La
Librería de El Sueño Igualitario
Carlos Taibo
escribe para La Catarata sobre cómo fue el anarquismo antes y durante la
Revolución Rusa.
Aquello que nos cuenta la editorial,
La Catarata, desde la sinopsis:
Este libro rescata una memoria de
siempre proscrita: la de los anarquistas rusos y, con ellos, la de movimientos
de carácter diverso que, cien años atrás, apostaron en el oriente europeo por
la autoorganización, por la acción directa y por el
apoyo mutuo. Su atención se concentra en una etapa singularmente convulsa, la
que separó los años 1917 y 1921, en la que las diversas iniciativas libertarias
entraron en colisión con el naciente poder bolchevique. Por sus páginas pasan,
de resultas, soviets, comités de fábrica, comunas rurales, socialistas
revolucionarios, anarcocomunistas,
anarcosindicalistas, marineros de Kronshtadt,
guerrilleros majnovistas y, claro, la represión y la
derrota.
El autor, Carlos Taibo:
Profesor de Ciencia Política en la
Universidad Autónoma de Madrid, cuyo programa de estudios rusos ha dirigido.
Entre sus últimas obras se cuentan Libertari@s (Los
Libros del Lince, Barcelona, 2010),Repensar la
anarquía (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2013),Rusia frente a Ucrania.
Imperios, pueblos, energía (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2014)
y Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial,
ecofascismo (Los Libros de la Catarata, Madrid,
2015).
Carlos Taibo,
un escritor muy prolífico en La Catarata: Colapso; Comprender Portugal; Contra los tertulianos; Crítica de la Unión Europea.
Argumentos para la izquierda que resiste; Decrecimientos.
Sobre lo que hay que cambiar en la vida cotidiana; Diccionario de neolengua.
Sobre el uso políticamente manipulador del lenguaje; El 15-M en sesenta preguntas;
El conflicto de Chechenia;
El decrecimiento explicado con
sencillez; En defensa de
la consulta soberanista en Cataluña; En defensa del decrecimiento.
Sobre capitalismo, crisis y barbarie; En defensa del decrecimiento. Sobre
capitalismo, crisis y barbarie; España, un gran país. Transición,
milagro y quiebra; Estado de alarma. Socialismo de
casino, izquierda anémica, sindicalismo claudicante; Guerra en Kosova.
Un estudio sobre la ingeniería del odio; Hasta luego, Pablo. Once ensayos
críticos sobre Podemos; La Constitución destituyente
de Europa. Razones para otro debate constitucional; La desintegración de Yugoslavia;
La parábola del pescador
mexicano. Sobre trabajo, necesidades, decrecimiento y felicidad; Las transiciones en la Europa central
y oriental. ¿Copias de papel carbón?; Movimientos antiglobalización. ¿Qué
son? ¿Qué quieren? ¿Qué hacen?;Nacionalismo español. Esencias,
memoria e instituciones; Nada será como antes. Sobre el
movimiento 15-M; Neoliberales, neoconservadores, aznarianos. Ensayos sobre el pensamiento de la derecha
lenguaraz; Para entender
el conflicto de Kosova; Para entender el TTIP. Una visión
crítica del Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones; Que no se apague la luz. Un diario de
campo del 15-M; Repensar la anarquía.
Acción directa, autogestión y autonomía;Rusia en la era de Putin
Cazarabet conversa con Carlos Taibo:
-Carlos, ¿qué
te inspiró la edición de este libro?
Este libro reúne dos líneas de trabajo
que me han ocupado muchos años. Por un lado, la relativa a mi interés por el
mundo ruso-soviético, y por el otro la vinculada con mi cercanía a los
movimientos de carácter libertario. Me pareció que el centenario de las
revoluciones rusas de 1917 era un buen momento para hincarle el diente al
derrotero del anarquismo ruso.
-¿Qué participación tuvieron los anarquistas
rusos en torno al alzamiento de 1905?.-¿Cómo salieron
de aquella especie de tentativa de revolución plena?.-¿De
dónde venían las ideas anarquistas, en qué lugares y de qué manera, más
influyentes en Rusia?
Aunque en Rusia hubo anarquistas desde
la década de 1860, la presencia de movimientos anarquistas como tales hay que
datarla en el inicio del siglo XX. Esos movimientos tuvieron un auge muy
notable al calor de la revolución de 1905, a menudo en estrecha relación con un
fenómeno que entonces se manifestaba por vez primera: el de los soviets. Cierto
es que en los años posteriores la represión se cebó visiblemente sobre el
anarquismo ruso, que entró en una franca decadencia. Una de las regiones en las
que todo lo anterior se hizo valer con singular peso fue la parte más
occidental del imperio, en las actuales Bielorrusia y Polonia, en donde el
fenómeno del anarquismo guardó estrecha relación con la presencia de una activa
comunidad judía contestataria, por añadidura, de la lógica del imperio
zarista.
-Claro a ello hay que añadir la debacle en el
frente durante la I Guerra Mundial.
La primera guerra mundial fue vital
para reavivar el germen revolucionario. Sabido es, sin embargo, que suscitó
vivas divisiones dentro del propio movimiento libertario, en donde figuras
prominentes como la de Kropotkin se inclinaron por
respaldar a los aliados frente a Alemania y Rusia, en abierta contestación, por
lo demás, del discurso pacifista que era mayoritario en el propio movimiento
libertario.
-Todos los principales opositores de
izquierdas rusos estaban o en exilio o en prisiones, pero por qué los
bolcheviques fueron los que supieron tomar más la posición o ser más “oportunistas”.
Lenin demostró tener un ingente
talento táctico, bien materializado en sus “Tesis de abril”, que ensalzaron
formal y retóricamente los soviets. Cabe dudar, en cambio, del talento
estratégico del dirigente bolchevique, que en los últimos tiempos de su vida se
vio obligado a reflexionar hipercríticamente sobre las decisiones que, a partir
de octubre de 1917, condujeron palmariamente a acabar con la autonomía
decisoria de los soviets y de los comités de fábrica, al tiempo que generaron
el escenario propio para medidas como la dirección por un solo hombre, la
militarización del trabajo y, en general, la burocratización del naciente
modelo soviético.
-¿Ganaron
los bolcheviques la revolución?, sería si miramos a la de octubre, ¿no?; porque en el febrero
del 17 no fueron los decisorios, pero sí en Octubre (y en sus prolegómenos) y a
partir de ahí que éstos empiezan a escribir la historia y ya se sabe que según quien escribe la historia la
manipula a sus intereses…
Los bolcheviques sacaron adelante una
revolución que a mi entender mucho tuvo de palaciega y muy poco de social. En
cualquier caso, muchas de las medidas por ellos asumidas entre 1917 y 1921, en
un período crítico como fue el de la guerra civil, se asentaron en una excelsa
paradoja: para defender la revolución frente a los ejércitos blancos y frente a
las potencias extranjeras, acabaron con la propia revolución.
-El anarquismo presentaba la mayor fuerza en Petrogrado, Moscú, Kronstadt, Ivanovo-Vonesenks y amplias zonas de Ucrania, ¿cómo era la
radiografía de las gentes que acariciaban esta ideología?
Era un movimiento disperso,
fundamentalmente trenzado en torno a trabajadores urbanos –en Ucrania había,
ciertamente, una activa presencia, también, de campesinos- y con una minoría
intelectual de relativo ascendiente. No existía, por lo demás, ninguna
organización paraguas como al cabo lo fue la CNT en España. Y era un movimiento
muy dividido entre dos grandes corrientes mal relacionadas entre sí: el anarcocomunismo, de raíces fundamentalmente autóctonas, y
el anarcosindicalismo, en buena medida importado de la Europa occidental.
-¿Por qué el anarquismo se vio relegado en
cuanto al comunismo, al bolchevismo?-Todo lo que no fue reacción o revolución
bolchevique fue como revocado, ¿no?
Por dos razones. Si la primera fue su
incapacidad para articular un proyecto razonablemente común, la segunda la
aportó el firme designio bolchevique de acabar con un movimiento que planteaba
perspectivas afortunadamente diferentes de las que promovían los dirigentes
bolcheviques. Éstos no dudaron en desplegar al respecto una crudelísima
represión.
-¿Los
anarquistas de qué manera plantaron cara a los bolcheviques?;¿se infiltraron
dentro de su estructura vertical?. ¿Una vez más fue
Stalin el que apuntilló, de alguna manera las ideas librepensadoras?
Lo de Stalin es posterior a la etapa
-1917-1921- que estudio en mi libro. Hubo anarquistas que colaboraron, desde el
principio, con el orden bolchevique. En algún caso se les atribuyó el equívoco
nombre de “anarcobolcheviques”. Intuyo que la mayoría
de ellos, o dejaron de ser anarquistas, o regresaron al movimiento libertario
muy decepcionados con la jerarquía, la militarización y el rechazo de cualquier
tipo de disidencia que caracterizaron al régimen naciente.
-No puedo evitar por preguntarte por dos de
los pensadores anarquistas que viniendo de Rusia propagaron más esas ideas: Bakunin y Kropotkin…
Me interesa subrayar que se
convirtieron en anarquistas fuera de Rusia, de tal manera que es un error
atribuir su condición de tales a la presunta existencia -no era tal- de un
movimiento anarquista notable en su país de origen. Kropotkin
regresó a Rusia tras las revoluciones de 1917, y se convirtió en un icono de la
resistencia frente al régimen naciente. Su entierro, en febrero de 1921, fue la
última manifestación pública notoria del anarquismo ruso.
- ¿Cuál fue el significado de la revuelta de Kronshtadt?
Los marineros que se sublevaron en Kronshtadt en marzo de 1921 no lo hicieron en nombre del
pueblo, sino en el de los principios de la revolución de Octubre de cuatro años
antes. En ese sentido, defendieron el poder de los soviets sin partidos, una
propuesta que era un torpedo en la línea de flotación de un proyecto, el
bolchevique, cada vez más institucionalizado y cada vez más alejado de algo que
oliese a revolución social. Creo que la mayoría de los sublevados eran
“libertarios” en un sentido general, esto es, gentes que espontánea y vivencialmente
creían en la autogestión, en la democracia directa y en el apoyo mutuo. Y éste
es un rasgo importante: en la Rusia de esos años había acaso más “libertarios”
que se ajustaban a esa condición que “anarquistas” identificables como tales
ideológica y doctrinalmente.
-¿Cómo fue el papel de las guerrillas majnovistas?
De nuevo creo que configuraron un movimiento
antes “libertario” que “anarquista”, y ello por mucho que Majnó
fuera, declaradamente, lo segundo. La majnovshina,
aunque en esencia una guerrilla, se mostró extremadamente respetuosa de la
autonomía decisoria de los campesinos.
Pena fue que la necesidad de mantener un permanente esfuerzo militar,
frente a blancos y frente a bolcheviques, limitase sus capacidades de
construir, como a buen seguro era su intención, una sociedad diferente.
25500
Anarquismo y
revolución en Rusia (1917-1921). Carlos Taibo
288 páginas 13,5 x 21 cms.
17.00 euros
La Catarata
Este libro rescata una memoria de siempre
proscrita: la de los anarquistas rusos y, con ellos, la de movimientos de
carácter diverso que, cien años atrás, apostaron en el oriente europeo por la autoorganización, por la acción directa y por el apoyo
mutuo. Su atención se concentra en una etapa singularmente convulsa, la que
separó los años 1917 y 1921, en la que las diversas iniciativas libertarias
entraron en colisión con el naciente poder bolchevique. Por sus páginas pasan,
de resultas, soviets, comités de fábrica, comunas rurales, socialistas
revolucionarios, anarcocomunistas,
anarcosindicalistas, marineros de Kronshtadt,
guerrilleros majnovistas y, claro, la represión y la
derrota.
Carlos Taibo
Profesor de Ciencia
Política en la Universidad Autónoma de Madrid, cuyo programa de estudios rusos
ha dirigido. Entre sus últimas obras se cuentan Libertari@s (Los Libros del Lince, Barcelona, 2010), Repensar la anarquía (Los Libros de la
Catarata, Madrid, 2013), Rusia frente a Ucrania.
Imperios, pueblos, energía (Los
Libros de la Catarata, Madrid, 2014) y Colapso. Capitalismo terminal,
transición ecosocial, ecofascismo (Los Libros de la Catarata, Madrid, 2015).
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