La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Antonio César Moreno Cantano, autor de "Anticlericalismo y crítica social: el sacerdote republicano Hugo Moreno
López / Juan García Morales (1883-1946)" (Muñoz Moya)
Muñoz Moya Editorial edita este libro
con el compromiso y el rigor para con la historia y la memoria histórica que ya
nos tiene acostumbrados.
Antonio César Moreno Cantano ha escrito un libro, como una especie de biografía
(que no lo es) sobre la vida intelectual y el activismo social de un clérigo,
Hugo Moreno López que tuvo una vida como muy movida y que le llevó , con el
tiempo, a posicionarse en posturas que
no hicieron nada de gracia a la Iglesia de principios del siglo XX, llegando a
ser “expulsado”….Es la historia de un hombre comprometido más allá de las
homilías, de sus enseñanzas en el seminario, de sus acciones sociales, de sus
artículos, amistades y proclamas….Hugo Moreno López que adoptó el nombre de
Juan García Morales, como pseudónimo, fue fiel y consecuente en toda su vida,
quizás por eso haya pasado por la historia como en el anonimato…aunque
podríamos afirmar que es más fruto de su discreción , la que pasa a la acción
con suma diligencia y firmeza como solo los grandes hombres saben hacerlo y el
autor historiador e investigador Antonio César Moreno Cantano
demuestra dominar la aproximación al personaje, aunque advierte que “se han
quedado algunos flecos”, pero el libro es muy fácil de leer (como muy
cercano)y, la verdad, es que una vez lo coges es muy difícil de dejar. Su
lectura, diríamos, “engancha”, nunca mejor dicho.
El autor, Antonio César Moreno Cantano, ya participó, junto con otros autores con Otra Iglesia: clero disidente durante la
República y la Guerra Civil (http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/tezanos.htm);
un libro que recopila varios casos de clérigos que practicaron y pasaron a la
acción apartándose de la línea oficial
de la Iglesia y acercándose más al pueblo y a las necesidades sociales,
todo esto denota un dominio del tema más que notable por parte del autor.
La sinopsis del libro facilitada por la editorial, Muñoz Moya:
La presente investigación analiza la vida, obra y actividad pública del sacerdote
almeriense Hugo Moreno López (1883-1946). Desde muy joven, y al amparo de la
encíclica de León XIII Rerum Novarum, estuvo muy vinculado con el catolicismo
social, mediante la participación en diarios locales de este signo como La
Independencia o Bonifacio. Hombre de sentido común, con el
que ganó el premio al mejor semanario católico social. Igualmente, participó en
las misiones del padre Francisco de Paula Tarín en Almería, lo que le llevó a
conocer de primera mano la cruda realidad social y económica de esta provincia,
despertando en su interior la defensa de los más desfavorecidos frente a los
abusos de clases acomodadas. En 1917 se trasladó a Madrid –con el apoyo y visto
bueno de su obispado-, dando comienzo a una brillante carrera literaria y cultural
en destacados medios impresos de la capital como Cervantes (dirigida
por el almeriense Francisco Villaespesa), La Voluntad o La
Esfera, donde profundizó en el estudio de los grandes ascetas y místicos de
la España del Siglo de Oro. Gracias a estos textos entró en contacto con un
gran número de escritores modernistas, como Azorín, Baroja…, que le hicieron
convivir–desde la faceta literaria- con el anticlericalismo (en un primer
momento mediante la crítica de la falta de formación de la clase sacerdotal y
la apelación a la caridad y humildad de los predicadores españoles de la Edad
Moderna). Este bagaje cultural junto su experiencia previa en Almería
eclosionaron cuando en 1927 la diócesis de Madrid le retiró las licencias
ministeriales y le obligó a regresar a su provincia de nacimiento. Lejos de
acatar esta medida, Hugo Moreno permaneció en la capital y con la llegada de la
Segunda República en 1931 se presentó públicamente bajo el pseudónimo de Juan
García Morales, un personaje marcadamente anticlerical y promotor de una
profunda reforma que acabase con las desigualdades sociales. Sus numerosos
artículos en el diario Heraldo de Madrid así como sus variadas
obras (El Cristo Rojo, por ejemplo), son identificativos de esta
actitud. Su estrecha colaboración con las autoridades republicanas le llevó a
enfrentarse decididamente, durante el tiempo de la Guerra Civil, al concepto
de Cruzada que promovía la jerarquía eclesiástica española y
el bando franquista. En 1939 se exilió en Francia, donde conoció la pobreza, la
enfermedad y la prisión (en 1941 fue internado en el campo de Gurs). En 1946, murió en el más completo de los anonimatos.
Este texto pretende rescatar su memoria del olvido y dar a conocer su figura a
las nuevas generaciones nacidas ya en libertad.
Antonio César Moreno Cantano
Doctor en Historia Contemporánea por
la Universidad de Alcalá de Henares (2008). Miembro del grupo de investigación
CEFID (Centre d´Estudis sobre les Èpoques Franquista iDemocràtica)
y GREF (Grup de Recerca sobre l´Època Franquista), adscritos a la Universidad
Autónoma de Barcelona; del grupo de investigación Catolicismo y
laicismo en la España del siglo XX, vinculado a la Universidad de Alcalá, y
al grupo Estudios del Tiempo Presente, dirigido por el catedrático
Rafael Quirosa, de la Universidad de Almería. En
la actualidad trabaja como Profesor de Secundaria en el Colegio Madrigal (Loranca –Fuenlabrada-, Madrid). Ha participado en
diferentes congresos nacionales e internacionales sobre la dictadura franquista
y ha publicado numerosos artículos sobre la propaganda interior y exterior de
la España franquista durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial en
diferentes revistas especializadas. Ha coordinado en la editorial Trea una trilogía sobre las culturas bélicas y la
propaganda extranjera en España entre 1936 y 1945. Su última publicación ha
sido la obra colectiva (donde es uno de los coordinadores) Otra
Iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la Guerra Civil. En
la actualidad está realizando una investigación –junto al profesor Misael
Arturo López- sobre las exposiciones anticomunistas en la Europa del Eje.
Cazarabet conversa con Antonio César Moreno Cantano:
-Antonio, ¿cómo es que te fijas en este personaje Hugo Moreno López que
también era Juan García Morales para realizar esta monografía?
-Me “encontré” con él por casualidad, la verdad. Estaba
leyendo hace unos años un largo informe, publicado en la revista Analecta Sacra Tarraconensia, sobre la visión que el Vaticano tenía
de la Segunda República en España. Me llamó la atención un apartado sobre
propaganda en el que se señalaba como “comunistas” las obras del sacerdote
“rojo” Juan García Morales. A partir de ahí, y gracias a la ayuda inicial de la
investigadora Marisa Tezanos, empecé a profundizar en
su apasionante y azarosa trayectoria pública.
-Un personaje, éste,
siempre vinculado a los más desvalidos, a los necesitados…pero lo hace desde la
crítica social…
-Su base ideológica fue la encíclica Rerum Novarum, del pontífice León XIII. Allí se
pusieron los fundamentos del catolicismo social, que promovía una mejora de las
condiciones económicas y laborales de las clases más desfavorecidas, para poner
así freno a los peligros derivados del liberalismo.
-Esto, todo esto le
ocasionó no pocos problemas, ya desde su tierra natal ¿cómo lo ves?
-Desde muy joven tuvo una fuerte conciencia social. Su
infancia estuvo marcada por la pobreza. Al entrar en el seminario se destacó en
el estudio de los grandes predicadores y ascetas de la Edad Moderna, que reivindicaban
una vida de austeridad y acercamiento a los más necesitados. Desde diarios como
La Independencia o Bonifacio plasmó estos ideales con un
lenguaje ácido y crítico hacia la burguesía, los grandes terratenientes… Pese a
todo, el obispado de Almería lo veía con buenos ojos y tenía muy buenas
referencias de su actividad pastoral y periodística.
-¿Por qué la Diócesis
de Almería lo envía a Madrid?
-Pidió marcharse voluntariamente a la capital en 1917,
argumentando que dicho desplazamiento era indispensable para cuidar de su
hermano Néstor, que supuestamente se encontraba gravemente enfermo. Sin
embargo, estamos convencidos que este traslado también obedecía a su deseo de
intentar prosperar económica y socialmente en un ambiento como el madrileño.
-Allí entra en
contacto, otra vez, con los más desvalidos, los más desfavorecidos, pero, a la
vez, con círculos de intelectuales, entre ellos Azorín y Pío Baroja…Todo esto,
supongo, le pone, aún más los pies en tierra (por supuesto, no dudo de que no
los tuviese)…
-En Madrid pronto adquirió fama como escritor en importante
medios intelectuales como Cervantes, La Voluntad, La Esfera… donde pudo conocer a una gran cantidad de personajes
relacionados con el modernismo literario. Se dedicó a profundizar en la vida de
determinados religiosos caracterizados por su defensa de los más pobres y por
ser críticos con los excesos de la jerarquía eclesiástica.
-¿Qué destacarías de sus años en Madrid antes de la proclamación de la II
República, recordemos que llevaba desde 1917 en la capital…?
-Sin duda, las decenas de artículos que publicó en La Esfera, donde puso el énfasis en la
vida religiosa, cultura y artística de España durante la Edad Moderna. Fue en
esa época donde forjó su red de contactos públicos que en años venideros le
convertirían en una figuran de primera relevancia en el panorama público de la
República.
-¿Qué pasa con este
clérigo, en Madrid, cómo afectan sus acciones en la Iglesia y su sino, para que
con diez años pase a que le retiren las licencias ministeriales y les obliguen
a regresar a su provincia de nacimiento…?. Pero no regresa ¿qué hace, de qué
vive y cómo se las arregla en la capital del Estado?
-En el año 1927 el obispado de Madrid le retira las licencias ministeriales, es decir, el
permiso temporal que le permitía residir fuera de su diócesis natal, Almería.
Es normal que después de 10 años las autoridades religiosas de la capital
considerasen como inválido el argumento que esgrimía sobre la supuesta
enfermedad de su hermano. Para Hugo Moreno regresar a su tierra de origen
significaba volver al ostracismo y penalidades de una vida en provincia,
adscrito a una pequeña parroquia y alejado de cualquier posibilidad de ascenso
social. Por esa razón –es una hipótesis- se negó a regresar y quedó en una especie
de vacío jurídico dentro del derecho canónico, ya que seguía siendo sacerdote
pero no podía oficiar misa en Madrid. Fue a partir de ese momento cuando se
debió gestar en su mente el deseo de aparecer en los medios públicos como un
religioso anticlerical, defensor de los trabajadores. La Segunda República le
brindaría la oportunidad para hacerlo.
-Fue cuando llega la II
República que se presenta públicamente bajo el pseudónimo de Juan García Morales,
un personaje marcadamente, ya, anticlerical…Dos preguntas: ¿es lo vivido, el
ver tanta miseria y tanta injusticia lo que lo convierte en anticlerical?...
Llega a colaborar hasta con el Heraldo de Madrid bajo ése pseudónimo y con
artículos, al parecer, abiertamente contrarios a lo que imperaba en el “status
quo” de la Iglesia, ¿qué nos puedes comentar?
-Sin duda, así como su
formación intelectual y experiencias de adolescencia, donde llegó a participar
en las misiones populares del Padre Tarín en las zonas más humildes y
abandonadas de Almería. Con respecto a la segunda cuestión, con su pluma no se
recató en atacar en los términos más vehementes a los grandes jerarcas
eclesiásticos y políticos del país, en especial al líder de la CEDA, Gil
Robles, con palabras como “el clero tiene
puestas sus esperanzas en él. Los ricos lo banquetean de lo lindo; lo
congestionan a fuerza de comilonas”. Y eran precisamente estos grupos los que
apoyaban sus medidas: “¿Con qué valores cuenta este hombre para hacerse dueño
del Poder? ¿Con millonarios, aristócratas, frailes, curas, monjas y ancianos
desamparados?” (Heraldo de Madrid, 7
de octubre de 1932 y 4 de junio de 1934).
-¿En qué momento, tanto
humano como de actividad social e intelectual, le pilla a nuestro protagonista
el alzamiento rebelde de los militares? Y ¿cómo transcurren sus actividades,
humanas, sociales y reivindicativas durante este período de tiempo?
-A lo largo de 1936 participó en numerosos mítines vinculados
a Izquierda Republicana, reclamando la unidad de las fuerzas de izquierda para
desbancar del poder a la CEDA y sus socios. El triunfo del Frente Popular fue
recogido por él con palabras como “Dios no ha oído… porque en nuestras cortas
oraciones no pedíamos otra más que el triunfo de la causa del pueblo, la
reconquista de la República del 14 de
abril” (Heraldo de Madrid, 18 de
febrero de 1936). Tras el inicio de la Guerra Civil se mostró como uno de los
más activos propagandistas contra el concepto de Cruzada enarbolado por la Iglesia que apoyó el golpe de Estado. Sus
discursos radiofónicos (desde el Ministerio de la Guerra, la Radio del Partido
Comunista o frente a los militares en Leganés); sus discursos para el Socorro
Rojo Internacional; o sus escritos en títulos como España Heroica o Religión y
Fascismo. Queman, Roban y Asesinan… en tu nombre, eran un claro testimonio
de ello.
-Se exilia a Francia, en 1939 donde vive todo lo malo: la pobreza, la
enfermedad, el internamiento en el Campo de Gurs…
¿qué has podido recoger de sus días en aquellas condiciones?
-Antes de ser internado en el Campo de Gurs,
por presiones franquistas y por la nueva legislación de Vichy, trabajó en
diversas colonias infantiles francesas. Gracias al testimonio de un familiar
lejano, Francisco García Hernández, así como el acceso a los archivos franceses
he podido reconstruir este duro episodio de su vida. Durante dicho
internamiento vivió el aislamiento, el desencanto con las autoridades
republicanas, la ceguera… Cuando fue liberado no paró de sufrir la persecución
policial, ya que se le consideraba un “elemento incómodo”. La muerte de su
anciana madre, Pura, lo sumió en una profunda depresión que agravó su ya
debilitada salud física y mental.
-Vive, también la
Segunda Guerra Mundial ¿cómo la pasa porque de sobrevivirla, aunque solo la
sobrevive un año, ya que muere en 1946 en el más completo anonimato…?
-En el último año de su vida vagó de un lugar a otro de
Francia (Lourdes, Libourne…) buscando la paz entre
sus amigos y conocidos. Como otros tantos exiliados, contemplaba el fin de la
guerra como la fecha definitiva para la caída del régimen franquista, pero no
fue así. Murió en 1946, en una pequeña ceremonia donde los símbolos
republicanos fueron su última compañía. Su tumba, por desgracia, aún no ha
podido ser localizada. Con esta investigación queremos brindarle el homenaje
que, esperemos, algún día le trasladen las instituciones democráticas
españolas. No en vano su causa fue la de la libertad.
21713
Anticlericalismo y crítica social: el sacerdote republicano
Hugo Moreno López / Juan García Morales (1883-1946). Antonio César Moreno Cantano
120
páginas 15 x 23 cms.
16,00 euros
Muñoz Moya
La presente investigación analiza la vida, obra y actividad pública del
sacerdote almeriense Hugo Moreno López (1883-1946). Desde muy joven, y al
amparo de la encíclica de León XIII Rerum Novarum, estuvo muy vinculado con el catolicismo social,
mediante la participación en diarios locales de este signo como La
Independencia o Bonifacio. Hombre de sentido común, con el que ganó el premio
al mejor semanario católico social. Igualmente, participó en las misiones del
padre Francisco de Paula Tarín en Almería, lo que le llevó a conocer de primera
mano la cruda realidad social y económica de esta provincia, despertando en su
interior la defensa de los más desfavorecidos frente a los abusos de clases
acomodadas. En 1917 se trasladó a Madrid –con el apoyo y visto bueno de su obispado-,
dando comienzo a una brillante carrera literaria y cultural en destacados
medios impresos de la capital como Cervantes (dirigida por el almeriense
Francisco Villaespesa), La Voluntad o La Esfera, donde profundizó en el estudio
de los grandes ascetas y místicos de la España del Siglo de Oro. Gracias a
estos textos entró en contacto con un gran número de escritores modernistas,
como Azorín, Baroja…, que le hicieron convivir–desde la faceta literaria- con
el anticlericalismo (en un primer momento mediante la crítica de la falta de
formación de la clase sacerdotal y la apelación a la caridad y humildad de los
predicadores españoles de la Edad Moderna). Este bagaje cultural junto su
experiencia previa en Almería eclosionaron cuando en 1927 la diócesis de Madrid
le retiró las licencias ministeriales y le obligó a regresar a su provincia de
nacimiento. Lejos de acatar esta medida, Hugo Moreno permaneció en la capital y
con la llegada de la Segunda República en 1931 se presentó públicamente bajo el
pseudónimo de Juan García Morales, un personaje marcadamente anticlerical y
promotor de una profunda reforma que acabase con las desigualdades sociales.
Sus numerosos artículos en el diario Heraldo de Madrid así como sus variadas
obras (El Cristo Rojo, por ejemplo), son identificativos de esta actitud. Su
estrecha colaboración con las autoridades republicanas le llevó a enfrentarse
decididamente, durante el tiempo de la Guerra Civil, al concepto de Cruzada que
promovía la jerarquía eclesiástica española y el bando franquista. En 1939 se
exilió en Francia, donde conoció la pobreza, la enfermedad y la prisión (en
1941 fue internado en el campo de Gurs). En 1946,
murió en el más completo de los anonimatos. Este texto pretende rescatar su
memoria del olvido y dar a conocer su figura a las nuevas generaciones nacidas
ya en libertad.
Antonio César Moreno Cantano
Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares
(2008). Miembro del grupo de investigación CEFID (Centre d´Estudis
sobre les Èpoques Franquista i Democràtica)
y GREF (Grup de Recerca sobre l´Època
Franquista), adscritos a la Universidad Autónoma de Barcelona; del grupo de
investigación Catolicismo y laicismo en la España del siglo XX, vinculado a la
Universidad de Alcalá, y al grupo Estudios del Tiempo Presente, dirigido por el
catedrático Rafael Quirosa, de la Universidad de
Almería. En la actualidad trabaja como Profesor de Secundaria en el Colegio
Madrigal (Loranca –Fuenlabrada-, Madrid). Ha
participado en diferentes congresos nacionales e internacionales sobre la
dictadura franquista y ha publicado numerosos artículos sobre la propaganda
interior y exterior de la España franquista durante la Guerra Civil y la
Segunda Guerra Mundial en diferentes revistas especializadas. Ha coordinado en
la editorial Trea una trilogía sobre las culturas
bélicas y la propaganda extranjera en España entre 1936 y 1945. Su última
publicación ha sido la obra colectiva (donde es uno de los coordinadores) Otra
Iglesia. Clero disidente durante la Segunda República y la Guerra Civil. En la
actualidad está realizando una investigación –junto al profesor Misael Arturo
López- sobre las exposiciones anticomunistas en la Europa del Eje.
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