La
Librería de El Sueño Igualitario
Daniel Arasa y Editorial Gregal nos acerca a
la historia de las ondas en la guerra civil.
Lo que nos cuenta la editorial:
Las guerras se libran en las trincheras,
pero también son campos de batalla las convicciones, los sentimientos, las
opiniones, la moral de combate en el frente y en la retaguardia. Inciden ahí de
manera directa la información y la propaganda. El carácter ideológico de la
Guerra Civil Española potenció la influencia de la información-propaganda. Fue
el primer conflicto bélico de la historia en el que la radio sería una
verdadera arma de guerra. Una gran arma psicológica. Y un ensayo de su uso
masivo en la Segunda Guerra Mundial. La radio resultó muy útil para ello, pero
además, las ondas permitían que las emisiones de un bando pudieran ser
escuchadas clandestinamente en territorio enemigo, con lo que se intentaba
minar la moral del adversario, contradecir y ridiculizar a sus
dirigentes.
Este libro penetra a fondo en la radio de
franquistas y republicanos, en las líneas e instrumentos de su propaganda y la
evolución de esta, en las principales emisoras y sus protagonistas más
relevantes, en las intervenciones más trascendentales de los políticos, en las
interferencias por las ondas y en la escucha de radios enemigas. La parte final
describe y analiza de manera muy detallada la información sobre la batalla del
Ebro, la más decisiva y sangrienta de la guerra, que permite diferenciar formas
y tono de un bando y otro. Incluida la respuesta a la cuestión sobre quién
miente más.
Desde el Col·legi
de Periodistes nos aportan esta información:
Arasa aporta los protagonistas de los dos
bandos que usaron y abusaron de la radio como medio de información-propaganda
La Guerra Civil española fue la primera de la historia en que la radio fue
un arma de guerra porque se convirtió en uno de los más importantes
instrumentos de propaganda que intentaron utilizar a fondo los dos
contendientes. Fue una gran arma de guerra psicológica. Su peso se dispararía poco
después, en la Segunda Guerra Mundial. Lo ocurrido en España fue un ensayo más
para este gran conflicto.
La radio tenía ventajas sobre la prensa escrita. La principal de ellas era
la de poder ser escuchada en territorio enemigo, llegando a los partidarios del
propio bando que allí se encontraban para darles ánimo y consignas, contribuir
a desmoralizar a los del bando enemigo, contradecir y ridiculizar a los
dirigentes adversarios o difundir informaciones que desmentían o ponían en duda
las que los ciudadanos recibían desde su propio bando. Se sumaba, además, la
influencia de la información-propaganda dirigida a los ciudadanos del propio
territorio que controlaban. Bajo la apariencia de informar, por tanto la
propaganda, y la radio era el gran medio, tenía como objetivo pacificar y
tranquilizar a los espíritus del bando propio y sembrar la inquietud en los del
adversario.
Daniel Arasa realiza en La batalla de las ondas
en la Guerra Civil española un estudio exhaustivo sobre lo que fue y representó
este medio de información-propaganda en la guerra, así como sus protagonistas y
las emisoras más influyentes. Explica de manera detallada las líneas e
instrumentos de la información-propaganda de ambos contendientes, así como la
génesis que llevaría a un gran desarrollo del medio, sin olvidar las
interferencias en las ondas, la escucha de las emisoras enemigas o las diversas
formas de propaganda, incluida la “propaganda negra”. Queda también explicado
el proceso por el cual los altos cargos de los dos bandos van creando los
organismos responsables de la radio y el uso que de ellos se va haciendo.
Aportaciones muy novedosas están referidas a muchos de los protagonistas de
la radio. Son muy conocidas las célebres y virulentas arengas o charlas del
general Queipo de Llano en Radio Sevilla, pero lo es
muy poco que, en su propio bando, personajes como José María Pemán o el general José Millán Astray
fueron “estrellas” de la radio. Y con ellos una serie de personajes, desde
cronistas, locutores o humoristas que tuvieron un peso muy significativo. O que
los dos portavoces principales de los dos bandos se apellidaban Fernández,
aunque uno fuera Fernández de Córdoba y el otro Fernández Sastre. O cómo un
gran número de altos cargos republicanos hablaron ante los micrófonos, mientras
en el bando nacional toda la gloria la reservaban para Franco. O la presencia
de intelectuales y artistas, así como la creación de programas de tanta calidad
como Altavoz del Frente.
Se dan a conocer personalidades decisivas en el desarrollo del medio
propagandístico como Miravitlles, Barea y otros
muchos en el bando republicano, y los cronistas más destacados del franquista,
como El Tebib Arrumi, Spectator
o Justo Sevillano.
No faltan capítulos especialmente novedosos como el dedicado a sacerdotes
que hacían propaganda radiofónica a favor de la República, a la vez que otros
religiosos daban sus pláticas desde las emisoras del bando franquista.
La tercera y última parte del libro se dedica a la batalla del Ebro en la
radio. Se sigue día a día cómo fue explicado por la radio el desarrollo de la
batalla. En la radio republicana de forma especial hablan los políticos. En la
nacional los cronistas. Pueden palparse las mentiras y deformaciones
sistemáticas y estudiadas sobre los acontecimientos.
El libro termina explicando cómo el bando perdedor justifica la derrota en
su propaganda presentándola como un éxito, y cómo el otro saca partido de la
victoria.
El libro de Daniel Arasa representa una
aportación significativa para el conocimiento de la radio en la Guerra Civil,
pero también para dar a conocer determinados aspectos del propio conflicto.
Daniel Arasa.
(Tortosa, 1944) ha publicado más de veinte
libros, en su mayoría de investigación histórica sobre la Guerra Civil
Española, los maquis y la participación de catalanes y españoles en la Segunda
Guerra Mundial. Entre los más recientes, Maquis, espías y
héroes y varios
relacionados con la tensión religiosa en la Guerra Civil (Entre la Cruz y la
República y Católicos del bando rojo) y la religión en la actualidad (Drets humans i religió a Catalunya y Cristianos entre
la persecución y el mobbing).
Es doctor en Humanidades y Ciencias Sociales. Ha
sido profesor de Periodismo en las universidades Pompeu
Fabra y Abat Oliba CEU a lo largo de dieciséis años y ha ejercido como
periodista en diversos medios durante más de cuarenta. De ellos, trabajó
durante veintiséis como redactor jefe de la agencia Europa Press
de Cataluña. En la actualidad, colabora en La Vanguardia,
Barcelona Televisió, COPE, Ràdio
Estel, Forum Libertas y L’Ebre.
Casado y padre de siete hijos, ha fundado
diversas organizaciones familiares, sociales y culturales. Es presidente de la
Plataforma per la Família Catalunya-ONU 2014 y del Grup d’Entitats Catalanes de la Família, y dirige CinemaNet.
Daniel Arasa es periodista y doctor en Humanidades y Ciencias
Sociales. Ha sido profesor de Periodismo en las Universidades Pompeu Fabra y Abat Oliba. Es autor de
numerosos libros en castellano y catalán relacionados con la Guerra Civil
española, la participación de catalanes y españoles en la Segunda Guerra
Mundial, los maquis o el franquismo, entre ellos Años 40: los maquis y el PCE;
La invasión de los maquis; Elscatalans de Churchill;
Los españoles de Churchill;Los españoles de Stalin;
50 històries catalanes de la Segona
Guerra Mundial; La guerra secreta del Pirineu; Los
españoles en la Guerra del Pacífico; Exiliados y enfrentados. El exilio español
en Inglaterra (1936-1945); Maquis, espías y héroes; Por la gracia de Franco;
Entre la cruz y la república o Católicos del bando rojo.
Una entrevista interesante:
Cazarabet conversa con Daniel Arasa:
-Daniel, ¿qué importancia tenían las ondas, la radio, en los primeros
años del siglo pasado… política e institucionalmente hablando?
-La radio no empezó a tener importancia hasta los años 20 del siglo
pasado. Aunque había sido inventada por Marconi en los últimos años del siglo
XIX, tardó más de un par de décadas en empezar a desarrollarse para un uso
general y hasta los citados años 20 del
siglo XX no hubo emisoras con difusión general y comercial. Por ello la radio
no jugó ningún papel en la Primera Guerra Mundial. Tampoco en algunas guerras
localizadas de años posteriores, como entre rojos y blancos en la URSS, entre
Bolivia y Paraguay, o en la Abisinia invadida por los italianos. En esta
última, poco antes de la guerra de España, la radio ya estaba bastante
desarrollada pero las armas de los etíopes eran poco más que lanzas, por lo que
tampoco tenían radios.
La radio a nivel de arma de guerra no llega a tener importancia hasta la
Guerra Civil española. En esta se convertiría en una gran arma psicológica, que
se acrecentaría aún mucho más poco después, en la Segunda Guerra Mundial. La
Guerra Civil española es, por tanto, a nivel mundial, la primera en que la
radio juega un papel importante como información y propaganda.
-Eran las
ondas, como señalas, el principal instrumento de propaganda de las diferentes
partes participantes en la contienda? ¿Más que la prensa escrita?
-De facto la radio se convertiría en el principal instrumento de
propaganda. Podía superar a la prensa porque podía llegar a los ciudadanos o
militares del otro bando, lo que no ocurría con la prensa escrita. Podía
contactar con los partidarios del bando propio que estaban en territorio
enemigo, dar consignas, elevar la moral de los propios e intentar erosionar la
de los enemigos, contradecir a los dirigentes del bando contrario… Además, no
tenía el problema de la angustiosa falta de papel que sufrió la prensa escrita,
ni los problemas de distribución, que en período de guerra no eran pocos.
-Comentas
que en los primeros días fue un instrumento muy, muy especial… por lo que
informaban y, supongo, por lo que callaban
-Sin duda. Baste darse cuenta que los sublevados intentaban hacerse con
las emisoras para enviar desde allí su bando de declaración del estado de
guerra, y a la inversa, los gubernamentales pretendían retenerlas y también
lanzaban sus consignas y llamaban a la lucha.
Recordemos algunos casos decisivos de los dos bandos en los primeros
días: el presidente de la Generalitat, Lluís Companys,
hizo trasladar a su despacho en Barcelona al general sublevado Manuel Goded y le forzó a hablar por los micrófonos ordenando que
se rindieran a los militares sublevados que seguían luchando. O en Sevilla,
como el general rebelde Gonzalo Queipo de Llano se
hizo con el poder en la ciudad con muy pocas tropas, pero lanzando de forma
continuada mensajes por la radio. O, en Madrid, el famoso “No pasarán” de
Dolores Ibarruri “Pasionaria”.
-¿Había
juego sucio en las ondas?
-La guerra siempre es sucia. Hubo, sin embargo, relativamente poco juego
sucio en las ondas. La propaganda de la Guerra Civil española fue bastante
primaria. Era muy directa, en un bando y en el otro. Se dio poca “propaganda
negra”, que es aquella en que uno se hace pasar por el bando enemigo y va
lanzando mensajes que erosionen los criterios o la moral.
Un caso singular, eso sí, fue el de Radio Verdad – Ràdio
Veritat, una radio franquista que simulaba emitir
desde Salamanca y en realidad lo hacía desde Italia. Pero siempre se mostró
como emisora del bando nacional.
-Ya en
Guerra Civil, ¿qué emisoras se repartieron entre los dos bandos?
-Cuando el territorio español quedó dividido, la mayor parte de emisoras
quedaron en poder de los republicanos. Y hay que decirlo claramente: no
supieron aprovechar la superioridad. Fue una muestra más de que cada uno iba
por su lado, de que las divisiones que se dieron en el seno del bando
republicano en muchos ámbitos también se produjeron aquí y lo debilitaron. Al
final, puede asegurarse que la propaganda de radio franquista fue más eficaz.
Y le muestro claramente las diferencias. En España había 67 emisoras al
empezar la guerra. En el territorio franquista quedaron 16, y en el republicano
51. Pero, además, todas las más importantes quedaron también republicanas,
puesto que tenían las de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, que eran además las ciudades donde había más
receptores. Es decir, la superioridad republicana en radio al principio de la
guerra era arrolladora, podía ser perfectamente de 10 a 1 o casi. Después iría
cambiando, porque aparte de que los nacionales fueron conquistando algunas
ciudades, y por tanto incorporando a su bando las emisoras correspondientes, se
crearon otras de nuevas, destacando Radio Nacional de España, que sería la más
importante de toda la guerra.
-¿Cómo se
elaboraban y desarrollaban los partes de guerra? ¿Se “arreglaban” para subir la
moral?
-El Parte de guerra era la síntesis de lo sucedido cada día. Estaba
redactado en un lenguaje especialmente radiofónico, y los locutores de ambos
bandos casi recitaban cuando los leían. La manipulación propia de la
información de guerra está perfectamente sintetizada en el Parte de Guerra.
Basta darse cuenta que en cada uno de ellos parece que ganaba el que lo emitía.
Minimizaban u ocultaban las derrotas o daban un contenido espectacular a una
mínima victoria. La conquista de una pequeña cota podían ensalzarla como si
hubiera sido una gesta de la cual dependía el resultado de la guerra.
-Háblenos,
para los lectores que no se han hecho con el libro, de las voces más relevantes
que defendían la República desde las ondas.
-Por la radio republicana pasaron muchos políticos. Destacaría dos de
manera muy especial, Dolores Ibárruri “Pasionaria” y
el presidente del Gobierno, Juan Negrín. De aquella
con sus discursos radiados vale la pena recordar lo de “¡Madrid será la tumba
del fascismo!” o su brillante alocución en la despedida de las Brigadas
Internacionales. Negrín
intentó insuflar ánimos, convencer de que podían vencer cuando nadie creía ya
en una posible victoria republicana.
También hablaron a menudo por radio Indalecio Prieto o Lluís Companys. Otra voz que el oyente republicano identificaba
era la de Augusto Fernández Sastre, que leía los partes de guerra, por Unión
Radio Madrid, la principal emisora republicana. O el alicantino Carlos Palacio,
que dirigía el importante programa “Altavoz del Frente”.
Como personaje clave en la organización de la propaganda republicana,
también por radio, no puede olvidarse a Jaume Miravitllas,
al frente del Comissariat de Propaganda de la
Generalitat.
-Llama la
atención el apoyo que dieron al bando republicano algunos sacerdotes.
-Efectivamente, algunos sacerdotes apoyaron de forma abierta la causa
republicana, y varios de ellos hablaron por la radio, con arengas antifascistas
y a favor de la república y de los sectores obreros. Por ello les he dedicado
un capítulo íntegro del libro.
-En el
bando de los nacionales siempre se recordarán las palabras atronadoras y
amenazadoras de Queipo de Llano.
-Sin duda, Queipo de Llano fue brutal,
insultante, amenazador. Pero hay que reconocer que fue un as y un pionero de la
guerra psicológica a través de la radio. Lo escuchaban en los dos bandos,
incluido el republicano, en que la gente lo seguía clandestinamente.
Su brutalidad les sirvió durante un tiempo a los nacionales, pero a la
vez les daba una pésima imagen internacional, y Franco decidió cortar sus
emisiones en febrero de 1938.
-Pero
indudablemente había más personajes que utilizaban la radio como altavoz de la
causa franquista. Coméntanos.
-Voy a destacar a dos de ellos, de los que todos los seguidores de Cazarabet han oído hablar muchas veces, pero a los que
posiblemente nadie relaciona con la radio en la guerra. Uno es el general José
Millán Astray. De todos es conocido que fue el
fundador de la Legión y se sabe del incidente que mantuvo con el filósofo
Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca. Pero, y reconozco que tampoco
yo lo sabía antes de realizar mi investigación, fue un personaje importante en
la radio franquista, además de pronunciar un gran número de conferencias.
Otro sería el dramaturgo y escritor José María Pemán.
También conocemos muchas de sus obras, pero fue sorpresa para mí que ya en los
primeros días de la sublevación militar estaba apoyando a Queipo
de Llano desde Radio Jerez, y luego pronunciaría un gran número de discursos o
informaciones desde diversas emisoras, incluido Radio Madrid cuando los
nacionales conquistaron la ciudad.
No voy a detallar muchos, porque sería imposible, pero no se puede
olvidar tampoco al locutor Fernando Fernández de Córdoba. Era un gran
comunicador, con una potente voz radiofónica Todos hemos oído muchas veces el
último parte de guerra, aquel de “Cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han
alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. ¡La guerra ha
terminado!”. Era su voz.
-Daniel,
¿por qué merece capítulo individualizado la batalla del Ebro en las ondas en tu
libro?
-Es muy lógica esta cuestión, porque, en efecto, podría no ir o que yo
hubiera escogido otra parte de la guerra.
De un lado, pensé que valía la pena poner ejemplos claros de un episodio
de la mayor importancia que sirviera como muestra de cómo se utilizó la radio
en la guerra. La batalla del Ebro lo es. Fue la mayor batalla de la guerra. De
otro, porque estoy trabajando en la batalla del Ebro y disponía de un material
que creo que aporta una información de interés.
-Eres
estudioso de varios capítulos que tienen que ver con la Memoria Histórica, con
algunos personajes, episodios y demás… ¿en qué estás trabajando ahora?
-Precisamente estoy trabajando en la batalla del Ebro, con aspectos
distintos a los tratados hasta ahora, porque es justo decir que hay muy buenos
libros sobre ella. Hice recientemente una tesis doctoral sobre “La información
y la propaganda en la batalla del Ebro”. Por tanto, he reunido mucha
información, en gran parte inédita, en este campo. Saldrán libros sobre ello,
que ya están en su fase final porque son resultado del trabajo de unos cuantos
años.
19127
La batalla de las
ondas en la Guerra Civil Española. Daniel Arasa
328 páginas 15 x 23 cms.
19,50 euros
Gregal
Las guerras se libran en las trincheras, pero también
son campos de batalla las convicciones, los sentimientos, las opiniones, la
moral de combate en el frente y en la retaguardia. Inciden ahí de manera
directa la información y la propaganda. El carácter ideológico de la Guerra
Civil Española potenció la influencia de la información-propaganda. Fue el
primer conflicto bélico de la historia en el que la radio sería una verdadera
arma de guerra. Una gran arma psicológica. Y un ensayo de su uso masivo en la
Segunda Guerra Mundial. La radio resultó muy útil para ello, pero además, las
ondas permitían que las emisiones de un bando pudieran ser escuchadas
clandestinamente en territorio enemigo, con lo que se intentaba minar la moral
del adversario, contradecir y ridiculizar a sus dirigentes.
Este libro penetra a fondo en la radio de
franquistas y republicanos, en las líneas e instrumentos de su propaganda y la
evolución de esta, en las principales emisoras y sus protagonistas más
relevantes, en las intervenciones más trascendentales de los políticos, en las interferencias
por las ondas y en la escucha de radios enemigas. La parte final describe y
analiza de manera muy detallada la información sobre la batalla del Ebro, la
más decisiva y sangrienta de la guerra, que permite diferenciar formas y tono
de un bando y otro. Incluida la respuesta a la cuestión sobre quién miente más.
Daniel Arasa
Favà (Tortosa, 1944) ha publicado más de veinte libros,
en su mayoría de investigación histórica sobre la Guerra Civil Española,
los maquis y la participación de catalanes y españoles en la Segunda Guerra
Mundial. Entre los más recientes, Maquis, espías y
héroes y
varios relacionados con la tensión religiosa en la Guerra Civil (Entre la Cruz y la
República y Católicos del
bando rojo) y la religión en la actualidad (Drets humans i religió a Catalunya y Cristianos entre
la persecución y el mobbing).
Es doctor en Humanidades y Ciencias Sociales. Ha
sido profesor de Periodismo en las universidades Pompeu
Fabra y Abat Oliba CEU a lo largo de dieciséis años y ha ejercido como periodista
en diversos medios durante más de cuarenta. De ellos, trabajó durante
veintiséis como redactor jefe de la agencia Europa Press
de Cataluña. En la actualidad, colabora en La Vanguardia, Barcelona Televisió, COPE, Ràdio Estel, Forum
Libertas y L’Ebre.
Casado y padre de siete hijos, ha fundado diversas
organizaciones familiares, sociales y culturales. Es presidente de la
Plataforma per la Família Catalunya-ONU 2014 y del Grup d’Entitats Catalanes de la Família, y dirige CinemaNet.
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069