cómo los políticos pueden
representar la ciudadanía en materia religiosa, siendo esta plural, y ellos
solo son católicos? ¿Acaso piensan que al hacer esta representación como
católicos también representan a los musulmanes, a los protestantes, a los
testigos de… o a los ateos, a los
agnósticos y a los deístas? La representación religiosa es una falacia. Uno
solo se representa a sí mismo y, a veces, a duras penas. Este concepto de
representación habría que dinamitarlo, porque es la piedra de toque en la que
se fundan muchos despropósitos irracionales de la clase política.
-La
influencia de la Iglesia y del palio…se hizo más acuciante con Franco y su
dictadura, pero como “el poder político” debió ver que “eso resultaba”…pues
venga se le va rienda suelta y a seguir…algún maquillaje, pero eso, maquillaje….
-Es lamentable, sí, que
los políticos de izquierda sigan manteniendo esa relación conductista entre
religión y votos. Especialmente, tal correspondencia se vive en poblaciones
pequeñas, pero, también, en ciudades aunque en menor medida. Solo la ciudadanía
es capaz de romper esta ligazón absurda. La religión solo tiene que ver con la
política en la medida en que se la instrumenta, es decir, se desnaturaliza,
algo que ha venido haciendo la Iglesia desde que se lió contra natura con el
Estado.
Las procesiones
religiosas, celebradas en los tiempos del innombrable, no han variado formalmente
lo más mínimo a los de ahora en que los políticos apelan tanto a la
Constitución. Lo terrible de este montaje es que la Iglesia lo aprovecha para
demostrar que aún sigue siendo una fuerza social, capaz de influir en política,
lo que debería darle vergüenza, pues su reino no es de este mundo.
-Otra vuelta de tuerca poner la
escusa “bueno es que esto siempre se ha hecho; es que es tradición” y yo no
puedo dejar de ir a la procesión, a la misa…
-Tradición era pasear la
cabeza de san Gregorio Ostiense por los campos cuando
se veían amenazados por el escarabajo de la patata. Tradición era sacar la
imagen de la virgen local en rogativa para pedir la lluvia ante una sequía o
impetrar su intercesión para repeler tormentas.
Las tradiciones tienen una
fecha de caducidad y esta viene determinada por el grado de mayoría racional de
las sociedades. Hasta que no se aplicó el arseniato contra el escarabajo de la
patata, la procesión de san Gregorio no entró en crisis y desapareció como tal
acto religioso. Y, en cuanto a la lluvia, la Iglesia sigue confiando en las
oraciones y en Meteorología, claro. El arzobispo de Barcelona, Gregorio Modrego
Casaús, consultaba en la década de los 50 a
Meteorología antes de dar permiso para celebrar tales rogativas. Las oraciones
nunca fallaban. Y en 2016, Juan
José Omella, arzobispo de la misma ciudad, enviaría
una carta a todos los capellanes de la diócesis pidiéndoles "que hagan plegarias, diariamente, en la
Eucaristía, para pedir la lluvia" y, también, organizar "rogativas
con la misma intención".
La iglesia pretende que
las tradiciones religiosas están fuera del tiempo y pertenecen a Dios, pero
decirlo es una melonada más y no ayuda en nada a ubicarlas en el contexto
cultural en que se vive.
De hecho, lo peor que le
puede sucede a las tradiciones religiosas es que reciban el apoyo del Estado y
ciertos políticos las justifiquen asistiendo a ellas como representantes de
municipios y distintas instituciones públicas.
-Amigo, ¿qué hoja de ruta se debería
poder seguir para separar totalmente Estado e Iglesia?
-Lo más higiénico sería
romper el Concordato con la santa Sede. Es una humillación para el Estado que
siga funcionando, pues torpedea cualquier decisión del Estado en temas tan
importantes como el de las subvenciones económicas a la Iglesia.
Mientras llega esa feliz
noticia, se hace necesario y urgente un desarrollo protocolario y pragmático de
lo que supone en materia de neutralidad religiosa el artículo 16.3 de la
Constitución y su aplicación en las instituciones públicas. La mayoría de los
políticos ignoran la neutralidad religiosa que consagra la Carta Magna y cómo
se debe actuar en procesiones y actos religiosos en los que se ven
involucrados, es decir, no participando en ninguna de ellos representando al
Estado, sino tan solo a sí mismos, como sujetos y personas creyentes
y amantes de las tradiciones.
Como se ve, no hace falta
apelar al ateísmo o al anticlericalismo, pues estos nada tienen que ver con el
laicismo. De hecho, suelen ser los creyentes quienes con más fuerza exigen
ambas peticiones, pues consideran que mantener el Concordato va contra la
esencia del cristianismo, y no respetar lo que marca la Constitución, contra la
pluralidad ciudadana.
- Víctor, ¿nos puedes dar alguna
pista de lo que vas trabajando en la actualidad?
-Después de dedicarme a recuperar la
documentación existente en el archivo de Villafranca (Navarra) sobre la época
del racionamiento, estoy en la fase de su redacción.
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