La
Librería de Alarifes
Estamos
ante un libro magnífico que nos acerca a nuestros paisajes que son todo un tributo
al patrimonio natural, humano, industrial, fruto del esfuerzo y del trabajo, de
la cultura, del paso de la historia y de las huellas que deja ésta, de los
símbolos…
El Plan Nacional de Paisaje Cultural (PNPC) tiene como objetivo
general la salvaguarda de los paisajes de interés cultural, favoreciendo
medidas encaminadas a garantizar la viabilidad de estos paisajes, entre las que
se incluyen la sensibilización social y política o la cooperación entre
organismos a diferentes escalas: internacional, nacional y regional. El PNPC
establece una serie de herramientas para llevar a cabo su objetivo, dos de las
cuales serán el objeto de este trabajo. En primer lugar, se pretende realizar
una primera aproximación al Registro documental de los Paisajes de Interés
Cultural (PIC), con orden y precisión, y atendiendo a una metodología
previamente establecida, que permita su identificación y documentación. Así,
queda conformada una inicial lista indicativa de Paisajes Culturales que pasan
a formar parte del PNPC. En segundo lugar, la publicación de una selección de
cien paisajes, que constituyan una muestra representativa de los PIC españoles,
atendiendo a criterios de representatividad tipológica y diversidad geográfica.
El objetivo de esta publicación es obtener un panorama aproximativo de los
Paisajes Culturales españoles, que en ningún caso pretende ser exhaustivo, sino
un muestreo representativo de una realidad compleja y diversa.
El libro, magnífico y en el que se pueden degustar palabras e imágenes por igual está editado por la Secretaría General Técnica. Centro de
Publicaciones. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La edición ha sido propuesta por la Subdirección General del
Instituto del Patrimonio Cultural de España.
Esto es lo que nos dice la entidad editora:
Estos
espacios, que conforman los escenarios de nuestras vidas, son paisajes
construidos a través de generaciones, que han dejado en ellos la huella de sus
existencias. Estos paisajes están hechos de edificios y ciudades, de calzadas y
campos, de llanuras y montes, de naturaleza y de cultura, de tradiciones y
costumbres, de pasado y de futuro. Salvaguardar los paisajes, manteniendo el
patrimonio, las relaciones visuales, los vestigios de la memoria, sus
relaciones armónicas, y dejarlos transformarse lentamente en su ciclo anual y
en su desarrollo a lo largo del tiempo, es una labor responsable que permite
mantener la relación del ser humano con su entorno, entender su lugar en el
universo y bajo las estrellas.
Esta
publicación nos ofrece una selección de cien paisajes, fruto de un estudio del
Plan Nacional de Paisaje Cultural (PNPC), que constituyen una muestra
representativa de los Paisajes de Interés Cultural (PIC) españoles, atendiendo
a criterios de representatividad tipológica y diversidad geográfica. Un
panorama aproximativo de los Paisajes Culturales españoles, que en ningún caso
pretende ser exhaustivo, sino un muestreo representativo de una realidad
compleja y diversa. Los distintos capítulos que aborda son: paisajes agrícolas,
ganaderos y forestales; paisajes industriales, infraestructuras y actividades
comerciales; paisajes urbanos, históricos y defensivos; y paisajes simbólicos.
Cazarabet conversa con Linarejos Cruz:
–Amiga, el paisaje en sí es un elemento, otro, de la cultura, ¿no?
-En efecto, al plantearnos este trabajo partimos de
una reflexión sobre el concepto de paisaje y
su cualificación como cultural. Realmente son dos conceptos indisociables, ya
que la intervención humana se hace patente en todos los paisajes. En este
sentido se puede generalizar, puesto que la presencia del ser humano puede
detectarse en todos, o casi todos, los rincones del planeta. Aún los lugares
más recónditos e inaccesibles pueden ser conocidos e incluso intervenidos a
través de las herramientas que proporcionan los avances tecnológicos.
-En este libro,
además, no se puede uno o una aproximar al paisaje si no lo hace también a su
entorno natural, ecológico…sea más o menos en convivencia con el ser humano.
-La aproximación al paisaje debe ser integral, de otro
modo nos quedaríamos sólo con apreciaciones parciales que impedirían conocerlo
en su totalidad. Interesa, por tanto, tener en cuenta su dimensión espacial y
temporal, su percepción y sus elementos constitutivos: culturales y naturales,
materiales e inmateriales, tangibles e intangibles. El paisaje es un “todo”;
entendiendo que el todo es más que la suma de las partes.
-Aunque la
marca del ser humano, se encuentra, ya, en todo paisaje.
-De ahí la cualificación de cultural. Como he dicho, a
día de hoy es prácticamente imposible encontrar un lugar que no esté
intervenido por el ser humano, en mayor o menor medida. Por consiguiente se
plantea la necesidad de identificar los valores culturales inherentes a cada
paisaje. Porque unos paisajes presentarán dominantes de carácter natural y en
otros casos tendrá más presencia lo cultural. Se trata de reconocer esas
dominantes para poder hacer una clasificación en función de sus valores.
-La fotografía
en este libro tiene y retiene una importancia trascendental ¿no?...como
indispensable e imprescindible…
-Siempre he
mantenido que un paisaje es algo más de lo que podemos apreciar a simple vista.
No es lo mismo mirar que ver. Una simple mirada abarca únicamente lo
superficial, en cambio ver implica un proceso intelectual, que nos lleva a comprender el paisaje.
Por tanto, además de la pertinente explicación
escrita, la fotografía en este libro tiene una
importancia capital, ya que ofrece ese complemento visual necesario para
entender el paisaje.
-En base a qué
criterios seleccionasteis estos paisajes magníficos?
-Una vez perfilada la idea del tipo de trabajo que
queríamos hacer y de los resultados que esperábamos obtener, se estableció la
metodología a seguir. A partir de ahí la colaboración de todas las Comunidades
y Ciudades Autónomas y la dedicación de los expertos de la Comisión de
Seguimiento del Plan Nacional de Paisaje Cultural fue determinante. En primer
lugar nos pusimos en contacto con todas las Comunidades Autónomas y las
Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla para pedirles que identificaran y
seleccionaran una serie de paisajes en función de sus valores. Se trataba de un
ejercicio de reflexión. La respuesta fue magnífica, todos enviaron sus
repertorios bien documentados, sin que se produjera una sola ausencia. Como el
propósito era obtener una muestra de 100 paisajes, se hizo necesario un proceso
de selección; tarea harto complicada, porque todos los paisajes merecían formar
parte del elenco. Teníamos claro que, para que fuera realmente representativo,
había que partir de un principio de coherencia, por tanto se ha intentado
establecer un equilibrio territorial y un reparto temático equitativo.
-¿Se os han
quedado muchos lugares en las alforjas?
-Desde luego. La cantidad, variedad y diversidad de
paisajes culturales en España es enorme. Con esta selección de 100 paisajes se
pretende ofrecer una muestra representativa, que en ningún caso supone la
descalificación de otros paisajes con evidentes valores culturales. La
finalidad es que estuvieran representadas todas las categorías o actividades
configuradoras de paisaje y que existiera coherencia territorial, para ello se
ha intentado que todas las regiones tengan una presencia en consonancia con la
cantidad y variedad de sus paisajes en proporción a su extensión geográfica.
-Este libro nos da a conocer que la Península Ibérica es un lugar donde se
conjugan y se dan numerosos paisajes, micro paisajes…
-Creo que este es otro de los aspectos relevantes del paisaje,
que hace referencia a las escalas y las funciones. Por este motivo se han
incluido paisajes de escalas diversas y distintas funcionalidades, desde las
grandes unidades fisiográficas, que frecuentemente responden a configuraciones
de paisajes multifuncionales, o los paisajes identificados con unidades
ecológicas básicas, hasta los paisajes cuya delimitación espacial y
funcionalidad está mucho más definida.
-Aún con esas
riquezas de la diversificación y diferencias. Encuentras, también,
denominadores comunes?
-Si hemos de encontrar un denominador común a todos
los paisajes culturales debemos centrarnos necesariamente en el ser humano,
concretamente en dos aspectos: en la interacción que se produce entre las
personas y el medio natural, a través del desempeño de actividades que
configuran un paisaje cultural concreto, y en el sentimiento identitario que desarrollan las comunidades en relación con
sus paisajes.
-En la parte
que “toca los paisajes industriales”, aquí sí que podemos hacer como un poco
más de sitio a la industria, comercio y a todo aquello que de la mano del
hombre “se transforma”, pero en esos lugares, a veces, el ojo humano también
encuentra belleza…encuentro entre el hombre y el entorno que es una conjunción
de belleza y estabilidad.
-Como sabéis, mi actividad profesional y mi ámbito de
estudio están compartidos entre el patrimonio industrial y el paisaje cultural,
que en la mayoría de los casos son confluyentes. Por tanto, soy especialmente
sensible a este tema. En el caso de las actividades industriales reconocemos
una de las mayores capacidades configuradoras de paisajes culturales, pues se
trata de procesos que tienen una gran incidencia en el territorio y lo
modifican de forma muy significativa, en algunos casos presentando escenarios de
una gran belleza plástica.
Habláis de “transformación” y creo que esa es la
clave: un paisaje cultural es producto de un proceso que se desarrolla en un
lugar concreto a lo largo del tiempo, es un elemento dinámico que ha sufrido
modificaciones y que, en la actualidad y en el futuro, seguirá en
transformación. La clave es no fosilizar el paisaje, sino propiciar las
acciones necesarias para favorecer su desarrollo sin alterar su carácter.
-Otra cosa es
cómo se trata el Abandono, pero aún éste puede constituir como un elemento de
incalculable valor arquitectónico, tecnológico, de la memoria del trabajo, de
lo industrial…
-Cuando hablamos de patrimonio industrial nos
remitimos indefectiblemente a elementos en desuso, que ya han cesado su
actividad productiva. En ese caso se plantean diferentes alternativas, en
función de las características particulares que presenta cada caso concreto y
de los condicionantes legales, políticos, económicos, etc,
que son decisivos para determinar su futuro.
En la actualidad podemos identificar diferentes
escenarios: industrias abandonadas en estado de ruina, industrias en estado de
ruina consolidada, industrias en desuso que conservan su integridad, bienes
industriales reconvertidos en productos culturales y bienes industriales
recuperados para nuevos usos. Son situaciones diversas que reciben distintos
tipos de tratamiento, más o menos acertados.
Pero me gustaría ir más allá, porque no sólo las
industrias abandonadas tienen valor patrimonial; también lo tienen muchas
industrias que aún continúan produciendo y que no son objeto de interés
precisamente porque mantienen su actividad. Sería conveniente prestarles la
debida atención en previsión de problemas futuros que puedan llevar a su
desaparición.
Por otra parte, también habría que tener en cuenta
esos escenarios inéditos surgidos de la implantación de nuevas industrias, me
refiero, entre otros, a los paisajes industriales que están configurando las
energías alternativas en forma de campos eólicos, huertos solares, etc., de gran
impacto en el territorio.
-Pero el Abandono puede concebirse, también, en una pieza en la que se
reconsidere en arte.
-En ese caso podríamos hablar de “ruina romántica”,
concepto aplicado a aquellas instalaciones industriales en desuso que, tras su abandono,
se encuentran en un estado de deterioro que no permite la recuperación para
otros usos, pero que conserva elementos suficientes para dar testimonio de un
proceso y guardar la memoria histórica de la actividad industrial. Su destino
sería la consolidación de los elementos constructivos que conserve y la
recuperación de los materiales asociados, preservándolo así como un hito
testimonial que daría noticia de su significado y que podría poseer también
valores estéticos.
-A veces llegas
a un paisaje donde el paso de la industria ha dejado una escena dantesca que te
rompe el corazón…donde no ha habido rehabilitación natural, ni espeto por el
entorno ¿Cómo concienciar de que esto, además de necesario es preciso?
-En este sentido aún queda mucho por hacer. Es cierto
que ya se ha recorrido un importante camino en el reconocimiento de esas
necesidades y en la toma de conciencia, pero aún se debe seguir trabajando en
la sensibilización, sobre todo de las Administraciones competentes que tienen
responsabilidades a todos los niveles y en todos los aspectos que atañen al
paisaje. A ellas corresponde la ordenación, gestión y protección de esos
paisajes industriales que tienen especial relevancia patrimonial.
-Los paisajes urbanos
históricos y defensivos son donde, quizás, más os ha tocado mirar con lupa
porque la Península Ibérica está muy, muy jalonado por ellos….o, al menos, son
éstos muy vistosos…
-Paradójicamente, aunque estos paisajes son
abundantes, son quizá los más difíciles de reconocer. Puede ser debido a esa
antigua concepción que identifica paisaje con “verde”, con la naturaleza, que
de alguna manera sigue impresa en nuestro subconsciente, en contraposición a lo
construido, las ciudades, que siempre se han mirado desde una óptica diferente,
más relacionada con los valores arquitectónicos o urbanísticos.
No obstante, creo que hemos conseguido una digna
representación de estos paisajes, que encierran grandes valores culturales.
-Pero también
os acercáis a los paisajes desde el punto de vista simbólico…aunque lo
simbólico, muchas veces, se entrecruza con muchas de las “miradas” con las que
contempláis al paisaje.
-Lo simbólico nos remite a lo inmaterial y a lo
intangible, pero estos valores tienen su correspondencia en marcos espaciales
concretos, en los que dejan su impronta en forma de paisaje cultural. De ahí
que se haya establecido esta categoría de paisaje tan singular, que tiene
relación directa con las creencias, las miradas, las percepciones o los
sentimientos, que también pueden ser extrapolables a otros paisajes.
-Aquello que
está claro es que el paisaje cada día, cada vez, está más contemplado, mirado,
reflexionado y estudiado como “un bien común de todos y para todas”, ¿no?;
¿cómo poder manejarlo esto para que, además, podamos aprender todos los días de
la “fuerza del paisaje y de sus riquezas”?
-Estoy completamente de acuerdo. El paisaje es un bien
común, patrimonio de todos y, como dice el Convenio europeo del paisaje, debe
convertirse en un elemento de bienestar para las personas.
En cuanto al aprendizaje y a la fuerza del paisaje,
creo que puede ser muy ilustrativo este texto de Élisée
Reclus: Gracias
al paisaje que cambia a nuestro alrededor, nuestras ideas también rejuvenecen;
la vida ambiente que nos penetra nos impide momificarnos antes de tiempo.
22691
100 paisajes
culturales en España.
Linarejos Cruz (coord.)
480 páginas 26,5 x
24,5 cms
25.00 euros
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
El Plan Nacional de Paisaje
Cultural (PNPC) tiene como objetivo general la salvaguarda de los paisajes de
interés cultural, favoreciendo medidas encaminadas a garantizar la viabilidad
de estos paisajes, entre las que se incluyen la sensibilización social y
política o la cooperación entre organismos a diferentes escalas: internacional,
nacional y regional. El PNPC establece una serie de herramientas para llevar a
cabo su objetivo, dos de las cuales serán el objeto de este trabajo. En primer
lugar, se pretende realizar una primera aproximación al Registro documental de
los Paisajes de Interés Cultural (PIC), con orden y precisión, y atendiendo a
una metodología previamente establecida, que permita su identificación y
documentación. Así, queda conformada una inicial lista indicativa de Paisajes
Culturales que pasan a formar parte del PNPC. En segundo lugar, la publicación
de una selección de cien paisajes, que constituyan una muestra representativa
de los PIC españoles, atendiendo a criterios de representatividad tipológica y
diversidad geográfica. El objetivo de esta publicación es obtener un panorama
aproximativo de los Paisajes Culturales españoles, que en ningún caso pretende
ser exhaustivo, sino un muestreo representativo de una realidad compleja y
diversa.
Estos espacios, que conforman los escenarios de nuestras vidas, son paisajes
construidos a través de generaciones, que han dejado en ellos la huella de sus
existencias. Estos paisajes están hechos de edificios y ciudades, de calzadas y
campos, de llanuras y montes, de naturaleza y de cultura, de tradiciones y
costumbres, de pasado y de futuro. Salvaguardar los paisajes, manteniendo el
patrimonio, las relaciones visuales, los vestigios de la memoria, sus
relaciones armónicas, y dejarlos transformarse lentamente en su ciclo anual y
en su desarrollo a lo largo del tiempo, es una labor responsable que permite
mantener la relación del ser humano con su entorno, entender su lugar en el
universo y bajo las estrellas.
Esta publicación nos ofrece una selección de cien paisajes, fruto de un estudio
del Plan Nacional de Paisaje Cultural (PNPC), que constituyen una muestra
representativa de los Paisajes de Interés Cultural (PIC) españoles, atendiendo
a criterios de representatividad tipológica y diversidad geográfica. Un
panorama aproximativo de los Paisajes Culturales españoles, que en ningún caso
pretende ser exhaustivo, sino un muestreo representativo de una realidad
compleja y diversa. Los distintos capítulos que aborda son: paisajes agrícolas,
ganaderos y forestales; paisajes industriales, infraestructuras y actividades
comerciales; paisajes urbanos, históricos y defensivos; y paisajes simbólicos.
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