La
Librería de El Sueño Igualitario
Estamos ante un libro que es todo un homenaje,
de la A a la Z, a las víctimas del holocausto
andaluces. Así lo lleva el subtítulo: Andaluces en los campos nazis. El libro,
editado por Aconcagua está coordinado por Ángel del Río, pero escrito por Rosa
Torán, María Cabillas y Eduardo Montero( en la realización del DCVD). Es un
libro excelente: desde el contenido al continente. Me explico , el contenido
tiene y retiene un trabajo de documentación magnífico y la documentación va ,
desde lo que nos cuentan( aquello que nos explican con palabras) hasta lo que
nos aportan de material gráfico y demás(datos de todo tipo y acercamiento a
testimonios directos de aquel holocausto). Desde el continente, me refiero a
que el libro además de acercarnos, tan sensible como atractivamente a los
andaluces en los campos nazis, también lo hace con un DVD ( bajo la realización
y la mirada de Eduardo Montero), lo que enriquece, mucho más el texto ( en sí
mismo ) y las aportaciones gráficas. Todo vale mucho la pena y es más que
emotivo, conmovedor.
El libro se presentó en
Granada a finales de Enero del presente año y es muy aconsejable para todos
aquellos que “gustan” de acercarse a la memoria de los que fueron “presos” del
holocausto que vivieron los republicanos.
El libro, señalar, que
si bien ha sido editado por una de las editoriales más consagradas en esto de
la recuperación de la Memoria Histórica, Aconcagua, ha sido patrocinado por el
Centro de Estudios Andaluces y ha contado con la colaboración de la CGT, la
Dirección General de Memoria Democrática, Amical de Mauthausen e Intermedia Producciones.
Lo que nos aporta la
mirada de Aconcagua:
A pesar de la abundante literatura existente
sobre las víctimas del nazismo, el drama de la deportación de los republicanos
y antifascistas andaluces a los campos nazis sigue siendo un tema muy desconocido.
Todavía es predominante la idea de que los campos de concentración fueron
ideados para el exterminio del pueblo judío en exclusividad. Y genera
contrariedad, estupor y sorpresa que en esos siniestros recintos hubiera
personas vestidas con raídos trajes a rayas que hablaban con acento andaluz y
soñaban con sus pueblos.
La obra ofrece un impactante documental y una
serie de textos de carácter divulgativo donde se desgrana, desde distintas
disciplinas, la trayectoria de estos republicanos andaluces y españoles y la
perversa naturaleza del universo concentracionario
nazi. El testimonio desgarrador, tanto de los deportados supervivientes, como
de los familiares, especialmente de las mujeres, que quedaron sumidos en la más
absoluta incertidumbre y desolación ante la falta de noticias de sus seres
queridos, adquiere un valor fundamental como herramienta pedagógica que
favorezca el debate y la enseñanza de ese episodio de nuestra historia para la
promoción social de los valores éticos y la cultura de paz.
Sobre los autores:
Ángel del Río: http://politicasdelamemoria.org/es/angel-del-rio-sanchez.html
http://www.todoslosnombres.org/php/verArchivo.php?id=6
Rosa Torán: http://www.grup62.cat/autor-rosa-toran-belver-000050789.html
http://www.vilaweb.cat/noticia/1282565/20050510/noticia.html
María Cabillas: http://investigacion.us.es/sisius/sis_showpub.php?idpers=12071
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero27/desplaza.html
Eduardo Montero: Documentalista, desde su vocación autodidacta, ha venido
desarrollando su vocación y su labor profesional en su ciudad natal como
realizador y guionista. Desde sus inicios ha desarrollado diferentes trabajos
para televisión hasta que en 1999 comenzó una nueva etapa dedicada a la
película documental. Ha codirigido, entre otros, Presos del silencio (2003) y
Bendito simulacro (2013).
Cazarabet conversa con Ángel del Río:
-Ángel,
la primera pregunta es muy obvia: ¿por qué un libro sobre los andaluces en los
campos nazis?
Porque es un tema todavía desconocido para
la generalidad. Existe una amplia bibliografía y filmografía científica y
divulgativa sobre el universo concentracionario nazi
y, en cambio, se sabe poco de la presencia de los republicanos españoles en
esos siniestros recintos. Como señalan diversos especialistas, España es de los
estados europeos con menor cultura del holocausto y lo poco que se sabe viene
determinado por la ficción literaria y cinematográfica. Es muy lamentable este
desconocimiento, sobretodo, porque los republicanos y antifascistas españoles
desempeñaron un papel de gran valía y dignidad en los campos.
-Ángel, ¿cómo ha sido
el trabajo de documentación de este libro?
El libro, que contiene también, como
producto fundamental, un documental, ha sido fruto de un esfuerzo colectivo de
varios años. En el libro participa Rosa Torán, una de las historiadoras más
prominentes en la materia con una larga y fructífera trayectoria investigadora
sobre la deportación republicana; una psicóloga, María Cabillas, especializada
en las narrativas personales vinculadas a la construcción de la memoria del
holocausto nazi, y yo como antropólogo que he trabajado principalmente con los
testimonios de supervivientes y familiares. Además, están los realizadores de
Intermedia Producciones encabezados por Eduardo Montero que han sido los
artífices de la confección de un impactante documental que ha tenido su
reconocimiento en el mundo del cine en Andalucía con el premio en 2013 al mejor
documental andaluz (premio ASECAN-SGAE). En todos los casos, a la rigurosa y contrastada
labor profesional se le une una vinculación afectiva y militante de
reivindicación de la memoria de la deportación. Esta dimensión es
inquebrantable y va unida a la tarea investigadora, esto es, el trabajo debe
trascender el ámbito académico y especializado y tiene un fin mayor de
reconocimiento y promoción de los valores éticos que entraña el drama de la
deportación y el universo de los campos nazis. De otra manera no hubiera sido
posible.
-¿Cómo habéis hecho
para la metodología de trabajo y para la coordinación del libro-DVD?
Ha primado, sobre otras cuestiones, un
imperativo moral: este trabajo se concibe como una deuda social con todas estas
personas que se rebelaron contra las injusticias de su tiempo y que sufrieron
el fascismo y el nazismo y cayeron en el más injusto de los olvidos. Rescatar
sus vidas, reflexionar sobre sus vicisitudes y divulgarlas con un formato
sencillo y pedagógico estaba por encima de todos las dificultades económicas y
presupuestarias con los que hemos tenido que lidiar durante casi cinco años. El
motor ha sido la ilusión.
-Ángel se trata ésta de historias de republicanos españoles
(concentrándote en los de origen andaluz) que: primero perdieron su guerra y
con ello la II República, que luego fueron abocados al exilio, donde Francia,
sobretodo, les abocó al desconcierto, a la realidad cruenta de la hipocresía y
de la pérdida de los valores republicanos, a la traición y a sus propios campos
de concentración. Háblanos, amigo Ángel, de ese paso por el exilio y los campos
franceses…
Esta odisea forma parte del ignominioso
olvido existente sobre el exilio republicano que llevó a medio millón de
personas a cruzar los Pirineos en el invierno de 1939. Apenas se sabe nada de
la vida de 275.000 republicanos hacinados en improvisados campos de
concentración sin las mínimas condiciones de habitabilidad. Los testimonios de
los supervivientes son todos muy similares y en ellos destacan la enorme
frustración que suponía que el país que había establecido los nobles conceptos
de libertad, igualdad y fraternidad, los acogiera como seres apestados. En
cualquier caso, me llamaba mucho la atención en las entrevistas, que pese a
esas durísimas circunstancias por las que atravesaban, todavía pensaban que la
guerra contra Franco la iban a ganar. Eso dice mucho de este colectivo que
todavía mantenía intactos sus ideales. Max Aub los
retrata muy bien en “Campo de los Almendros”: “Estos
que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin
lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados,
son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase,
son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con
sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por
la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les
importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos,
derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía
en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo
mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides”
-Luego, llega la
invasión de los alemanes, la II Guerra Mundial y la deportación a los campos de
concentración / campos de exterminio nazis ¿Cómo fue ese paso para los
republicanos (teniendo en cuenta los testimonios que has podido ir
recopilando)?
Fue terrible. En un primer momento, los
republicanos que fueron apresados en los meses posteriores a la invasión
alemana y que pertenecían a las Compañías de Trabajadores Extranjeros que
estaban refortificando la Línea Maginot,
o que estaban encuadrados en unidades de la Legión Extranjera o de los
Batallones de Marcha del ejército francés, son conducidos a los Stalags, que son campos donde se les respeta la condición
de prisioneros de guerra según la convención de Ginebra. Pero muy pronto a los
españoles se les aparta del resto de prisioneros de otras nacionalidades, se
les declara apátridas, “rojos españoles”, y se les deporta al campo de no
retorno de Mauthausen. Todo ello con la connivencia del gobierno de Franco que
se desentendió de ellos por completo. Los republicanos estaban totalmente
ajenos al destino que les habían diseñado. Al largo proceso de desgracias que
venían sufriendo desde años atrás se suma una más, para la inmensa mayoría la
última: la deportación a un campo de exterminio. Ya lo avisaba el inhumano
transporte en tren de varios días, hacinados, sin alimentos ni agua, a un
destino incierto. Todos los supervivientes recuerdan con aprensión el viaje y
la entrada y los primeros días en el campo. Ya sabían que aquél sería un sitio
para morir.
-Bueno, explícanos, pero sobretodo explica a todos nuestros
lectores: ¿cómo ha sido el acercamiento a los testimonios?; ¿A cuántos
has podido entrevistar?; ¿qué te ha aportado esa experiencia?
Para nosotros conocer a estos
supervivientes ha sido una experiencia excepcional y yo diría también que
irrepetible. Ha sido fascinante tratar a estas personas hasta entablar amistad.
En el momento de las entrevistas, en su mayoría rondaban los noventa años, pero
sorprendía la vitalidad de estos hombres con una experiencia vital
verdaderamente apasionante. Todos ellos condensan en sus vidas los grandes
dramas del siglo XX: miseria degradante, ilusión republicana, revolución,
guerra, exilio, campos de concentración y exterminio, genocidio… a la vez que
representan los grandes ideales emancipatorios por la
libertad, la igualdad y la justicia social. Llama la atención que todavía sigan
siendo, a su modo, activistas contra el fascismo y por la memoria republicana.
En el transcurso de la investigación y en las diversas visitas que hemos
realizado al campo de Mauthausen para conmemorar la fecha de su liberación el 5
de mayo de 1945, hemos contactado con bastantes de los deportados españoles que
quedan con vida, aunque para nuestro trabajo nos hemos centrado en siete
andaluces supervivientes –quizás los últimos– por diversas razones: porque
estos andaluces, a diferencia de otros deportados con mayor proyección
mediática de otros territorios del Estado, apenas eran conocidos, incluso en su
propios pueblos de origen. Y también por la ausencia de un estudio de carácter
divulgativo en Andalucía, tal como se ha hecho en otras comunidades. En
cualquier caso, los deportados nos acogieron con un gran cariño e interés y se
implicaron de inmediato de manera generosa en el proyecto. Todas las
entrevistas las realizamos en sus domicilios en distintas localidades de
Francia, salvo una de un almeriense que vivía en Montevideo (ya fallecido), que
la hicimos en Sevilla, aprovechando una visita a la capital andaluza. Fueron
momentos de gran emoción compartida inolvidables.
-¿Por qué se desconoce
tanto la etapa esclavista, puramente esclavista, de los deportados republicanos
españoles en los campos nazis?(pura explotación vs exterminación de la mano de
obra)
En España hay un desconocimiento
generalizado sobre el universo concentracionario más
allá de ciertas imágenes tópicas proporcionadas por la ficción cinematográfica.
La explotación de la mano de obra de los deportados era un objetivo esencial y
prioritario del Tercer Reich. Hablamos de millones de
víctimas sometidas a la esclavitud para beneficio de las SS y de las numerosas
empresas privadas alemanas que se beneficiaron del trabajo esclavo. Y estaba
clara la consigna, cuando un deportado ya no era productivo debido al
debilitamiento, iba a la cámara gas y a los crematorios.
-¿Qué campo de concentración albergó a más andaluces?
El complejo concentracionario
de Mauthausen, su campo central y, especialmente, el subcampo
de Gusen, ha sido el destino trágico de la mayoría de
los 9000 republicanos españoles, entre ellos 1500 andaluces. De ellos, solo un
tercio logró sobrevivir. Pero también hubo deportados en otros campos de la
Alemania nazi, algunos tan conocidos como Auschwitz.
Los republicanos que fueron apresados por su participación en la Resistencia
francesa en los años 1942, 1943 y 1944 fueron deportados mayoritariamente a los
campos de Buchenwald, Neuengamme,
Dachau, Bergen Belsen, Flossemburg, Ravensbruck y otros
-A veces cuando se habla del holocausto
de los republicanos….parece que “apartemos” ,un poco ,a las mujeres que
sufrieron su propio campo nazi en Ravensbruck. ¿Cómo
fue su paso por este campo?
Las mujeres republicanas que fueron
deportadas a los campos nazis ocupan una posición, en cuanto a número, menor a
la de hombres: en torno a 100 y apenas cinco andaluzas. Fueron deportadas por
su participación en actividades de resistencia contra los nazis al campo de mujeres
de Ravensbruck mayoritariamente, otras acabaron sus
días en Auschwitz, y otras recalaron más tarde en
Mauthausen. El sistema de degradación, humillación, explotación y exterminio de
mujeres y niños en Ravensbruck es exactamente igual
al de otros campos. Afortunadamente se cuenta con estudios y memorias como las
de la superviviente Neus Catalá de gran interés sobre
esta cuestión, efectivamente, aún más desconocida.
-Supongo que los andaluces, hombres y
mujeres, que fueron presos en los campos nazis se diferencian poco,
sociológicamente hablando, del resto de españoles presos en los
campos nazis….¿Qué características sociológicas tenían todos?
A las lógicas diferencias culturales de
pertenencia a un territorio u otro del Estado español, hay otras determinadas
por las respectivas estructuras sociales de procedencia. La mayoría de los
andaluces, a diferencia de deportados de otras comunidades, provienen del medio
rural y eran jornaleros sin tierras. Aunque, efectivamente, hay características
comunes en todos ellos en cuanto a edad, primando los jóvenes, y adscripciones
políticas que se reparten por todo el espectro de la izquierda partidista y
sindical. En cualquier caso, hay un nexo común que une a todos y es su
condición de antifascistas.
-Supongo que hubo diferencias entre el estar preso en un campo o en
otro. ¿nos puedes acercar a las más incisivas y trascendentes?
Las diferencias no hay que buscarlas tanto
en los campos como en los destinos dentro del mismo campo. El sistema concentracionario era similar en todos y tenía como fin
último la degradación de la condición humana con una vertiente represiva y
económica que afectaba, en última instancia, a todos los deportados.
Lógicamente no era lo mismo trabajar en una cantera que en la cocina, en la barbería,
o en la carpintería. La supervivencia dependía de muchos factores, el destino
era uno de ellos. Resultan igual de estremecedores los testimonios sobre el
trabajo extenuante en una cantera acarreando pesadas piedras de granito, o
haciendo una carretera en un valle nevado a quince grados bajo cero, que otros
donde el deportado te cuenta como humillan o asesinan a un compañero de la
manera más cruel. Todo estaba diseñado para la humillación. En buena medida,
los republicanos, por sus convicciones ideológicas y bagaje político de lucha y
resistencia, trataron de no degradarse y mantenerse dignos. Algo verdaderamente
épico.
-A menudo obviamos un
poco a los familiares de los presos que son las víctimas indirectas, las colaterales….Háblanos
un poco de ellas porque en el proceso del libro te habrás acercado y habrás
conocido a no pocos familiares….
Efectivamente, son las otras víctimas del
nazismo, que quedaron sumidas en el dolor y la incertidumbre por la
desaparición del ser querido, sin noticias y estigmatizadas durante la
dictadura de Franco. En el transcurso de la investigación, en algunos casos,
hemos sido nosotros los que hemos comunicado a una persona que se padre, tío o
abuelo al que han dado desde los años de la guerra civil por desaparecido,
tenía fecha de defunción en un campo nazi. Se quedaban helados. El trato con
multitud de familiares, especialmente con mujeres, hijas de deportados, ha sido
muy emotivo y aleccionador en el sentido que descubres unas historias
espeluznantes de todo lo que tuvieron que padecer estas familias “rojas” en la
oscura España de Franco. En los extras del dvd que
acompaña el libro se han seleccionado una serie de familiares con un testimonio
muy indicativo de la situación padecida durante tantas décadas, incluidas las
de democracia. También, es digno de destacar el entusiasmo que han tenido estas
familias por rescatar del olvido a sus seres queridos y trascenderlos
socialmente.
-La pregunta es un poco reincidente,
pero necesaria. Ángel, ¿por qué es tan necesario este ejerció de “recordar” y
de “ hacer memoria”?
Por responsabilidad. Los que sobrevivieron
al horror de Mauthausen firmaron un documento días después de su liberación
llamado “Juramento de los supervivientes” en el que se apela al deber ético de
recordar. Los supervivientes jamás han olvidado a tantísimos compañeros
torturados, asesinados; eso está incrustado en su propia identidad y ha
modelado una personalidad diferente, única. Los deportados han dedicado buena
parte de sus vidas a mantener viva la llama del recuerdo. Recordar es, como
decía José Saramago, vivir y mantener vivos los sueños. En sus sueños están las
convicciones que les llevaron a luchar por otro mundo posible y el alto precio
que tuvieron que pagar por ello. Hay tanto que aprender de ellos… y hoy día,
con más urgencia que ayer, es necesario tener presente todas las lecciones que
nos legaron del ¡Nunca más! en un momento de más que inquietante ascenso de la
extrema derecha en Europa con proclamas abiertamente racistas, xenófobas,
homófonas y machistas, y políticas públicas discriminatorias que atentan contra
los derechos humanos. El fascismo adopta nuevos rostros y hay que estar alerta
para combatir cualquier tipo de discriminación. En este sentido hay que destacar
la labor de la asociaciones memorialistas y gentes e instituciones que han
tomado conciencia sobre el asunto y entre ellas a la Amical de Mautahusen y otros campos y de todas las víctimas del
nazismo de España que desde 1962, en plena clandestinidad, hasta nuestros
días, ha trabajado incansablemente para que todo esto no caiga en el olvido y
sirva de lección ejemplar en el empeño de la promoción de los valores éticos y
la cultura de paz.
15669
Memoria de las
cenizas. Andaluces en los campos nazis. Ángel Del Río, (coord.), Rosa Torán, María Cabanillas y Eduardo Montero
224 + DVD 23 x 17 cms.
18,00 euros
Aconcagua
Incluye DVD con el mismo título
(Eduardo Montero).
Patrocina: Centro de Estudios Andaluces. Colaboran: Dirección General de
Memoria Democrática, CGT, Amical de Mauthausen y Otros, Intermedia
Producciones.
A partir de la abundante literatura existente sobre las víctimas del nazismo,
el drama de la deportación de los republicanos y antifascistas andaluces a los
campos nazis sigue siendo un tema muy desconocido. Todavía es predominante la
idea de que los campos de concentración fueron ideados para el exterminio del
pueblo judío en exclusividad. Y genera contrariedad, estupor y sorpresa que en
esos siniestros recintos hubiera personas vestidas con raídos trajes a rayas
que hablaban con acento andaluz y soñaban con sus pueblos.
La obra ofrece un impactante documental y una serie de textos de carácter
divulgativo donde se desgrana, desde distintas disciplinas, la trayectoria de
estos republicanos andaluces y españoles y la perversa naturaleza del universo concentracionario nazi. El testimonio desgarrador, tanto de
los deportados supervivientes, como de los familiares, especialmente de las
mujeres, que quedaron sumidos en la más absoluta incertidumbre y desolación
ante la falta de noticias de sus seres queridos, adquiere un valor fundamental
como herramienta pedagógica que favorezca el debate y la enseñanza de ese
episodio de nuestra historia para la promoción social de los valores éticos y
la cultura de paz.
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