La
Librería de El Sueño Igualitario
Aitor
Hernández escribe para Editorial Milenio un libro de narrativa de esos en los
que el lector se retrotrae a la trama y a los tiempos pretendidos por el
lector…
La narrativa
de Aitor Hernández recuerda a otro
tiempo, bebe del tiempo de los cronistas.
Sus tramas
nos atrapan y el retrato intenso que realiza de sus personajes nos encandilará
en una lectura viva e inquieta
Se trata de
una novela que viaja entre lo romántico y la novela negra…pero el autor logra
un equilibrio que, a priori, podía parecer imposible, pero que logra y con
nota.
Las pasiones
pueden hacer que se sufran metamorfosis que nos lleven a rumbos
incomprensibles.
La
ambientación de esta obra narrativa es sobresaliente. Un “diez” en dirección
artística si hablásemos de arte cinematográfico.
Lo que nos
dice la sinopsis de este libro, Editado por Milenio:
Finales del siglo XIX, en Vallalmera, una
pequeña ciudad de provincias, se cruzan las vidas de dos mujeres, madre e hija,
y un hombre. Isabel de Landáburu, obsesionada con
someter a su imperio a todos los que la rodean, Alicia Olivares, proclive a los
histerismos místicos, y Luis Vélez, enfermo de una lujuria que solo enmascara
sus complejos de inferioridad. Las tormentosas relaciones que se establecen
entre ellos desembocarán en un terrible crimen. A caballo entre la novela
romántica y la negra, Almas envenenadas es ante todo una exploración sin
concesiones de los rincones más oscuros del alma humana, allí donde la razón
duerme y los monstruos te devuelven la mirada. Basada en la historia real de
León Vitalis y Marie Boyer,
un crimen que escandalizó a la sociedad francesa a finales del siglo XIX.
El autor, Aitor Hernández:
Aitor Óscar Hernández Franco es licenciado en Historia y Geografía por
la Universidad de Deusto y técnico superior en Riesgos Laborales. Ha ganado la
VII Beca Serapio Múgica, con el proyecto La Prensa en Irún antes y durante la
Belle Époque. Mujer, Laicismo y Modernidad (1885-1925) y el V Concurso de
Investigación histórica Luis de Uranzu con Federico
Forcada y la Escuela Moderna. La doctrina pedagógica de Ferrer Guardia en
Guipúzcoa. También ha publicado otros libros de investigación relacionados con
las principales corrientes ideológicas del siglo XIX como El Ku Klux Klan el brazo armado del Partido Demócrata.
Cazarabet conversa con Aitor Óscar Hernández
Franco:
-Aitor, ¿de dónde te viene la
idea de escribir Almas envenenadas?
- Bien, la verdad es que un día hace, ya más de un año,
estaba leyendo un libro publicado a principios de siglo XX sobre crímenes y
criminales europeos, especialmente de Francia e Inglaterra, cuando, entre todas
las historias que leí, hubo una protagonizada por un tal León Vitalis y su amante Marie Boyer
que me llamó la atención. No sé exactamente la razón, puesto que me atrajo la
atención la personalidad de sus protagonistas o el simple hecho que el crimen
resultaba intemporal en cuanto sus motivaciones esenciales. Hay ciertas cosas
que, simplemente llaman nuestra atención, y que se encuentran más allá de la
lógica. Sólo supe que tenía que escribir una historia basado sobre ese hecho
real.
-Almas envenenadas…Así, de primeras, me
sugería que era como un retrato de retratos de muchos de los habitantes de la humanidad
que, en algún momento de su vida tienen el alma envenenadas…
- Bien, yo no soy muy optimista en cuanto a la naturaleza
humana así que me atrevería a decir que, en alguna medida, todos tenemos el
alma envenenada. No creo en la existencia de almas puras y candorosas. Creo
que, precisamente, el fuerte de mis personajes es que los lectores pueden ver
en ellos algo de sí mismos. Siempre he creído que la literatura trata de la
exploración de la naturaleza humana, seguramente porque mis autores y novelas
preferidas son todos títulos del XIX, con alguna excepción, como el Mephisto de Kalus Mann; y la
literatura del siglo XIX abordó esa exploración del alama humana desde
perspectivas muy diferentes, comenzó con el romanticismo y acabó con el
naturalismo y el psicologismo. Desde ese punto de vista, Almas envenenadas es
un resumen de las principales escuelas literarias del siglo XIX, porque he
introducido rasgos de todas.
-El sometimiento, las ansias de dominio
no dejan de ser síntomas muy claros de “tener el alma envenenada”…
-Ciertamente. Sometimiento, ansia de dominio,
avaricia...Pero hay otros más sutiles, pero igual de insidiosos como, por
ejemplo, la arrogancia de los que van de buenos por la vida y aplastan a todos
con su supuesta superioridad moral. Podría escribirse un volumen para catalogar
todas las formas en la que se puede corromper el espíritu humano.
-Además esto del “alma envenenada” es
como que se arrastra, como que busca de retroalimentarse; con todos los
peligros que esto conlleva .¿Qué nos puedes comentar?
- Sí, eso está muy bien visto. Creo que llega un momento
en que una persona se acostumbra tanto a su propia miseria interna que comienza
a disfrutar de ella de alguna manera perversa, y a buscar motivos para no
combatirla, para no salir de su agujero. El falso victimismo es la principal. O
la pereza, el dejarse llevar por los acontecimientos. Ese comportamiento
autodestructivo es la morfina de las almas más envenenadas.
-Veo en ese sometimiento, en esas
amarras que unos imponen a otros o que, a veces, sin querer no darnos cuenta,
nos imponemos veo el preludio de ser prisioneros de nosotros mismos y eso lo
trasladamos en nuestro comportamiento diario muchas veces somatizando síntomas
sociales hasta en físicos o psicológicos…otra manera de tener el alma
envenenada…
- Bien, en mi novela analizo sobre todo el aspecto
individual del fenómeno, pero es cierto que como nadie es una isla, nuestros
comportamientos condicionan en mayor o menor manera a los de la gente que
tenemos más cerca, y ellos a nosotros. Es una influencia recíproca, y como lo
peor de nosotros suele ser una semilla más fructífera que lo mejor, tendemos
hacer peor a la gente de nuestro alrededor que mejor. Sé que esta es una idea
muy pesimista pero desgraciadamente hasta las mejores de nuestras intenciones
suelen traicionarnos. Y en cualquier caso, sólo es un aliciente más para
mejorar.
-Saber manejar todas estas premisas que
desentrañas en tu novela es un ejercicio que va mucho más allá de la trama, es
educacional... te hace plantearte muchas cosas en torno a cómo deberíamos
entender y mirar la educación y cuál debería ser nuestro papel en él…-Enlazando
con la pregunta anterior, ¿era esa una de tus premisas?
- Sí, cierto. Hay novelistas que buscan que sus tramas
sean muy inteligentemente planteadas, de forma que hasta la última página no se
sepa quién es el culpable o cuál es el secreto en torno al cual gira la novela.
Al público le encanta eso, que lo mantengan en vilo. Honradamente, no es eso lo
que yo busco en Almas envenenadas. Me planteé sólo escribir de manera directa y
llana una historia basada un hecho real en el cual un trágico triángulo
pasional, lleva a una situación de tragedia que se va asomando en el horizonte
como una tormenta en una tarde bochornosa de verano. Y con ello, intentar
analizar el comportamiento humano. Y sí, visto que el camino tomado por los
personajes de la novela les lleva a un destino funesto, uno puede reflexionar
en la importancia de la educación o la falta de la misma para evitar llegar
hasta este punto sin retorno. Ciertamente, una buena educación, basada en el
desarrollo de la responsabilidad individual y en sólidos valores humanísticos,
atenuaría el número de hechos trágicos como el que inspira la novela. Pero al
final del camino está y siempre estará la naturaleza humana, las pasiones que
palpitan de bajo de su corteza, y que por mucho que sea el nivel de educación,
antes o después acabará encontrando su forma de hacerse presente. Y luego,
simplemente está la fatalidad. Personas que podrían haber llevado una
existencia normal si sus pasos no las hubiesen hecho cruzarse con otras
determinadas que sacaron lo peor de ella y las guiaron al infierno. Creo que,
de algún modo, por ahí fuera, en algún lugar, existe un tentador que es capaz
de sacar lo peor de nosotros. La mayor parte de las veces nuestros caminos no
se cruzan, pero ay cuándo lo hacen...
-Amigos, ¿nos puedes decir en qué estás
trabajando en la actualidad?
- Pues en estos momentos estoy trabajando en
una novela histórica, porque la historia es mi principal pasión, y después de
publicar algunos libros de investigación
histórica, me apetece intentar dar vida literaria a lo que en esos
libros son explicaciones, fechas y nombres.
26434
Almas envenenadas. Aitor Óscar Hernández Franco
320 páginas 15 x 24 cms.
19,00 euros
Milenio
Finales del siglo XIX, en Vallalmera, una pequeña ciudad de provincias, se cruzan las
vidas de dos mujeres, madre e hija, y un hombre. Isabel de Landáburu,
obsesionada con someter a su imperio a todos los que la rodean, Alicia
Olivares, proclive a los histerismos místicos, y Luis Vélez, enfermo de una
lujuria que solo enmascara sus complejos de inferioridad. Las tormentosas
relaciones que se establecen entre ellos desembocarán en un terrible crimen. A
caballo entre la novela romántica y la negra, Almas envenenadas es ante todo
una exploración sin concesiones de los rincones más oscuros del alma humana,
allí donde la razón duerme y los monstruos te devuelven la mirada. Basada en la
historia real de León Vitalis y Marie Boyer, un crimen que escandalizó a la sociedad francesa a
finales del siglo XIX.
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Aitor Óscar Hernández Franco es licenciado en Historia y Geografía por
la Universidad de Deusto y técnico superior en Riesgos Laborales. Ha ganado la
VII Beca Serapio Múgica, con el proyecto La Prensa en Irún antes y durante la
Belle Époque. Mujer, Laicismo y Modernidad (1885-1925) y el V Concurso de
Investigación histórica Luis de Uranzu con Federico
Forcada y la Escuela Moderna. La doctrina pedagógica de Ferrer Guardia en
Guipúzcoa. También ha publicado otros libros de investigación relacionados con
las principales corrientes ideológicas del siglo XIX como El Ku Klux Klan,
el brazo armado del Partido Demócrata.
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