La
Librería de El Sueño Igualitario
Francisco Melero es un escritor
tranquilo y ameno que este año nos “casi sorprende” con un libro (el primero de
una "cuatrilogía") que es una especie de
joya y que nos acerca al germen de lo que desembocó en la Primera Guerra
Mundial, de la que este año se cumple el centenario y que es conocida, también,
como “La gran Guerra “ o “La Guerra de las Trincheras”. Una guerra en la que se
“probaron” muchos nuevos proyectiles, nuevas formas de ataque, estrategias,
“muchos estancamientos en las trincheras” con sus horribles consecuencias y
2nuevas maneras de matar” como los gases y demás…Gregal le da el sello a esta novela
de Melero que no te defraudará: bien escrita, sin pretensiones y que te hará
querer saber más….lo que es muy importante en una novela y en un novelista.
Nada que envidiar a los escritores, sobre todo a los anglosajones que también
han escrito sobre este período…Melero describe muy bien las situaciones y
dibuja, muy esmeradamente, a sus personajes.
La amapola es la flor del soldado y el símbolo del día de los veteranos desde
la primera Guerra Mundial…y es que un soldado británico le dedicó un sentido
poema, teniendo a la amapola como
protagonista (lo puedes leer en: http://www.ehowenespanol.com/flor-amapola-convirtio-simbolo-del-dia-veteranos-sobre_34048/), a un
compañero suyo que murió en batalla en Flandes…
Quizás sea por eso porque nuestro escritor, Francisco Melero, se acerca a la I
Guerra Mundial…tomando a la amapola y vistiéndola de negro, tal como era y es,
en su sentir, para hacernos sentir que
con ella o sin ella…. la guerra es lo que es
y que éstas no conllevan nada, nunca, de positivo….En la trama y en los
diferentes escenarios, siguiendo a diferentes personajes y situaciones, que va
describiendo Melero, nada es gratuito….todo está como muy bien escrito, como muy
bien medido, como estudiado hasta la saciedad….
Esperemos seguir trabajando prestando atención a aquellos que,
verdaderamente, sí saben más, buscando por la red y demás…así como volviendo a
entrevistar al propio autor cuando en los años venideros, Francisco Melero,
vaya publicando la segunda, tercera y cuarta parte de Amapola Negra. Lo
esperamos con verdadera pasión y, ya cierta dosis de impaciencia…Es sensacional
esto que ha hecho Gregal con la obra de Francisco Melero: publica la obra,
conforme ésta se va moviendo: el génesis, el cómo estalla la guerra es el
presente libro y el que disfrutamos en 2014 y en cada año venidero nos iremos
acercando al resto de episodios de la guerra y de la novela.
Sinopsis de Amapola Negra que nos llega desde Gregal:
Una apasionante novela histórica donde a través de distintos personajes
y experiencias conoceremos de cerca el gran conflicto de la Primera Guerra
Mundial.
En 1914 la sinrazón se apodera de Europa. La lucha hegemónica entre potencias
es un polvorín que explota a partir de un hecho específico ocurrido en los
confines del Imperio Austro-Húngaro. La cuestión nacional prima sobre el
interés individual o colectivo. Las sociedades se arremolinan en torno a sus
ejércitos y respaldan la intervención armada. El odio se expande por doquier.
Pero el progreso tecnológico ha cambiado la forma de hacer la guerra y los
contendientes deben olvidar las tácticas de campañas precedentes, adaptándose a
los novedosos modos de matar y de morir. Desaparece la épica de la batalla. La
aparente refriega breve se convierte en un conflicto colosal. La humanidad
experimentará un cambio radical, acelerado y convulso dando paso a un modelo de
sociedad sujeta a los envites de una modernidad heroica.
Henry Taylor, un joven de Terranova (actual Canadá), se alista voluntario
porque quiere reencontrarse con sus raíces europeas y compara su vida a la de
los salmones. Otto von Durnstein, oficial bávaro de
origen austríaco, sin el espíritu bélico de sus camaradas prusianos, es enviado
de forma inesperada al centro del conflicto. Enzo Salandra,
ingeniero del sur de Italia, apasionado de la tecnología y del armamento, se
convierte en piloto de aeroplanos del ejército alemán, aunque en secreto anhela
inventar un arma nueva que revolucionará las batallas. Brigitte
Labenne, una muchacha francesa criada en Suiza, de
profundas creencias humanistas, abomina la guerra y se impone como fin detener
el conflicto armado. Y Baltasar Moné, un
empresario textil español, de Barcelona, se desplaza a los escenarios bélicos
con falsa credencial de corresponsal de guerra para hacer negocios con los dos
bandos, arriesgando su propia vida.
Blog del autor: http://franciscomelero.es/
http://franciscomelero.es/category/amapola-negra/
Cazarabet
conversa con Francisco Melero:
-Francisco, lo primero: ¿por qué una novela de ficción sobre la I Guerra
Mundial?
-Uno de los géneros que a mí me apasiona es la
novela histórica, en la cual a través de personajes de ficción se nos cuenta un
periodo de la humanidad del que siempre aprendemos y descubrimos cosas
completamente desconocidas.
Es curioso, pero sobre la I Guerra Mundial
existe muy poca literatura en comparación con otros conflictos bélicos, como la
II Guerra Mundial o incluso la Guerra Civil Española. Además, apenas hay
exponentes de novelas que narren todo el periodo del conflicto, los cuatro años
y medio, y mucho menos que nos ofrezcan una visión desde los dos bandos
contendientes.
Tras comprobar ese vacío o carencia en la
literatura, me propuse rellenarlo con una historia que tuviera esos dos hilos
conductores como referencia.
-La amapola se convirtió, después de la I Guerra Mundial, en la flor del
recuerdo para los veteranos que dejaron la vida allí y para los que dejaron
cuatro años de su existencia en tierras y campos de batalla….Todo ello, a raíz
de un poema escrito por un soldado británico, dedicado a otro que siendo amigo
y compañero de armas que murió en Flandes…pero las amapolas son rojas….¿desde
la Gran Guerra del 14 se convirtió (se convirtieron, quizás….), pues, en una
Amapola Negra a tu modo de ver…?
-La simbología de la amapola, en general, es tan
significativa que difícilmente podía dejar de aparecer en el título de mi obra.
Para los griegos es la flor del olvido y de los muertos. Crece allí donde ha
habido cruentas batallas y se dice que su presencia es la sangre de los
soldados que regresa a la vida. Después está el poema que citas, del teniente
coronel canadiense John McCrae, escrito en 1915 y que
se convirtieron en los versos más famosos de la guerra. Y finalmente esa
referencia a Moina Michael, la profesora americana
gracias a la que la amapola devino en símbolo oficial en el mundo anglosajón.
Con todo esto, la flor debía estar en el título.
Y el adjetivo negro lo he incorporado en alusión
al luto que supuso esta contienda no solo para Europa, sobre todo, sino para
todo el mundo. Es decir, es como señalar que se trata de un período muy oscuro
para la humanidad.
-Francisco, ¿cómo es que has elegido estos personajes para la Génesis de la
I Gran Guerra: el aventurero e idealista canadiense, el oficial germano, el
“inventor italiano”…?
-Ahora que la novela está escrita y publicada me
doy cuenta de la trascendencia de haber configurado unos personajes que, con
independencia de que gusten o no, son originales. Y lo son por dos características
básicas: una, pertenecen a naciones o regiones de países que apenas han
aparecido en la literatura relacionada con la Gran Guerra, a pesar de la
importancia que esta ha tenido en ellos, destacando el personaje español,
prácticamente inédito hasta la fecha. Y dos, no son personajes puros,
unidireccionales, sino que vienen con sus problemáticas personales, unas
relacionadas con la propia geografía de procedencia, y otras con cuestiones
morales previas, que deben sobrellevar y resolver a la vez que intervienen en
la guerra, en la que se involucran por diferentes cuestiones.
Modestamente considero que ha sido acierto crear
estos personajes, pues al menos a nivel personal me han permitido empatizar con ellos y explicar a través de sus bocas,
conciencias y actos cantidad de historias y tramas que tal vez se hubieran
quedado en el tintero en el caso de haber recurrido a otro tipo de personajes
más convencionales.
-¿Cómo te has
documentado para la escritura de esta cuatrilogía
sobre la I Guerra Mundial?
-Esta es la parte más ardua y a la vez una de
las más gratificantes del proceso de escritura de una novela histórica, dado
que este género depende en su totalidad de cómo se manejen los datos recabados.
De ahí que conlleva una gran responsabilidad verificar en la medida de lo
posible cada dato citado en la novela, si bien te da la oportunidad, a la vez,
de descubrir infinidad de retazos de historias que dan para mil novelas más.
Personalmente, procuro contrastar en más de una
fuente la información que leo, máxime cuando mi voluntad es contar los hechos
desde la visión de los dos bandos opuestos, y eso supone un trabajo de muchas
horas. También es cierto que al ser novela, de tanto en tanto me permito una
licencia de autor, aunque estas han de ser las mínimas y deben quedar diluidas
en la veracidad del resto de elementos.
-Francisco, ¿crees que es casi mejor aproximar muchas veces la historia de
la humanidad a la gente, mediante la invención de historias de ficción que no
intentarlo hacerlo mediante ensayos…o hay público lector para todo?
-Desde luego tengo claro que hay público para
todo tipo de creación literaria, y de hecho los ensayos históricos dedicados a
la Gran Guerra han proliferado en los últimos tiempos, entiendo que con buena
acogida.
Pero para mí la ficción aplicada a la verdad
histórica permite idear, inventar, tramas y pasajes que no siempre resultarían
creíbles si se utilizara solo personajes reales. Lo cual no quiere decir que
esa creación deba ser fantástica, irreal cien por cien, sino que los personajes
de ficción te permiten estirar al máximo las situaciones, los sentimientos, son
mejor banco de pruebas de experimentación en cuanto admiten que se les dote de
cualidades o capacidades que quizás costaría encontrar reunidas en un único
hombre real.
En cualquier caso, creo que conviene distinguir
entre las novelas históricas cuya trama principal es pura ficción y solo se
apoyan de forma accesoria en los sucesos de la época que contemplan, y aquellas
otras en las que lo ficticio son los personajes y algunas de las cosas que les
ocurren, pero que tanto los datos históricos que se citan como algunas otras
vivencias sí son verídicas, y además la época y sus eventos tienen una
importancia esencial en ellas. Amapola Negra sería, sin duda, un exponente de este
segundo tipo.
-Francisco, aparte de
documentarte de manera muy particular, leyendo, seguramente, que numerosos
ensayos y demás…Dinos, ¿te adentraste también en el mundo de las novelas o
obras de ficción?
-En esto supongo que debo decir lo mismo que respecto
a los escritores. Uno puede ser lector y no escritor, pero no puede ser
escritor sin ser lector. Pues en el caso específico de la novela histórica
ocurre algo similar: puedes ser lector de novela histórica y ser escritor de
otros géneros, pero no puedes ser escritor de novela histórica sin ser,
previamente, lector de novelas históricas.
Por lo tanto, la respuesta es que sí, por
supuesto he leído muchas novelas del género, tanto ambientadas en la Primera
Guerra Mundial como en muchos otros periodos de la historia.
-Tu historia, conjunto de historias, parten de historias de personajes muy
diferentes y diferenciadas….¿cómo las vas confeccionando; desde qué punto
empiezas a tirar de los diferentes hilos para componer un puzzle
más que bien encajado o que, al final, va encajando?
-Hay un elemento que es la base de toda la
construcción y que rige el modo en el que se superponen las distintas
historias, las capas o prendas que visten el esqueleto. Se trata de la
cronología. Sin este elemento, es muy probable que Amapola Negra fuera una
caótica sucesión de tramas de personajes ambientados en la guerra. Decidí
acogerlo precisamente para dar una coherencia a lo que cuento. Cada capítulo
precede al anterior en el tiempo, no necesariamente en su finalización, pero sí
en su inicio, es decir, que se narra con el calendario en la mano. A partir de
ahí, la fórmula es buscar los acontecimientos más relevantes de cada momento,
decidir qué personaje es el idóneo para participar en él e intercalar los
personajes entre sí, con sus propias situaciones y vivencias.
Aunque ese es el procedimiento ordinario,
tampoco ha sido atípico el caso de tratar uno de los personajes y, en lugar de
finalizar el correspondiente capítulo y ponerme con otro compañero, escribir el
siguiente capítulo del mismo sujeto, ubicado más adelante en la historia, para
retomar a continuación el hilo cronológico donde había quedado interrumpido.
-¿En tus novelas, en tus tramas, son más importantes o mantienen más la
importancia los personajes que los acontecimientos….digamos o nos preguntamos
si son ellos, más bien, los que mantiene la historia?
-En mi caso particular intento hallar un
equilibrio entre ambas partes. En Amapola Negra los acontecimientos históricos
son fundamentales, pues se trata de exponer y transmitir cuanto sucedió en
realidad y lo que supuso aquel conflicto para el conjunto de la humanidad, algo
bastante desconocido, en general.
Sin embargo, si uno desea únicamente centrarse
en los datos históricos, en los principales detalles concretos de cada hecho,
sin aportar nada más que eso mismo, hechos, números, fechas, es mejor realizar
un ensayo histórico.
Mi idea, en cambio, era escribir una novela
histórica, es decir, usar esos datos objetivos como marco, y en él introducir
la piel y hueso, los sentimientos y deseos, etc., que le aportan los seres
humanos, encarnados en personajes de ficción.
Uno de los objetivos de la novela histórica es
que los personajes sean creíbles en el periodo histórico en el que quedan
circunscritos, pero también que generen cierta empatía con el lector, pues de
lo contrario, si las tramas de estos personajes no atraen lo suficiente, es
fácil que ni siquiera lo histórico cause el efecto pretendido. De ahí que yo
haya intentado cuidar ambos aspectos.
Muchas veces se me olvida comentar que Amapola
Negra es una novela de la Primera Guerra Mundial que, no obstante, no
pertenecería de pleno al género bélico, como se podría pensar de entrada, sino
que su catalogación abarcaría más géneros. Y eso se lo debe, estrictamente, a
los personajes.
-Entremos un poco más en situación: ¿ la
llamada Gran guerra , a tu parecer de qué es el resultado…..no nos engañemos la
muerte del heredero al trono del Imperio Austrohúngaro no es más que el “gran
detonante”, pero sin más, ya había mucho de germésn…?
-Para mí, el atentado de Sarajevo no es más que
la espita que enciende la mecha que hace explotar el conflicto. De hecho, si el
resto de naciones, en especial Rusia, no se hubieran empeñado en defender a los
serbios, el conflicto habría quedado localizado entre Serbia y Austria-Hungría,
uno más de los tantos que hubo en la zona en los años anteriores.
Sin embargo, eran demasiadas las cuestiones
acumuladas en las naciones que se conjuntaron aquel verano. Por un lado, los
resquemores del colonialismo, que llevaban a naciones como Alemania a
considerar que eran pocos los territorios que poseía, comparados con los de
otras potencias como Francia o Gran Bretaña. Además, todas las naciones tenían
intereses territoriales que defender o recuperar. En segundo lugar, conviene
tener en cuenta que la etapa previa al estallido de la guerra se caracteriza
por un desarrollo industrial muy elevado, también en el sector armamentístico,
y las potencias estaban equipadas con mucho armamento y muy sofisticado, en lo
que se conoció como Paz Armada, íntimamente relacionada con el siguiente punto,
el de las alianzas entre países. Estas alianzas, fundamentales para el
equilibrio de Europa, devinieron a la postre fatales, pues los estados
implicados en la causa de Serbia siguieron adelante con sus planes amparados en
el resto de “amigos” que respaldaban su postura. Sin existir esas alianzas tan
fuertes, no se hubiera llegado a un problema global.
Tampoco quiero dejar de resaltar un hecho
aparentemente menor, pero que tiene para mí una importancia cabal. El líder
socialista francés Jean Jaurès había liderado el movimiento
obrero europeo y había logrado que la masa de trabajadores del continente
tuviera una conciencia situada por encima de sus naciones. Pues bien, el día 31
de julio le asesinaron en París y eso provocó, en contra de lo que cabía
esperar, que los obreros, los que representarían después la base de los
ejércitos, se arremolinaran en torno a sus Estados e hicieran la guerra a sus
camaradas del otro lado de la frontera. El nacionalismo y la protección de la
Patria se impusieron al pensamiento supranacional.
Pero personalmente creo que una de las
cuestiones más relevantes se encuentra en el hecho de que Gran Bretaña vio en
Alemania a un serio rival y competidor en el campo económico. No en vano el
káiser Guillermo anhelaba poseer una flota superior a la británica, y eso
implicaría dominar los mares y extender el comercio alemán por el mundo, en
detrimento del del Imperio. De ahí que Gran Bretaña,
la única capacitada para detener el conflicto, a punto de comenzar las
hostilidades, no pusiera de su parte y permitiera que las armas decidieran la
cuestión.
En definitiva, yo creo que los europeos habían
alcanzado un nivel de felicidad y avance (en todos los terrenos imaginados),
que no supieron gestionar y que hicieron saltar por los aires con la inocente
suposición de que la guerra que ponían en marcha era necesaria, precisamente,
para acabar con todas las demás guerras futuras.
-Para cerrar esta
primera conversación, Francisco qué nos van ofreciendo las otras “partes” de
este particular vistazo a este capítulo tan importante de la Historia
Contemporánea?
-En el año 1915 veremos sucesos importantes como el hundimiento del
transatlántico Lusitania, que a punto estuvo de
conducir a los Estados Unidos a entrar en la guerra, o la trascendente decisión
de Italia de intervenir en el conflicto del lado de los aliados, o la
utilización por primera vez de las armas químicas, de la mano de gases
asfixiantes, y conoceremos un nuevo escenario, la península de Galípoli, en
Turquía.
En el año 1916 asistiremos al inicio y final de la batalla más larga y
sangrienta de la guerra, la de Verdún, ideada para
servir de “picadora de carne humana” y viviremos la masacre del ejército
británico en el primer día de la batalla del Somme, en julio, al tiempo que
seremos conocedores de las reuniones de intelectuales pacifistas en Suiza y nos
informaremos de la muerte y posterior sucesión del emperador de Austria-Hungría
o la serie de batallas que desangran a Italia.
En 1917 Estados Unidos se suma a las potencias aliadas; los soldados
franceses expresan su malestar y son reprimidos con dureza; el nuevo emperador
austríaco busca concluir la guerra. Se suceden las batallas sangrientas como Passendale y no se gana terreno.
Y en 1918, por ejemplo, participaremos en la gran ofensiva alemana de
primavera planeada para acabar con la guerra, seremos testigos del descontento
de la población civil en la retaguardia, contemplaremos los últimos coletazos
de la contienda y experimentaremos las devastadoras secuelas de la denominada
gripe española, que diezmó la población como pocas plagas anteriores.
Y todo ello mezclado con las historias personales de cada personaje, en
evolución continua acorde al desarrollo de los acontecimientos que les toca
vivir.
17408
Amapola negra. 1 -
Génesis. 1914.
Francisco Melero
496 páginas
23,50 euros
Gregal
Una apasionante novela histórica
donde a través de distintos personajes y experiencias conoceremos de cerca el
gran conflicto de la Primera Guerra Mundial.
En 1914 la sinrazón se apodera de Europa. La lucha hegemónica entre potencias
es un polvorín que explota a partir de un hecho específico ocurrido en los
confines del Imperio Austro-Húngaro. La cuestión nacional prima sobre el
interés individual o colectivo. Las sociedades se arremolinan en torno a sus
ejércitos y respaldan la intervención armada. El odio se expande por doquier.
Pero el progreso tecnológico ha cambiado la forma de hacer la guerra y los
contendientes deben olvidar las tácticas de campañas precedentes, adaptándose a
los novedosos modos de matar y de morir. Desaparece la épica de la batalla. La
aparente refriega breve se convierte en un conflicto colosal. La humanidad
experimentará un cambio radical, acelerado y convulso dando paso a un modelo de
sociedad sujeta a los envites de una modernidad heroica.
Henry Taylor, un joven de Terranova (actual Canadá), se alista voluntario
porque quiere reencontrarse con sus raíces europeas y compara su vida a la de
los salmones. Otto von Durnstein, oficial bávaro de
origen austríaco, sin el espíritu bélico de sus camaradas prusianos, es enviado
de forma inesperada al centro del conflicto. Enzo Salandra,
ingeniero del sur de Italia, apasionado de la tecnología y del armamento, se
convierte en piloto de aeroplanos del ejército alemán, aunque en secreto anhela
inventar un arma nueva que revolucionará las batallas. Brigitte
Labenne, una muchacha francesa criada en Suiza, de
profundas creencias humanistas, abomina la guerra y se impone como fin detener
el conflicto armado. Y Baltasar Moné, un
empresario textil español, de Barcelona, se desplaza a los escenarios bélicos
con falsa credencial de corresponsal de guerra para hacer negocios con los dos
bandos, arriesgando su propia vida.
Blog del autor: http://franciscomelero.es/
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