La Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Javier
Encina, Emiliano Urteaga y Ainhoa Ezeiza,
coordinadores del libro “Autogestión cotidiana de la salud” (Volapük)
Un libro desde la firma de Javier Encina, Emiliano Urteaga y Ainhoa Ezeiza (coord.).
El libro cuenta con la coedición de Volapük Ediciones - UNILCO espacio nómada - Colectivo de Ilusionistas
Sociales - Seminario de Ilusionistas Sociales Guadalajara,
mayo 2018.
Sobre “autogestión” y sus diferentes perspectivas nos ha hablado Volapük
en varias veces con estos mismos autores o coordinadores de plumas que
reflexionan en torno a :
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ezeizaencina.htm
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/encinaezeiza.htm
Ediciones Volapûk
nos tiene acostumbrados a esta clase de libros y es una editorial muy abierta a
nuestros conversa con….
Lo que nos explica la editorial del
libro:
Autogestión cotidiana de la salud es el relato coherente de un conjunto de experiencias
y reflexiones, casi siempre colectivas, que se enraízan en los saberes de las
culturas populares, en las propuestas alternativas que surgen en lo local y en
los conocimientos científicos con dimensión ética, para lograr la autonomía al
momento de procurarnos cuidados y atención a nuestro bienestar y proporcionar
una salud comunitaria y natural, sin tener que estar conducida por el dominio
imperante. Se pone atención a prácticas preventinas
de índole social, yendo a la raíz del malestar y enfermedad provocados por la
exigencia misma del Sistema y el mundo que las necesita, obedeciendo muchas
veces a intereses espurios.
No es
trivialización del conocimiento científico, es un libro contra la pretendida
infalibilidad de la Ciencia que anula otros saberes. Por eso, es necesario
resituar la Medicina, entrelazando saberes populares, científicos y otros
saberes de forma horizontal, para ir generando cultivos sociales que ayuden a
construir colectivamente satisfactores que den
respuesta a nuestras necesidades.
La autogestión
cotidiana de la salud es encontrar formas de hacer que superen las rigidices y
simplificaciones de las metodologías, los protocolos del Estado y la reducción
de las relaciones sociales al patrón Dinero y a la jerarquía del Patriarcado.
Trabajar la salud sería encontrar el equilibrio individual, grupal y colectivo
con el entorno social y natural próximo y con otros entornos, trabajando con y
desde la gente de forma dialéctica, dinamizando y generando mediaciones
sociales deseadas; por lo que es parte intrínseca de la autogestión de la vida
cotidiana.
El Colectivo de Ilusionistas Sociales
El
Colectivo de Ilusionistas Sociales surgió en 2010 en el trabajo desarrollado en
Olivares (Sevilla), fruto del disenso y de la necesidad de devolución de las
historias orales a sus protagonistas...
A partir
de ahí se ha convertido en un grupo informal que facilita y dinamiza la
transferencia de conocimientos/ haceres /sentires entre
las experiencias de México, Andalucía y Euskadi, que tienen en común la
autogestión de la vida cotidiana.
Cazarabet conversa con
Javier Encina, Emiliano Urteaga y Ainhoa Ezeiza como coordinadores del libro “Autogestión cotidiana
de la salud”:
-Se ha institucionalizado, amigos, de por más la sanidad...
-El
concepto de sanidad siempre ha estado unido a la institucionalización, sobre
todo desde principios del siglo XX y con la aparición de la Sociedad del
Bienestar. La socialdemocracia ve como algo positivo esa institucionalización
porque preserva los derechos de acceso a lo que denominan la salud pública.
Esto tiene algunas cosas positivas pero tendría una lista más larga de aspectos
negativos...
-Eso es posible
porque, desde la base, se ha institucionalizado el concepto de salud, ¿no? No
se define, con sinceridad, como algo integral, holístico e integrador…solo se
dice o se enseña, pero es todo muy hipócrita. Año 1996 en una escuela de
enfermería de este Estado se referían a los pacientes como “clientes”. Cuando
estudias y ves esto….el castillo de naipes, se desvanece… ¿qué nos podéis
reflexionar?
-Conectando
con lo de antes, ha habido un esfuerzo por confundir “salud” con “sanidad”, la
salud es un bien común y lo que se ha querido es reducirlo a sanidad para que
pueda ser un bien del Estado y del Mercado.
Nosotros en
este libro vemos la salud desde estas perspectivas, se puede comenzar de
cualquiera de las esferas pero hay que ir dinamizándolas todas, para no
quedarnos atrapadas.
-Se nos manipula para
que cada vez nos conformemos con menos, desde cualquier campo, porque, de
entrada, cada vez está designado y “dentro del sistema” mucho menos…y “se ve
como normal” mucho menos de lo que sería normal…
-No
podríamos entrar en comentar lo de “más” y “menos” porque uno de los principios
desde los que trabajamos estos temas es el del decrecimiento, hablar de más o
menos sería la visión socialdemócrata, sino que los satisfactores
sean los adecuados para satisfacer nuestras necesidades. La salud puede ser una
necesidad que puede ser satisfecha por medio de la sanidad, o no.
-Desde la
pregunta o reflexión anterior la educación, la de todos y todas para todos y
todas, tiene mucho o debería de tener mucho que decir, estáis de acuerdo?
-Igual
que se confunde salud con sanidad, se confunde educación con escuela. El
sistema escolar busca la institucionalización de los saberes, de forma que los
saberes populares, entre los que están los valiosos saberes comunitarios sobre
la salud, son subestimados. De esta manera, se nos hace dependientes del Estado
y del Mercado a través de la sanidad, cuando los saberes comunitarios,
populares, podrían ir entrelazándose con los conocimientos científicos para
plantear formas de vida muy diversas que sean saludables, mientras que desde la
sanidad se plantea una manera unívoca y homogénea, que procede de una visión
clasista, etnocéntrica, eurocéntrica,
machista y edadista de la salud, que confunde, de
forma interesada, dos estados: “sano” y “enfermo”, mientras que en la vida
cotidiana salud y enfermedad son parte de la misma vida.
-La sanidad una
necesidad básica que se ha convertido en un negocio a manos del hombre, la
codicia, la avaricia y mucho más con la llegada del capitalismo y dejar paso,
muy de prisa, al neoliberalismo económico y al neocapitalismo…¿Qué nos podéis
reflexionar?
-Es lo
que tiene la socialdemocracia, que abre las puertas al neoliberalismo. Como
dice Chicho Sánchez Ferlosio, “nos habéis vendido [Mercado], nos habéis traicionado [Estado], para que
no entren los otros”, todo a costa de nuestra buena voluntad.
-Nos vinculan
demasiado directamente a un sistema, a una deriva y una vez allí, como le
tememos a la muerte, llegamos a ser demasiado parte del mismo…
-En
muchas sociedades no hay una separación entre la vida y la muerte. El Estado se
ha encargado de ir separándolos a través de sus aparatos ideológicos, y esa
separación es la que crea el negocio de la vida y de la muerte, no la vida como
algo vivible sino la vida como algo temeroso y la muerte como algo
vendible/comprable, mercantilizado.
Como explica Ivan Illich, “Hace treinta años,
cuando daba unas conferencias en Pakistán, conocí a un hombre por quien siento
gran agradecimiento; un médico que ya está muerto llamado Hakim
Mohammed Said, quien presidía entonces la Asociación Unani
en Pakistán y en el mundo. Yo había hablado sobre la sombra que extiende el
forcejeo médico contra el dolor y la muerte y después de eso él se acercó y me
dijo: «Señor Illich, lo que usted nos está diciendo
es que si permitimos que nuestras técnicas sean absorbidas en esta campaña para
matar el dolor y pelear contra la muerte, nos volveremos los más efectivos
importadores de la ideología cristiana occidental». Él todavía comprendía que
el médico debía abandonar el cuidado de una persona cuando él ya no puede hacer
nada y que existe un momento cuando el equilibrio ya no puede restaurarse y la
naturaleza quiebra el proceso de sanación. Él sabía que hay un punto más allá
cuando el intento de matar el dolor se vuelve un crimen contra la naturaleza.
El doctor puede aliviar, suavizar, ayudar, pero en algún momento debe
retirarse. Su tarea no es la de luchar por la inmortalidad en este mundo”.
-Dejamos poco
lugar a que la vida retome la naturalidad y su propio ritmo, ¿no?. Lo metemos todo hasta nuestra vida en una “cadena de
montaje”…¿es así?
-La
película “Tiempos Modernos” es bastante clarificadora al respecto. En una
simplificación, podemos decir que lo que comemos, los descansos, lo que
aprendemos, está enfocado a ser más eficaces y eficientes en la producción, al
mismo tiempo que todos estos productos, lo que comemos, lo que aprendemos, las
formas de descanso, son, a su vez, elementos de producción. Es cierto que
muchas personas tenemos tiempos y espacios en los que no estamos dedicados a la
sociedad de la producción, y es ahí donde podemos abrir brechas hacia otros
mundos; mientras más pensemos en empoderarnos, en ganar, en tener éxito, más
estaremos reproduciendo el sistema dominante. El ritmo, para nosotros, tiene que
ver con la armonía con el entorno social y natural. En cuanto que el ritmo
rompe esta armonía, entramos directamente en la sociedad de la producción y del
consumo, que nos genera diversas patologías que tratan de curarse a través de
la sanidad; entramos en el ojo del huracán. En cuanto que establecemos ritmos
que potencian esa armonía, más espacios creamos en los que la producción y el
consumo no pueden penetrar.
-Y enseguida
llegan los buitres en torno a la salud. Buitres que se posicionan como “clínicas
privadas”, “médicos privados” y “seguros médicos privados”. Todo bastante
triste y bochornosos porque pretender vivir de la enfermedad de la gente es,
por lo menos, penoso y deleznable…
-Bueno,
parafraseando a Nicolás Guillén, no nos dan pena los burgueses vencidos...
Quien invierta en seguros médicos y de los miles de tipos que existen, quien
invierta en preferentes, quien tenga pisos para especular y no como vivienda...
quedan fuera de nuestro foco de atención. La gente que nos interesa no va a clínicas
privadas ni tiene varias viviendas, ni va a gimnasios, el dinero no se lo
permite, pero esto al mismo tiempo configura una cultura que hace que no se lo
deje permitir y que además se proyecte como lo bueno, lo deseable.
-Lo que ya
“borda el rizo” es que hay médicos (también otros profesionales de la salud),
por ejemplo, que por la mañana trabajan en la Salud Pública y en los horarios
que les quedan libre de ese trabajo lo dedican a poner una Consulta privada.
¿Qué os parece?. Donde además a menudo, desde esa
Consulta Privada, se realizan ejercicios de interrelación con la Salud Pública,
aprovechándose de los servicios, por ejemplo en cuanto a pruebas de diagnóstico
de la salud pública o saltándose las listas de espera... Comentadnos, por favor.
-Pasa
igual con la Universidad y la Ciencia, que se investiga para las empresas con
dinero público. El problema es la falsa dicotomía público-privado; si esa
dicotomía existió en algún momento, ahora es un espejismo para penetrar mejor
en el tejido social. Hay una alianza entre el Estado y el Mercado, para el
Estado tener mayor legitimidad y para el Mercado tener mayor beneficio, esa
alianza no se rompe con defender lo público, la única posibilidad de superar
esa falsa dicotomía es trabajando lo común (no confundir con lo “procomún”), y
en ese trabajo hay millones de personas en el mundo. En realidad, la mayor
parte de la población mundial se alimenta de lo común (en la salud, en el
alimento, en la educación...), no de lo público o lo privado.
-¿Qué relación, además
tienen las farmacéuticas en todo este entramado?, seguramente que tendrán mucho
peso…Desde vuestro punto de vista: ¿deberían existir esos conglomerados de
negocio en torno a “jugar con la salud”…lo hacen más allá de lo que podría
considerarse “normal”? Porque, además,
todo esto se lleva a cabo con el permiso y la implicación de los gobiernos y de
“ese sistema” que, a menudo, es una cloaca de perdición, como un bucle... desde
el cual cuando se entra ya es casi imposible salirse…
-Sí,
acudes a la medicina dominante a hacer una consulta, porque consideras valiosos
los conocimientos médicos, y te ves atrapada en un laberinto de
especialistas, que solo te ven como “un
caso”, cada especialista solo ve una parte de tu cuerpo, y te van creando
diversas dependencias con el fin de luchar contra la muerte, haciéndonos
olvidar que lo que queremos en vivir. No dudamos, reconocemos el valor de estos
saberes, el valor de algunas medicinas, pero al estar tan separadas de los
saberes populares, provocan que sean incomprensibles y solo se pueda obedecer.
Las medicinas
tienen dos fuentes de creación normalmente: una es las investigaciones del
Estado, las cuales cede graciosamente al Mercado, y otra es los conocimientos
generados en los saberes populares a lo largo del tiempo, que son apropiados
para su legitimidad y sus negocios, al mismo tiempo que los califican de
inútiles y supersticiosos. Lo que debería ser un bien común, se convierte en un
arma de destrucción masiva gestionada con criterios de negocio y que rompe con
el desarrollo armónico de la vida.
-Los
“Seguros Médicos” están cada día más a pie de calle y es vergonzoso… que tengas
que pagar por servicios que deberían estar ahí, sin más…Aparte de lo dicho
anteriormente, que en parte contesta a esta pregunta, habría que añadir que
cualquier persona contratada contrata obligatoriamente una mutua, que en caso
de accidentes laborales y bajas causadas por las duras condiciones del trabajo,
pone un montón de trabas, se alía con los empresarios y hacen que la salud laboral
sea cada vez más precaria, si cabe, en el sentido de que se convierte en otro
entramado más de los grandes negocios. -Luego
está, y ya desde hace años, el poder tener acceso a ciertos servicios con
cierta calidad en el ámbito de la salud: la oftalmología, la odontología, la
fisioterapia, la podología…es que hasta desde consultas de salud pública te
envían a “hacerte plantillas” o a “le hacen falta
masajes”…muy bien y ¿quién se hace cargo de la factura?
-Sí,
todo esto forma parte del mismo entramado.
-Y de esto, de
todas estas deficiencias en la salud de todos y todas, no se habla en los
dichosos programas electorales de ningún partido político porque todos están
taladrados, ya, por “ese sistema”… ¿Cómo podríamos revertir esta
situación…aunque con tanto interés, con tanto lobbie
es casi imposible o yo soy tremendamente pesimista?
-Si
esperas que los partidos políticos vayan a resolver los problemas que tenemos,
estamos creando una sociedad de la delegación y de dejar nuestras vidas en
manos de especialistas, es la misma lógica de la sanidad. Por eso planteamos
que la salud debe ser parte de la autogestión de la vida cotidiana. No solo es
posible revertir esta situación sino que se está haciendo en muchos lugares de
muchas maneras. Eso lo recogemos en el libro, tanto desde perspectivas más
teóricas como desde experiencias en diferentes lugares en los que se trabaja a
veces junto con estructuras sanitarias (cogestión) y otras veces de forma
totalmente auto gestionada.
-¿Cuáles son las
principales cadenas a romper?.
-Primero,
darte cuenta de que un tipo de vida te lleva a las cadenas, a encadenarte. El
Poder te encadena y tú te dejas encadenar. En realidad no hay que romper las
cadenas, hay que vivir de unas formas en las que dependamos del Estado y del
Mercado lo mínimo posible, armonizar la vida e ir dinamizando formas colectivas
de cuidados y de ayuda mutua. Eso lo podemos hacer –y mucha gente lo está
haciendo– ya, sin grandes revoluciones y sin aparecer en el escaparate de las
“buenas prácticas”.
-¿Cómo aprender
a ser menos dependientes y más autónomos en la salud?.
Esto debería “nacer” desde la enseñanza y la educación ¿no?, pero me pregunto,
¿cómo lo hacemos?
-Como
contamos en el zaguán del libro, “es necesario resituar la Medicina,
entrelazando saberes populares, científicos y otro tipo de saberes de forma
horizontal, para ir generando cultivos sociales que ayuden a construir
colectivamente satisfactores que den respuesta a
nuestras necesidades. La autogestión cotidiana de la salud es encontrar formas
de hacer que superen las rigideces y simplificaciones de las metodologías, los
protocolos del Estado y la reducción de las relaciones sociales al patrón
Dinero y a la jerarquía del Patriarcado. Trabajar la salud sería encontrar el
equilibrio individual, grupal y colectivo con el entorno social y natural
próximo y con otros entornos, trabajando con y desde la gente de forma
dialéctica, dinamizando y generando mediaciones sociales deseadas; por lo que
es parte intrínseca de la autogestión de la vida cotidiana”.
No se trata de
que “nazca” porque hacemos un montón de cosas que van en ese sentido, desde las
formas en las que cocinamos la comida, las formas de relación de amistad, de
cuidados, de confianza... las formas de cuidar nuestro entorno... todo eso
forma parte de nuestras vidas en mayor o menor medida, lo que pasa es que el
Mercado y el Estado, con su publicidad, con sus estructuras, con sus
disciplinas, nos van eliminando las intuiciones, los saberes colectivos, las
formas de relación saludables... y nos van atrapando en su Orden, donde se
separa cada uno de los aspectos de la salud, se crean aplicaciones para ligar,
se montan cursos municipales de deporte, se crean centros de salud que en
realidad son solo consultorías médicas... Pero seguimos teniendo esa intuición
de lo que nos hace “mal” y de lo que nos hace “bien”, no es tan difícil.
-Todos y todas,
sea cual sea nuestro papel como ciudadanos y ciudadanas que aspiramos a vivir
dignamente y con un estado de salud más o menos aceptable… ¿qué debemos hacer y
qué podemos hacer, aunque lo ignoremos?
-No
creemos que el concepto “ciudadanía” sea algo liberador, viene de la Revolución
Francesa y más concretamente de la facción burguesa, que es la que nos metió en
este lío. Agustín García Calvo nos propone hablar de gente frente a ciudadanos
y frente al Hombre. Este sería uno de los pasos importantes para vivir
dignamente, el reconocernos como “gente”,
no como “ciudadanos” al servicio del Estado, ni como “consumidores” al
servicio del Mercado, sino como gente que nos encontramos con gente y que
construimos colectivamente mediante la ayuda mutua, la libertad, los cuidados...
-¿Por qué ,desde
el sistema, se coarta la autogestión que cada uno o una de nosotros deberíamos
saber elegir o elaborar en tono a la salud?.¿Cuáles
son los principales “enemigos” para el ciudadano o ciudadana a “batirse”?
-El Sistema es
así y no tiene remedio. Quienes se afanan en remediarlo caen en sus redes y se
convierten en ciudadanos y consumidores. Solo hay vida si construimos desde la
autogestión, por eso el Sistema, que es el Heraldo de la Muerte, impide por
todos sus medios la autogestión, que significa la vida. El primer enemigo de la
gente es convertirse en ciudadanía. A partir de seguir siendo gente, se abre un
mundo de infinitas posibilidades.
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