La Librería de El Sueño Igualitario

Sin-título-1.jpgCazarabet conversa con...   Antonio R. Celada, editor del libro “Boadilla” (Amarú) de Esmond Romilly

 

 

 

 

Un libro de Esmond Romilly sobre cómo acontecieron los episodios de la Guerra en España en esta población de Madrid.

Lo edita Amarú con rigor y valentía abriendo la brecha a otros seis libros sobre corresponsales y la prensa durante la Guerra en España.

El libro retrata muy bien y de manara como muy llana y amena cómo fueron aquellos primeros meses de guerra en España.

La sinopsis sobre el libro:

Boadilla representa uno de los relatos más frescos y mejor documentados sobre los primeros meses de la Guerra Civil española. Se trata de una narración ágil, llena de vivencias y pulsiones emocionales, que detalla con gran fuerza descriptiva los sentimientos encontrados de los primeros brigadistas que llegaron a nuestro país para luchar en la guerra. Escrito por un joven voluntario de tan solo 19 años, evoca por un lado el candor y la inocencia ética que caracteriza a la juventud pero, por otro, entraña una reflexión sólida y madura sobre temas tan sugerentes como el miedo, la culpa, el abuso de poder, el pacifismo o el concepto de héroe.

Quizás te vaya bien conocer y aproximarte: https://es.wikipedia.org/wiki/Jessica_Mitford

https://es.wikipedia.org/wiki/Jessica_Mitford

 

 

 

Cazarabet conversa con Antonio R. Celada:

boadilla (1).jpg-Amigo, ¿cómo era Esmond Romily? y ¿cómo fueron sus primeros días en la Guerra de España? (me refiero aquí a su etapa como corresponsal y cronista).

boadilla (2).jpg-Esmond Romilly vino la primera vez a España como brigadista entre octubre y enero de 1936 y la segunda como cronista eventual para The News Chronicle desde febrero a junio de 1937. Las dramáticas vivencias experimentadas como brigadista las plasmó en un magnífico relato testimonial titulado Boadilla que escribió precisamente durante esos meses. En realidad su estancia en el País Vasco como cronista fue pasajera ya que no ejerció como tal si no en contadas ocasiones. Se había escapado con su novia, Jessica Mitford, en febrero sin conocimiento de sus respectivas familias y las presiones desde Inglaterra fueron tan fuertes que al final, una vez localizados en Bilbao, tuvieron que regresar aunque no a Inglaterra sino a Bayona desde donde enviaba alguna colaboración al periódico y traducía algún reportaje para la agencia Reuters. Durante su estancia en Bayona escribió el manuscrito de Boadilla que publicaría a su vuelta a Inglaterra pero de sus escasas crónicas no tenemos constancia.

-Son textos de alto valor testimonial, libros escritos por corresponsales de guerra y brigadistas o “voluntarios de la libertad” que lucharon al lado de la República contra el nazismo y el fascismo en España. En algunos autores se dio la doble condición de corresponsales y brigadistas…

-Efectivamente hubo muchos casos de brigadistas que primero vinieron como corresponsales y después se alistaron en las brigadas y al contrario varios que vinieron como brigadistas y luego se quedaron como corresponsales. En lo referente a brigadistas de habla inglesa los casos más conocidos son los de John Cornford (1915-1936) que primero vino como corresponsal y estuvo en el frente de Aragón (tiene poemas muy célebres sobre sus vivencias allí) y después como brigadista combatiendo en la Ciudad Universitaria y en Lopera donde moriría. Keith Scott Watson (1912-¿???) vino primero como brigadista pero tras sus dolorosas experiencias en el Cerro de los Ángeles con el grupo de Esmond decidió que el frente no era para él y se quedó en Madrid como ayudante del conocido corresponsal Sefton Delmer. A su vuelta publicó un libro muy conocido, Single to Spain, que acaba de publicarse en español en la misma colección que Boadilla bajo el título Rumbo hacia una España en guerra.

Los relatos que los brigadistas publicaron a su vuelta tienen efectivamente un valor testimonial notable ya que narran sus vivencias de forma muy espontánea y fresca, al contrario que los publicados por los corresponsales que con frecuencia responden a los intereses editoriales de los periódicos que representan. Esmond en el prólogo a Boadilla señala, “esta narración es un relato personal sobre el Grupo Inglés… no es un documento político y no busca servir de propaganda… tampoco intento dar una lección de historia” (p.79). Podemos leer en esta cita tres palabras importantes: política, propaganda e historia. En varios pasajes del libro nos muestra su desconfianza sobre los corresponsales que visitan el frente ya que las experiencias que él había tenido con la prensa en Inglaterra no habían sido de su agrado. Desgraciadamente, fueron varios los corresponsales  que utilizaron su condición de tales para influir en la opinión pública británica manipulando aspectos de la historia o revistiendo su testimonio de propaganda.

-¿Por qué Boadilla?

-Boadilla fue el título que el autor eligió como homenaje a sus compañeros muertos. Presenció escenas trágicas en El Cerro de los Ángeles y la Ciudad Universitaria pero los miembros de su grupo iban sobreviviendo hasta que llegó la masacre en Boadilla donde sólo dos salieron ilesos. El título ha de leerse como una cortesía afectuosa hacia los caídos. Pero el libro no sólo habla de esta batalla, incluye las vivencias de todo el grupo de los Thaëlmann, de sus preocupaciones políticas, de sus angustias (muchos habían huido de las persecuciones nazis) y de sus lealtades a principios tan sagrados para ellos como la defensa de la democracia y la libertad.  Hay capítulos magníficos, muy completos, donde reflexiona sobre conceptos como el comunismo o el marxismo; otros más frescos donde lo que prima son reflexiones sobre “el quehacer cotidiano” del grupo y las relaciones –tensas a veces- entre los distintos miembros.

-¿Su vinculación con la izquierda, más concretamente el comunismo fue lo que le coaligó a España? o ¿le pesó más el antifascismo?

-Ésta es una pregunta interesante. Son muchos los estudiosos, simpatizantes e incluso historiadores que quieren pensar que casi todos los voluntarios eran comunistas. No fue el caso. Hoy en día, con todos los archivos abiertos, sabemos ya que la mayor parte llegaron ayudados por distintos partidos comunistas (principalmente el francés, el británico y el americano) pero ello no quiere decir que militaran en el partido. En sus fichas de inscripción la mayor parte prefería que figurara la etiqueta de “antifascista” y, según la mayoría de fuentes consultadas, un porcentaje muy alto de ellos se inscribieron en el partido durante 1936 y 1937 justo antes de llegar a España o ya en España.

En lo referente a Esmond Romilly queda muy claro en la introducción y en varios pasajes del libro que él no era militante comunista (pertenecía al Partido Laborista) pero además era muy crítico con los posicionamientos doctrinarios de algunos de sus compañeros comunistas en el grupo. Él era rebelde, obstinado y entusiasta, y no hubiera aguantado la disciplina férrea de un partido que exigía un sometimiento total a sus miembros. En cualquier caso, se siente mucho más a gusto con la etiqueta de “antifascista”

-También era pacifista, pero a la vez que el fascismo cobra más fuerza y virulencia en España… él se aleja del pacifismo y entiende que para vencer al fascismo en España hay que luchar, y se alista en las BBII. Explícanos y reflexiónanos, un poco, ese “particular viaje”…

Efectivamente, ya en los años de su estancia en WELLINGTON COLLEGE cuando aún era muy joven manifestó sus primeros síntomas de rebeldía al declararse pacifista y negarse a alistarse en los O.T.C., un programa de entrenamiento militar de cierta dureza que intentaba potenciar el liderazgo militar de los alumnos.  En el trascurso del libro, menciona con frecuencia y reflexiona con madurez sobre esta postura “Te conviertes en un verdadero pacifista cuando conoces de cerca el miedo atenazador [en el combate] (p. 231). Termina el libro con un párrafo que creo transmite una carga tremenda de desengaño, impotencia y frustración: “No soy un pacifista, a pesar de que desearía que fuese posible controlar tu propia vida sin la intromisión de ese horrible monstruo de poder y muerte que es la guerra y sus preparativos [pero] me he dado cuenta… de que nunca habrá paz o cualquiera de las cosas que nos gustan y anhelamos en la vida, hasta que esa mezcla de especulación, interés desmedido, pasiones bajas y brutalidad organizada que es el fascismo haya sido barrida de la faz de la tierra”. (p. 258)

Boadilla para él supuso un viaje iniciático que destruyó sus sueños adolescentes. Allí perdió su inocencia ética. Cuando llegó a España era joven, idealista, romántico y genuinamente altruista; a su regreso experimenta una tremenda sensación de derrota, frustración e impotencia que sólo Jessica Mitford, la que más tarde sería su mujer, logrará encauzar. Cuando tras su matrimonio con Jessica logra ya una cierta estabilidad emocional, escribe Boadilla que le servirá de válvula de escape para liberar sus miedos y volver a coger confianza en sí mismo. Las reflexiones que hace a nivel humano generan una gran complicidad en el lector al detectar esa chispa de redención que el autor necesita. Cuando teoriza sobre las debilidades humanas: el miedo, la culpa, el sufrimiento, el dolor, etc., lo hace con una madurez que sorprende para su edad. Allá en el fondo, el lector no puede olvidar que el autor tiene sólo 19 años cuando escribe y la complicidad es manifiesta. Cuando dice que “por muy justa que sea una guerra será siempre sucia y terrible” (p.80) y cuando concluye al final que “aterra… comprobar que el mundo no se para porque esos hombres hayan muerto” (p. 258) es cuando logra transmitir esa sensación de impotencia ante lo inevitable de la que solo la madurez emocional te hace acreedor.  

-Rompió muchos moldes porque venía de familia aristócrata…      

boadilla (4).jpg-Sí, el autor pertenecía a una familia acomodada más que aristocrática: alumno de Wellington, un colegio privado y elitista, institución que criticó con dureza junto con su hermano Giles en el primer libro que ambos escribieron cuando Esmond tenía solamente 15 años. La prensa británica solía referirse a él como el sobrino rebelde de Winston Churchill, debido a su parentesco con dicho político, pero a él esa coletilla le molestaba. Varios de sus profesores lo definían como un joven muy inteligente y precoz que mostraba una profunda rebeldía en contra de lo establecido. Era indisciplinado hasta la insolencia: se escapó del colegio, abandonó el hogar familiar, participó en revueltas callejeras en Londres hasta terminar en un correccional, viajó a España sin avisar a sus padres, se casó sin el consentimiento familiar y se enroló en la RAF canadiense para combatir en la Segunda Guerra Mundial dejando atrás a una mujer embarazada de la que estaba profundamente enamorado. El destino le jugaría una mala pasada ya que murió cuando su hija tenía sólo unos meses.

-Bueno, termina cayendo enfermo y  volviendo a Inglaterra, recuperándose, conociendo a una prima y casándose con ella, Jessica Mitford  y volviendo con ella, tanto o más antifascista que él, a España para trabajar, ya, como periodista para el News Chronicle. Explícanos un poco por favor…

-Cuando Esmond vuelve a Inglaterra desde España en enero de 1937 está físicamente exhausto y psicológicamente roto. Tras ser reconocido en un hospital en Londres, el doctor le recomienda descanso y vida sana en el campo. Se va a pasar una temporada con una tía en la campiña inglesa y ella le organiza fiestas y encuentros con otros chicos y chicas de su edad. En uno de esas reuniones conoce a Jessica, se enamora de ella, y eso va a suponer para él una inyección de moral tremenda. Pocas semanas después, y a petición de ella que llevaba ya tiempo planificando cómo venir a España, deciden trasladarse al País Vasco (la ofensiva rebelde estaba cerca) para lo que Esmond consigue una acreditación como reportero del News Chronicle. Tras avatares varios, se produce una verdadera “busca y captura” de la pareja pues se habían escapado sin el consentimiento familiar. Llega a intervenir nada menos que Anthony Eden, a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores; les localizan en Bilbao, les obligan a subir a un barco británico y abandonan España.  Desembarcan en Francia y, desde Bayona, Esmond envía reportajes cuando consigue alguna información y escribe Boadilla. El propietario del hostal donde se hospedan sabe español, escucha los partes de guerra a través de la radio, se los traduce a Esmond y éste elabora los informes que va a enviar al periódico. Una forma harto peculiar de convertirse en corresponsal.

-El matrimonio con Jessica Mitford le aporta una fuerza, algo especial. Coméntanos (quizás porque conseguir casarse no les fue fácil).

-Tanto Esmond como Jessica eran dos jóvenes rebeldes entre cuyas prioridades no estaba el matrimonio. Las tremendas presiones de los padres de Jessica para que formalizaran su relación surtieron efecto y el 18 de mayo de 1937 se casaron en el Consulado británico de Bayona en una ceremonia deslucida con dos únicas invitadas, sus respectivas madres que en palabras de Jessica “más que invitadas de boda parecían asistir a un entierro”. Esmond cedió porque estaba ya enfrascado en la redacción de Boadilla y necesitaba una concentración máxima. La estabilidad de la relación y el tener a su esposa al lado le proporcionó la tranquilidad y el sosiego necesario para rematar el manuscrito y hacer planes de futuro. Jessica era una mujer culta, muy madura también para su edad, muy inteligente y capaz de entender a la perfección a su marido. Con una visión muy similar de la vida, con preocupaciones afines e ideologías compartidas, consiguieron una envidiable relación para cuya estabilidad no necesariamente necesitaban los trámites legales exigidos al uso. En cualquier caso, era una forma más de mostrar su rebeldía pero no cabe duda que para Esmond supuso una gran estabilidad emocional que le ayudó a superar el drama que había vivido sólo unos meses atrás en España.

¿Por qué les fue, le fue tan especial a Romilly el frente de Boadilla?

-El libro abarca todas las vivencias del joven Romilly desde unas semanas antes de partir para España hasta la tragedia final en el frente de Boadilla. No es el libro típico que escribiría cualquier corresponsal. Él lo escribe desde la perspectiva del voluntario que ha cogido el fusil. Como ya mencionamos, no trata de dar lecciones de historia a nadie, lo único que pretende es testimoniar una tragedia para que el mundo recuerde a sus compañeros caídos. El libro está pensado como un homenaje a sus camaradas muertos en Boadilla y consigue, sobre todo en los capítulos finales, ese tono elegíaco que convierte el texto en algo muy genuino y sincero. De ahí que eligiera para su título el nombre del frente en el que cayeron. El capítulo 14, el último, se nos antoja como un testimonio auténtico, muy emotivo, de gran frescura narrativa; en algunos párrafos adivinamos incluso requiebros poéticos a pesar de la tragedia. Él había sido testigo de una gran gesta pero los “héroes” estaban muertos y eso le atormentaba. Necesitaba dejar constancia de aquella pérdida ya que irónicamente “sólo fueron importantes durante un día” (p.258). Entiende que su relato testimonial nos obligaría a recordarlos.

-Tuvo una breve, pero intensa vida, aunque muy dolorosa…la pérdida de su hija al poco de nacer; la pobreza en la que vivían y con la que emigraron a Estados Unidos y su lucha contra el fascismo que le llevó a alistarse a la Real Fuerza Aérea Canadiense donde, después de una misión de reconocimiento sobre Hamburgo en Alemania, su avión es derribado en el Mar del Norte en 1941.

-Efectivamente tuvo una vida corta pero muy intensa. Desde su fuga del colegio hasta su muerte, su historia (con el breve paréntesis de algunos meses en USA) está llena de emociones fuertes y sobresaltos. Reúne todos los ingredientes de un personaje de novela. Lo que yo cuento en la introducción desde su regreso a Inglaterra, no aparece en el libro pero el personaje sigue el mismo patrón de vivencias fuertes, desazones frecuentes y ocasionales alegrías. En pocas semanas podía pasar de la desdicha al éxtasis sin tramos intermedios.  Y lo que realmente le define como un personaje altruista, idealista y genuino es su decisión de alistarse como voluntario para luchar en la II Guerra Mundial. Puede que otros lo pudieran definir como un aventurero irresponsable. Habían conseguido una cierta estabilidad, estaban muy enamorados, su mujer esperaba una hija y el mundo les sonreía pero mientras los tanques nazis se adueñaban de media Europa él, que había luchado y perdido la primera batalla en España contra el fascismo, no podía hacer oídos sordos a una nueva llamada para ir al frente y se va.

boadilla (6).jpg-Romilly es casi “más popular” por quien se casó, Jessica Mitford y por la trayectoria que ella pudo llegar a atesorar que por él…quizás por haberse topetado con la muerte a tan temprana edad. Si hubiese sobrevivido a la II Guerra Mundial, ¿cómo te imaginas a Romilly?

-Sí creo que es muy injusto que su figura no sea más conocida. Cuando yo contacté con su hija para pedirle los permisos de edición ella respondió encantada renunciando a sus derechos y me comentó que ya era hora de que alguien en España se decidiera a traducir el libro de su padre. Aunque ella no llegó a conocerle le admiraba por lo que su madre le había contado. Pero no sólo era desconocido en España, tampoco se le conoce mucho en Inglaterra a pesar del parentesco con Winston Churchill. Puede que los continuos enfrentamientos con su familia y la huida a América jugaran en su contra y obviamente la muerte temprana terminó por eclipsar su figura. Yo creo que, de haber sobrevivido, las letras inglesas contarían hoy con un nombre de reconocido prestigio.                                                                              

Con respecto a Jessica hay que reconocer que supo abrirse camino, se convirtió en una figura relevante en la lucha por los derechos civiles en USA, militó en el CPUSA y publicó varios libros. La familia de los Mitford era muy conocida en la Inglaterra de aquel momento. Eran 6 hermanas y un hermano. Una familia conservadora, muy tradicional en la que Jessica era considerada la oveja roja (“the red sheep”) que como no podía ser de otra manera terminaría casándose con Esmond, la “oveja negra” de otra familia conservadora. Tal para cual. Tenía dos hermanas muy distintas a ella que defendían abiertamente sus simpatías confesas por el fascismo: Diana terminaría casándose con Oswald Mosley, líder del BUF (British Union of Fascists) y Unity se vanagloriaba de pertenecer al círculo íntimo de Hitler.  Cuando el 3 de septiembre de 1939 Inglaterra declara la guerra a Alemania ella está en Munich, sale de casa, se va al parque y se pega un tiro en la sien. No consigue acabar con su vida pero quedará impedida durante los pocos años que logra sobrevivir.

-Da escalofríos ver, observar cómo se van las vidas de personas que hubiesen podido dar tanto. Además la sonrisa de Esmond Romilly es de las que se le quedan al que la ve clavadas en la retina….vida exultante que trasladaba a sus escritos.

-Después de la publicación de Boadilla ya no disponemos de material alguno que nos permita hacernos una idea de cómo era Esmond y hasta qué punto la experiencia en España cambió su vida. Pero sí contamos con la autobiografía de Jessica (Hons and Rebels, 1960 [Ilustres y rebeldes]) en la que relata su vida en común y describe a su marido como una persona cercana, generosa, idealista y sobre todo un enamorado de la vida. Le interesaba la historia y la política pero sobre todo le atraía la idea de luchar por un mundo más justo. Según ella, Esmond “parecía poseer esa combinación mágica de determinación, inteligencia y coraje que le llevaría allá donde se propusiera” y como muchos otros muchachos de la década de los treinta seguía pensando que el futuro era aún de los jóvenes idealistas y que de ellos dependía cambiar ese mundo que tanto les disgustaba. Pensó que la mejor forma de colaborar para cambiar ese mundo era seguir en su lucha contra el fascismo y por eso decide regresar a Europa. Esa decisión que arruinaría su vida y la de su familia más cercana resulta ahora difícil de entender si la sacamos del contexto de los años treinta.

-Lo que más me sorprendió a mí y supongo que a la mayor parte de los lectores es la entrega y la lucidez con la que se expresa.

-A mí lo que más me sorprendió es que fuera un chaval de 19 años el que escribe con esa madurez. Como se resume en la contraportada, el relato “evoca por un lado el candor y la inocencia ética que caracteriza a la juventud pero, por otro, entraña una reflexión sólida y madura sobre temas tan sugerentes como el miedo, la culpa, el abuso de poder, el pacifismo o el concepto del héroe”. Efectivamente, es un testimonio muy emotivo que engancha al lector, está repleto de vivencias y pulsiones emocionales que seducen, la narración es ágil, plena de fuerza descriptiva, demuestra una gran lucidez para su edad y resume con gran habilidad la fuerza y la entrega a la causa que sentía el personaje.

-¿Sabes si cuando murió dejó escrito alguna especie de diario a modo de crónica diaria, aun estando combatiendo en la II Guerra Mundial?

-Lo más probable es que durante su estancia en España fuera escribiendo algún tipo de diario más o menos ordenado pero ni él ni su mujer hablan de esto. De algunas páginas de la autobiografía de Jessica y de algunas referencias dispersas que he encontrado en otros textos, deducimos que escribió bastantes cartas desde Inglaterra ya como ayudante de piloto de la RAF canadiense.  En ellas podemos leer entre líneas que lleva muy mal la separación y la lejanía de su mujer e hija. Los varios meses de ausencia le producen una profunda sensación de pérdida y una honda nostalgia; incluso colegimos una cierta alarma ante el peligro, un serio temor a que en cualquier momento la tragedia le toque a él como le tocó a sus compañeros en Boadilla. La nueva responsabilidad adquirida ante Jessica y su hija pesaba con gran fuerza ahora en su conciencia. Pero al final se impone el sentido del deber del soldado y su compromiso en la lucha contra el fascismo.

 

 

 

7059
Boadilla. Esmond Romilly. Edición de Antonio R. Celada
264 páginas    14 x 22 cms.
12 euros
Amarú


Boadilla representa uno de los relatos más frescos y mejor documentados sobre los primeros meses de la Guerra Civil española. Se trata de una narración ágil, llena de vivencias y pulsiones emocionales, que detalla con gran fuerza descriptiva los sentimientos encontrados de los primeros brigadistas que llegaron a nuestro país para luchar en la guerra. Escrito por un joven voluntario de tan solo 19 años, evoca por un lado el candor y la inocencia ética que caracteriza a la juventud pero, por otro, entraña una reflexión sólida y madura sobre temas tan sugerentes como el miedo, la culpa, el abuso de poder, el pacifismo o el concepto de héroe.

Ha sido editada "Boadilla", una novela inédita de Esmond Romilly, sobrino de Winston Churchill, sobre su lucha en la Guerra Civil al lado de los milicianos que defendían Madrid frente al asalto de las tropas de Franco con la ayuda de Hitler y Mussolini. Es el primer relato de un proyecto de varios profesores de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, encabezados por los catedráticos Román Álvarez y Antonio R. Celada, que se han lanzado a la traducción y difusión de la literatura angloamericana desconocida en España sobre la contienda civil.

Son textos de alto valor testimonial, libros escritos por corresponsales de guerra y brigadistas o “voluntarios de la libertad” que lucharon al lado de la República contra el nazismo y el fascismo en España. En algunos autores se dio la doble condición de corresponsales y brigadistas. Sus libros, escritos en inglés y por lo general nunca hasta ahora traducidos al español, suponen una extraordinaria visión personal y testimonial, aunque ninguno llegase a alcanzar la relevancia de Orwell, Hemingway, Auden.

La nueva colección ve la luz bajo el sello editorial de Amarú Ediciones y constará de dos series: una para ediciones críticas y otra para ensayos o colecciones de ensayos. Cada texto irá precedido de un estudio introductorio a cargo de un especialista, seguido de una traducción hecha expresamente para la colección, y contendrá suficiente aparato crítico y bibliográfico como para que el lector de hoy en día pueda captar el pleno sentido de una obra que, de otra manera, nunca hubiera llegado a su poder.

Como decía al principio, el primer volumen, Boadilla, es una novela que el joven Romilly escribió apresuradamente en Bayona (Francia) en 1937 durante los días de descanso que le concedieron cuando luchaba con las Brigadas Internacionales. Romilly pertenecía a una familia de clase alta, era sobrino de Churchill, aunque debido al parecido físico con el gran estadista inglés, no faltaron malas lenguas que difundieran la especie de que Esmond podría ser hijo natural de Churchill.

Habladurías aparte, lo cierto es que este inquieto joven rebelde, antifascista y de izquierdas se unió a las Brigadas Internacionales a los 18 años, participó en la defensa de Madrid y fue corresponsal de The News Chronicle. Después se hizo pacifista. Pero al comienzo de la Segunda Guerra Mundial se alistó en la aviación canadiense. Su avión desapareció en algún lugar del Mar del Norte en noviembre de 1941, cuando contaba tan solo 23 años. Superviviente de la guerra española, fue, sin duda, otra joven promesa literaria truncada por los avatares bélicos.

Otro de los títulos previstos es Behind the Battle, de A.C. Worsley. Worsley combina el reportaje periodístico con la ficción, si bien hay que reconocer que los elementos ficticios están muy bien dosificados. Behind the Battle no es una novela más sobre la guerra española, ni el reportaje de un corresponsal de guerra, ni siquiera una biografía novelada al uso. Es mucho más que todo eso. T.C. Worsley es un escritor comprometido, con pocas concesiones a la fantasía, que en su momento consideró un deber moral que el horror que él mismo vivió no quedara en el olvido.

La serie tiene previsto un libro de John Sommerfield, Volunteer in Spain, escrito también en 1937, al que seguirán narraciones de Arthur Koestler, Katherine Atholl y Ralph Bates, entre otros autores anglonorteamericanos hasta ahora desconocidos o sólo fragmentariamente conocidos por los lectores en lengua castellana.
 
http://www.cuartopoder.es/laespumadeldia/2011/01/17/varios-profesores-rescatan-literatura-inedita-en-espana-sobre-la-guerra-civil/

 

 

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